BOTNIA - SE EMPIEZAN A SENTIR LOS EFECTOS CONTAMINANTES SOBRE LOS PECES

lunes, 13 de abril de 2009
Botnia asesina, andate a tu país ! - 13/04/2009



CONSECUENCIAS
DENUNCIAN QUE POR BOTNIA YA NO HAY MÁS PECES EN UN SECTOR DEL RÍO URUGUAY
El pescador Miguel Angel Almirón dijo que los pescadores sufren un daño económico importante, y están obligados a pescar en la zona de costa Uruguay Sur.

En diálogo con RADIO MÁXIMA, Miguel Ángel Almirón, pescador de 50 años, afirmó que debido a la contaminación que provoca Botnia, han desaparecido los peces en una zona del río Uruguay.

La zona donde Miguel pesca es frente al ya inactivo frigorífico Anglo, "teníamos el amanecer más lindo del mundo y ahora es el amanecer más feo del mundo con esas chimeneas produciendo veneno", manifestó.

El pescador aseguró que la especie armado chancho "desapareció" y que el sábalo, que era lo que más se pescaba en la zona, "disparó para las profundidades donde es más difícil pescar", al poco sábalo que se consigue, aseguró Almirón, le encuentran verdín cuando lo abren, por lo cual "no sirve para el consumo humano".

El resto de las especies del río Uruguay, como el dorado, la boga y el surubí, no se consiguen ni en la cantidad ni en el tamaño de antes. Por este motivo, los 24 pescadores de la zona "ya estamos perdiendo plata", sostuvo Miguel.
(fuente)

 

PREANUNCIOS SOBRE MORTANDAD DE PECES :


"El peligro del Río Uruguay en manos de las pasteras
Fecha Publicación: 18/06/2006
Con la puesta en marcha de las plantas de celulosa Ence y Botnia en el tramo de estas aguas en donde los peces se alimentan y se crían, podría quedarse sin su fauna ictícola.

Botnia acelera la construcción de la papelera y tomaría más personal.

El daño será peor sobre las personas que los consuman, afirmó el biólogo Alberto Espinach Ros, integrante de la delegación argentina que viajó a La Haya.

El Río Uruguay perderá inevitablemente la diversidad y abundancia de su fauna ictícola con la puesta en marcha de las plantas de procesamiento de celulosa Ence y Botnia, justo en un tramo de estas aguas en donde los peces se alimentan y se crían, pero aún peor será el daño sobre las personas que los consuman, afirmó este domingo un biólogo que integró la comitiva argentina que viajó a La Haya por el tema de las pasteras.

"La ubicación de las plantas de celulosa es la peor que se hubiese podido elegir. En ese tramo del río Uruguay existen 170 especies diferentes de peces. No hay antecedentes de papeleras en ríos con tal diversidad", explicó a Télam el biólogo Alberto Espinach Ros, integrante de la delegación argentina que viajó a La Haya (Holanda).

Precisó que el efecto sobre los peces es la disrupción hormonal, lo que provoca cambio de sexo (normalmente el sexo de los peces está determinado por la temperatura del agua), pero advirtió que sobre la gente el daño es más grave, ya que es "acumulativo" y se "potencia" con los años.

"Las personas se contaminarían por emisiones de gases, que se bioacumulan. En los seres humanos el daño se potencia 100.000 veces más que en el caso de los peces", dijo.
Agregó que "en los primeros años posiblemente no haya contaminación" pero dejó claro que con el tiempo es inevitable que así sea".

Espinach Ros, que hace más de 20 años que trabaja en el Río Uruguay, consideró que las plantas podrían haberse ubicado en algún lugar más alejado de este tramo y recordó que las alternativas que se manejaron fueron Nueva Palmira y La Paloma.

Pero para el biólogo que integró la delegación argentina ante la Corte Internacional de Justicia "es evidente que la elección del sitio obedece a criterios puramente económicos", por la cercanía al puerto, las facilidades impositivas por ser zona franca y el fácil acceso a puentes y rutas.

"En un informe de cientos de páginas sólo destinan media hoja para explicar el porqué de la elección de Fray Bentos para instalar las plantas y todas las razones son puramente económicas", graficó Espinach Ros.

Pero, además, las plantas gozan de otros beneficios: tienen un seguro por el cual el gobierno de Uruguay tendrá que indemnizarlas ante eventuales "desórdenes sociales", recordó.

Espinach Ros teme por los efectos que estas industrias puedan tener en la fauna de peces del Río Uruguay y asegura que "no se pueden prever las consecuencias porque no hay antecedentes de este tipo de plantas en un río con la fauna y la complejidad del
Uruguay".

Las evaluaciones de Espinach Ros están incluidas en la documentación que Argentina entregó a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en el marco de la demanda contra Uruguay por haber autorizado la instalación de estas plantas sobre un recurso compartido sin previa consulta a la contraparte, en este caso Argentina.

Argentina pidió al máximo órgano judicial de las Naciones Unidas la suspensión de las obras por 90 días para permitir un estudio "imparcial" de impacto ambiental sobre el río y su zona de influencia, solicitud que seguramente tendrá sentencia a fines de julio.

"Las 170 especies de peces que habitan el Río Uruguay serán las principales perjudicadas por la instalación de las pasteras Ence y Botnia, ya que justo en ese tramo se produce la alimentación y la cría de la fauna del río Uruguay y también del Paraná. Este aspecto es el más descuidado en los escasos informes que entregó Uruguay", denunció Espinach Ros.

Incluso, dijo, la parte más contaminante del proceso es la puesta en marcha de la planta, que lleva alrededor de un año y medio, pero también el reinicio luego de cualquier salida del régimen normal, por ejemplo los accidentes, que son "altamente probables" en este tipo de procesos.

"En esa localización las plantas afectan la zona de más alta densidad de los peces, por lo que, si se produjera un accidente, la mortalidad sería muy alta y por lo tanto afectaría también las áreas de cría y las ruta de migración hacia arriba", explicó el biólogo argentino.

La densidad de peces en ese tramo (inferior) del Río Uruguay -que va desde el embalse de Salto Grande hasta la desembocadura- alcanza los 350 kilogramos por hectárea en el período primavera-verano debido a que esta zona también es de alimentación de peces del Río Paraná.

Pero, a juicio de Espinach Ros, que está a cargo de aguas continentales (ríos) en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, el principal riesgo de contaminación que representan estas plantas -dioxinas y furanos- está en la polución del aire que produce y que "llega al agua y a la tierra en partículas altamente contaminantes".

Estas industrias son consideradas "C" -Contaminantes- por los organismos internacionales de Medio Ambiente, que indican evaluaciones "previas" y "constantes" de los organismos de control medioambiental de las naciones, que no son más que las que pide Argentina, y Uruguay se niega a brindar.

"Argentina no quiere que Uruguay renuncie a su desarrollo económico sino que respete el Tratado del Río Uruguay y consulte antes de autorizar la instalación de una industria de estas características", aclaró Espinach Ros.

Explicó que ambas plantas -Botnia y Ence- constituyen un polo industrial si se tiene en cuenta que se ubican a seis kilómetros una de otra y producen, juntas, 1,5 millones de toneladas de pasta de celulosa, lo que la convierte en el complejo industrial más grande sobre un río.

Más aún, en el propio estudio de la Corporación Financiera Internacional (CFI) se sugiere "para evitar el daño acumulado" -del que tanto habla Argentina sin recibir respuesta del lado uruguayo- "colocar la toma de agua de Fray Bentos más arriba", dado que la planta está pegada a la toma de agua de la ciudad de Fray Bentos.
"Es imprescindible llevar la toma a 15 kilómetros del lugar", dice el informe encargado por el Banco Mundial que Uruguay no cumple.

Espinach Ros interpreta que "el poder de las empresas es tan grande que el gobierno le hace tomar el agua a la población, sin importar la contaminación".
(fuente)

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