MALVINAS - Torturas no prescriben

martes, 9 de junio de 2009
Los cobardes militares de la dictadura - 09/06/2009



DECLARARON DELITO DE LESA HUMANIDAD LOS VEJAMENES CONTRA CONSCRIPTOS ARGENTINOS

Llevarían a juicio a 70 militares por torturas a soldados en Malvinas
Es porque una jueza de Río Grande rechazó un pedido de prescripción del caso.

RENDICION. SOLDADOS ARGENTINOS ENTREGAN SUS ARMAS A LOS INGLESES EN MALVINAS EL 14 DE JUNIO DE 1982.

Para una jueza, los más de 80 casos de malos tratos que ex combatientes de Malvinas denunciaron haber sufrido por parte de sus superiores durante la guerra con el Reino Unido son "delito de lesa humanidad" y de carácter "imprescriptibles". Se trata de la jueza Lilian Herraez, a cargo del Juzgado Federal de primera instancia de Río Grande adonde está radicada esta histórica megacausa, por ser las islas jurisdicción de Tierra del Fuego. La magistrada lo resolvió a fines de marzo, aunque Clarín lo supo ayer, al tener de fuentes ligadas a la investigación la resolución que así lo confirma.

Pero esta causa de Río Grande como otra similar aunque sobre un solo caso que está radicada en Comodoro Rivadavia fueron apeladas por algunos de los acusados ante la Cámara Federal de Comodoro. Esta debe ahora decir qué hace: si confirma o no que son delitos de lesa humanidad y por lo tanto, permitir o no que se siga investigando sobre los tratos de los oficiales y suboficiales a sus tropas durante los días del conflicto de 1982.

Los juicios que Herraez investiga y por los que aún no ha llamado a declarar a los más de 70 oficiales y suboficiales denunciados son, entre otros, homicidio (como el del soldado Rito Portillo, presuntamente fusilado por un cabo) abandono de persona (como el caso de Remigio Fernández, quien en la causa figura como muerto por hambre), torturas (estaqueos como el que denunció el soldado Ricardo Sinchicay haber recibido por orden del capitán de fragata Carlos Bianchi), lesiones graves y reducción a la servidumbre.

La causa por malos tratos durante la guerra de Malvinas se abrió en Río Grande en abril de 2007 cuando el ex subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, Pablo Andrés Vassel patrocinó a una veintena de ex soldados de esa provincia que se presentaron ante Herraez quien, con el tiempo fue recibiendo decenas de otros testimonios hoy suman más de 100 que le fueron llegando de todo el país. De la misma Tierra del Fuego, de Chacho, Santa Fe, provincia de Buenos Aires y Capital, donde por ejemplo, el ex soldado Silvio Katz, logró radicar una denuncia por antisemitismo durante la guerra por parte de sus superiores, que presentó inicialmente ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.

En febrero pasado, la jueza federal de Comodoro Rivadavia Eva Parcio de Selemme sentó un histórico precedente al considerar como delito de lesa humanidad y crimen de guerra el caso del ex soldado Juan Carlos Gómez, quien denunció a dos superiores por haberlo estaquedo, pero en una instalación militar del continente en los días previos a embarcarse a Malvinas. Un mes después, Herraez tomaba un paso similar pero ya sobre hechos presuntamente ocurridos en las islas entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982. Lo hizo al rechazar un pedido de prescripción. "Concordantemente con lo explicitado con el Sr. Fiscal un acto inhumano cometido contra una sola persona podría constituir un crimen contra la humanidad y de lesa humanidad, si se situara dentro de un sistema o se ejecuta según un plan, o si presenta un carácter repetitivo que no deja ninguna duda sobre las intenciones de su autor", consideró Herraez.
(fuente)

1 comentarios:

Ariel Corbat dijo...

El 14 de Junio podría quedar estanco en la tristeza de la derrota y convertirse en una mera fecha de lamentaciones, lo cual sería muy del agrado de aquellos que no parecen encontrar otro sentido a la vida que regar lágrimas -falsas las más de las veces- y no hacer nada.

Prefiero ser de los que eligen otra opción y ver esta fecha como el día de las convicciones, un día para preguntarnos: ¿Qué tanto estamos dispuestos a dar por nuestro país? ¿Tenemos la entereza de vivir como pensamos?.

Son preguntas de apariencia simple, pero de compleja práctica. Es fácil arengar y sentirse acompañado desde la victoria, las derrotas en cambio son un desafío al temple.

Si el despliegue de tecnología bélica lanzado durante la Guerra del Golfo dejó en evidencia que la aspiración de volver a intentar Malvinas por la vía armada -dada la insalvable brecha existente entre nuestras capacidades y las del enemigo- está hoy abismalmente mucho más lejos de la realidad que en 1982, también sirve para revalorizar el esfuerzo enorme de nuestros combatientes.

Sin una clara conducción estratégica, las tropas argentinas en una guerra corta y furiosa hundieron barcos, derribaron aviones y combatieron cuerpo a cuerpo.

Los mezquinos de miras cortas podrán buscar, encontrar, y mostrar, mucha mierda para seguir desmalvinizando el espíritu de un pueblo agobiado por las penurias del día a día, pero nunca van a lograr eclipsar el coraje de los que tuvieron su hora con la Patria y poniéndole el pecho a todas las adversidades enfrentaron al invasor allí donde las palabras se traducen en hechos. Podría listar el nombre de los muertos, y sería en esencia la enumeración de virtudes que requiere nuestra sociedad para salir adelante: valor, abnegación, camaradería, sacrificio, disciplina, solidaridad, etc, etc, etc, y Libertad. Sí, digo Libertad. Porque incluso en la guerra, o mejor dicho, sobre todo en la guerra, hay un punto en el que el hombre elige ser lo que debe ser o no ser nada, y los nuestros, por notoria y abrumadora mayoría eligieron ser lo que debían ser.

Desde los correntinos del doce que cavaron trincheras con los cascos, pasando por los pilotos que surfearon las olas para atacar a la flota, hasta los bravos del quinto de marina que combatiendo hasta después del final lograron replegarse ordenadamente con las armas al hombro, todos sin excepción intentaron lo imposible. Es cierto e innegable que perdimos la guerra, aún así hay que reconocerle a los combatientes argentinos el mérito monumental de haber salvado el honor.

No es poca cosa el honor, y acaso -que hermosa es la palabra "acaso"- acaso digo, lo sea todo.

Algunos hablan de "derrota" con una estrechez mental que confina a quedarse vencidos por siempre, -al fin de cuentas piensa el cobarde que el encierro es un lugar seguro- desde luego no digo que haya que "festejar" el 14 de Junio, pero vale tenerlo bien marcado en el almanaque como un llamado imperioso a superar nuestras propias limitaciones. El generoso y desinteresado patriotismo de quienes combatieron en Malvinas debe ser una motivación para afrontar el presente, ya desde lo social como desde lo personal ¿qué son nuestros problemas comparados con la circunstancia en la que ellos se vieron inmersos?. Poca cosa, realmente poca cosa. Tratando de arrimarnos apenas un poquito al alma de quienes combatieron en Malvinas podemos hacer un país muchísimo mejor.

Pensar Malvinas es mirar el futuro, ahora ¿querés pensar como se vive o querés vivir como pensás? ¿Tenés lo que hay que tener? ¿Lo tienes...?


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López.