viernes, 6 de febrero de 2009
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Las llamadas uruguayas - 06/02/2009
Comenzaron las "llamadas" de los negros uruguayos en la clásica fiesta montevideana
Recrean la convocatoria que en la época colonial hacían los tamboriles de una comparsa.
MONTEVIDEO. Los tamboriles llamaron a la fiesta: repiqueteó el "borocotó, chás, chás" por las callecitas de los barrios Sur y Palermo, a mitad de camino entre el centro montevideano y la rambla, en el recorrido de las comparsas de negros que desfilan ayer y hoy en su principal fiesta, la que cada año capta más público. Otro año más con éxito de "las llamadas" del candombe uruguayo. Y por ser un año electoral, los precandidatos presidenciales estuvieron presentes en la platea para saludar el paso de las sociedades de negros y lubolos (blancos pintados de negros).
Este año no sólo se lucieron las vedettes de cada agrupación, que compiten por el premio a la belleza femenina. La princesa Laetitia D´Aremberg, con un vestido especial para la ocasión y un trabajoso maquillaje, desfiló con la comparsa "Serenata Africana".
La primera comparsa en desfilar fue "C 1080", que en su nombre alude a una dirección de un viejo conventillo del barrio de los negros. En Cuareim al 1080 estaba el Conventillo "Medio Mundo", en el que se preparaban los negros de "Morenada" y otras comparsas para salir a tocar los tamboriles. Fue ahí donde se instaló mucho tiempo el pintor uruguayo Carlos Paez Vilaró para reflejar la vida de los candomberos.
Y otra vez más, como en cada llamada, Paez Vilaró recorrió todo el desfile con su tamboril colgado al hombro, junto a la "C1080"·. Como creció la cantidad de comparsas inscriptas, el desfile se realiza en dos noches, la de ayer jueves y la de hoy viernes. "Las Llamadas" recrean la convocatoria que en la época colonial hacían los tamboriles de una comparsa de negros, descendientes de esclavos africanos, para sumarse a la fiesta.
La tradición es una de las principales fiestas de Montevideo y capta turismo de todo el mundo. El concurso oficial entre las comparsas se realiza desde 1956, cuando la Intendencia Municipal de Montevideo oficializó el desfile de llamadas. Cada comparsa lleva al frente un porta-estandarte que lleva el emblema de cada agrupación.
Luego siguen los portabanderas, con gigantescas banderas que muestran los colores que identifican a cada comparsa. Más atrás siguen los negros que llevan símbolos de "estrellas" y "medias lunas", que tienen carga "religiosa" y representan la luz que tiene la comparsa. Los bailariones hacen malabares con esos palos que sostienen los símbolos. Siguen dos personajes queridos y saludados por el público, Uno es el "gramillero", que representa al hechicero, médico o brujo, que lleva su valijita con yuyos y gramillas y persigue a la "mama vieja" para enamorarla.
El gramillero hace un baile temblequeante en torno a la "Mama Vieja", una negra gorda, con su sombrilla, abanico y canasta, llena de pastelitos con grasa. Otro atractivo es "el escobero", el encargado de barrer con su escobilla los malos designios que acechan a la comparsa. Los escoberos se lucen como malabarista. Atrás de estos personajes llega el cuerpo de bail, con movimientos de danza de balanceo, contorsionando sus cuerpos, sacudiendo caderas, levantando hombros y acompañando todo eso con brazos, manos y sonrisas.
Bailan al ritmo de la cuerda de tamboriles que marca el cierre de cada comparsa. Suenan tan fuerte que tiemblan las sillas instaladas al costado de las calles por las que serpetean cada comparsa de negros y lubolos (blancos pintados de negro). Hay tres tipos de tamboriles: el "chico" que es el soprano, el "repique" que es el contralto y "el piano" que es el "barítono". Cada comparsa participante deberá presentar un mínimo de 70 y un máximo de 70 tambores, 1 vedette, 4 potabanderas, 1 medialuna, 2 estrellas, 1 escobero, 1 portaestandarte, 2 gramilleros, mama viejas y 15 bailarines.
(fuente)
Comenzaron las "llamadas" de los negros uruguayos en la clásica fiesta montevideana
Recrean la convocatoria que en la época colonial hacían los tamboriles de una comparsa.
MONTEVIDEO. Los tamboriles llamaron a la fiesta: repiqueteó el "borocotó, chás, chás" por las callecitas de los barrios Sur y Palermo, a mitad de camino entre el centro montevideano y la rambla, en el recorrido de las comparsas de negros que desfilan ayer y hoy en su principal fiesta, la que cada año capta más público. Otro año más con éxito de "las llamadas" del candombe uruguayo. Y por ser un año electoral, los precandidatos presidenciales estuvieron presentes en la platea para saludar el paso de las sociedades de negros y lubolos (blancos pintados de negros).
Este año no sólo se lucieron las vedettes de cada agrupación, que compiten por el premio a la belleza femenina. La princesa Laetitia D´Aremberg, con un vestido especial para la ocasión y un trabajoso maquillaje, desfiló con la comparsa "Serenata Africana".
La primera comparsa en desfilar fue "C 1080", que en su nombre alude a una dirección de un viejo conventillo del barrio de los negros. En Cuareim al 1080 estaba el Conventillo "Medio Mundo", en el que se preparaban los negros de "Morenada" y otras comparsas para salir a tocar los tamboriles. Fue ahí donde se instaló mucho tiempo el pintor uruguayo Carlos Paez Vilaró para reflejar la vida de los candomberos.
Y otra vez más, como en cada llamada, Paez Vilaró recorrió todo el desfile con su tamboril colgado al hombro, junto a la "C1080"·. Como creció la cantidad de comparsas inscriptas, el desfile se realiza en dos noches, la de ayer jueves y la de hoy viernes. "Las Llamadas" recrean la convocatoria que en la época colonial hacían los tamboriles de una comparsa de negros, descendientes de esclavos africanos, para sumarse a la fiesta.
La tradición es una de las principales fiestas de Montevideo y capta turismo de todo el mundo. El concurso oficial entre las comparsas se realiza desde 1956, cuando la Intendencia Municipal de Montevideo oficializó el desfile de llamadas. Cada comparsa lleva al frente un porta-estandarte que lleva el emblema de cada agrupación.
Luego siguen los portabanderas, con gigantescas banderas que muestran los colores que identifican a cada comparsa. Más atrás siguen los negros que llevan símbolos de "estrellas" y "medias lunas", que tienen carga "religiosa" y representan la luz que tiene la comparsa. Los bailariones hacen malabares con esos palos que sostienen los símbolos. Siguen dos personajes queridos y saludados por el público, Uno es el "gramillero", que representa al hechicero, médico o brujo, que lleva su valijita con yuyos y gramillas y persigue a la "mama vieja" para enamorarla.
El gramillero hace un baile temblequeante en torno a la "Mama Vieja", una negra gorda, con su sombrilla, abanico y canasta, llena de pastelitos con grasa. Otro atractivo es "el escobero", el encargado de barrer con su escobilla los malos designios que acechan a la comparsa. Los escoberos se lucen como malabarista. Atrás de estos personajes llega el cuerpo de bail, con movimientos de danza de balanceo, contorsionando sus cuerpos, sacudiendo caderas, levantando hombros y acompañando todo eso con brazos, manos y sonrisas.
Bailan al ritmo de la cuerda de tamboriles que marca el cierre de cada comparsa. Suenan tan fuerte que tiemblan las sillas instaladas al costado de las calles por las que serpetean cada comparsa de negros y lubolos (blancos pintados de negro). Hay tres tipos de tamboriles: el "chico" que es el soprano, el "repique" que es el contralto y "el piano" que es el "barítono". Cada comparsa participante deberá presentar un mínimo de 70 y un máximo de 70 tambores, 1 vedette, 4 potabanderas, 1 medialuna, 2 estrellas, 1 escobero, 1 portaestandarte, 2 gramilleros, mama viejas y 15 bailarines.
(fuente)
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