lunes, 18 de agosto de 2008
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Otro juicio oral importante comienza - 18/08/2008
(fuente)
Se inicia el juicio contra el sacerdote Grassi
En la causa se habla de presunta corrupción de menores con una pena de hasta 25 años de prisión. El cura se dice inocente.
Buenos Aires. El sacerdote Julio César Grassi será juzgado desde mañana por presunta corrupción de menores, y aunque la Fiscalía y la querella apuestan a su condena, el sacerdote confió en que demostrará que es inocente y, en ese sentido, afirmó que "si hay Justicia" será "absuelto".
Grassi, acusado por tres menores que estaban bajo su tutela, dijo que el caso "fue todo una trama mal hecha por periodistas" y aseveró: "Si hay Justicia, voy a ser absuelto".
El debate comenzará luego de varios años de investigación y, de ser considerado culpable, el religioso podría recibir una condena de hasta 25 años de prisión.
El juicio estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón, que deberá decidir si condena o no a Grassi por "abuso deshonesto agravado y reiterado en concurso ideal, con corrupción de menores agravada sobre tres menores".
El proceso, que duraría más de cuatro meses, comenzará a las 9 de la mañana de este martes en el décimo piso de los Tribunales ubicados en Colón y Almirante Brown, en Morón, en el oeste del Gran Buenos Aires. El tribunal oral resolvió que no haya público ni periodistas en la sala de audiencias.
Los acusadores del sacerdote fueron tres jóvenes que pertenecían a la Fundación "Felices Los Niños" y que estaban bajo su guarda. El caso se conoció a través del programa "Telenoche Investiga", de Canal 13. El primero en hablar fue el joven conocido como "Gabriel", quien afirmó que el sacerdote habría abusado de él en la Fundación.
Luego se sumaron otras presuntas víctimas: los chicos denominados "Ezequiel" y "Luis", que reportaron haber visto o sufrido -respectivamente- supuestos abusos.
Sin embargo, los denunciantes serán convocados a declarar recién dentro de varias semanas, porque el cura pidió que se leyera toda la prueba aportada durante estos años.
"Soy pecador..."
Poco antes del comienzo del juicio, Grassi se defendió y dijo: "Soy un pecador, no soy el mejor, pero estoy del lado de los buenos" porque "acá hubo gente grande que los extorsionó (a los chicos) y lo voy a demostrar en el juicio".
"Fue una trama mal hecha por periodistas que se fueron a fiscales. Me han mandado a juicio oral con nada de prueba, con contradicciones, con testimonios falsos", enfatizó el sacerdote católico por radio.
Añadió que "presentaron testigos falsos y hubo funcionarios judiciales que convalidaron este proceder" y se mostró "confiado de que empiece el juicio y pueda convencer a los jueces de toda esta causa armada".
El abogado Juan Pablo Gallego, querellante en el proceso, aseguró que "aunque él diga lo opuesto, están probados los abusos, las amenazas a testigos y el plan de la defensa para desmentir la consistencia de estas acusaciones. Hasta hubo funcionarios judiciales involucrados en esas maniobras que también tendrán que explicar sus actos ante la Justicia".
El letrado señaló que Grassi "muchas veces a lo largo de estos años anunciaba en los medios que tenía pruebas para desmentir todo y que quería someterse a juicio, pero cuando llegaba a los jueces la actitud era otra, con maniobras dilatorias".
Tres menores
Junto a los abogados Jorge Calcagno y Sergio Piris, que representan a "Gabriel" y a "Luis", Gallego actúa en nombre del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CASACIDN).
El letrado sostuvo que esa entidad "trabaja con la más absoluta claridad para defender los derechos de niños sin tener en cuenta acusaciones realizadas por Grassi y confía en obtener una decisión final ajustada a derecho".
El caso salió a la luz el 23 de octubre de 2002 a través del programa Telenoche Investiga (TI), de Canal 13, y Grassi quedó detenido, hasta que el 21 de noviembre de ese año cuando la jueza Mónica López Osornio lo procesó pero le otorgó una libertad vigilada.
El caso llegó finalmente a juicio en medio de la tramitación de la causa en la que hubo amenazas a testigos, acusaciones de extorsión por parte de Grassi y del supuesto "apriete" a una de las víctimas, situación en la que incluso hubo denuncias contra jueces de menores.
En la causa se habla de presunta corrupción de menores con una pena de hasta 25 años de prisión. El cura se dice inocente.
Buenos Aires. El sacerdote Julio César Grassi será juzgado desde mañana por presunta corrupción de menores, y aunque la Fiscalía y la querella apuestan a su condena, el sacerdote confió en que demostrará que es inocente y, en ese sentido, afirmó que "si hay Justicia" será "absuelto".
Grassi, acusado por tres menores que estaban bajo su tutela, dijo que el caso "fue todo una trama mal hecha por periodistas" y aseveró: "Si hay Justicia, voy a ser absuelto".
El debate comenzará luego de varios años de investigación y, de ser considerado culpable, el religioso podría recibir una condena de hasta 25 años de prisión.
El juicio estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón, que deberá decidir si condena o no a Grassi por "abuso deshonesto agravado y reiterado en concurso ideal, con corrupción de menores agravada sobre tres menores".
El proceso, que duraría más de cuatro meses, comenzará a las 9 de la mañana de este martes en el décimo piso de los Tribunales ubicados en Colón y Almirante Brown, en Morón, en el oeste del Gran Buenos Aires. El tribunal oral resolvió que no haya público ni periodistas en la sala de audiencias.
Los acusadores del sacerdote fueron tres jóvenes que pertenecían a la Fundación "Felices Los Niños" y que estaban bajo su guarda. El caso se conoció a través del programa "Telenoche Investiga", de Canal 13. El primero en hablar fue el joven conocido como "Gabriel", quien afirmó que el sacerdote habría abusado de él en la Fundación.
Luego se sumaron otras presuntas víctimas: los chicos denominados "Ezequiel" y "Luis", que reportaron haber visto o sufrido -respectivamente- supuestos abusos.
Sin embargo, los denunciantes serán convocados a declarar recién dentro de varias semanas, porque el cura pidió que se leyera toda la prueba aportada durante estos años.
"Soy pecador..."
Poco antes del comienzo del juicio, Grassi se defendió y dijo: "Soy un pecador, no soy el mejor, pero estoy del lado de los buenos" porque "acá hubo gente grande que los extorsionó (a los chicos) y lo voy a demostrar en el juicio".
"Fue una trama mal hecha por periodistas que se fueron a fiscales. Me han mandado a juicio oral con nada de prueba, con contradicciones, con testimonios falsos", enfatizó el sacerdote católico por radio.
Añadió que "presentaron testigos falsos y hubo funcionarios judiciales que convalidaron este proceder" y se mostró "confiado de que empiece el juicio y pueda convencer a los jueces de toda esta causa armada".
El abogado Juan Pablo Gallego, querellante en el proceso, aseguró que "aunque él diga lo opuesto, están probados los abusos, las amenazas a testigos y el plan de la defensa para desmentir la consistencia de estas acusaciones. Hasta hubo funcionarios judiciales involucrados en esas maniobras que también tendrán que explicar sus actos ante la Justicia".
El letrado señaló que Grassi "muchas veces a lo largo de estos años anunciaba en los medios que tenía pruebas para desmentir todo y que quería someterse a juicio, pero cuando llegaba a los jueces la actitud era otra, con maniobras dilatorias".
Tres menores
Junto a los abogados Jorge Calcagno y Sergio Piris, que representan a "Gabriel" y a "Luis", Gallego actúa en nombre del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CASACIDN).
El letrado sostuvo que esa entidad "trabaja con la más absoluta claridad para defender los derechos de niños sin tener en cuenta acusaciones realizadas por Grassi y confía en obtener una decisión final ajustada a derecho".
El caso salió a la luz el 23 de octubre de 2002 a través del programa Telenoche Investiga (TI), de Canal 13, y Grassi quedó detenido, hasta que el 21 de noviembre de ese año cuando la jueza Mónica López Osornio lo procesó pero le otorgó una libertad vigilada.
El caso llegó finalmente a juicio en medio de la tramitación de la causa en la que hubo amenazas a testigos, acusaciones de extorsión por parte de Grassi y del supuesto "apriete" a una de las víctimas, situación en la que incluso hubo denuncias contra jueces de menores.
(fuente)
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