BOTNIA ESTÁ OBLIGADA A PROBAR QUE NO CONTAMINA !

viernes, 30 de enero de 2009
Tabaré sabe que si vienen los directivos de BOTNIA, se le acabó su amada planta asesina ! - 30/01/2009


Contaminación y corte de puentes - Viernes 30 de enero de 2009

La declaración de emergencia agropecuaria por la sequía es una mera decisión coyuntural, que no atiende a las graves deficiencias estructurales que se extienden incontenibles en el sector primario de la economía nacional. Por Juan Carlos Vega - Diputado de la Nación Coalición Cívica - Córdoba

Dos afirmaciones claras y concretas desde el comienzo. Soy de los defensores del medio ambiente que piensan que en la Argentina de hoy está agotada la metodología de corte del puente internacional General
Artigas como medio idóneo de protesta social.


Pero al mismo tiempo debe quedar claro que la empresa Botnia contamina y contaminará gravemente el ecosistema del río Uruguay y la calidad de vida de sus 300 mil habitantes.

Para entender el porqué de la inevitable contaminación que produce Botnia, se debe recordar que el principio precautorio y preventivo es el presupuesto central de la tutela ambiental.

Esto significa jurídicamente que no son las víctimas de la contaminación las que deben probar la existencia de ella, sino que es la empresa responsable de la producción contaminante la obligada a probar la “no contaminación”. Esta inversión de la carga probatoria se fundamenta científicamente en la naturaleza irreversible e irreparable del daño ambiental.

Ésta es la premisa central de la que se debe partir. Premisa que ha sido ignorada u olvidada por funcionarios argentinos. Sobre todo en la demanda argentina ante la Corte de Justicia de La Haya. Y también por la mayoría de los análisis periodísticos. De allí el absurdo y el cinismo de los “informes de no contaminación” en las aguas del río Uruguay que se han difundido últimamente.

Porque la prueba de la contaminación aparecerá recién cuando esté configurado el daño ambiental, y en ese momento será tarde, porque el daño ambiental una vez probado es irreparable. Al menos en el corto plazo. Éste es el fundamento de por qué en el campo ambiental rigen los principios preventivos y precautorios, y no los del derecho común o los de la lógica común, que son los principios de la reparación y de la sanción. Porque el daño ambiental es justamente irreparable.

La empresa Botnia nunca pudo probar que su producción no contaminara.

Era su obligación legal y jamás la cumplió. Nunca se probó con mínima certeza científica la “no existencia” de impactos contaminantes. Esta “no prueba” de contaminación es gravísima si se tiene en cuenta que los volúmenes de producción de la planta de Fray Bentos son de los más grandes del planeta y que los caudales de sus efluentes serán de gran magnitud y tan solo diluidos y tratados en el agua de un río como el
Uruguay, de muy bajo caudal.

Estado de rebeldía. los directivos de la empresa finlandesa hoy están en rebeldía ante el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay y no aceptan cumplir –como sin duda lo harían en Finlandia– con la citación a declarar como imputados en la causa judicial en la que se investiga el delito de contaminación en grado de tentativa.

Es en esta causa judicial en la que el conflicto está planteado correctamente. Porque es allí donde la empresa Botnia deberá probar que su producción no contamina, y no las víctimas las obligadas a demostrar que ella contamina.

En esa causa judicial obran los únicos informes científicamente serios que conozco hasta la fecha y que son los de las cátedras de Ingeniería Ambiental y Obras Hidráulicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNC (setiembre 2005 y enero 2006), que concluyen en la afirmación, con grado de alta probabilidad, de que la papelera Botnia contaminará. También asevera que esa probabilidad de contaminación abarca al Acuífero Guaraní.

Por eso debemos ser serios : el hecho de no estar de acuerdo con el corte de puentes no implica de manera alguna decir que la empresa finlandesa no contamina.

No solamente contamina, sino que es un ejemplo grave de las políticas de doble estándar que practican los países europeos. Una regla legal para las empresas que producen en Europa y otra regla legal muy diferente cuando esas mismas empresas se instalan en el río de la Plata. No hay
mayor diferencia entre las prácticas de Siemens y las de Botnia.

Cómo salir del conflicto. Si en verdad los argentinos queremos solucionar o al menos racionalizar el conflicto, comencemos por reconocer la verdad y la realidad.

La contaminación es un hecho, pero los cortes de puentes deben levantarse. Hoy existe una oportunidad muy importante para abrir un camino de diálogo y una llave para destrabar el conflicto, y a esa llave la tiene el Uruguay.

¿Qué pasaría con la asamblea si en lugar de aprovecharla políticamente, se le pidiera levantar el corte al día siguiente de que los directivos finlandeses cumplieran con la obligación legal de declarar en la causa judicial en la que se investiga la contaminación en grado de tentativa?

Porque Gualeguaychú sabe que en esta causa judicial es en la que el conflicto está planteado en su
exacta racionalidad y en la que se va a terminar probando la justa razón del reclamo social .


Es allí donde los directivos finlandeses están obligados a demostrar lo que hasta ahora nadie les ha pedido. Deberán probar que el proceso productivo de Fray Bentos de un millón de toneladas de pulpa de celulosa no es contaminante y que los controles de contaminación son eficaces y proporcionales a los volúmenes de pasta y al el caudal del río Uruguay.

Debemos recordar que, en diciembre de 2008, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez rechazó el exhorto internacional de la Justicia argentina por el cual se citaba a los directivos de la empresa Botnia a declarar en la causa judicial argentina, alegando razones de seguridad nacional e identificando curiosamente a la empresa de Finlandia con la bandera uruguaya.

Rectificación. Este grave error político y jurídico del Uruguay, que viola la Convención de Viena,
debe rectificarse. Porque si la República Oriental del Uruguay decide cumplir con la ley, ello puede ser el comienzo de la solución.

Gualeguaychú necesita creer que su lucha continuará. Que hay medios eficaces para defender esta causa más allá de los cortes de puentes.

Y la causa judicial es un medio muy eficaz. Por otra parte, Tabaré no estaría violando su palabra de no negociar el conflicto mientras estén cortados los puentes. El comparendo de los directivos finlandeses ante la Justicia argentina es tan solo el sencillo cumplimiento de una obligación legal internacional.

Estoy convencido de que una vez que los directivos de la papelera acaten y respeten la ley y declaren ante el juez competente –como lo harían sin dudas en Finlandia– la mayoría de los ciudadanos de Gualeguaychú votaría por levantar el corte del puente internacional en forma inmediata.
(fuente)

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