ZIGZAGEO POLITICO EN ARGENTINA

domingo, 8 de febrero de 2009
Ya los conocemos bien... o no ? - 08/02/2009



La lupa política Provincias: alerta roja; Botnia: el pícaro zigzagueo; insólito perfil de un diputado; libertad de prensa en peligro

* Zigzagueo deplorable

Si para algo sirvió el “fenómeno Botnia”, ha sido para poner a prueba el grado de compromiso ambiental de muchos argentinos (los jugados por convencimiento y los otros, esos que obran especulativamente según se mueva la marea política). Pero también permitió sacar a luz las muestras de indiferencia y hasta el abandono de posturas por parte de alguna dirigencia y de cierto funcionariado, arrancando desde la propia Casa Rosada.

Originalmente subidos a la carroza de una protesta legítima y fervorosa -cuando advirtieron jugosos réditos políticos y marcadas ventajas electoralistas- fueron mutando poco a poco hasta ubicarse en la vereda de enfrente. Todos estos cambios sobre la marcha, que se registran sin el menor pudor, permiten un resumen muy interesante donde los distintos protagonistas practican el juego del zigzagueo, un viejo deporte donde los que ganan siguen en carrera sin perder posiciones, con la salvedad de que lo hacen con otra camiseta.
En esta rueda de participantes, puede mencionarse una variada gama de casos. Hasta hace pocos días, Jorge Busti y Pedro Guastavino –cuya actitud en contra de las pasteras durante la gestión 2003-2007 resiste cualquier archivo, incluso habiendo acudido ante organismos internacionales– coincidían con los nuevos criterios del gobierno nacional adversos a los cortes, donde sobresalían insólitas definiciones de Cristina Fernández, Néstor Kirchner, Sergio Massa y Aníbal Fernández.

Todos éstos a su turno, no sólo criticaron la continuidad de esas acciones, sino que increíblemente dijeron que nunca habían estado de acuerdo con esta forma de reclamo. Más lejos llegó el gobernador Sergio Urribarri, quién después de declarar ante un importante medio radial que “hasta ahora no hay pruebas de que Botnia contamine” salió a anunciar que el cese de los cortes estaba cercano y hasta amenazó con liberar el tránsito por medio de la policía (“hay que darle un corte al corte”, dijo). Cuando adelantó que usaría la fuerza pública porque “los asambleístas están jodiendo a los que laburan”, se puso en sintonía dialéctica con los planes del ex presidente que busca conducir la Unión Americana del Sur (Unasur) y necesita como el aire del negado voto uruguayo.

No menos desafortunada fue su aviesa reflexión de que la escasa concurrencia a una de las noches de carnaval respondía al estado de malestar imperante, ignorando que sobre Gualeguaychú había caído una gran precipitación pluvial, por lo que una semana después y con buen tiempo se registró un récord de asistentes.

La semana transcurrida tuvo un condimento muy sorpresivo. La aparición de una gran mancha verde de unos ocho kilómetros de extensión sobre el río Uruguay a la altura de Gualeguaychú, hizo sonar las alarmas y despertó la atención colectiva. Desde la Asamblea siempre se afirma que esto es producto del funcionamiento contaminante de la pastera, inclusive pocos días antes el aire se había inundado de un fuerte olor a podrido.

Aquí viene lo curioso. Frente a la novedad, Urribarri sobrevoló la zona y dijo que la observación del fenómeno “impresiona y preocupa”, para luego prometer que adoptaría medidas, aún sin conocer los resultados de los análisis dispuestos. ¿Era necesaria esta proliferación de algas para reavivar la preocupación oficial, siendo que los asambleístas disponen de informes técnicos muy sólidos?

Y aquí continúa la danza de las variantes dignas de encuadrarse. Por un lado el ex encargado de Asuntos Ambientales de nuestra Cancillería, Raúl Estrada Oyuela acaba de definir que “la proliferación de algas obedece a la escasez de oxígeno en el agua por obra de la propia planta de Botnia, lo que genera el crecimiento de dioxinas y furanos, produciendo malformaciones”, Añadió que “cuando se contamina de nutrientes un curso de agua, crecen micro organismos hasta que se rompe el equilibrio y se crea una zona oscura que impide el paso de la luz para la generación de fotosíntesis”.

Y una frutilla para el postre: tras estas expresiones, el ministro de Justicia y Seguridad (¿porqué no el secretario de Medio Ambiente Homero Bibiloni, que es el funcionario específico?), casi convertido en vocero de la pastera finlandesa, no tardó en salir a explicar, leyendo lo que otros le anotaron, de qué se trataba la mancha. Y precisamente, con supina ignorancia, al confirmar que se trata de algas está dándole la razón a Estrada Oyuela. Y encima aclara que este informe lo hace público ¡“para llevar tranquilidad a la gente de la zona”!

Lo cierto es que Busti y Guastavino, antes de conocer este supuesto estudio al que refirió Fernández, salieron a exigir que el gobierno oriental paralice las actividades de Botnia, con lo cual indubitablemente, energizan la legitimidad de los cortes en la ruta 136. Pero también merece citarse el zigzagueo de comerciantes de Colón, otrora contrarios a aplicar medidas extremas contra las pasteras, que ahora han pedido a las autoridades “tomen las medidas necesarias para salvaguardar al destino de los entrerrianos”, a la vez que organizan una marcha de protesta.

Los asambleístas han puesto en duda los supuestos estudios que se mencionan y recomiendan investigar porqué aparecen las algas cerca de la planta de celulosa y no de Concepción del Uruguay, citando además que hasta los peces se alejan de esta mancha. Todo un tema, que se produce como un nuevo componente del diferendo. Existen zigzagueos para un lado y para el otro.

Un ejercicio de conversiones para bien y para mal, como resultado de posiciones genuinas y bien meditadas, o producto del siempre aceitado mecanismo de las más extrañas especulaciones. El añejo juego de las mareas ideológicas o del cambiante ventarrón político, que hace girar la veleta según convenga.
(fuente)

0 comentarios: