BOTNIA y los cuentitos

martes, 24 de febrero de 2009
Un texto de Florencia - 24/02/2009



Que no te duerman con cuentos de hadas
Por Florencia Silio

El Corte de Ruta en Arroyo Verde, Gualeguaychú, cumplía un año mientras el gobierno uruguayo sostenía que piensa crear un fondo para los ciudadanos de Fray Bentos perjudicados por el Corte. ¿Destinarán dinero, también, para las víctimas de la contaminación? Aquí, Florencia Silio, asambleísta y miembro de Jaque al Rey, se hace varias preguntas para intentar hallar una respuesta posible.

Pareciera que todos somos Alicia, que caímos a un mundo extraño. En el cuento de Lewis Carroll, todos los personajes rozan el absurdo, casi lo irreal. Cada uno de nosotros somos Alicia. Caímos a este mundo donde lo absurdo se conjuga diariamente en hechos tangibles, palpables y reales. Pero existe una diferencia: no pertenecemos a un mundo irreal, sino que vivimos en uno en donde convertimos las maravillas en escalofríos, y la naturaleza en muerte. Un mundo de mandatarios sin palabras pero que gritan a viva voz, en que las decisiones políticas son vergüenzas naturalizadas, un mundo en el que hay que vivir cociendo esperanzas y emparcharlas para que no se terminen de disgregar.

Las últimas declaraciones venidas desde el país vecino anuncian que Uruguay piensa crear un fondo para asistir a los supuestos perjudicados (fraybentinos) por el corte de ruta de los asambleístas de Gualeguaychú. Lo administrarán los ministerios de Trabajo y Economía y será de 2,5 millones de pesos uruguayos, cerca de 375 mil pesos argentinos. A la luz de esta información, cabe preguntarles a los mandatarios uruguayos, cuánto dinero destinará para los afectados que tendrá Fray Bentos por haber permitido la instalación de Botnia, la mayor empresa productora de pulpa de celulosa del mundo. O ¿cuánto vale la vida la vida humana? ¿Pondrá un precio Tabaré para indemnizar a las familias? ¿Cómo se tasa la impotencia de un hombre al cual explotan día a día en los campos de forestación? ¿Cuánto dinero hay para los miles de trabajadores que ya echó Botnia? ¿Con qué barómetro se medirá la pudrición del Acuífero Guaraní? ¿A valor de qué moneda van a cotizar el aire, el agua?

El absurdo alcanza niveles inimaginables de vez en cuando, pero lo lógico es que intente parar desapercibido, pero no… al gobierno uruguayo, no le importa ni los absurdos ni la vida, ni nada. Esgrime que “por culpa de los piqueteros de Gualeguaychú el pueblo uruguayo es el que sufre” (cosa que no es real, ya que cualquier uruguayo tiene dos caminos limítrofes abiertos, como es Colon-Paysandú y Concordia-Salto). Por su parte, es el mismo gobierno uruguayo quien ahora mantiene cortada la frontera, “por temor”. Entonces: ¿de qué estamos hablando? ¿Con qué derecho reclaman algo que ellos mismo hacen? En estos momentos ¿quien perjudica al Uruguay? ¿los piqueteros que cortan rutas, o la empresa que contamina?.

Es eterna la manía de los mandatarios por poner a los pueblos como rivales para no hacerse cargo de sus mismas mediocridades. El propio ministro de Trabajo del Uruguay, Eduardo Bonomi, anunció que “el cierre de frontera continuará mientras se realizan algunas consultas para definir esa situación”.

Además de la contaminación que envenena el ambiente, estas empresas trasnacionales están envenenando las relaciones de los dos pueblos, amparadas en dos gobiernos que se confunden de enemigo.

¿Cuándo ocurrió que las personas comenzamos a naturalizar lo justo como nocivo? ¿En qué tiempo histórico el hombre dejó de ser naturaleza para ser burocracia? ¿En que razón humana de explica la lógica de la destrucción?

El pasado martes 20 de noviembre se cumplió un año ininterrumpido del corte de ruta de Gualeguaychú. En el marco de este acontecimiento, el gobierno oriental pretende trasladar la responsabilidad de sus problemas existenciales a los asambleístas. Como toda institución, fomenta la culpa ajena para no hacerse responsable, para no ejercer la autocrítica. ¿De qué se los va acusar el día de mañana? Cuando ya los argumentos gubernamentales no sean valederos, ¿quién va a ser el nuevo culpable?

¿Cuanta tierra habrá de venderse, de contaminarse, para saciar la avaricia del hombre? ¿Cuántas muertes son requeridas por el capitalismo? Los gobiernos colocan a los pueblos como gallinas de riñas a que mueran degollados unos con otros, para poder sacar el rédito.

Todos somos Alicia, todos somos protagonista de este absurdo, todos estamos inmersos en este sueño real, en este cuento que no es ficción por más que lo parezca. No hay que despertar porque no estamos soñando y no hay que naturalizar la muerte (en cualquiera de sus formas) porque estamos vivos.

0 comentarios: