Eduardo Galeano - Berenjenas y Botnia

lunes, 23 de febrero de 2009
Más claro ?... echale agua ! - 23/02/2009


DE PRENSA Y BERENJENAS
Galeano despertó aplausos y emociones - 23/02/2009.
Sus palabras fueron acompañadas por un silencio profundo. De esos a los cuales los aplausos piden permiso para interrumpir. Pero entonces se contagian y es el reconocimiento de la gente, sus lectores. Es decirle gracias por las historias compartidas, lejos de los discursos adornados de los gobernantes, que hablan de su obra como si la estuvieran llevando adelante.
Con la simpleza de su escritura, Eduardo Galeano se sentó frente a una sala Piazzolla colmada, que lo recibió de pie con aplausos interminables. Se sentó, con unos pocos papeles y un vaso de agua, e hilvanó sus relatos.
Cuando mediaba la charla -que dio inicio a una nueva edición de la Feria del Libro-, presentó la siguiente historia: “Estas son instrucciones para triunfar en el oficio, poético y literario.
Es una historia que me contó el sultán de Persia hace ya mil años, pero la recuerdo como si fuera hoy”. “Hace mil años, dijo el sultán de Persia: –Qué rica, qué rica.
Él nunca había probado la berenjena, y la estaba comiendo en rodajas aderezadas con jengibre y hierbas del Nilo. Entonces el poeta de la corte exaltó a la berenjena, que da placer a la boca y en el lecho hace milagros, porque para las proezas del amor es más poderosa que el polvo de diente de tigre o el cuerno rallado de rinoceronte.
Un par de bocados después, el sultán dijo: –Qué porquería. Y entonces el poeta de la corte maldijo a la engañosa berenjena, que castiga la digestión, llena la cabeza de malos pensamientos y empuja a los hombres virtuosos al abismo del delirio y la locura.
Y un insidioso, de esos que nunca faltan, le comentó: –Recién llevaste a la berenjena al Paraíso, y ahora la estás echando al infierno.
Y el poeta, que era un profeta de los medios masivos de comunicación, puso las cosas en su lugar: –Yo soy cortesano del sultán. No soy cortesano de la berenjena”
(fuente)

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