La supervivencia de la humanidad afronta peligros

domingo, 28 de octubre de 2007
Un informe de las Naciones Unidas denuncia la falta de interés por atender los asuntos más complicados que soporta el planeta.


El calentamiento global, la extinción de especies y el desarrollo no sostenible son problemas que ponen en serio riesgo a la supervivencia de la humanidad. Esa es la conclusión del informe GEO 4 sobre asuntos medioambientales globales difundido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

El mayor problema, según dicho estudio, está en que los asuntos más candentes no están siendo abordados. El Pnuma denuncia una especial falta de interés en revertir las tendencias, que van la dirección incorrecta. Eso hace mella en la salud, la riqueza y el bienestar de las personas, pero sobre todo dificulta cada vez más la alimentación para la humanidad.
3
Millones
de personas mueren cada año por enfermedades de origen hídrico.

Las reservas de peces están cada vez peor, la tierra arable se vuelve infertil -especialmente en África-, y más gente que antes sufre la falta de agua potable. Cada año, el 10% de los principales ríos del planeta no consiguen llegar al mar durante unos meses, debido a la demanda de riego.

Además, crecen las concentraciones de gases que producen el efecto invernadero y se acelera la pérdida de la biodiversidad: las poblaciones de vertebrados de agua dulce descendieron una media de casi el 50% desde 1987 al 2003, un descenso mucho más rápido que el de las especies terrestres o marinas.

Achim Steiner, subsecretario general de la ONU, advirtió de que “si no se abordan estos problemas persistentes, podemos destruir todos los logros conseguidos hasta ahora en relación con los problemas menores”.

Según el Pnuma, se minarían los cimientos de la lucha contra la pobreza. Incluso teme que se pudiera poner en riesgo la paz internacional y la seguridad.

GEO 4, en los 10 capítulos repartidos en 572 páginas, también muestra algunas conclusiones positivas. Por ejemplo, que en los últimos 20 años, la comunidad internacional logró recortar en un 95% la producción de sustancias químicas que dañan la capa de ozono.

En el mismo campo se ha creado un tratado de reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero. También ha sustentado el aumento de las zonas terrestres protegidas que han llegado a cubrir un 12% de la Tierra. En ese sentido destaca que la deforestación de la Amazonia se ha vuelto más lenta y que la calidad del aire en Europa occidental ha mejorado, entre otras cosas.

Pero estas noticias quedan empequeñecidas al lado de las conclusiones generales del estudio: los indicadores medioambientales están a la baja y los gobiernos no tienen la suficiente voluntad política para frenar la crisis.

(fuente)

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