viernes, 24 de octubre de 2008
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Tanto "ruido" y al final era al revés -23/10/2008
MONÓXIDO DE CARBONO, SULFURO DE HIDRÓGENO Y DIÓXIDO DE AZUFRE, PUEDEN SER MORTALES
Qué provocan en la salud y el medio ambiente las emanaciones tóxicas
Desde simples dolores de cabeza y tos, hasta la muerte en el ser humano. Peligrosas para el aire y las plantas. Y tóxicas para los organismos acuáticos.
Gases como el monóxido de carbono (CO), el sulfuro de hidrógeno (H2O) y el dióxido de azufre (SO2), figuran en el listado de los elementos contaminantes analizados en el informe elaborado por la UBA, en las mediciones del aire efectuadas en torno a Botnia entre el 4 de septiembre de 2007 y el 13 de enero de 2008, datos publicados en nuestra edición de ayer.
Estos elementos comparten el listado con otros también indicados como contaminantes, como el caso de óxidos de nitrógenos (NO, NO2, NOx), sulfuro de metilo
dimetil disulfuro y material particulado PM2.5. Pero ninguno de éstos superan los niveles críticos como el caso de los tres primeros.
En ese sentido, es necesario recordar qué efectos provocan en la salud y el medio ambiente los excesos en al aire de monóxido de carbono, sulfuro de hidrógeno y dióxido de azufre, emanados por la planta de Botnia y que tienen impacto transfronterizo.
Según el Programa Internacional sobre Seguridad Química (ICSC sus siglas en inglés, por Internacional Chemical Safety Cards), los tres gases pueden ser mortales si se los inhala en grandes proporciones.
Monóxido de Carbono
En el caso del monóxido de carbono (CO), es un gas incoloro, inodoro e insípido cuya inhalación produce síntomas como confusión mental, vértigo, dolor de cabeza, náuseas, debilidad y pérdida de conocimiento. Se forma en la combustión incompleta de la madera, aceites, carbón, pero a concentraciones tóxicas no hay alerta por el olor.
Sobre los peligros físicos de este elemento, el ICSC indica que el gas se mezcla bien con el aire, formándose fácilmente mezclas explosivas, y además penetra fácilmente a través de los techos y paredes.
En cuanto a los peligros químicos, en presencia de polvo metálico la sustancia forma carbonilos tóxicos e inflamables, reacciona vigorosamente con oxígeno, acetileno, cloro, flúor y óxidos nitrosos. Además, la sustancia puede causar efectos en la sangre, sistema cardiovascular y sistema nervioso central dando lugar a alteraciones neurológicas y cardíacas; la exposición a altas concentraciones puede producir disminución de la consciencia y la muerte.
Sulfuro de Hidrógeno (ácido sulfídrico)
Por su parte, el sulfuro de hidrógeno es un gas licuado comprimido de olor característico a huevo podrido. Su inhalación produce tos, vértigo, dolor de cabeza, dificultad respiratoria, náuseas, dolor de garganta y pérdida de conocimiento.
De acuerdo a los datos de la ICSC, la sustancia irrita los ojos y el tracto respiratorio, puede originar edema pulmonar y causar efectos en el sistema nervioso central, con pérdida del conocimiento o incluso la muerte.
Un dato relevante es que ese elemento produce serio daño ambiental ya que es muy tóxica para los organismos acuáticos.
Dióxido de azufre (anhídrido sulfuroso)
En cuanto a este gas, que es incoloro y de olor acre, su inhalación produce tos, jadeo y dolor de garganta.
El ICSC indica que esa sustancia irrita fuertemente los ojos y el tracto respiratorio, puede originar edema pulmonar, causar efectos en el tracto respiratorio, dando lugar a reacciones asmáticas, espasmos reflejos, parada respiratoria. También puede provocar la muerte.
El dato destacado es que puede ser peligrosa para el ambiente, por lo que recomiendan prestar especial atención al aire, agua y las plantas.
Botnia sí contamina
En julio de 2008 se conoció el informe de la empresa (#) EcoMetrix, encargada por el IFC (WB) para evaluar los primeros 6 meses de operación de la planta de 1.000.000 t/año que Botnia Fyay Bentos S.A. opera desde el 10 de noviembre de 2007 sobre el Río Uruguay, a pesar de que está aún pendiente de resolución una orden de la Corte Internacional de Justicia (NU) que podría forzar su desmantelamiento.
El informe es el primero que incluye mediciones reales y oficialmente reconocidas de las emisiones de Botnia. Concluye diciendo: “…la planta está cumpliendo con los altos Standard ambientales preanunciados en los EIA y el CIS, en todo de acuerdo con las regulaciones uruguayas y del IFC”. Las más altas autoridades de la República Oriental del Uruguay, así como muchos medios de prensa, no tardaron en ampliar –exultantes- “…se ha demostrado que Botnia no contamina”.
Los valores aportados por el informe, por el contrario, muestran que la planta, produciendo sólo unas 400.000 toneladas de pulpa, ha volcado en 180 días más de 4 mil toneladas de contaminantes, todos de reconocida toxicidad aguda o crónica.
Más de 26 t. de metales pesados, órgano-clorados, dioxinas y furanos (todos tóxicos acumulables peristentes); 16 t. de partículas que arrastran tóxicos similares; 3 mil t. de compuestos órgano-sulfurados, nitratos, nitrógeno, fósforo, sulfuros; 900 t. de gases altamente peligroso (SO2, SH2, NOx). Prácticamente la mitad de estos contaminantes han literalmente rociado el territorio argentino. Primero nuestro Río Uruguay, luego sobre miles de hectáreas tierra adentro básicamente dedicadas a la producción de alimentos.
Los vendedores de imagen de Botnia han tratado siempre de convencernos sobre la “enorme diferencia” existente entre su moderna y “sustentable” planta ECF Kraft y las “antiguas” plantas que blanqueaban con cloro elemental. Sin embargo, un mega diseño como Botnia, basado en tecnología 2004/2005 ECF IPPC BAT, emite – con pocas excepciones-, el mismo tipo de compuestos peligrosos y las mismas toneladas de contaminantes por año que un diseño “1970 Cloro Elemental” de 500 mil a 600 mil t. al año.
La suma de todas las plantas argentinas jamás alcanzó una carga semejante de contaminación. Este informe del Banco Mundial, incompleto, y lleno de intencionadas omisiones, no tiene manera de ocultar esta contundente realidad que surge de sus propios números.
La experiencia científica internacional de 30 años no deja duda alguna sobre el serio riesgo para la salud de todos los seres vivos que la continuidad de esta contaminación implica –particularmente en el mediano y largo plazo-, lo que no hace sino incrementar nuestras serias preocupaciones previas el futuro ambiental de la zona.
*Ingeniero Químico – Docente universitario – investigador del Conicet
(fuente)
N.R.: (#) ECOMETRIX es una empresa del grupo BOTNIA y trabajó para el Fondo Monetario Internacional
MONÓXIDO DE CARBONO, SULFURO DE HIDRÓGENO Y DIÓXIDO DE AZUFRE, PUEDEN SER MORTALES
Qué provocan en la salud y el medio ambiente las emanaciones tóxicas
Desde simples dolores de cabeza y tos, hasta la muerte en el ser humano. Peligrosas para el aire y las plantas. Y tóxicas para los organismos acuáticos.
Gases como el monóxido de carbono (CO), el sulfuro de hidrógeno (H2O) y el dióxido de azufre (SO2), figuran en el listado de los elementos contaminantes analizados en el informe elaborado por la UBA, en las mediciones del aire efectuadas en torno a Botnia entre el 4 de septiembre de 2007 y el 13 de enero de 2008, datos publicados en nuestra edición de ayer.
Estos elementos comparten el listado con otros también indicados como contaminantes, como el caso de óxidos de nitrógenos (NO, NO2, NOx), sulfuro de metilo
dimetil disulfuro y material particulado PM2.5. Pero ninguno de éstos superan los niveles críticos como el caso de los tres primeros.
En ese sentido, es necesario recordar qué efectos provocan en la salud y el medio ambiente los excesos en al aire de monóxido de carbono, sulfuro de hidrógeno y dióxido de azufre, emanados por la planta de Botnia y que tienen impacto transfronterizo.
Según el Programa Internacional sobre Seguridad Química (ICSC sus siglas en inglés, por Internacional Chemical Safety Cards), los tres gases pueden ser mortales si se los inhala en grandes proporciones.
Monóxido de Carbono
En el caso del monóxido de carbono (CO), es un gas incoloro, inodoro e insípido cuya inhalación produce síntomas como confusión mental, vértigo, dolor de cabeza, náuseas, debilidad y pérdida de conocimiento. Se forma en la combustión incompleta de la madera, aceites, carbón, pero a concentraciones tóxicas no hay alerta por el olor.
Sobre los peligros físicos de este elemento, el ICSC indica que el gas se mezcla bien con el aire, formándose fácilmente mezclas explosivas, y además penetra fácilmente a través de los techos y paredes.
En cuanto a los peligros químicos, en presencia de polvo metálico la sustancia forma carbonilos tóxicos e inflamables, reacciona vigorosamente con oxígeno, acetileno, cloro, flúor y óxidos nitrosos. Además, la sustancia puede causar efectos en la sangre, sistema cardiovascular y sistema nervioso central dando lugar a alteraciones neurológicas y cardíacas; la exposición a altas concentraciones puede producir disminución de la consciencia y la muerte.
Sulfuro de Hidrógeno (ácido sulfídrico)
Por su parte, el sulfuro de hidrógeno es un gas licuado comprimido de olor característico a huevo podrido. Su inhalación produce tos, vértigo, dolor de cabeza, dificultad respiratoria, náuseas, dolor de garganta y pérdida de conocimiento.
De acuerdo a los datos de la ICSC, la sustancia irrita los ojos y el tracto respiratorio, puede originar edema pulmonar y causar efectos en el sistema nervioso central, con pérdida del conocimiento o incluso la muerte.
Un dato relevante es que ese elemento produce serio daño ambiental ya que es muy tóxica para los organismos acuáticos.
Dióxido de azufre (anhídrido sulfuroso)
En cuanto a este gas, que es incoloro y de olor acre, su inhalación produce tos, jadeo y dolor de garganta.
El ICSC indica que esa sustancia irrita fuertemente los ojos y el tracto respiratorio, puede originar edema pulmonar, causar efectos en el tracto respiratorio, dando lugar a reacciones asmáticas, espasmos reflejos, parada respiratoria. También puede provocar la muerte.
El dato destacado es que puede ser peligrosa para el ambiente, por lo que recomiendan prestar especial atención al aire, agua y las plantas.
Botnia sí contamina
En julio de 2008 se conoció el informe de la empresa (#) EcoMetrix, encargada por el IFC (WB) para evaluar los primeros 6 meses de operación de la planta de 1.000.000 t/año que Botnia Fyay Bentos S.A. opera desde el 10 de noviembre de 2007 sobre el Río Uruguay, a pesar de que está aún pendiente de resolución una orden de la Corte Internacional de Justicia (NU) que podría forzar su desmantelamiento.
El informe es el primero que incluye mediciones reales y oficialmente reconocidas de las emisiones de Botnia. Concluye diciendo: “…la planta está cumpliendo con los altos Standard ambientales preanunciados en los EIA y el CIS, en todo de acuerdo con las regulaciones uruguayas y del IFC”. Las más altas autoridades de la República Oriental del Uruguay, así como muchos medios de prensa, no tardaron en ampliar –exultantes- “…se ha demostrado que Botnia no contamina”.
Los valores aportados por el informe, por el contrario, muestran que la planta, produciendo sólo unas 400.000 toneladas de pulpa, ha volcado en 180 días más de 4 mil toneladas de contaminantes, todos de reconocida toxicidad aguda o crónica.
Más de 26 t. de metales pesados, órgano-clorados, dioxinas y furanos (todos tóxicos acumulables peristentes); 16 t. de partículas que arrastran tóxicos similares; 3 mil t. de compuestos órgano-sulfurados, nitratos, nitrógeno, fósforo, sulfuros; 900 t. de gases altamente peligroso (SO2, SH2, NOx). Prácticamente la mitad de estos contaminantes han literalmente rociado el territorio argentino. Primero nuestro Río Uruguay, luego sobre miles de hectáreas tierra adentro básicamente dedicadas a la producción de alimentos.
Los vendedores de imagen de Botnia han tratado siempre de convencernos sobre la “enorme diferencia” existente entre su moderna y “sustentable” planta ECF Kraft y las “antiguas” plantas que blanqueaban con cloro elemental. Sin embargo, un mega diseño como Botnia, basado en tecnología 2004/2005 ECF IPPC BAT, emite – con pocas excepciones-, el mismo tipo de compuestos peligrosos y las mismas toneladas de contaminantes por año que un diseño “1970 Cloro Elemental” de 500 mil a 600 mil t. al año.
La suma de todas las plantas argentinas jamás alcanzó una carga semejante de contaminación. Este informe del Banco Mundial, incompleto, y lleno de intencionadas omisiones, no tiene manera de ocultar esta contundente realidad que surge de sus propios números.
La experiencia científica internacional de 30 años no deja duda alguna sobre el serio riesgo para la salud de todos los seres vivos que la continuidad de esta contaminación implica –particularmente en el mediano y largo plazo-, lo que no hace sino incrementar nuestras serias preocupaciones previas el futuro ambiental de la zona.
*Ingeniero Químico – Docente universitario – investigador del Conicet
(fuente)
N.R.: (#) ECOMETRIX es una empresa del grupo BOTNIA y trabajó para el Fondo Monetario Internacional
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