jueves, 30 de octubre de 2008
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Excelente charla sobre Artigas - 30/10/2008
Charla sobre Artigas (I) (Gonzalo Abella)
PRIMERA CHARLA SOBRE ARTIGAS, dada por Gonzalo Abella de la UPJL el 23 de Setiembre de 2008.
(Palabras previas de Gonzalo Abella)
Como ustedes saben, hay un grupo de compañeros que hemos formado algo que se llama Universidad Popular Joaquín Lencina. La idea de la universidad no es formar una institución regalmentada; no está registrada, institucionalmente no existe, pero es la intención de formar una escuela de cuadros. La idea es que si hubo compañeros aquí y en otras partes que en la prisión pudieron constituir un lugar de estudio, sería imperdonable que, en un momento en que hay relativas libertades democrático-burguesas, no aprovechemos este contexto (que no sabemos cuánto va a durar) para profundizar en el estudio de algunos temas.
Temas que tienen que ver con la experiencia de las luchas en el siglo XX; esos maravillosos laboratorios que fueron los proyectos socialistas y revolucionarios del siglo XX. Preguntarnos por qué avanzaron, cuales fueron sus logros y cuales fueron sus defectos.
Temas que tienen que ver con la historia continental, incluyendo la uruguaya en ella. A veces no nos damos cuenta, no percibimos qué inmersos estamos y cuánto dependemos de un proceso revolucionario que tiene que ser continental –reflexionen sobre eso.
Y debemos incorporar a la reflexión algunos temas que no eran objeto tradicional de estudio de los movimientos revolucionarios; por ejemplo: mitos, leyendas, religiosidad popular y su nexo con la lucha de clases. Cómo se expresa lo social en umbanda, en quimbanda o en otros lugares de religiosidad popular; cómo se expresan en clave de religiosidad popular los factores de opresión y los mensajes de liberación sobre el imaginario colectivo, ciudadano. Todo lo que tiene que ver con lo multiétnico; pero sin descuidar lo científico, los aportes que nos dan los académicos que no se venden, que son los menos. También los necesitamos a ellos para el desarrollo del marxismo como intento de síntesis de la experiencia de lucha en todos los planos, incluso en el filosófico. Y buscar una síntesis lo más simple posible, dentro de una coyuntura sumamente compleja. Pero también necesitamos aportes de la cultura tradicional de los pueblos originarios, de los afrodescendientes, de los inmigrantes revolucionarios que venían con memoria Fuenteovejuna; de la ascendencia afro que tenemos acá, de esa memoria tradicional; y de la cultura popular no tradicional. Me refiero, por ejemplo, a una serie de estrategias solidarias que existen en los asentamientos. Esto es cultura popular no tradicional porque responde a situaciones nuevas y en el marco de la exclusión generan algunos mecanismos inteligentes que, en el futuro de mucha pobreza que nos espera, vamos a tener que aprender también de esa cultura popular, para nuestra propia supervivencia.
Todo eso tratamos de discutirlo en la Universidad Popular Joaquín Lencina, y yo les decía el otro día, -medio en broma, medio en serio – que además, nosotros no hacemos análisis de coyuntura, es decir, no discutimos por ejemplo la Asamblea Popular. Sí, claro, tenemos una definición anticapitalista y por lo tanto anti-Astori. Pero lo más interesante es que hemos llegado a la conclusión – en medio de nuestro divague- de que otro tema que no podemos excluir es esta gran tristeza que tenemos hoy, un gobierno que abandona su rumbo, y que más tarde o más temprano terminará reprimiendo. No con un golpe de estado, porque no hay contra quien darlo. Pero sí puede haber niveles de represión, estado de sitio, etc.
Entonces ante todo eso, una de las cosas que nos proponemos como revolucionarios en la Universidad Popular es no ser amordazados bajo ningún concepto y seguir funcionando como tal aún en las peores condiciones que presente un gobierno blanco o un gobierno con una nueva Miss Daisy al frente del Ministerio del Interior. En ese marco también, no en estos locales (decimos el pecado pero no decimos el pecador), en otros ámbitos que podemos conversar con quien le interese, discutimos cómo seguir funcionando tranquilamente si nos cierran los espacios legales a los que nos acogemos. Partimos de la base de que cuidar a los compañeros no es tarea que se aprende en 24 horas. Nuestra generación tuvo esa triste experiencia. Es cuestión de toda la vida.
Entonces todo eso es parte del diseño de la Universidad Popular Joaquín Lencina.
Ahora bien: el objetivo fundamental de la UPJL es hacerse prescindible. Es decir que cada grupo de compañeros en cada lugar del país asuma sobre sus hombros la autogestión de sus propios estudios. Generar sí equipos asesores, pero después, que se continúe el estudio en un local de la Asamblea Popular, o un local de compañeros que no están con la Asamblea Popular, pero que claramente tienen una definición anticapitalista, viven la experiencia de un grupo autogestionario de estudio, y donde cada uno de esos integrantes después de vivir la experiencia sea activo promotor de otro grupo, en otro barrio de Montevideo, o en Bella Unión, o en Canelones. Es decir, trasladar la experiencia, y en todo caso, en tanto seamos necesarios todavía como UPJL, acompañar a ese primer promotor, pero tratar siempre de delegar y de construir un movimiento en que se recupere la capacidad de estudio que teníamos en los años 60’, en que discutíamos todo, hasta por demás.
Bueno. Por eso, si a mi me invitan a dar una charla sobre Artigas, yo prefiero instalar un curso de gente que poco a poco se apropie del método de estudio y que sea capaz después, de construir por sí mismo no sólo una reflexión sino además nuevas tesis, por ejemplo sobre el ciclo artiguista, Eso es mucho mejor que estar dando cursos. Y la propuesta que habíamos hecho era trabajar sobre Artigas. Podría ser impactante que aquí en el Buceo constituyera un grupo permanente de la Asamblea Popular de estudios artiguistas. Y que ese grupo permanente fuera el inicio de una red de grupos de estudios artiguistas.
Ninguna revolución ha podido desconocer su propia historia local. Uno ve los grandes dirigentes de todos los tiempos, y uno de sus atributos es tener un profundo conocimiento de las raíces de su propio pueblo. Y estamos hablando de Chávez, que mete a Bolívar a cada rato; estamos hablando de Fidel que habla de José Martí; estamos hablando de Lenin, que se conocía de memoria los pensadores revolucionarios del siglo XIX de la Rusia Zarista, pero podemos hablar de Artigas, que no por casualidad gente que lo vio de afuera dijo: conocía el corazón de sus paisanos como nadie. Y no era porque anduviera a caballo; por lo menos no era sólo por eso, se trata de una cosa mucho más profunda. Por lo tanto, instalar un grupo de estudios artiguistas en un local de la Asamblea Popular es altamente augural y esperanzador.
Porque ustedes también tiene que saber que “nada podemos esperar sino de nosotros mismos”, Frase que, entre paréntesis, Artigas no se lo dijo a un universitario de Córdoba, se lo dijo a un gaucho de Salta, que se llamaba Güemes. Martín Güemes, el que organiza la Guerra Gaucha en el norte argentino, obligando a los estancieros a pagar tributos que fue lo que financió la campaña de San Martín. Buenos Aires no le daba plata a San Martín, y el gaucho Güemes hace la Guerra Gaucha, obliga a pagar tributo a los estancieros y con eso junta dinero para que San Martín cruce los Andes. Y es a Güemes que Artigas le dice “Nada podemos esperar sino de nosotros mismos”.
Bueno, hoy es un día particular porque es aniversario de la muerte de Artigas, o, como dicen los guaraníes – cosa que se ha deformado bastante, el sentido original es precioso- “a los abuelos buenos no se los entierra, se lo siembra”. De alguna manera siempre están germinando.
Entonces la propuesta que habíamos hecho la vez pasada es hacer dos reuniones; esta sería la primera, y una segunda para contextualizar la gesta artiguista, dar algunos rasgos de sus etapas; y después, con ese contexto más la bibliografía que ustedes consulten, dedicarse de lleno a una lectura crítica y directa de los documentos artiguistas. Algunos de ellos son de fácil acceso, otros no tanto, pero podemos, fotocopiando, armar todo. Las cartas de Artigas, las Instrucciones del año XIII, la oración de abril que es fantástica, el Reglamento de Tierras , el proyecto de Constitución para la Provincia Oriental que hace en Villa Guadalupe. Entonces hay que empezar a fotocopiar, y esos documentos, yo les aseguro a ustedes que hasta reunidos en subgrupos, identificando preguntas, certezas, cosas que… van a descubrir un montón de cosas. En los documentos nacidos entre 1811 y 1815 verán el delicado equilibrio verbal que hace Artigas para no acelerar una ruptura con el sector estanciero, terrateniente y esclavista en momentos en que la contradicción fundamental es contra el colonialismo español. Y cómo, después del 15, ya no… Es una forma de decirlo, que entre 1811 y 1815, en el proceso revolucionario oriental, entre batalla de Las Piedras y el Reglamento podríamos llamar, hablando con palabras de Lenin, que hay una dualidad de poderes en el campo revolucionario, expresada por los fogones, que son el ala radical, y por los cabildos, que conforman el ala moderada. Y que esa dualidad de poderes se rompe en 1815 con un reglamento de tierras que, a pesar de lo moderado, es la gota que colma el vaso y que hace que los cabildos reciban a Lecor con flores y que en cambio los fogones se radicalicen y que Artigas sea, de 1815 hasta 1850, el Artigas de los fogones. (No hasta 1820, sino hasta 1850)
A mi me parece que para entrar en tema , les envié una pauta por correo electrónico, que tenía cuatro puntos:
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(Aquí comienza la charla)
Primero, entender la época, la fase del capitalismo mundial en el cual a Artigas le toca actuar.
Segundo, el contexto latinoamericano, que es muy importante desde el punto de vista político. El Virreinato…
En tercer lugar lo que significaba América Latina del siglo XVIII, o sea por el 1700 –Artigas nace en 1764-, Artigas es un hombre del siglo XVIII. Cuando la batalla de Las Piedras ya tiene 46 años. En ese momento él está trabajando políticamente por las mayorías, ya desde hacía 15 años, por lo menos, hasta bajo su fachada militar. Pero el contexto de ideas y de nuevos sueños de las grandes mayorías es lo que debemos recrear. Este tercer aspecto es muy importante, porque si uno lee la historia oficial, Artigas es el lectoescritor de ojos azules, que sale a la campaña e ilumina, ilumina a un pueblo de brutos, que entonces por instinto de libertad, lo siguen. Cuando en realidad Artigas es alumno de una propuesta que ya está madura cuando él tiene 14 años, donde ya se ve “a los indios formar el escuadrón y aprontar los morenos el corazón”. Porque además había habido guerras contra el colonialismo. Y había estado Tupac Amaru y había estado el negro Zumbí , y había estado Sepé Tiarajú; de eso tenemos que hablar. Y había habido, dentro de las misiones jesuíticas una ruptura de la Orden Jesuítica y un grupo de jesuitas que habían hecho una relectura cristiana, no desde el Vaticano sino desde las catacumbas, y que habían transferido a los indios guaraníes y a su colectivismo agrícola, toda la tecnología de guerra de Europa, hasta la fabricación de pólvora… Entonces, todo eso, que es el contexto.
Y por último, dedicarnos un poquito a las etapas en el proceso revolucionario de Artigas hombre, desde los 14 años, en que hace una opción –rompe con su clase social, se va al campo-, hasta 185
0 pasando por todo el trabajo de redes populares que él organiza como blandengue, como jefe civil de un pueblo armado y desde el Paraguay, que es lo que a nosotros menos nos cuentan. Porque si nosotros buscamos los documentos de Artigas, parece que Artigas aprendió a leer y escribir en 1811, siguió escribiendo hasta 1815 y después perdió toda capacidad lectoescritora, ¿no?… ¡Y vivió hasta 1850!
Entonces, yo no sé qué opinan ustedes de la pauta… si este criterio de exposición para empezar hoy con esto vale, o si ustedes plantean algo que no se entendió de los que leyeron la pauta que yo mandé, alguna reflexión…
(Alguien interviene)
Hay acuerdo para empezar así. Entonces yo voy a hacer una cosa: voy a hablar de la época que le toca vivir a Artigas. No el siglo XIX sino el XVIII, en el que él se forma y en que madura su ideología, y vamos a tratar de entender; pero por favor, a veces uno, que está muy metido en esto da por obvio cosas que no lo son. Entonces, por favor, interrúmpanme, y si ustedes ven que yo omito algo que es importante, que es muy probable, porque es un tema muy complejo, así va a ser más divertido.
Primero - En torno a la época:
La conquista de España a América: alguna gente dice: “bueno, la cultura europea vino a avasallar la cultura americana”. Pero no, en realidad los verdugos de las culturas americanas precolombinas, son los mismos verdugos de las culturas populares europeas.
Las culturas, cuando se encuentran, nunca hacen la guerra entre si, sino que hacen el amor.
Los opresores hacer la guerra a todas las culturas. Es decir, los mismos conquistadores que se llamaron adelantados, que vinieron con Colón, eran herederos de aquellos “caballeros” europeos que trescientos años antes habían invadido Palestina con el pretexto de rescatar el Santo Sepulcro de Jesús, y arrasar con todas las riquezas de perlas, oro, plata, etcétera , que tenían los pueblos árabes. Es decir, lo que se llamó las Cruzadas. Ese mismo espíritu de rapiña que generó las Cruzadas allá por el 1100, es el mismo espíritu que genera la Inquisición en el interior de España en el año 1400. La Inquisición es un instrumento de la Iglesia Católica, que no tiene nada que ver con la fe. Se trata del control ideológico y político de los pueblos. Se instala en España. La lógica es la misma que tuvo Diocleciano en el año 300 cuando los romanos dejaron de perseguir al cristianismo y lo transformaron en la iglesia oficial. La lógica del año 300, cuando el Imperio Romano se hizo católico para seguir oprimiendo, es la misma lógica que tuvo la Inquisición española del año 1400, con los reyes católicos. No me sirve – pensaba el rey - la libertad de cultos, porque si cada grupo humano tiene un culto diferente, ¿cómo los controlo? Yo tengo que imponer una religión, no importa cual, pero yo necesito una religión única. Satanizó todo lo demás y esta es la que vale, así yo sé que van a la procesión de Corpus, a la confesión, a la comunión, a la Misa de Difuntos y además de recaudar controlo, porque el que no está en Corpus, el que no está en Misa de Difuntos, el que no está en la confesión, el que no está en el sacramento de la comunión, ¿qué está haciendo? Lo vigilo. Pero además, yo logro, no sólo recaudar, enriquecerme de mil maneras; también cambio las ideas de la gente.
Para los pueblos originarios la tierra es sagrada. Hay que desacralizarla. Yo bendigo un lugar concreto, lo destino para los muertos, le llamo “el camposanto”. Si este es el campo santo, el resto del campo no lo es, puede ser objeto de compraventa. Hasta las palabras se van manipulando, y ahí juega la religión católica, a través de la Inquisición, su papel, que es negador, de alguna manera, del mensaje de la Buena Nueva de los judíos perseguidos en Palestina y de los romanos que se reunían en las catacumbas. Es su antítesis.
Cuando llega el siglo XVIII España ya está en crisis, ya está en decadencia. España, con la Inquisición, con el propio retardo feudal, por más que se apropie del oro y la plata de Potosí, como no tiene artesanía, como no tiene industria, ese oro y esa plata entran a España, y España termina comprando cosas necesarias en Inglaterra, o acero holandés, o telas francesas… España se empobrece por su propia estructura reaccionaria, y son otras potencias las que van avanzando, fundamentalmente Francia e Inglaterra; y Holanda, pero sobre todo para nosotros Francia e Inglaterra, que son las potencias donde tienen banqueros, manufacturas y armadores de barcos. Que son el desarrollo del futuro. Es decir, son el avance de la burguesía, que está desarrollando su propia concepción y tiene además un partido único europeo secreto, que es la masonería, que más allá de los ritos, más allá de todo lo que podemos hablar de la masonería es el mecanismo político de la burguesía que sabe que frente al poder de la tierra de los feudales, ellos tienen el poder del ahorro, del saber hacer, del saber viajar y del conocer. Las sociedades anónimas son parte de ese proceso. En realidad los primeros banqueros -yo no quiero detenerme en esto-, pero los primeros banquers son los caballeros templarios. De ahí aprende la masonería todos sus ritos. Ojo con los ritos iniciáticos. Todas las comunidades tienen ritos iniciáticos.
Cuando el pueblo judío era todavía un pueblo de pastores hacía la circuncisión a todos los varones, es un rito iniciático. Cuando a las muchachas charrúas les pintaban rayas azules, a todas las muchachas, es un rito iniciático. Cuando sacamos fotos de nuestro nietito con su moña azul en su primer día de clase de la escuela pública, es un rito iniciático. Pero no son esos los ritos que toman los masones; los masones toman los ritos iniciáticos de las sociedades de clase, de las sociedades opresoras; ritos que sólo son para las clases dominantes, y que controlan cierto secretos que el pueblo “profano” no debe saber, porque es un tema de poder. Y frente al poder de la tierra, uno de los poderes de la burguesía es el poder del conocimiento. Y eso es el plan de Dios, Supremo Arquitecto: el gobierno de los arquitectos. Y la masonería, este poder burgués, va a ser revolucionaria contra el poder absolutista. Porque hay gente de sangre azul, piensan, que mno merece gobernar. Dios no quiere eso.
O sea que va a ser contra el poder absolutista. Pero también va a tratar de cuidar que no lleguen al gobierno los pueblos humildes, porque son analfabetos. ¡Horror! No pueden gobernar, tienen que gobernar ellos, que son los eurocultos, los que saben los secretos del Gran Oriente, filtrado por Europa, que es de donde llega el saber de esos ritos iniciáticos y les da estructura jerárquica.
Esto es el ímpetu. España se hundía sola. Si no hubiera habido todo lo que pasó en la época, igualmente los burgueses de América, la oligarquía criolla, hubiera igualmente conquistado la única libertad que les importaba, que era la libertad de comercio, que es la única libertad que les interesa a los burgueses. El monopolio comercial español estaba sentenciado, de todos modos, por una época en que lo que avanzaba era el libre comercio, y donde a las cañoneras inglesas no les importaba demasiado plantar su bandera. Ahora lo que les importaba no era sacar, más bien lo que le importaba a Inglaterra era poner; poner sus mercancías, lograr nuevos mercados. Por eso invadió acá en 1806-1807, pero a lo que se dedicó fue a hablar del libre comercio; y se fue tan “pancho” y después se dio cuenta: ¿Otra invasión inglesa? “No, mejor vamos a apoyar a Bolívar y a San Martín”. Y los ingleses nunca más invadieron: apoyaron a los libertadores. A ellos lo que les interesaba era el mercado.
Es admirable cómo San Martín cruza los Andes para llegar a Chile. Pero no se dice tanto que San Martín llega a Perú en los barcos ingleses.
Entonces, esta es la época. Ahora ¿qué pasa? Si nosotros decimos Siglo XVIII, y hicimos enseñanza secundaria, e hicimos humanística, porque si no nos acordamos de nada…. Siglo XVIII… ¡ah!… independencia norteamericana, Revolución Francesa, la Enciclopedia, el gran libro del saber burgués,
¿Y qué pasaba acá, en la América Española? Eso lo cuentan mucho menos. ¿Qué mundo americano conoció Artigas cuando rompió con esa aldea-cuartel aburridísima que era Montevideo colonial, y se fue al mundo de la gauchería, -cuyos caminos llevaban a contactos con América Central, a los Andes, -porque era un mundo absolutamente abierto, móvil, dinámico y de intercambios culturales… ¿Qué mundo conoció Artigas? Eso no nos cuentan.
Desde luego, siglo XVIII, vamos a ver: la burguesía, que tiene ya los viajes de Marco Polo, que tiene ya un montón de descubrimientos, la burguesía del siglo XVIII , que ya maneja la imprenta que es un instrumento de poder burgués muy fuerte; que por eso los protestantes están con la burguesía y la Iglesia Católica con el feudalismo.. La burguesía tiene la imprenta, entonces distribuye libros, la Biblia… Dice “que cada cual interprete la Biblia”. Eso es la burguesía: el poder del saber, la masonería. Bueno, esa burguesía en el siglo XVIII escribe una obra monumental que se llama la Enciclopedia –de ahí vienen los nombres de las enciclopedias actuales-, que habla de todo, para desafiar al poder de la Iglesia. La Iglesia dice que la verdad es revelada en el dogma. Y ellos dicen “La verdad la descubrimos pensando”. Montesquieu habla de la división de poderes. Y después las colonias norteamericanas se independizan de Inglaterra. A veces uno dice ¡qué admirable la revolución norteamericana! Pero no se olviden de una cosa: la revolución norteamericana empieza con gente muy humilde,-labradores, campesinos, muy amigos de los indios-, que están contra el monopolio comercial inglés; pero esa es la primera etapa.
En la segunda etapa, cuando la burguesía terrateniente de George Washington toma el poder, está apoyado por las monarquías más reaccionarias: por España y por Francia. Porque es un problema práctico: Inglaterra está compitiendo con ellas allá en Europa. Si le quitamos las colonias Inglaterra se debilita. Y no importa quien es Washington … no importa que lleguen los indios al poder, el asunto es que Inglaterra sea débil para la competencia en Europa. El gobierno reaccionario de España, monárquico, y el gobierno monárquico de Francia , mandan nobles, -entre ellos al Marqués de Lafayette-, que son parte de la independencia norteamericana.
Estados Unidos se constituye en un país, mucho discurso de libertad y de nuevas ideas, y de nuevo mundo… y empiezan los franceses a hacer su revolución contra el Rey. La burguesía francesa se apoya al principio en el pueblo pobre d eParís. A diferencia de Inglaterra, donde la revolución terminó en un negociado entre el rey los burgueses con Cromwell, (la revolución en Inglaterra fue menos sangrienta, aunque rodaron cabezas) en Francia se va a eliminar la monarquía.. La revolución inglesa, que fue anterior, -por eso Inglaterra era moderna-, terminó no en un república sino en una monarquía parlamentaria, donde el rey manda y los burgueses también, y hay una cámara de nobles y una cámara de gente común, burguesa. Es decir, un arreglo interesante que moderniza a Inglaterra. Con menos años, la burguesía francesa hace otra cosa: deja que el pueblo más humilde avance, le corte la cabeza a los ricos, forme un gobierno de pobres; y después la burguesía da un golpe de estado y pone (resumiendo un poquito) un emperador burgués que no es de sangre noble, Napoleón, un hombre que viene de origen humilde, pero que es el emperador de la revolución burguesa francesa, para enfrentarse con Inglaterra. Estos son los procesos del siglo XVIII.
Mientras tanto ¿qué pasaba en América? Primera cosa. En América nosotros ya tenemos, -siglo XVIII-, casi trescientos años de resistencia indígena; primera cosa.
Los indígenas eran invencibles. Es más: si uno mira un mapa de la época -América del Sur aparece como un triángulo partido en dos partes desiguales. Una parte es de Portugal y otra parte que es la América española. Eso en el papel. En los hechos, España y Portugal jamás controlaron más del diez por ciento del territorio americano. ¡Jamás! Porque la selva era incontrolable. La selva siguió siendo de los pueblos originarios.
(Interrumpe un compañero – Casi ininteligible en la grabación)
Yo no quería dedicarme mucho a América del norte, pero es un proceso fascinante. En Inglaterra había libertad de cultos. La burguesía había impuesto libertad de cultos. Todos los masones son creyentes en el Supremo Arquitecto, porque si no hay Supremo Arquitecto, ¿quién los legitima a ellos? Pero la forma de adorar al ser supremo, cada cual tiene su forma. Por lo tanto son anticatólicos. Y los pueblos, las pequeñas comunidades pastoriles y agricultoras que llegan con el Mayflower y toda la conquista de América del Norte, son gente muy humilde que en general se unen como cuáqueros o como anglicanos, o como distintas sectas protestantes; y hay mucha más libertad. Lo cual no significa mayor tolerancia con el diferente. Porque ustedes conocen la historia de las brujas de Salem, como a las mujeres que realmente quisieron ser diferentes y estos cuáqueros, estos anglicanos, esta gente bondadosa, les prendieron fuego a las mujeres porque querían pensar diferente. O sea, la intolerancia surgió igual de la burguesía. Pero no era la brutalidad de la Inquisición. Ahora en Lima visité el museo de la Inquisición. Realmente es aterrador. Pero además da para pensar la Inquisición como instrumento de control y de represión ideológica. Desde luego que fue distinto. Eso generó que aquellos pueblos de agricultores, aquellos pueblos de plantadores algodoneros, prósperos, - como era George Washington, que tenía más de diez mil hectáreas-; toda esa gente tenía además una cabeza mucho más moderna, mucho más empresarial que la oligarquía criolla, porque en última instancia los criollos independentistas eran hijos de españoles que venían de un mundo muy reaccionario (habla otro compañero)
… Hasta la división de las parcelas! No hubo latifundios. En Estados Unidos, en las trece colonias, nunca hubo latifundios. Pero a mi me interesaba centrar el tema de la época en América del Sur.
¿Qué pasaba en América del Sur? En primer lugar, la selva era incontrolable. Seguían los pueblos originarios. La montaña era incontrolable. Los ejércitos europeos de la época sólo sabían pelear en llanuras, porque en Europa las grandes batallas se hacían en las llanuras centrales. A tal punto que eso nos quedó en el lenguaje. Cuando se habla de una batalla grande se dice “batalla campal”, porque la batalla se hace en el campo. Y realmente ellos controlaron los llanos venezolanos, la llanura oriental-entrerriana, la pampa argentina, hasta que los pueblos originarios de la pradera conquistaron el caballo. Y ahí otra vez la pampa se vuelve incontrolable. Porque la superioridad que tenían ellos con el caballo se pierde cuando los indios domestican al caballo, se hacen amigos del caballo. Primero los indios del Chaco, después se lo pasan a los de la pradera oriental - entrerriana; de esta a los pehuenches de la pampa… y los pueblos se vuelven invencibles. España sólo controlaba las entradas fluviales, las ciudades fortificadas como Montevideo, las minas, las encomiendas, las plantaciones, los ingenios…todo con protección militar. Y el resto era territorio liberado. Eso es el siglo XVIII.
Pero en el siglo XVIII se daba además otro fenómeno muy importante: antes que Artigas naciera, en el siglo XVIII, en este continente, en las tierras liberadas, decenas de miles de afrodescendientes fugados se iban a hermanar con los pueblos originarios. Es decir, había ya redes afro en todo el continente, que iban desde Haití hasta el Río de la Plata. Esas redes fueron un fenómeno fascinante del siglo XVIII. Porque ¿qué pasa? Los negros viejos que se fugaban querían entrar en Recife, robar un barco y volver a África. Pero los muchachos y las muchachas negras jóvenes decían: abuelo, usted no se enoje, pero yo soy de acá. El negrero me obligó a olvidar mis dioses. Me dio una religión nueva, me dio un lenguaje. Yo no sé ni de qué pueblo de África vengo. No sé si me va a gustar África, yo soy americano, soy afroamericano.
Entre los negros jóvenes, -muchos de ellos fugados de la esclavitud-, empieza a surgir una nueva visión de una América para negros, indios y blancos; y una idea religiosa sincrética, donde puede haber un cielo protector donde haya espíritus negros, espíritus indios y espíritus blancos. En última instancia, Umbanda, en el siglo XX es la huella de aquella religiosidad.
Yo a veces cuando llega un colega de otro país lo llevo por la calle Fernández Crespo para ver los lugares de venta de artículos de Umbanda. Para que vean el “preto velho”, el indio con plumas y San Jorge. Era la propuesta revolucionaria a nivel ideológico; la gente que después se suma a Artigas, no había leído a Voltaire, no había leído a Rousseau. Tenía una cosmovisión de fraternidad y una ideología de que también en el mundo de los espíritus podía haber fraternidad. O sea, píntame angelitos negros. Eso es americano, eso no es africano. Y además no se olviden que el mundo de los inmigrantes es muy diferente al mundo de los conquistadores. Venía gente campesina de Europa, que venía de la experiencia de la resistencia contra la arbitrariedad y contra el absolutismo. Tenía la experiencia organizada de las aldeas; cosa que refleja Lope de Vega en Fuenteovejuna. Pero que también refleja Cervantes, si uno lee cuidadosamente El Quijote. Porque Cervantes pone en la cabeza de un loco lo que él quiere decir, y que si él dice directamente va preso. Entonces que lo diga El Quijote.
El mundo campesino, el mundo pastoril que describe Cervantes en El Quijote, sin ir a otras cosas de Cervantes maravillosas; simplemente el mundo pastoril que describe, la defensa de los derechos de la mujer, que hace a través de la voz de una pastora, Cervantes en El Quijote…. Y sobre todo aquella alegoría de lo que había sido el mundo campesino, cuando El Quijote está con los arrieros y todos lo oyen admirados de su locura que dice, cito de memoria, algo así: “dichoso aquel tiempo lejano en que no existía el tuyo y el mío y era sólo el nosotros; y no era necesaria la andante caballería para desfacer entuertos”. Y todos los miran admirados de su locura.
Entonces, América está recuperando un sentido de la fraternidad multicultural a través de los negros fugados, la solidaridad de los pueblos originarios, de las muchachas negras fugadas y del sincretismo religioso, que es muy importante. El muchachito negro sabe que a su papá lo habían vendido. La madre le dice, “no te olvides de tus orixás, no te olvides de tu identidad, nuestros abuelos vinieron de África y en sus andrajos aferraron pedacitos de tierra africana donde venía el polvo de los abuelos, por eso los orixás están aquí y por eso no te olvides de acercarte al mar porque el vientre líquido de la mar océana es el vientre que recogió a nuestros muertos; y por eso vamos a inventar un pretexto para poner una flor; porque no olvidamos a esos tíos que murieron en la travesía”.
Es decir, todo ese sincretismo religioso se expresa en una propuesta política, una propuesta ideológica del siglo XVIII. Uno de los que anduvo en esas redes, mucho antes de ser artiguista, fue el negro Ansina, que estuvo esclavo un tiempo en Brasil y fue de la sociedad secreta “os filhos de Zumbí” (Alquien pregunta “¿Cómo lo elige Artigas a él? ) Bueno, eso es bien interesante, no es el tema de la época, pero quizás refleje también la época. Ansina es mayor que Artigas, Ansina nace en 1760 y Arigas en 1764. Joaquín Lencina se fuga muy jovencito, se mete en Montevideo colonial –él nació en una estancia, de padres esclavos cristianos. Y él en Montevideo no encuentra trabajo porque no tiene papeles de liberto; por lo tanto se mete en los barcos que van a cazar ballenas en las Malvinas y es arponero, y además maneja algo de la pólvora. Es capturado en alta mar por piratas, vuelto a encadenar, lo meten por el puerto de Santos y va a las plantaciones de San Pablo. Ahí se organizan varias fugas, organiza con los negros de la Sociedad de filhos de Zumbí, y finalmente lo capturan, lo torturan pero no lo matan porque es mercancía. En resumidas cuentas, en 1795 Ansina es vendido como negro peligroso en las Misiones Orientales, -existe la partida de compra-, Artigas lo compra y le da la libertad el mismo día. Y lo recomienda al gobernador español de Montevideo para el batallón de pardos libertos. Los documentos del batallón de pardos libertos los estuvo estudiando un investigador uruguayo que se llama Oscar Montaño, que descubrió los registros sobre Ansina, ya liberado por Artigas, como capitán de pardos libertos en el Montevideo colonial. Y Ansina, evidentemente, estaba de guardia, como dice el parte, cuando se fugan , en 1803, todos los negros esclavos de Montevideo. Los negros , las negritas, todos los negritos chiquitos… Y Ansina había puesto la guardia, pero la guardia se había fugado también. Detrás de todo esto están los franciscanos, que hacen una lectura de la vida de San Francisco y su sensibilidad hacia los animales y a la naturaleza; San Francisco es un santo católico muy vinculado a la naturaleza. Hacen una lectura de un “franciscanismo social”, y por lo tanto están contra la esclavitud. A tal punto, que en 1811, cuando Artigas pone sitio a Montevideo, al gobernador español de Montevideo le da una pataleta, porque ahí se da cuenta de cómo son las cosas, y expulsa a los franciscanos, la única orden que quedaba en Montevideo. Les dice, “váyanse con sus amigos los matreros”. Y echa a toda la congregación… del colegio donde había estudiado Artigas. Claro, porque ¿qué es lo que pasa? Artigas (esto tendríamos que tratarlo después cuando hablemos de Artigas, pero nos estamos adelantando) a los 14 años rompe con su clase social; pero detrás de ese Artigas adolescente hay dos “manijas”: la manija de su abuelo –no de su papá -, de su abuelo, que era su verdadero amigo, el abuelo, y amigo de los indios y de los franciscanos que eran antiesclavistas. Entonces del franciscanismo social y de su abuelo fueron las ideas que Artigas, cuando muere su abuelo rompe con su padre y se va al campo a vivir entre los indios. El tema de un Artigas que va bebiendo en el fogón gaucho todas las cosas de las cuales yo quería hablar primero, hacen que… a los 36 años se mete a milico. Es muy claro: él está mandatado por toda una red solidaria. La obra revolucionaria de Artigas más interesante y menos conocida es la anterior a la batalla de Las Piedras. La obra realmente social de Artigas, de trabajo de redes. De redes que no querían una guerra de independencia ni les importaba. Porque en realidad les importaba más tener territorios liberados, donde vivir, donde ser. Y no cambiar de bandera a Montevideo. En realidad, los que querían guerra de independencia eran los criollos ricos, por el monopolio comercial, ellos estaban esclavos a su propia legalidad. Pero la gente humilde, cada vez que el rey publicaba un bando, respondían con un contra-bando. Se reían de la legalidad del poder colonial. Entonces Artigas, ahora oficial, capitán de Blandengues, hace lo mismo, como milico, que hacen los curas Hidalgo y Morelos en México. Para la gente de más plata, los Bolívar, era posible estudiar en Europa. Para la gente, digamos, criollos medios, como los papás de Artigas, la posibilidad era: o cura, o milico; no había otra. Cuando las comunidades advierten que vienen tiempos turbulentos piden a sus amigos que los protejan, “vos que sos de origen aragonés, metete; hacete cura de pueblo o hacete milico, porque nosotros necesitamos en los más altos cargos, gente nuestra”. El tema de Artigas con Ansina está muy estudiado, paradójicamente, por un historiador colorado, que es Maggi. Sobre todo en su libro “Artigas y su hijo el caciquillo” y “Artigas y el lejano norte”. Maggi está como funcionario público y lo meten con Pivel Devoto, pero Maggi es periodista , él no es historiador. Lo meten con Pivel Devoto que está haciendo el Archivo Artigas- Y Maggi descubre (por suerte no le dio la cabeza para entender de qué se trataba) que Pivel Devoto saca algunas cartas. Entonces él junta esas cartas, y hay una carta donde Artigas le escribe a un muchacho charrúa. Y le dice: “Yo estoy orgulloso de vos y sé que vos siempre andarás conmigo. Tu padre, Artigas”. A lo cual Maggi concluye – a mi juicio erróneamente - que Artigas tiene un hijo charrúa. Yo creo que se trata de una paternidad de otro tipo. Pero lo que Maggi demuestra es el secreto que nuestra historia oficial más guardado tenía: que los charrúas no siguieron a Artigas por instinto de fiera, sino que había una relación afectuosa entre Artigas y los indios. Entonces Maggi dice: “Yo creí que los charrúas eran artiguistas. Ahora me vengo a enterar de que Artigas era charruísta.”
Entonces Maggi explica (ahora Jesús Perdomo, un historiador de Castillos , lo explica también, porque él trabajó por su lado con archivos muy antiguos) que Artigas, como Protector de los Pueblos Libres va a dormir en el suelo, en una manta, en un ranchito, y en cambio cuando todavía es oficial de milicias del Rey reclama para él un latifundio en el norte: el Arerunguá.
Y entonces otro capitán de Blandengues se queja al gobernador. Dice: “¿para qué quiere, el capitán José Artigas, esa enorme tierra infestada de infieles, que no va a poder poblar con ganado manso (el concepto de estancia es de estacionar, de dejar ganado manso) porque está infestada de infieles’”. Y Maggi, con gran sagacidad dice: “equivocó la pregunta. No era para qué, era para quienes”. Pero además, sobre que Artigas está cumpliendo un papel revolucionario para las comunidades, cualquier persona que tiene un mínimo de trabajo político de pueblo, lo responde por sí solo, por sentido común. Artigas es aragonés, no es canario; es de la gente rica del Montevideo colonial. Rompe con su clase social, se hace paisano, contrabandista, amigo de los indios. Y según la Historia oficial, rompe con los indios y se hace milico a los 36. Persigue indios y persigue esclavos. Deserta en 1811, y la gente es tan masoquista que lo sigue ciegamente en seis provincias. Sin “marketing”. Y cualquier persona que ha trabajado, y más si han hecho trabajo político, cualquiera de ustedes, en campaña, donde la gente es mucho más desconfiada, sabe que esta historia oficial no puede ser así. Ahí hay muchos contrabandos, y ya podemos adelantarnos. Que Artigas haya nacido como líder con la batalla de Las Piedras y no con el trabajo social anterior, es el contrabando que nos mete el ejército, de decir que la batalla de Las Piedras es el nacimiento de las fuerzas armadas uruguayas. Cuando en realidad Artigas es un luchador social que pelea con pueblos en armas, que no quiere ejército profesional, y que cada vez que un grupo de “dragones de la libertad” lo viene a apoyar, él lo define claramente en cada documento, como “ejército auxiliar del pueblo armado”; y que además, la mayor parte de los que luchan con Artigas no son ni siquiera orientales; son entrerrianos, misioneros, correntinos, cordobeses… O sea, todo lo que Artigas quiere: la descentralización del poder, la descentralización, la soberanía particular de los pueblos, que los indios sean señores de sí mismos, la diferencia, es la antítesis de lo que quiere un ejército moderno: pintar todo de verde, la uniformización del pensamiento , la uniformización del control y las estrechas fronteras nacionales y la exaltación de una patria en abstracto. Es todo lo contrario. Es decir, en realidad el ejército profesional uruguayo, además de estar integrado por funcionarios del estado, -no son voluntarios, son funcionarios-, nace con el genocidio indígena de Salsipuedes, y tiene su bautismo de fuego internacional asesinando al pueblo paraguayo. O sea que en realidad el ejército uruguayo no debería usar ese distintivo. El ejército uruguayo debería usar la cara de Venancio Flores, o de Bernabé Rivera, en sus máquinas de guerra, y no el distintivo artiguista, porque son la antítesis.
Esta es la forma de contrabandearnos la historia, falsificarla. Larrañaga lo dice: “en nada parecía un general” Y yo les decía el otro día; un simple ejercicio de observación de la estatua ecuestre de Artigas en la plaza Independencia; no le pueden poner un bicornio militar. Tiene un sombrero gaucho. Entonces ¿Qué hacen con el sombrero gaucho? Se le ve solo el agujero. Lo pegan así contra el pelego, y uno, lo que ve del sombrero de Artigas es casi nada. Tampoco le pueden poner charreteras, ni una franja carmesí. ¿Qué hacen? Le ponen un poncho gaucho, pero que cae como capote militar; exageran el tamaño de los hombros y cualquier turista que está sacando fotos está seguro que debajo tiene charreteras. Y a la bota, sutilmente, le meten un pompón. Pero es que la ideología de la burguesía , o desterró a los héroes populares, o los falsificó. Incluso a Artigas se lo quiso negar. Lo que pasa es que la devoción popular era tan fuerte, que se dejó pasar el tiempo y después se lo falsificó, se lo hizo guerrero, cuando en realidad Artigas jamás quiso la guerra. La única batalla que peleó contra los españoles – ¡una sola batalla!, lo demás fue todo contra los portugueses. La única batalla contra los españoles no sólo no mató a los vencidos: ni siquiera los metió presos; lo cual, desde el punto de vista militar es una barbaridad. Pero el golpe político era “váyanse, ustedes están perdidos. Ahora los sitiamos y ríndanse cuando quieran”. Porque la filosofía de los pueblo nunca es ir a la guerra. La guerra viene a buscar a los pueblos, y a veces no hay más remedio. Entonces sí, que tiemblen los oligarcas cuando los pueblos despiertan. Ojalá no recibamos, dentro de muy poquito tiempo desde Haití los primeros cuerpos de muchachos uruguayos en bolsas de plástico que van a venir aquí. Que tiemblen cuando los pueblos se organizan. Pero el tema es que en el siglo XVIII nadie quería guerra, sólo la oligarquía criolla y sus aliados ingleses. Pero pasaban otros fenómenos en ese siglo.
Voy a terminar con lo de Joaquín Lencina. En 1879 Máximo Santos resuelve devolver al Paraguay los trofeos de la guerra de la Triple Alianza. Va una delegación uruguaya a Asunción del Paraguay, y los paraguayos dicen: “Aquí hay un viejito negro, desmemoriado, de más de cien años, que peleó con Artigas”. Entonces los uruguayos dicen “Ansina”. En realidad no era Ansina; era otro, mucho más joven que Ansina, que se llamaba Ledesma. Pero todo el mundo creyó que era Ansina, ese negro viejo.
A partir de ese negro viejito, –que después murió y por error lo trajeron creyendo que era Ansina-, que está enterrado en el obelisco de Las Piedras surgió la confusión. Está meritoriamente enterrado porque fue en su adolescencia , lancero artiguista) -, Allí empieza a buscarse toda la historia de los negros que entraron al Paraguay con Artigas; y lo primero que se confirma es que con Artigas, en la derrota de 1820, entran más de trescientos afrodescendientes; familias orientales que no querían volver a la esclavitud; y que Artigas negocia (el Dr. Francia, presidente de Paraguay no lo recibe, pero negocia a través de su Estado mayor) asilo político para más de cien familias negras que entran con él al Paraguay. Esas cien familias negras – más de trescientas personas, muchos niños negros-, el Dr. Francia los recibe, junto a otros orientales, pero pone condiciones: los caudillos artiguistas, todos reciben asilo en Paraguay pero todos están separados. A Artigas lo manda a San Isidro Labrador de Curuguaty; al rubio Pedro Campbell lo manda al sur, y a los negros los manda a un lugar que pasa a llamarse Cambacuá (que significa “refugio de los negros”). A ldesma, lo manda a Guarambaré. Entonces esas familias negras son las que guardaron la memoria de Ansina. Pero ¿Qué pasa? Nosotros estábamos buscando en Asunción (estoy hablando de veinte años atrás) las memorias de Ansina, y encontramos los trabajos de Hamerley Dupuy. Era un pastor evangélico suizo que vivió algunos años en el Río de la Plata. El tenía trabajos sobre las pirámides de Egipto, sobre un montón de cosas. Llega al Paraguay y se encuentra con un anciano, Benigno López, que le dice “De niño, yo conocí al viejo Artigas”. Hamerley Dupuy lo conoce en 1920. Entonces empieza a hablar de la vejez de Artigas, del negro que lo acompañaba, y Hamerley le dice “¿Pero era paulista? (Porque el negro Ansina, como tenía ropas de religión, a veces, de lo que hoy podríamos llamar Umbanda, andaba mucho de traje blanco. Entonces dice, “Pero acá hay crónicas, Beaurepière, un oficial brasilero, que había visitado a Artigas en vida dice “A Artigas lo acompaña un anciano negro paulista” . Pero él se confunde, primero porque Ansina le habla en portugués, porque Ansina había estado esclavo en Brasil,, y en segundo lugar porque su traje de religión, de babalorixá lo confunden a Beaurepière. Y este anciano le dice a Hamerley Dupuy: “No, era oriental, y era payador, hacía poemas y recitaba. Yo tengo unos escritos de él. Y Hamerley Dupuy, en 1920, se lleva copias de los manuscritos con poemas escritos por el negro Ansina. Eso llega, lo publica en Buenos Aires en 1950, cuando ya está viejito, con su hijo. Pero él no los valora suficientemente. Es un libro voluminosos en dos tomos al que le llama: “Artigas en la poesía americana”, y en estos tomos, -que a veces se encuentra algún ejemplar en la Feria de Tristán Narvaja-, aparecen los poemas de Ansina. Mucha gente académica de acá al principio lo declaró apócrifo. Lo cierto es que se publican los poemas de Ansina, que es una crónica versificada de la batalla de Las Piedras, del Éxodo, de toda la gesta, y la gente dice: “Es un invento”. No parecía lógico que un pastor evangélico, que había trabajado sobre cosas muy importantes, se dedicara a falsificar los versos de Ansina; y sobre todo que son versos de una muy pobre versificación. Ahora sabemos por qué esa versificación es pobre. En realidad Ansina usaba una terminología gauchesca, con muchas palabras, afro, bozal, guaraní; pero cuando él pasa a escribir y pone la pluma, se auto reprime y trata de escribir en el lenguaje diríamos “de fieras batallas”. Entonces cambia la versificación y la empobrece; los poemas valen como documento. Porque lo que nosotros llamamos poesía gauchesca no es obra de los gauchos, sino de escritores cultos de Buenos Aires y de Montevideo, que comparten un tiempo en el fogón y reproducen después en la ciudad la sonoridad de aquel lenguaje. Pero el gaucho que aprende a leer se auto reprime como gaucho y trata de escribir lo más urbano posible, porque transpone su lenguaje al lenguaje legitimado por la escritura.
Lo cierto es que un poema de Ansina, que fue la primera clave de veracidad, es una poesía que parece que nunca llegó a destino, que le escribe Ansina a su mujer cuando se asila en Paraguay. Dice un montón de cosas: le traeré un monito a nuestra niña, etc….y en un momento dice: “Va De los Santos al Janeiro./ Artigas se acordó de los presos./ Quería mandarte unos patacones / pero sólo te mando besos”. En el año 1960, Jesús Perdomo , un investigador de Rocha, empieza a estudiar la historia del chasque de Artigas y en ese año queda demostrado que Francisco De los Santos, Artigas le dio en la derrota cuatro mil patacones y le dijo:”Esto llevalo al Janeiro para la libertad de Lavalleja …y de otros”: que gracias a esos patacones que llegaron después de un viaje increíble se consiguió la libertad de Lavalleja y de algunos otros.
Entonces empieza a descubrirse que eso es una fuente impresionante. …
Yo con esas investigaciones no tengo nada que ver, pero con otras sí tengo. Pero paralelamente , yo trabajé mucho con los CambaCuá (los descendientes de los afroamericanos que entraron con Artigas) y en un momento yo estaba aquí, en San Gregorio de Polanco, estudiando otro tema que no tenía nada que ver, “Memoria Anciana”, y una mujer que se llamaba Marina Machado me dice:”si, pero yo no soy de San Gregorio, soy de Artigas; mi papá era juez de paz”. . Una señora muy mayor, creo que todavía vive, por suerte, en San Gregorio. Dice: “Y mi papá era juez de paz y me venía a buscar en un charret, me llevaba a dar alguna vuelta cuando volvía de campaña; y me llevaba a la calzada vieja. (Los que conocen el Cuareim, no el puente de la Concordia, sino la calzada vieja , que está semi sumergida…) Dice: “Y de la calzada vieja, aguas abajo íbamos como una legua y me decía: “¿Ves, Marinita? Estos eran los ranchos del negro Ansina”. Entonces bueno, con ese dato de San Gregorio, vamos a hablar con una viejita de Pueblito Sequeiro, que hizo mucho tiempo limpiezas en Artigas. Le digo
-Negrita, ¿vos te acordás de los ranchos de Ansina?
- No.
-Pero escuchame: de la calzada vieja del Cuareim, aguas abajo…
-Ah, los ranchos de los negros!
-Y.. ¿No te suena Ansina?
-No.
- ¿Y Lencina?
- Ah, Lencina son casi todos.
(risas)
Entonces yo fui al directorio telefónico. Y en el directorio telefónico, la cantidad de Lencina que hay ahí, no hay en el directorio telefónico de ningún otro departamento. Alsina sí, pero Lencina no. Entonces fuimos a trabajar con los descendientes. Los tipos sabían toda la historia. Es más, me dijeron ¿Pero no te acordás de Bachicha Lencina, el trompetista? Era descendiente. Entonces empezamos a conocer toda la historia: Cuando el negro Ansina se va para allá dejó aquí dos hijos varones y una nena. yo supongo que su mujer, criolla, era bastante menor que él. Quedaron en San Eugenio del Cuareim. Después de la muerte de Artigas, Ansina tiene noventa años, y uno de los hijos va a vivir con él, con su familia. Y esa familia queda viviendo en Paraguay después de la muerte de Ansina. Ansina ya muy ciego y viejito se fue a vivir con Ledesma. Que por eso la confusión. Y Ledesma lo entierra en Guarambaré. Ahí se queda la familia de los Lencina y finalmente, después de la guerra del Paraguay, que pasan todos un hambre terrible, los Lencina del Paraguay –son dos sobrevivientes-, nietos del negro Ansina, deciden volver a Artigas. Vienen por Misiones pero uno de ellos se casa con una misionera y el otro sigue hasta acá. Y todavía en los años ’90, o sea hace unos 20 años, cuando empezamos esta investigación, todavía los Lencina de Artigas te decían: “este es de los Lencina del Paraguay, este es de los Lencina nuestros”. Pero toda esa memoria estaba absolutamente preservada. Incluso tienen una empresa de fletes, algunos de los descendientes de Lencina en San Eugenio del Cuareim.
Y muchos de ellos son bastante blanquitos, porque además el negro Ansina se casó con una muchacha blanca, que se llamaba Sinforosa. Entonces uno descubre que … si habláramos con lenguaje del siglo XXI, diríamos que el papel de Ansina fue el de asesor de la Liga Federal para asuntos de Negritud . No era un cebador de mate, porque el cebar y entregar el mate en la rueda ritual también tenía una cierta significación. Pero además era el hombre que conocía las redes continentales. Y las redes continentales tenían grupos armados. En Cartagena de Indias tenían lo que se llamaba los palenques de los negros cimarrones, que eran ciudadelas selváticas invencibles. El gobernador de Nueva Granada le manda pedir una tregua , vía gobernador de Cartagena de Indias, al palenque de los negros. Y el negro Biohó le contesta: “Mientras haya un solo esclavo preso en Cartagena de Indias, el palenque está en guerra”.
Y esto es anterior a Artigas. Los kilombos negros son del Siglo XVII. A comienzos del siglo XVIII, en el tormento, un indígena confiesa cuál era el camino secreto para el Kilombo de Palmares. Entran los holandeses y portugueses, matan a todos los ancianos, capturan a todos los jóvenes después de la resistencia y los revenden, pero lejos de Pernambuco, para que no se forme de nuevo el Kilombo. Pero el problema es que no se dieron cuenta los esclavistas que sembraban el espíritu de Kilombo en toda la América española. Entonces una de estas sociedades secretas fue la que integró el negro Ansina en el siglo XVIII. (Una participante recuerda los versos: “Ansina me llamo / Ansina yo soy / Sólo Artigas sabe / hacia dónde voy.)
Pero es clarísimo, si uno lee los poemas de Ansina, uno se da cuenta de que es mucho más que un simple combatiente por la libertad. Y ese poema es bellísimo. Ansina es parte de una red continental.
Hay otro tema en el siglo XVII que es el de la transformación que sufrió la Compañía de Jesús.
Ignacio de Loyola había fundado, dos siglos antes, la Compañía de Jesús, como un grupo monástico militar para cerrar filas en torno al Papa. Si los caballeros Templarios, eran para cuidar el Santo Sepulcro, los jesuitas eran para cuidar al Papa. Iban a operar en Europa. Ignacio de Loyola era militar; en ese momento había órdenes mendicantes, órdenes de reclusión, y él organiza una orden militar: la Compañía de Jesús. Ignacio de Loyola, antes de morir, propone reclutar de toda Europa a los jóvenes más cultos para su compañía. Entonces el trabajo teológico de los jesuitas es el trabajo teórico a favor del vaticano. ¿Qué pasa?: Muchachos de veinte a veinticinco años se hacen jesuitas, estudian teología pero además la Antigua Grecia la campaña de César en las Galias, de Aníbal el Cartaginés, conocen cómo fabricar la pólvora y se van a alfabetizar, desarmados, a evangelizar, en América. Los selectos van a América a evangelizar. Y ocurre una cosa curiosa: esos muchachos jóvenes, que vienen con el mensaje de Jesús, un perseguido que fue crucificado por el poder, cuyos seguidores romanos se reunían en secreto en las catacumbas, siempre amenazados por el poder, cuentan esa historia en colectividades agrícolas, donde todos comparten lo que comen, lo que siembran.
Y su propia cabeza se va cambiando. La orden jesuita en América, se parte en dos. Hay jesuitas que se refugian en el autoritarismo, el verticalismo de la orden. Y hay jesuitas que empiezan a releer el Evangelio… es decir, lo que surge en el siglo XVIII en algunas misiones, es una teología de la liberación. Entonces, ¿qué hacen estos jesuitas? Empiezan a transferir a las colectividades agrícolas la fabricación de pólvora, fundir cañones, estrategia militar, manteniendo la lengua indígena y con una religiosidad cada vez más sincrética, porque siguen hablando de la Virgen , pero ya nadie cree que la virgen era virgen; porque además los guaraníes lo cuestionaban. “padre, yo entiendo, una virgen puede tener un hijo; la selva está llena de misterios. Pero ¿Tan fea era la mamá de Dios que no tuvo novio?” (risas).
Entonces los jesuitas crean el concepto “tupasy María” ; Madre de Dios María. Tuapsy Kaakupé, Tupasy Itatí… Y no pueden decirle virgen , porque virgen (kuñá pyahû) es ser mujer incompleta. La pareja es parte importante de la formación de la persona. Aún la pareja homosexual. Es necesario como experiencia de vida de pareja, en la cosmovisión guaraní.
Después la resistencia al sacramento de la confesión. “Si mi comunidad no se salva yo prefiero ir al infierno”. El cuestionamiento a la omnisciencia de Dios: “Yo no quiero un dios que me esté vigilando siempre, yo quiero que venga cuando yo lo necesito”. Entonces en el diálogo, los propios jesuitas…. Bueno, el famoso problema de la virgen de Itatí. ¿Recuerdan la canción de Cafrune? “Virgen morenita / india fue tu cuna” ¡Era para quemarlos en la hoguera, la virgen de Itatí! Es más: cuando expulsan a los jesuitas, el clero persigue a los indios, y algunos indios correntinos, para salvar una imagen de la virgencita de Itatí, se vienen a Tacuarembó, a Paso del Borracho, lo que ahora se llama Villa Ansina”, para salvar la virgencita de Itatí. ¿Qué sabe el Vaticano?; la virgen era india y ellos la vieron nacer en la floresta americana.
Entonces esto, y los jesuitas traían también a muchas familias negras que se convertían al cristianismo para no ser tan esclavos y convivir con jesuitas ya no tan célibes; que seguían diciendo que había supersticiones, pero que empezaron a ver a los espíritus en el monte. Es muy fácil negar a los fantasmas cuando estás en el Vaticano, pero si estás en la selva…que los hay, los hay. Este sincretismo entonces genera, en el colectivismo agrícola, una propuesta cristiana, donde cada vez la gente se fuga de las mitas, se fuga de las encomiendas, se fuga de la esclavitud y se hacen cristianos. Y no es una parodia. Hay una carta de los jesuitas de las Misiones Orientales, que dice que un cacique viene con toda su comunidad y le dice al padre Superior: “Yo no entendí mucho que Dios era uno y era tres, pero te oí tocar el violín. Y yo le dije a los míos: una persona que hace esa música está cerca de Dios”.
Todo esto genera una cosa tan fuerte, en las aldeas fortificadas, que el rey de España y el rey de Portugal le piden juntos al Papa que se lleve a los jesuitas. En 1764 nace Artigas; los jesuitas se van cuando Artigas tiene cuatro años de edad, 1768. Pero ¿qué pasa? Quizá algunos de ustedes vieron aquella película “La Misión”. Cuando viene la orden de que los jesuitas se van, los indios, en comunidad , le dicen a los padres, ¿Nos van a abandonar? ¿Vuelve la esclavitud para nosotros? Ahí están los bandeirantes esperándonos para hacernos esclavos. Ustedes nos dijeron el mensaje de Jesús y ahora nos dejan? ¡Y la orden jesuita se parte en dos! Un grupo de jesuitas se va; el otro grupo de jesuitas se queda a la lucha armada, junto con los indios y con sus cruces, al martirio, y ahí se produce una cosa extraordinaria: en las guerras guaraníticas se unen los guaraníes cristianos, los guaraníes del monte, los charrúas, los africanos fugados, todos, contra el ejército unido de España y Portugal. Y Artigas no ha nacido. Y cuando hablamos de los antecedentes de Artigas hablamos de la revolución francesa! El Siglo XVIII americano es vital; para no mentar que el siglo XVIII es el siglo de Tupac Amaru, de Tupaj Katari , de Micaela Bastidas, esposa de Tupac Amaru, que son la insurgencia andina, que no plantea tampoco la independencia. Cuando yo llegué a Cusco, me impresionó porque me dice un amigo peruano “¿Ves? Aquí, cuando llegó Pizarro, en este rinconcito de la plaza de Cusco, que era la capital de los incas en ese momento, llamaron a todos los sabios, a todos los amautas de todas la culturas; el Inca se los presentó. Y Pizarro los reunió a todos los sabios y les dijo a sus soldados: “Mátenlos a todos”. Y después requisaron todos los cueros donde estaban los planos de las construcciones de Macchu Pichu, y ardieron hogueras. Y en ese mismo lugar, doscientos años después, descuartizaron – en el mismo lugar- a Tupac Amaru y a su mujer.
La insurgencia andina…Tupac Amaru era cristiano, era bautizado, se llamaba José Gabriel, y jamás pidió la independencia de su país. No le importaba un cuerno qué bandera ondeara en Lima. Él decía dos cosas: “Que el patrón no coma más de nuestra pobreza” y “Soberanía particular de los pueblos. Que los indios sean señores de sí mismos”. Esos eran los planteos de Tupac Amaru. Siglo XVIII. Y es descuartizado cuando Artigas es adolescente.
Habría muchos más temas para tratar. Pero hay que entender que cuando Artigas llega, a los catorce años al mundo gaucho, recibe todas las informaciones de un mundo en convulsión.
Y él, que además es lectoescritor, empieza a tratar de hacer una síntesis entre el pensamiento más avanzado francés y norteamericano, que le llega de rebote, porque el no sabe francés ni inglés, pero gracias a Mariano Moreno y a los libros requisados que custodiaba su padre lee los documentos. Trata de hacer una mezcla entre eso y lo que está bebiendo en el fogón gaucho como sueño de la utopía americana de fraternidad multicultural. Por eso el ideario de Artigas tiene una complejidad enorme porque también es fruto a veces de su propia soledad y de su propia angustia. El tiene un pie en cada cultura. Y trata de pensar para el futuro una propuesta que no estaba pensada en su época. Pensemos por ejemplo, en el momento más radical de la revolución francesa, cuando Robespierre toma el poder, hace saltar todos los candados de los graneros allá en París, en 1792 y reparte tierras entre los más pobres, entre los “sans culotte”. ¿Cómo hubiera hablado Robespierre de los indios? : “Los indios también tienen derecho” Artigas dice otra cosa: “Los indios tienen el principal derecho” Eso no es europeo. El tratamiento desigual de situaciones desiguales no entra en la lógica del movimiento radical revolucionario francés. ¿Qué hubiera dicho Robespierre? Silogismo aristotélico: “todos los hombres son iguales; los indios son hombres; los indios son iguales.” ¿Qué dice Artigas? “Acá los indios tienen el principal derecho”, le dice al gobierno de Corrientes. Porque el gobierno de Corrientes, dentro de esa olla de grillos que era la Liga Federal, era el más aristócrata de los gobernadores artiguistas. Por eso, todas las cartas a favor de los indios, Artigas se las mandaba al gobernador de Corrientes.
Para terminar con la época: yo lo que quería era ubicarnos hoy, en aquella época llena de ideas, llena de héroes y heroínas, de negros, de indios, de criollos humildes, gente transgresora, y de muchísimos europeos que venían al mundo de la gauchería, se enamoraban de ese mundo de libertad, y fueron grandes revolucionarios. Por eso Artigas es tan cuidadoso cuando dice que hay malos europeos y peores americanos. Y por eso, cuando le contesta a San Martín: “Los tiranos, no por su patria, sino por serlo, son el objeto de nuestro odio”. Hay europeos que son incondicionales. d e los pueblos. Andresito, el gran caudillo guerrillero de Misiones, su asesor militar era un capitán español, el capitán Muiño, que había puesto su espada y sus conocimientos militares al servicio de los indios. Y al revés, había gente de sangre indígena que traficaba con esclavos.
Una última cosa sobre la época, y después quiero hacer una reflexión final: Cuando las Misiones son arrasadas, porque los jesuitas se van, porque la guerra guaranítica se pierde, viene la secularización: funcionarios rentados de la Corona pasan a administrar los bienes e indios, y sacan de allí los esclavos para todos lados. Uno de los funcionarios rentados, quizá el mejor de todos ellos, que sustituye a los jesuitas en Yapeyú, es el papá de San Martín. Pero en ese marco, para las familias guaraní-cristianas del colectivismo agrícola, hay varias alternativas; las misiones ahora son ruinas, en cualquier momento vienen los bandeirantes y los llevan. El gobierno español y el gobierno portugués no les dan ninguna garantía. Y los cazadores de esclavos se los van a llevar. Gran cantidad de esos guaraníes que ahora son lectoescritores, son músicos, son luthiers, conocen la música gregoriana ; en las misiones se habían estrenado algunas obras de Haydn antes que en Europa. Ese mundo culto de los indios, algunos se vuelven a meter en el monte. Es bellísimo como termina la película La Misión; a veces una imagen vale más que diez tesis. Se incendian las misiones, mueren los curas rebeldes, un grupo de niñitos desnudos corre hacia la selva otra vez. Y de repente una nena se da vuelta, y agarra un violín. Y vuelve a correr para la selva. Ya no son los mismos…
Por eso el campesinado paraguayo, fue el campesinado más culto de América. Eso viene de las misiones. Pero alguna otra gente inda se viene a la gauchería. ¡Si ya conocían estos pagos! Habían venido durante milenios, los guaraníes, en peregrinaciones rituales. A ver al “río sin la otra orilla”. A ver la salida del sol americano. Habían venido después con los padres jesuitas al frente, a buscar vacas de la “vaquería del mar”, para llevarse para las Misiones. Y ahora vienen a hacerse gauchos.
Entonces, en un mundo charrúa, en un mundo donde los gauchos, los inmigrantes, los negros, están haciendo prácticas de “charruización”, y que los charrúas además se están “agauchando” por el manejo del caballo, el manejo de la vaquería, el contrabando de cueros… El mundo que recibe a estos indios peregrinos es un mundo de charrúas muy especial, son charrúas que ya no usan puntas de flecha. Eso “ya fue”. Usaban metal toledano o metal holandés. Armas de fuego: trabucos ingleses, los charrúas de la costa. Andaban a caballo. Algunos de ellos eran cristianos, como María Micaela Guyunusa. Era un mundo totalmente “agauchado”, el mundo que los recibe, el mundo de la vaquería. Y ahí llegan estos indioscristianos, a través del camino (camino en guaraní se dice tape) abandonando sus chozas provisorias, que quedaron en el camino (tapera), y llegan a guaranizar la Banda Oriental. Y a cristianizarla. Había un mundo espiritual gaucho, pero ahora vienen con códigos cristianos. La catequesis es tan fuerte que para un gaucho de la época de Artigas, decir “ser humano” o decir “cristiano” son sinónimos. Pero no es de una evangelización que viene del Montevideo colonial. Eso viene de estos indios con una nueva teología cristiana, que van a generar una lectura del Evangelio absolutamente liberadora y contraria de la otra. Pero además cambian algunas costumbres. Por ejemplo, ahora , para saludarse, van a decir Ave María Purísima, los paisanos. Van a santiguar el mate. El mate, la costumbre ritual, que ya tenía cuatro mil años, tenía bombilla de caña, va a tener bombilla metálica. Aporte de los jesuitas del Paraguay. La bombilla de plata o la bombilla de alpaca introducida por los jesuitas en el ritual indígena más antiguo. Las mujeres van a tener crucifijo al pecho, las faldas más largas. Los paisanos, debajo del chiripá, van a empezar a usar calzón blanco, porque a Misa no se puede ir de piernas desnudas. Hay toda una serie de cambios en el mundo gaucho, que viene de esa corriente “tape”. Y lógicamente, la gente de selva es más baja que la gente de pradera. En África lo mismo: en la sabana están los zulúes, en la selva están los pigmeos, porque en la selva es incómodo ser alto; en la pradera es práctico. Entonces bajito y tapecito van a ser sinónimos en el mundo gaucho. Es el que vino del camino, del tape. Eran oriundos de la selva, no eran de la pradera. Los charrúas eran más altos. (Alguien pregunta cómo era la bombilla) La bombilla era de caña, o un hueso hueco, de perdiz o algún ave, al cual se le dejaba la membranita para filtrar por ósmosis. Esa era la bombilla, que todavía es la bombilla ritual. O de caña.
Y los jesuitas se dieron cuenta de que el ritual del mate era el ritual de la reflexión colectiva. Entonces ellos evangelizaban a la hora del mate. La bombilla de metal es un aporte jesuita. Ahora se han recuperado las tradiciones.
La gauchería es el ecosistema de praderas dentro de las redes continentales. Y todas las redes tenían información. Es decir, si al rey de Francia le cortaban la cabeza, los gauchos se enteraban enseguida, a través de los piratas. De repente no se imaginaban mucho cómo era París. Pero que en el mundo estaban pasando cosas asombrosas, y que las cabezas de los reyes eran desechables, eso lo sabían enseguida. Si las trece colonias norteamericanas se independizaban, al mundo gaucho llegaba la noticia. Y en los fogones de todos se generaba una reflexión cultural interesantísima, porque los negros daban los testimonios de su dolor; los indios, de su memoria; los inmigrantes, de sus creencias… Cuando nosotros rastreamos el mundo, -que todavía hoy pervive-, de leyendas mágicas, en el campo uruguayo, encontramos historias de origen afro, historias de origen indígena, leyendas que vienen del mundo cristiano y también leyendas del mundo europeo precristiano. Porque en las aldeas europeas, la Inquisición había impuesto la religión católica. Pero las abuelitas seguían creyendo en las hadas buenas, en los enanitos, en las hadas madrinas. Entonces las abuelitas iban de día a Corpus Christi, confesión, comunión… De noche, fuego encendido y “envasaban” en cuentos infantiles la antigua religión del bosque. Pero su nietita inmigrante viene, se hace abuela gaucha y transfiere, en el fogón de todos, las historias mágicas europeas precristianas que se mezclan con las leyendas indígenas y las leyendas africanas. El siglo XVIII además, es un siglo de libertad, donde las redes multiculturales controlan el ochenta por ciento del territorio continental, donde nadie quiere para nada una guerra de independencia, en la cual los ricos van a hacer la inversión y los pobres van a poner los muertos. Lo que quieren es: curas de campaña de confianza y capitanes de milicias de blandengues de confianza de la gente, “p’a que nadie joda” y la gente pueda seguir viviendo. Esa es la estrategia. Y en esa historia batllista y burguesa, nos metieron, ¿qué estudiamos nosotros? Montevideo colonial. Montevideo colonial era una aldea aburridísima donde no pasaba nada. Y el mundo gaucho extramuros crea una cultura maravillosa y e todavía se dice: “el gaucho era un elemento marginal de la campaña” No: el mundo gaucho, de hombres y mujeres, es un mundo formidable que crea un arte único, un cantar opinando; una música que habla antes de política que del paisaje o el amor. Crea una relación con el caballo, especial. Crea la edad del cuero, “made in charrúa”. El mundo gaucho la desarrolla. Crea lo que llamamos el colectivismo difuso de la pradera, que refleja Atahualpa cuando dice: “En mi pago un asado es de nadie y es de todos”. Frente al colectivismo agrícola de los guaraníes, el colectivismo difuso de la pradera, donde la plata que llega, los patacones, son para timbrar, porque es el cuero la verdadera moneda: las monedas de plata se timbean. La tierra no importa como propiedad. La tierra es el lugar donde se piala un caballo y después se pialan cuatro vacas y con cuatro cueros, si yo soy indio charrúa y me hago gaucho, con cuatro cueros consigo un perfume francés para mi novia. A las carretas del Chatre, contrabandista francés amigo de los gauchos, les decomisan en Tacuarembó alfombras persas para el Alto Perú. Era el mundo de la abundancia; había tanta necesidad de cueros en Europa… (alguien pregunta…) Chatre, le decían. Artigas contrabandeó con él. Y lo detienen en Tacuarembó en las famosas “grotas” de allá del norte y le decomisan alfombras persas. Era la sociedad de la abundancia, la de los gauchos. Pero además el mundo gaucho no tiene nada que ver con el peón a quien radio rural le lavó el cerebro, que a veces menosprecia a la mujer porque la cocinera tiene menos sueldo que el capataz… eso vino después, eso fue el alambrado de los campos. El mundo gaucho primigenio era el mundo de las transgresiones, era el mundo de la libertad y el mundo de la creación de un sueño nuevo, multicultural, culto (Alguien interviene)
Nosotros nos olvidamos que ese mundo gaucho tenía además sus unidades productivas que son equivalentes al burgo medieval, que se llama la estancia cimarrona. En la estancia del S. XVIII, había telar, había herrería, había carpintería, había el galpón de ensillar y los yuyos indios. Había una base material que desarrollaba, a nivel superestructural, toda una ideología de la solidaridad. Y era una ideología de la comunidad. Se había vinculado al mercado internacional, a través del cuero, sin romper la colectividad. El colectivismo difuso del mundo gaucho…
Esa es la universidad de Artigas. Si la escuela fueron los franciscanos, la universidad es el fogón gaucho, que es parte de un mundo continental, donde indios, negros, y criollos y también europeos se sienten hermanos y sienten que es un mundo de abundancia. (alguien pregunta cuando se alambran acá los campos) En la época de Latorre, 1870 en adelante. Y se refuerza con el código rural de 1875.
La lucha por la tierra la podemos recoger en el folclore, por ejemplo. Mucho más que en los documentos. Hay un montón de milongas viejas que hablan : “Quiso morir de a caballo / y se hundió en la soledad (…) le reclamaron la tierra / y la tuvo que entregar./ Se fue despacio, despacio / pa’ quedarse un poco más.” Otra que dice “no venga a tasarme el campo/ con ojos de forastero / porque no es como aparenta/, sino como yo lo siento /(…) Su cinto no tiene plata / ni p’a pagar mis recuerdos”. Está también la historia de Prudencio Correa, y la historia de los matreros. Los hacen ver como que fueran delincuentes, pero los matreros en realidad son la última resistencia por la tierra. Pero si uno quiere ver cómo la contrarrevolución agraria, que empieza en 1830, tuvo la resistencia, uno tiene que leer Salsipuedes…es parte de la contrarrevolución agraria. Y los charrúas no peleaban solos. Todos los partes militares de Rivera lo dicen : “Hay que destruir a los charrúas, porque en sus aldeas están refugiados todos los elementos díscolos y anarquistas de la campaña” Es decir, los charrúas eran la fuerza organizada de la resistencia armada del artiguismo contra la contrarrevolución armada por la cual se pospone la lucha de divisas hasta liquidar, juntos, al artiguismo.
Entre 1830 y 1836 no hay guerras civiles. El estado, recién nacido, cumple su función de estado consolidando el latifundio. Es la tercera derrota. Artigas es derrotado tres veces: en 1820, en forma militar; en 1830, en forma política, con la constitución reaccionaria y traidora; y en 1831-32 con Salsipuedes. Esta es la tercera derrota de Artigas. Las divisas no surgen después. Las divisas coexisten con Artigas pero se enfrentan abiertamente desde 1836.
Y una lo traiciona y la otra lo abandona. No son proyectos programáticos posteriores a Artigas. Lo que llamamos las divisas y los partidos políticos eran otras opciones, frente al artiguismo popular.
Una última reflexión:
La historia burguesa nos hace creer que la guerra de independencia es lo más importante que pasó en estos quinientos años. Y en realidad, antes de la guerra de independencia hubo un terrible genocidio indígena. Y después de la guerra de independencia, hubo un terrible genocidio indígena. Antes de la guerra de independencia, los africanos fueron esclavos. Y después de la guerra de independencia fueron esclavos o discriminados. Antes de la guerra de independencia había latifundios. Y después de la guerra de independencia y hasta hoy, hubo latifundios.
La guerra de independencia hay que verla como un momento importante de la lucha de clases de quinientos años. Y lógicamente, siempre pasa con una guerra, que una cosa es lo que planifican sus planificadores y otra cosa es lo que desata sin pensarlo. Así como los que se enfrentaron en la primera guerra mundial, por un reparto de colonias, no se imaginaron que los rusos iban a aprovechar para hacer una revolución socialista, los criollos ricos, que hicieron la guerra contra España, no se imaginaron que iba a haber un Artigas, que iba a haber un cura Hidalgo, un cura Morelos, o Manuel Rodríguez en Chile, o Boves en Venezuela, que lucharon para una plataforma popular. Que duró poco, pero que fueron ejemplos de lo que podía ser una meta a trazar. Lo que debemos más a la revolución de Haití en 1804, anterior a todo el proceso de la independencia continental, es que los esclavos negros tomaron el poder aprovechando la coyuntura de la revolución francesa. Tomaron el poder, lo defendieron heroicamente, pero eso no fue lo más importante. Lo más importante que pasó en 1804, -estamos hablando de unos cuantos años antes de la batalla de Las Piedras-, cuando los negros tomaron el poder en Haití, fue que organizaron la agricultura, y funcionaban. Sin amos y sin esclavos, los negros, brutos, salvajes, ignorantes, organizaron la agricultura y funcionaba. Le daban de comer a todos. O sea que se podía gobernar sin amos y esclavos. La burguesía criolla de Caracas, de Buenos Aires, apuró la independencia para que no cundiera el ejemplo de Haití. La masonería se apuró a la independencia por lo mismo.
La lucha de clases es realmente lo que nos tiene que servir de brújula para entender los procesos. La independencia fue una anécdota en el marco de cosas mucho más profundas.
SEGUNDA PARTE DE LA CHARLA
Charla sobre Artigas (II) (Gonzalo Abella)
SEGUNDA CHARLA DE GONZALO ABELLA SOBRE JOSE ARTIGAS - 1º de octubre de 2008
Ya dijimos en la reunión anterior que nuestra preocupación era sustituir la metodología de conferencia por una metodología de la apropiación del proceso por grupos de estudio interconectados, que eso es lo que estamos necesitando en el Uruguay: generar grupos de estudio que piensen sobre nuestra propia historia, sobre nuestra identidad. Lo necesita la revolución uruguaya. No hay proceso revolucionario sin la apropiación de la historia, del legado popular tradicional. Y si ustedes miran las revoluciones en curso y las revoluciones anteriores, los temas de la identidad y de las tradiciones revolucionarias del país son fundamentales. Uno puede buscar un contexto con las categorías del marxismo leninismo, pero si uno no puede encontrar los sinónimos en el lenguaje popular y en la historia revolucionaria de su país, es muy mal marxista. Porque, realmente, si el marxismo es simplemente la sistematización de la experiencia mundial para delinear el camino de la emancipación de los pueblos, ser marxista en cualquier país es sistematizar la experiencia local, y saber encontrar, sobretodo, la brújula de clase en los procesos, que a veces son muy contradictorios. Se ven como anecdóticos esos enfrentamientos entre caudillos, detrás de los cuales hay una racionalidad de intereses de clase diferentes. Y a veces al revés: a veces hay choques de caudillos que son absolutamente íntegros, absolutamente convencidos de la táctica que desarrollan, chocan violentamente entre ellos y en realidad tienen los dos la misma honestidad y la misma pasión. También eso puede pasar. Entonces: buscar qué representa cada personalidad de la historia, qué se imagina a sí mismo que está haciendo, y qué intereses sirve realmente. No siempre la persona que actúa con protagonismo es consciente de a qué intereses está sirviendo.
Eso es una cosa. Lo segundo: la idea era hoy culminar este panorama general sobre Artigas, hablar más de su vida y de su acción concreta, en todos sus períodos de sus ochenta y seis años, y generar un grupo de estudio y la lectura directa de los documentos artiguistas. Eso significa que cuando ustedes se consoliden como grupo, yo quedo a la orden para las veces que tenga que venir. A la orden. Pero si ustedes no hacen el desafío de apropiarse del grupo, pierde un poco de validez lo que estamos haciendo. La idea es que ustedes no sólo se apropien del estudio artiguista, sino que sean elementos generadores (en otros locales de Asamblea Popular, en otros grupos barriales y en el Interior) de centros de estudio artiguistas. Generar una red para que la Asamblea Popular, y grupos y personas que a veces no están en la Asamblea Popular, - a veces muchachos que están en barricadas, pero les interesan estos temas - , se vinculen a recuperar esta tradición revolucionaria y esta lectura de clase.
Entonces, no se preocupen, no se compliquen si a la tercera reunión son cinco, porque la dinámica de las cosas en las que uno va a estar en estos meses, va a ser tan grande! –después vienen vacaciones, etc., etc.-…
El problema es que no se pierda la chispa. Y que esos cinco que se reúnen y leen un documento artiguista, y leen las Instrucciones del Año XIII, o la Oración de Abril o la correspondencia de Artigas con sus hijos, o las correspondencias de Artigas en Paraguay, o los detractores de Artigas, -que es interesantísimo leerlo-, de la época, los que lo conocen desde afuera, como los hermanos Robertson, o Larrañaga, o los que hablan desde la época… Cada vez que se reúnan, así sean cinco, para trabajar este tema, produzcan un pequeño resumen de lo que leyeron, lo que sacaron en conclusión, y la identificación de las preguntas y dudas que surgen del documento. Porque así hay un trabajo acumulado, y se transforman en un centro de documentación.
Yo les traje una fotocopia; fue muy casual, porque el martes pasado yo les cité de paso, cuando hablamos del negro Ansina, de un investigador de la ciudad de Castillos, Jesús Perdomo. Un hombre veterano, que es el promotor de cultura y de investigaciones históricas en la ciudad de Castillos. Un hombre vinculado al Partido Nacional; porque cuando uno empieza a andar por campaña y trata de obtener materiales, descubre que uno tiene que ser muy flexible, porque la gente menos pensada es brillante y aporta elementos sorprendentes. Hay documentos de nuestra historia, y sobre todo si uno quiere estudiar la estrategia de guerra irregular de Artigas, -lo que se llamaría hoy guerra de guerrillas-, la bibliografía principal la tiene el Ejército. Y a veces un teniente coronel que está a cargo de un destacamento del Interior te da una información que no la tenías por ningún lado. Yo trabajé muchos años así. Casualmente me encontré con Jesús Perdomo el fin de semana pasado reunido con gente de Puntas del Chafalote y 19 de Abril allá en Rocha; y el había hecho para sus alumnos del Liceo de Castillos un trabajo sobre Artigas blandengue, Artigas oficial del Rey, ese Artigas que ya está trabajando en realidad en secreto para las comunidades. Y él hizo un trabajo para sus alumnos. Él está fascinado con la obra de Maggi. En este pequeño trabajo que hizo para liceales, él maneja una bibliografía poco conocida. Entonces vale la pena.
El cree a pies juntillas, -ustedes lo van a ver acá-, como cree Maggi, que Manuel, el caciquillo charrúa, es hijo biológico de Artigas. Mi sospecha es de que no es así, pero eso es absolutamente irrelevante. Lo que demuestra Jesús Perdomo en esta fotocopia que les dejo, es que Artigas, a los catorce años es gaucho; a los 36 se mete de milico para ayudar, para apoyar a las comunidades. Y eso lo demuestra claramente con los trabajos de Maggi. Por eso vale la pena hacer circular este material.
Otro tema en relación con la Bibliografía: lo único que nos vacuna para no ser influidos por la literatura burguesa sobre Artigas, es ir directamente a las fuentes; y después cuestionar lo que yo digo y lo que dicen los demás. Pero el tema de Artigas en la historiografía uruguaya sufrió una evolución que fue bastante interesante y que vale la pena que ustedes reflexionen un poquito para después leer críticamente la literatura sobre Artigas. Cuando surge el Estado oriental, en 1830, Artigas es absolutamente negado por la historia oficial. Artigas va a vivir 30 años más en el Paraguay. Hacía diez años que se había ido y va a vivir 30 años más en el Paraguay. Y no va a estar cruzado de brazos. Artigas llega al Paraguay a hacer lo que hacía a los 14 años: ser un articulador de redes populares multiculturales. Pero la historiografía oficial lo niega; Artigas no existe, porque no se olviden que, cuando surgen las divisas, en 1836, el partido único de gobierno, el Partido Colorado, es el partido estructurado por los enemigos de Artigas. Es decir, el Partido Colorado surge totalmente integrado por los que eran los cisplatinos, es decir los orientales al servicio del Imperio. Y pasan a ser partido único de gobierno, en todo el siglo XIX. Piensen un poquito: 1830: es la independencia, que es la derrota política más terrible que tuvo Artigas. La derrota militar fue unos años antes, pero la derrota política fue en 1830 cuando se jura la Constitución que separa la Provincia Oriental de la Patria Grande.
Entre 1830 y 1836 no hay guerra entre blancos y colorados. Ya hay dos proyectos diferentes de país, las divisas no son casualidad, no son capricho de caudillos: son dos programas diferentes. Pero no luchan entre sí los primeros 6 años. Lucía Sala, una historiadora marxista de los años 60, explica por qué. Entre 1830 y 1836, los que van a ser después blancos y colorados están juntos en lo que se llamó la contrarrevolución agraria. Primero hay que barrer a los charrúas porque los charrúas son el brazo armado de la resistencia artiguista. Los partes de Rivera son clarísimos: “En los aduares charrúas se han refugiado los elementos díscolas y anarquizantes de la campaña”, es decir, los donatarios de tierra artiguistas. Entre 1830 y 1836, alianza total de Rivera y Oribe: hay que liquidar la reforma agraria, que no había sido completa, pero había tierras fértiles ya repartidas y zonas no legalizadas pero que seguían bajo control y gestión de las mayorías populares.
Por lo tanto los futuros blancos y corados se dividen el trabajo muy bien. Los cuatro primeros años Rivera hace el trabajo sucio, el trabajo más violento, y el trabajo más demagógico: “Vos sos donatario artiguista pero sos mi compadre, yo a vos no te toco si vos no ayudás a los charrúas, quedate tranquilo. El Presidente soy yo, y mato a aquel, y mato a aquel charrúa…” En 1834 sube Oribe que es el legalista, y dice: “¡Ah, no! ¡Habrá latifundio para todos!” Él es legalista. Por lo tanto expropia a los mansos que creyeron ser protegidos por Rivera.
Eso pasa entre 1830 y 1836. El único que en esos años, y con vacilaciones, se pone del lado de los charrúas, es Lavalleja. Y así le va: lo “sacan de troya”.
Ahora volveremos a Artigas, pero vamos a entender lo que pasa después. La historiografía oficial del Uruguay niega a Artigas, (“es un bandido”, “era un elemento anarquizante”). Y la historia empieza con el “Grito de Asencio” y luego “Los 33”.
En el año 1904, el gobierno de José Batlle y Ordóñez hace un libro así de grande, que lo manda a editar a la Argentina, que se llama Album Ilustrado de la República Oriental del Uruguay, donde en primera parte hay una foto enorme de Batlle –yo lo tengo en casa, es decir, lo tengo fotocopiado: me lo fotocopió Numa Moraes en otra época. Lo tengo en casa. Y en ese libro, álbum ilustrado, que habla de la producción ganadera, del mejoramiento de razas, -1904-, de la pacificación del país, de la liquidación de la insurgencia blanca-, y dice: “La historia del Uruguay: en 1811 un puñado de gauchos hace el Grito de Asencio, pero después invaden los portugueses; y a pesar de los esfuerzos de Rivera, somos parte del Imperio de Brasil. Después desembarcan Los 33, etc…” Esa es la historia: 1904.
Les voy a traer una fotocopia porque es un material precioso. ¿Qué pasa? Las guerras civiles entre blancos y colorados no son caprichos; son dos proyectos diferentes de país. Como tales, frente al Partido Único de gobierno, pro-británico, pro-colonialista, que es el Partido Colorado, pro-liberal, los blancos, demagógicamente, tratan de sumar al gaucherío rural, y empieza Oribe ya en el sitio de Montevideo, a levantar a Artigas como militar patriota. Pero la cosa queda ahí; y en realidad es después un milico colorado, Máximo Santos, quien decide reivindicar a Artigas, para legitimar al ejército uruguayo. “Somos hijos de la Batalla de Las Piedras, esa batalla fue nuestro bautismo de armas…” Y por lo tanto, para promocionar esa idea, el Ejército uruguayo en sus máquinas de guerra, en vez de tener la bandera uruguaya va a usar la artiguista. El ejército uruguayo es el único ejército de América del Sur que en sus máquinas de guerra no tiene el pabellón nacional, sino la bandera de artigas, se dicen sus continuadores. Por eso Seregni no quería que el Frente usara esta bandera, porque en su doble condición de milico y frenteamplista decía: “No, no nos compliquemos con los militares, esta es la bandera de ellos. Vamos a usar la de Otorgués que es lo mismo.
Entonces, Máximo Santos ya exalta a Artigas como militar en la segunda mitad del siglo XIX. Y después viene toda la historiografía de finales del siglo XIX, con la Política de Fusión primero, de olvidar las luchas entre divisas-, la idea de hacer de Artigas el militar fundador de la patria, porque no era ni blanco ni colorado. Le servía bien a todos. Pero costó ¿eh?; con los colorados costó; los blancos lo aceptaron enseguida. Lo cierto es que –yo les decía la otra vez-, la estatua de Artigas en la Plaza Independencia marca esta falsificación de Artigas. Quisieron borrarlo primero. La devoción popular era muy fuerte; entonces lo falsifican y lo ponen ahí. Si del pobre Jesús, 2000 años después, hay ocho lecturas diferentes, de Artigas era fácil hacer una leyenda de Gran Libertador. Y por eso en la estatua de Artigas, -yo les decía-, vale la pena visualizarlo, ni en el cuadro de Blanes ni en la estatua de la Plaza Independencia tiene sombrero. Porque su sombrero es campesino. Y todos los militares de esa época usaban bicornio, ya no se usaba el tricornio. Napoleón había impuesto el bicornio que usa por entoncesSan Martín, o Joaquín Suárez. Suárez está con el bicornio, porque tiene su traje protocolar de presidente.
Entonces lo que vemos del sombrero de Artigas siempre es el agujero, en la Plaza Independencia. O acá metido (bajo la axila) en el cuadro de Blanes, que es una falsificación ridícula, pero tampoco se animó a ponerle bicornio.
Frente a eso, hay un sector más nacionalista de los blancos que empieza a reivindicar un Artigas de los pobres, un Artigas gaucho, un Artigas del Interior. Y con Jesualdo, también con Eugenio Gómez, que era Secretario General del Partido Comunista, pero fundamentalmente con Jesualdo empieza la historiografía marxista a hablar de Artigas tratando de ubicarlo socialmente. Esta línea culmina con la brillantez de Lucía Sala de Tourón, recientemente fallecida, que en los años ’60, en el Partido Comunista, demuestra por primera vez, con investigación documental, que la reforma agraria de 1815 se había implementado en algunas zonas de Soriano y en algunas zonas de Tacuarembó. Porque hasta Lucía Sala, o sea hasta los años ’60, la historiografía oficial, cuando leía los documentos de Artigas decía: “… y tuvo una idea de un Reglamento de Tierras que nunca se aplicó”. Y Lucía Sala desentraña viejas actas de catastro y aparecen los donatarios artiguistas y la gran mentira de la historia oficial. Su trabajo demuestra que el Estado Oriental había desalojado –entre 1830 y 1836- a los donatarios artiguistas.
Estábamos una vez en Salsipuedes… miren lo que pasó: Una de las primeras veces que fuimos a Salsipuedes, me acuerdo, yo estaba con Yamandú Palacios. Y estábamos hablando de que, cuando Salsipuedes … que fue una gran derrota artiguista, porque los charrúas venían con bandera de Artigas a Salsipuedes, a discutir con Rivera… Muchas mujeres rompieron el cerco y se fueron hacia el sur, hacia Santa Isabel de Paso de los Hombres Toros, donde en los ranchitos la gente criolla que había ahí, les dio ropa “cristiana” y salvó a muchas muchachas charrúas. Estábamos hablando de eso con Yamandú Palacios y con alguna gente de la zona, y un hombre que era isabelino, me dice: “No , eso no puede ser, porque mi padre se crió en estos pagos, y no había un alma en 1920”. Yo le digo: “Bueno, mirá, los libros decían que era Santa Isabel de paso de los Hombres Toros, pero entre lo que diga el libro y lo que diga tu papá, yo le creo a tu papá”. Y Yamandú Palacios me dice: “No, Gonzalo, las dos cosas son verdad. Todavía en la época de Salsipuedes Rivera no había desalojado a los donatarios artiguistas. Había ranchos; sí era una zona poblada! Unos años después se arrasó con todo eso y volvió a haber latifundios”.
La historiografía uruguaya marxista tuvo en los años ’60 un problema. Trató de estudiar los modos de producción y desarrollo de las fuerzas productivas en un esquema muy europeo. Entonces hizo cierta analogía, -Lucía Sala lo hace todavía-, entre los luchadores demócratas revolucionarios de la Europa presocialista, y Artigas. Y a Artigas lo definen como demócrata revolucionario, es la definición que hace Lucía Sala. Lo comparan un poco con ese Chernishevski -del cual tanto admiró Lenin-, que en el siglo XIX soñaba con derrocar al Zar, -terminó preso-, y con ejercer libertades democráticas para todos.
Por analogía, la teoría marxista de los años ’60 y ’70 –después la dictadura interrumpió todo eso-, hablaba de un Artigas, como una especie de demócrata revolucionario que quería desarrollar el capitalismo por la vía menos dolorosa para el pueblo. Se basaban en un trabajo de Lenin… (Yo no sé si esto sirve pero creon que es fundamental para entender la elaboración del propio pueblo uruguayo y sus escritores sobre Artigas). Hay una serie de trabajos de Lenin que comienzan con “El desarrollo del capitalismo en Rusia”, que plantean que en la sociedad feudal europea hubo dos maneras de liquidar el feudalismo. Lenin dice: La manera “junker” y la manera de los “farmers” norteamericanos. La manera de los “junkers” en la Prusia reaccionaria era: “Se mantiene el latifundio y se moderniza la producción en sentido capitalista. La manera de los “farmers” es la reforma agraria, como se hizo en Estados Unidos. Las carretas detrás de l ejército que va erradicando a los indios, van marcando el reparto de pequeñas tierras y da una sensación mayor de bonanza. Entonces la idea que tenían los marxistas del siglo pasado, de los años ’60 era: “Artigas pensaba un desarrollo capitalista en un sentido “farmer” o sea por la vía menos dolorosa para el pueblo. No pudo ir más allá porque no era materialista dialéctico”.
El problema es que la América de Artigas no es, en un sentido estricto, un desarrollo feudal en vías de transición al capitalismo, sino que es una sociedad multicultural con distintas formas productivas, propuestas políticas, ideológicas y sociales. La revolución francesa, o la revolución que quería Chernishevski , pan para el pueblo ruso…. A ver si entendemos: todos los rusos querían el mismo pan. Todos los rusos querían la tenencia de la tierra de la misma forma. Aquí había mayor diversidad de sueños. Un pueblo charrúa no quería lo mismo que los pequeños inmigrantes criollos, que querían una suerte de estancia; los indios querían una tierra en comunidad. Los pueblos originarios y los descendientes afros que vivían en comunidad, tenían su propia propuesta. Es decir, el desafío que tuvo Artigas, la peculiaridad, nos plantea un problema teórico que no está todavía resuelto. Marx estudió la sucesión de los modos de producción en Europa. Nadie, excepto Mariátegui, nadie ha estudiado todavía la sucesión de los modos de producción en América. Si vos leés la historia de Europa, Marx la detalla maravillosamente ya en el Manifiesto Comunista. Primero la sociedad sin clases, (cosa que en realidad descubre después, como lo explica en un Prólogo posterior del mismo Manifiesto), después la sociedad esclavista, la Grecia clásica, Roma; después la sociedad feudal, las revoluciones burguesas, la formación del gran capital y la revolución proletaria. Fenómeno. Pero en América coexisten no sólo distintas formas de propiedad y distintas formas de producción sino que coexisten distintas culturas que no están derrotadas. La sabiduría comunitaria de los amautas andinos, vive hasta hoy. La sabiduría de los afrodescendientes en los quilombos: plantea un modelo de sociedad de colectivismo agrario que convive con nosotros hasta hoy. Y el mundo de la gauchería plantea una cosa inédita: lo que llamo “el colectivismo difuso de la pradera”. Lo que desconoce el marxismo más esquemático de los años `60 es que América tenía otras propuestas sociales de tránsito hacia un sistema socialista por otras vías que no eran las esquemáticas europeas. Y quizá una de las grandes tragedias de las guerrillas de los años `60 fue no comprender la potencialidad del pensamiento andino, del pensamiento de distintas zonas de América y del pensamiento de las zonas mestizas que existían en América. Excepto el Che, que había recorrido América en bicicleta, que había jugado al fútbol con los quechuas y excepto uno de los grandes héroes de la guerrilla latinoamericana, Turcios Lima, un guatemalteco hoy casi olvidado, que se peleaba con los comandantes del futuro Frente Farabundo Martí salvadoreño – él era guatemalteco y decía: “Ustedes están cometiendo un error, no hay que sumar los indios a la guerrilla; en América Central hay que sumar la guerrilla a los indios”.
Es un problema teórico sobre el que debemos pensar, Marx había hecho un estudio sobre la forma de producción asiática y descubre rasgos específicos que no entraban en su propia categorización de los modos europeos. Tenemos aquí nosotros un camino importantísimo para un centro de estudios sobre Artigas, la propia pista que nos da Marx. Él empieza a estudiar: sociedad sin clases …que la intercala después de escribir el Manifiesto Comunista. Marx dice al principio: “La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases” (Llamado, y al pie de página, Marx aclara: “eso después de la destrucción de la sociedad comunista primitiva que los trabajos de Morgan en Estados Unidos nos han demostrado,… etc. etc.”.)
Marx estudia China. Dice ¿Qué diablos es el modo de producción en China? No es feudalismo y no es capitalismo. Porque en China, lo que el Emperador controla no es la tierra. En una cultura del arroz: lo que hay que cuidar es el agua. El que es dueño de la irrigación es dueño del poder. El feudalismo se basa en la tierra. El emperador chino no necesita tierra para someter a la gente. Necesita sólo tener la irrigación. Entonces Marx habla, propone –no le da la vida-, estudiar el modo de producción asiática. Segundo elemento, que eso sí viene de Lenin: Lenin convoca, después del triunfo soviético, la Tercera Internacional, la Kom-Intern, la Internacional Comunista. Entonces plantea, por primera vez, que además de la alianza obrero-campesina en Europa, donde está declinando la combatividad (y Lenin lo advierte, porque los estados imperialistas están trasladando la explotación más brutal lejos); Lenin advierte en la Tercera Internacional, en ese foro maravilloso que era todos los partidos comunistas y obreros del año XVII, que Asia es un polvorín y que América Latina también. Y empieza a descubrir que en Asia, las tareas de liberación nacional, a veces, las encabezan príncipes. Y las encabezan algunos budistas, es decir, elementos de profunda religiosidad pero que se oponen al sometimiento colonialista. Lenin llega a cambiar la consigna.La Tercera Internacional, con Lenin y sobre todo después, con Dimitrov, en vez de decir “proletarios del mundo, uníos” dice “proletarios, campesinos y pueblos oprimidos del mundo, uníos”. Y la Tercera Internacional plantea en estos primeros años, la necesidad de estudiar la lucha de clases en un marco no europeo; cosa que toma Mariátegui con los Siete Ensayos de Interpretación de la realidad peruana. El único comunista latinoamericano que trabaja hasta el final ese tema. Este problema teórico no resuelto es un hermoso desafío para trabajar sobre Artigas. Leyendo a sus contemporáneos. Leyendo por ejemplo la política de relación de Artigas con los ingleses en Purificación, que incita claramente a un desarrollo capitalista del comercio. Leyendo al mismo tiempo la negación de Artigas al capitalismo, cuando controla la tierra y no deja jugar las leyes del mercado… Tenemos pistas para imaginar o rediseñar los modos de producción, las relaciones de producción y las formaciones socioeconómicas basados en el materialismo histórico de Marx, pero pensando desde el punto de vista de la complejidad americana.
Las grandes potencias capitalistas, hoy, no tienen latifundios. Y se ocupan de que acá haya latifundios porque es una forma de evitar competencia y soberanía. Las tareas agrarias no son tareas socialistas, son tareas de liberación nacional, de soberanía alimentaria. Son tareas previas e inaplazables. Y eso plantea una serie de formas intermedias que las está discutiendo Venezuela, las está discutiendo Bolivia, ahora las va a discutir Ecuador. Cuba lo resolvió de una manera más ortodoxa, si se quiere, porque era otra época.
Bien, el tema de la historiografía entonces, y de la literatura que ustedes van a encontrar les plantea un hermosísimo desafío: no tenemos resuelto un montón de cosas que son el marco de desarrollo económico, la base material sobre la cual se mueve la plataforma artiguista. O sea: ¿Es fatal, como decía Lucía Sala de Turón, - la marxista que más se ocupó de estos temas-, era fatal que Artigas perdiera? ¿O podía América, en otra correlación de fuerzas, haber ensayado un desarrollo diferente? Recordando que la revolución de independencia no es lo fundamental, lo fundamental es la lucha de clases que va por abajo. Y en el seno de esa lucha de clases hay independentistas -que forman parte de la clase opresora-, tan opresores y tan esclavistas y terratenientes como el Virrey o el Gobernador. Y que no siempre las clases populares mayoritarias alinearon con los opresores criollos. En algunos lugares, como en el Río de la Plata, hubo alianza durante algunos años entre opresores criollos y grandes mayorías. En otros lados, como en la primera época de Bolívar, el pueblo pobre lo enfrentó, porque el era un oligarca mantuano. Era la primera época de Bolívar, después Bolívar cambió. En otras épocas se crea un vacío de poder y son los pobres solos los que hacen la revolución, como en México, dos curitas del pueblo. Y entonces la burguesía criolla independentista alinea con el poder colonial para hundir a estos curas. Es mucho más compleja la situación en la revolución.
Antes de ir a las etapas en la vida de Artigas, -que no es sólo nueve años, de 1811 a 1820, fue toda una vida dedicada a la revolución,- me parece que el otro tema que tenemos que remover, muy rapidito, son las ideologías, los sistemas de ideas imperantes en la época de Artigas. Y la complejidad para un pensador, -desde el fogón multicultural-, como es Artigas de expresar en el lenguaje escrito, en el lenguaje europeo, una propuesta que surgiera del diálogo de las distintas culturas.
Los sistemas de ideas imperantes
En primer lugar, el tema de la Inquisición es un tema fundamental. Sé que lo mencionamos la vez pasada.
La Inquisición significa una estrategia de poder, de satanizar todos los cultos que no sean los que autoriza el rey y la Iglesia. No es un problema de fe, es un problema de control. Es decir, si yo controlo que todos van al mismo culto, van a la misma misa, etc.; yo controlo la dinámica de mis oprimidos. Si yo permito que cada cual tenga un culto diferente, yo no sé cuándo están conspirando o cuándo están celebrando. Por lo tanto satanizo todo, y esto es lo que vale. Por otro lado nosotros tenemos la masonería –de esto también hablamos. Pero la masonería es fascinante, porque además la masonería es la organización política de los primeros banqueros, de los primeros prestamistas, de los primeros manufactores, de los primeros armadores de barcos, es una organización política que tiene ritos iniciáticos. Hay que pasar por distintos ritos en la masonería. Todas nuestras sociedades tienen ritos. El pueblo judío, cuando era pueblo de pastores, ya circuncidaba a todos los varones; era un rito, pero era un rito todavía ahí democrático. A todos los nenes les hacían lo mismo. Los ritos masones en cambio se basan en los ritos de las sociedades esclavistas: del esclavismo griego, del esclavismo romano, del esclavismo egipcio, donde determinados factores del saber, que era poder, eran sólo para la clase dominante. Los masones toman esos ritos de iniciación. No cualquiera puede ser masón. Tiene que ser de la clase dominante, debe tener capital. La masonería se opone a la hegemonía exclusiva de la sangre azul de los nobles. Pero fundamentalmente los masones cuidan su poder del pueblo “bruto”, mayoritario, humilde, ignorante, que no es el elegido del Supremo Arquitecto. Si nosotros hablamos realmente de lo que es la masonería moderna, empieza en los años de la revolución francesa, o sea en los años en que Artigas es niño. Si oímos a un masón, la masonería tiene 300 siglos. O sea, ellos son los herederos de una época antigua, mucho más antigua que la Edad de Piedra, de la famosa Atlántida, el continente perdido. Que después vino una época de oscuridad; después en la época del pueblo judío es cuando el rey David tiene a su hijo Salomón. Salomón tiene una gran sabiduría y se rodea de sabios, tiene las minas para financiar el saber, contrata un arquitecto que construye el famoso templo del rey Salomón, que era el templo perfecto para honrar a Dios, donde estaba el candelabro de los siete brazos, etc., etc., destruido por los persas; y el arquitecto mártir transfirió a sus ayudantes los secretos de la arquitectura perfecta que es la arquitectura de Dios, y eso se transmitió de generación en generación. Después vinieron los templarios, o sea los caballeros que cuidaban el templo, que mantienen esos secretos; el santo grial, que es la sangre de Cristo, o el vientre de María Magdalena, según las interpretaciones… O sea, los masones se dicen herederos de todo eso más la escuela Pitagórica, más un montón de elementos de sectas pequeñas, más la alquimia… Piria era masón. Pitamiglio también. Todos los códigos secretos, el triángulo donde está el ojo de Dios, todo eso que sabemos, el compás y la escuadra. Los rosacruces son una escisión norteamericana de la masonería. Y sobre todo el ojo de Horus, que es el ojo por el cual el alma ve el más allá, etc., etc. Todo eso se toma, pero siempre de sociedades esclavistas. Los ritos masónicos no vienen de los ritos populares, sino que vienen de los ritos esclavistas, de la gente que acumula el poder, como elemento de manipulación y de dominio de las mayorías incultas, o, como dicen los masones, del pueblo profano.
Bien. Estas ideologías están presentes. La masonería va a generar por ejemplo la logia Lautaro. San Martín, Alvear, el propio Bolívar, Francisco de Miranda, están vinculados inicialmente a la masonería. Pasa que dentro de la masonería se da el mismo fenómeno que dentro de la Iglesia. Situaciones nuevas, gente que es honestamente creyente de esa doctrina, empieza a interpretar con su propia cabeza, llegando a conclusiones nuevas sobre situaciones nuevas. Y ahí se mete, de contrabando, la lucha de clases, que permea la interpretación de un masón que está muy lejos de su logia y muy cerca del pueblo. Le pasó un poquito a San Martín, le pasó a Bolívar alguna vez también; y empiezan a romper con las logias. No le pasó a Alvear, que siempre fue un masón cuadrado. Pero la guerra de independencia tiene mucho que ver con la masonería. Hay una tercera ideología de la cual también hablamos muy rápidamente, -para terminar con el escenario de las ideologías; la vez pasada hablamos más de la base material-, que es el sincretismo popular de los nuevos pueblos americanos. Los pueblos americanos sufren la Inquisición y la rechazan; reciben la imposición del dogma y lo rechazan. Pero no llegan sólo conquistadores; llega también gente humilde, campesina, que es también cristiana y que tiene otra versión del cristianismo. Y llegan algunos curas jesuitas que comparten en comunidad y dan el mensaje de un Jesús perseguido… Y la religiosidad popular indígena no es exclusivista. Yo hablo con el cura, yo soy indio, y le digo: “Ah, qué lindo! Vos me decís que Jesús nació en una cuna muy humilde por voluntad de su padre, que eligió como alumnos a los más humildes, que se enfrentó al poder; que dijo que antes pasaría un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos, que el reino de los cielos es de los pobres; y lo crucificaron. Claro que te creo, claro que tiene que haber terminado así ese Jesús en tu mundo. Yo creo que sí. Y por las dudas, además, yo le voy a seguir rezando a los espíritus del monte, pero prestame tu crucifijo. Yo no pierdo nada con rezarle a Jesús y a la Virgen…. Entonces, hay un sincretismo por abajo que no es sólo imposición. Es también el diálogo de las culturas que se encuentran. Por eso yo les decía la vez pasada que a veces hay alguna gente que se indigna; dice : “Ay, llegué a un pueblito muy pobre en América Latina, y una iglesia llena de oro, ¡qué atraso! ¡Y la gente todavía orgullosa de esa iglesia! Pero hay que entender: una cosa es la iglesia leída desde el poder y otra cosa es una iglesia cristiana que uno llega a Cusco y todas las iglesias tienen espejos, cosa que la iglesia Católica prohíbe. Pero ¿cómo se lo van a prohibir a ellos?, Si ellos creen que las almas que rondan se expresan ahí y se protegen ahí. Y uno ve un montón de elementos…
Si uno canta como cantaba Cafrune hace treinta años: “Virgen morenita , india fue tu cuna / porque india tú naciste por la gracia de Dios” Si Cafrune lo hubiese cantado 200 años antes, lo habrían quemado en la hoguera. Porque una cosa es una aparición india de la Virgen, y otra cosa es decir que la Virgen no nació en Palestina, sino que es india. Es decir, los elementos del cristianismo se mezclan en una religiosidad que no es exclusivista. La gente de la época, los que conocieron a Artigas dicen: “Conocía el alma de los paisanos como nadie” No era por andar a caballo. Era porque conocía estos códigos. Esa gente sencilla, que era la mayoría de los americanos; negros, indios, criollos pobres, no habían leído a Voltaire, ni a Rousseau, ni sabían quien era Jefferson. Quitémosle esa espiritualidad sincrética a través de la cual ellos hacen la lectura de clase y entonces caemos en la historia oficial: eran gente bruta con instinto de fiera, que siguen al hombre rubio de ojos azules que viene de la ciudad, por instinto de fiera. Tenemos que bucear en esas cosmovisiones que tienen muchos elementos mágicos, para entender qué es lo que hace que un gaucho, o un negro como Encarnación Benítez, o que una lancera negra como Soledad Cruz, den su vida por un proyecto. No son fieras, son gente que tiene sentimientos y tienen una visión, un proyecto de continente. Lo proclaman, eso sí, en términos mágicos y no aristotélicos.
Entonces me parece que reflexionar sobre esto es el otro elemento para que después vayamos rapidito sobre la vida de Artigas.
Yo más bien estoy problematizando, más que dando detalles.
Cuando Artigas tenía cuatro años de edad, España y Portugal deciden expulsar a los jesuitas, le piden al Papa que se los lleve, porque un grupo de jesuitas jóvenes les está cambiando la cabeza ala gente y cambiando su propia cabeza, y están organizando el colectivismo agrícola y su defensa armada. Cuando empiezan las guerras guaraníticas Artigas tiene 4 años de edad. Los jesuitas, con armas, junto con su pueblo, con apoyo de charrúas y apoyo de negros y de lanceras negras, luchan contra España y Portugal. Y uno de los jefes indios cristianos, se llama Sepé Tiarajú – que por eso el cacique charrúa después se va a llamar Sepé, en homenaje a este guaraní cristiano-. Y Sepé Tiarajú muere combatiendo contra los ejércitos de España y Portugal. Y los ancianos cuentan que cuando Sepé Tiarajú –que era un predestinado porque tenía un lunar en forma de Cruz del Sur-, muere, el mismísimo Jesús baja del cielo, lo toma entre sus brazos y lo lleva a reinar con él a la diestra de Dios Padre. El Vaticano dice que no. Pero ¿qué sabe el Vaticano que está tan lejos? Los abuelos lo vieron. Por lo tanto, en Río Grande do Sul hay un pueblo que se llama Sâo Sepé.
Y que el Vaticano se tome su tiempo para canonizarlo, ya existe el pueblo Sâo Sepé en Río Grande do Sul.
O sea que cuando nosotros hablamos del cristianismo popular –yo no soy cristiano-, pero cuando hablamos del cristianismo popular tenemos que entender esta veta de lectura de teología de liberación, que no es un invento del siglo XX , es una propuesta del siglo XVIII. Si no entendemos esto, no podemos entender por qué en esa olla de grillos que era la Liga Federal, uno de los lugares más radicales es la Provincia de Misiones. No Corrientes, cuyo cabildo era de hacendados aristócratas; sí la Misiones de los indios artiguistas y de Andresito..
Bien, también pasa lo mismo con el mundo afro. A los afros se les obliga a olvidar sus lenguas originarias, son esclavos… Porque es muy lindo en la historia oficial: eran aguateros, mazamorreros… pero no: eran mierderos” y si había un cadáver de muerte contagiosa, le decían a la negrita: -Andá vos y encargate.
-¡Ay, yo estoy embarazada! ¡Mi bebé!
- ¡Sos esclava!
Y a otra que está con su bebé de pecho y le dicen: “amamantalo bien porque en un mes lo vendemos”
Hay que entender lo que era la esclavitud. No era eso de la mazamorrera y el aguatero. Los negros se fugaban. Se fugaban en Recife, en Cartagena de Indias, se fugaban en Montevideo. Formaban sus organizaciones: los quilombos en el norte; que por eso el poder colonial empieza a llamarle quilombo al prostíbulo urbano para desprestigiar las zonas liberadas de los negros. Palenque se llama Cartagena de Indias. Los negros viejos quieren volver a África, robar un barco en Recife y volver a África. Pero los negros jóvenes se sienten americanos. “Abuelo, no se enoje, yo soy de acá, yo no sé si me va a gustar África. Sí, soy negro, pero…”
Y cuando quieren recuperar sus rituales… Decía cada mamá de un niño negro: “Mirá que entre nuestros harapos trajimos terrones de tierra africana donde estaban los huesos de nuestros abuelos, o sea que los orixás llegaron, yo estoy segura de que los orixás nos están protegiendo. Y van a estar entre nosotros cada vez que toquemos el tambor” Pero cuando quieren recuperar sus ritos, son ecos de ríos americanos, pájaros americanos… y se curan con las hierbas que los indios les enseñan a usar a los negros, ya son afroamericanos. Entonces empiezan a soñar una América para los negros, indios y blancos, donde pueda haber angelitos negros. El preto velho, junto a San Jorge, junto al indio con plumas, pasan a ser, ya en el siglo XVIII los antecedentes de umbanda, de la unión de bandas… Yo a veces, cuando vienen colegas extranjeros, los llevo por la calle Fernández Crespo para ver lo qué es una venta de artículos y si no puedo hablar con mae Susana para ir a su templo, o con Yoni das Matas en La Teja, los llevo por lo menos a ver un lugar de venta de artículos de santería. Esta es la huella de la propuesta política de los negros continentales del siglo XVIII, que tenían toda una tremenda red, de la cual participaba el negro Ansina. El negro Ansina era babalorixá, era jefe de red. Si nosotros –yo les decía la vez pasada- tuviéramos que hablar de Ansina en términos del siglo XXI, tendríamos que decir del negro Ansina que era el asesor para asuntos negros en el Estado Mayor de la Liga Federal. Asesor continental, porque él conocía las redes de San Pablo. Era de la sociedad Filhos de Zumbí. Y hay un poema de Ansina que citábamos la vez pasada: “Ansina me llaman / Ansina yo soy / sólo Artigas sabe / hacia dónde voy”.
Esta espiritualidad fue muy fuerte en el fogón gaucho, porque era el fogón de todos. Pero además esta religiosidad popular se mezclaba de muchas cosas. En las aldeas europeas, el cristianismo había llegado de oriente, en los primeros años, como la buena nueva de la fraternidad. Después del año 300, con Dioclesiano, la Iglesia Católica se hace una estructura opresora, y ya en el año 1100, 1200, cuando las Cruzadas, el que no es cristiano, a la hoguera. Pero ¿qué pasa? Las abuelitas, en las aldeas, seguían creyendo en las hadas buenas, en los hombres lobos, en las hadas protectoras y madrinas, en los duendecitos del bosque. Y para que no muriera esa vieja religión, la envasaban en cuentos infantiles. De día misa, rosario, etc. De nochecita, fogón, los lobos aullaban… cuentos infantiles, la antigua religión.
Aquella niñita inmigrante que se hace abuela gaucha, transfiere al fogón de todos en la pradera aquellas viejas historias.
Por ejemplo, en el fenómeno del lobizón hay toda una raíz amerindia, una raíz africana que viene de Omulú, el señor del cementerio, la encarnación de la hiena que ronda los cementerios, y el hombre lobo grecolatino, el licántropo. Y los tres se fusionan en el lobizón americano. Si nosotros no entendemos al lobizón, no entendemos a Artigas; porque Artigas no está en el mundo de Robespierre, de Rousseau, está en el mundo de los lobizones, y conoce el corazón de la gente que está ahí con él. Y los mismos curas gauchos dicen: “No, esto es una superstición” Pero es muy fácil decirlo en un fueguito, pero viví tres días en el monte y ves el lobizón, el crucifijo ahí te ampara sólo a medias.. Después…¡creer o reventar! Porque lo ven, o creen que lo ven que es lo mismo.
Toda esta religiosidad, toda esta teología de la liberación, en el mundo gaucho llega por dos vías. El gaucho que se va al monte se hace muy charrúa en su forma de relacionarse. Y hay una característica –ustedes disculpen que yo me extienda en esto, pero es muy importante – que es el animismo. Las religiosidades de los pueblos de América tienen una característica común: el alma existe más allá de la muerte pero no va a un cielo lejano; ronda entre nosotros. Que la sepamos ver o no la sepamos ver es nuestro problema, pero ronda entre nosotros. No existe una institución ni un señor San Pedro que tiene llaves, y no existe esa institución para que yo, para hablar con mis seres queridos muertos tenga que elevarme por toda la categoría institucional para llegar, interpósita persona, al reino de los cielos. Mis muertos están acá y yo puedo relacionarme directamente con ellos. En todo caso, si soy muy joven, apelo a los ancianos de mi comunidad. Porque como están más cerca del reino de los muertos me pueden ayudar a interpretar el mensaje que los muertos me dan. Por lo tanto, miren que incluso la gente podía ir a misa, pero seguía creyendo en eso. El mundo de Artigas es de una fuerte religiosidad popular. Pero la religiosidad popular de los gauchos, de los negros, de los indios, no es religiosidad en el sentido de sometimiento a una doctrina, sino religiosidad en el sentido antiguo del término: “religarse” Religarse con un ecosistema, con las fuerzas de la naturaleza y con la comunión con los demás, de una manera que va más allá de un cálculo de interés, sino de un sentimiento que lo desborda. Y esa religiosidad popular genera la conciencia revolucionaria. A partir de ese sincretismo y de consignas muy sencillas nace la participación revolucionaria.
Por eso Artigas, a la capital de la Liga Federal no le llama Ciudad Libertad; le llama Purificación, es un término profundamente espiritual.
Pero todavía más: los pueblos de la selva, durante milenios, habían venido a visitar a los pueblos de la pradera, por caminos rituales. Porque los pueblos de la selva no veían, no conocían el nacimiento del Sol americano. Entonces ellos tenían un camino que llamaban “el camino hacia la tierra sin mal” que, como explican los guaraníes, la tierra sin mal no es un lugar físico, “somos nosotros cuando volvemos a la selva después de compartir con otros pueblos hermanos, diferentes, y de ver la salida del Sol. Las historias, las leyendas, son maravillosas, y Artigas las conocía al dedillo. Los jesuitas no entendían lo que los indios les estaban contando, creían que era pura fantasía y superstición, que es el término para designar a todas las religiones que no vienen de Europa. Los indios les decían: “Una vez en la vida nuestros niños tienen que ir a una tierra encantada donde nos espera el río sin la otra orilla”. Se trataba del Atlántico. “Y a veces el espíritu de las aguas se enoja con nosotros y se eleva con coronas de espuma que acá no hay. Pero los indios de allá, los pueblos de allá, que son nuestros hermanos, conocen ceremonias para apaciguarlo. Cuando palidecen las estrellas, descubrimos que el río sin la otra orilla está embarazado. Se tiñe con los rosados colores del parto y aparece nuestro sol que va a subir a energizar nuestro maíz y finalmente se va a acostar en el otro fin del mundo, el de las lejanas montañas”. Y los jesuitas decían ¡qué maravilla la imaginación de estos indios! Estaban hablando del viaje a Rocha; los cerritos de Rocha son el lugar de la ceremonias ecuménicas donde los peregrinos sembraban el maíz hace diez mil años y no esperaban a verlo crecer: los esperaba el maíz que habían sembrado peregrinos anteriores; y ellos devolvían la semilla y dejaban los huesos de sus muertos para que custodiaran esa semilla y la abonaran para el sustento de peregrinos que ellos no iban a conocer. Es decir que había una fraternidad precolombina impresionante en estos pueblos. Rocha era uno de los lugares de final de camino, por eso las palmeras rituales, la diagonal de palmeras expresaba de alguna manera –Salto, Paysandú: la palma yatay; San Gregorio de Polanco: la palma pindó; Rocha: la palma mbutiá. Es el camino de la diagonal de las palmeras, que sigue por el Montiel de Entre Ríos hasta el Y-verá, el agua luminosa. Ahora, esto lo sabemos ahora, pero en el año ’50, Osiris Rodríguez Castillos decía un valsecito que se llama La Leyenda del Palmar. Yo recuerdo la tercera estrofa que dice “verde palmar, guía del sol / raza que fue de puro cobre te sembró…-lo cantaban los Zucará-, “Por tu sendero musical se aleja el sol / del verde mar, del río azul / lo adora el inca milenario en el Perú / pero yo sé que es arachán como eres tú.”
Bueno, pero de todos modos el animismo indígena tiene esa característica de que la tierra es sagrada porque están los muertos rondando en ella. En Europa había pasado eso antes. Por eso es que, para desacralizar la tierra, se amontonan los muertos en lo que se llama “campo-santo”. Si este es el camposanto, el otro campo no es santo y puede ser objeto de compraventa. Dentro de la racionalidad indígena y afroamericana toda la tierra es sagrada, no puede ser objeto de compraventa.
Pero otra característica del animismo, que es muy importante también para entender a estos pueblos, es la ofrenda. En el Islam, en el Judaísmo y en el Cristianismo, la ofrenda es, o promesa, o pago por un favor. En las culturas amerindias y en las africanas, la ofrenda es la energización del espíritu; y el espíritu la necesita. La ofrenda es parte de la reciprocidad de un mundo que es muy horizontal con los espíritus. Yo toco el tambor en el candombe, por ejemplo, para generar la escalera energética que permita al espíritu bendecirme, porque le doy la energía que él necesita; y si yo no toco el tambor, el espíritu no tiene fuerza para acercarse a mí. Pero además hay varias formas de ofrenda, por ejemplo Jemanjá. No es que el espíritu del agua coma el pastel que yo le pongo en el barquito. En realidad el pastel es percibido por mis sentidos, -porque yo soy un espíritu encarnado-, y entonces desde mi espíritu ofrendante salen las buenas ondas al espíritu ofrendado. Por lo tanto yo pongo el barquito y me retiro concentrado, yo no le doy la espalda a mi despacho, como dicen los umbandistas; yo me concentro en él. Los rituales amerindios eran lo mismo; y fundamentalmente…bueno, lo tenemos en el candombe, en el candombe es clarísimo. Cuando en Montevideo colonial se prohíbe una parte del candombe, la parte de la ombligada, los afrodescendientes lo transforman en una danza; y para que no se vea que es un ritual, con elemento fundamental en los momentos de trance, ¿qué es lo que empieza a usar la cuerda? ¡máscara africana o sombrero con flecos; que no se vea la cara! Todo eso genera la llamada, la llamada al orixá , “al orixá de mi nación”. Si soy Palermo, Ogum; si soy barrio Sur, Shangó. La llamada a mi nación. Pero todo ese espíritu que yo estoy llamando tiene que llegar al negro, al padre, al que se llama gramillero, que lleva la gramilla, los yuyos sanadores. Es el hombre que va a recibir toda la energía del espíritu. Por lo tanto es al que menos hay que verle la cara: sombrero sobre los ojos, barba blanca bien larga. El hombre va bailando y de repente queda rígido porque le llegó el espíritu. Pero el problema es que llega ese espíritu, que no es santo ni demonio, que viene a energizarlo, pero al espíritu le puede gustar quedarse en el viejo. Y en vez de incorporar, se puede transformar en una posesión. Para que eso no pase, la memoria ancestral, que siempre es femenina, la “mamavieja” gira las ondas protectoras para que el espíritu se vaya después de bendecir. La gente, afuera, dice: “están coqueteando los viejitos”. No: el viejo está incorporando, y la vieja está protegiendo. Una vez que se produce la incorporación el viejito reacciona; entonces los escoberos barren las malas ondas y si ustedes oyeron, al final de la comparsa termina tocando a “full”, porque a ese espíritu ahora hay que darle toda la energía. Y si ustedes observan, en Isla de Flores y Gaboto la gente se abraza de una manera muy especial, cuando terminan el ritual. Eso es animismo. Lo sabe el dueño de la comparsa, lo sabe el “cachila” Silva. Si vos sos sólo tamborilero, ganate el derecho a saberlo. Pero este elemento es fundamental. Cuando yo visité por primera vez a los descendientes de los negros que se fueron con Artigas al Paraguay, hacer su candombe, los Camba Cuá hacen una parte muy lenta. Y a mi me decía Jorginho Gularte, cuando estaba todavía bien ¡qué hombre brillante! Decía: “vos sabés que mi mamá me decía que había una parte lenta en el candombe más antiguo, según sabía por sus ancestros”. Claro, Montevideo Colonial prohibió la parte de la danza de la fecundidad, la parte más sensual. Dejó sólo la parte de incorporación. Pero en los campamentos artiguistas se promovía la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable. Los negros que entraron al Paraguay para no volver a ser esclavos por el trámite que hizo Artigas, venían de los campamentos y mantuvieron el candombe entero.
Pero volviendo al candombe como es hoy, bien interesante. Los afrodescendientes y los criollos llaman a un espíritu africano -no sobre una piel de león sino sobre las lonjas de las vacas que trajo Hernandarias-, para que bendiga yuyos que los indios les enseñaron a usar a los negros. Es decir, son elementos para reflexionar sobre un animismo que se entrelazaba, germinaba y se fortalecía en los fogones artiguistas. Me parece que esta racionalidad, esta espiritualidad se reafirma cuando son expulsados los jesuitas: muchos indios cristianos vienen a la Vaquería a hacerse gauchos. Y son los que meten más rituales cristianos en el mundo gaucho. El mundo gaucho tenía una religiosidad animista. La tiene, sigue teniendo una religiosidad animista pero con una forma más católica, porque los indios “del camino”, los indios tapes (tape en guaraní es camino)…. Van dejando abandonada la tapera, (o sea “lo que queda en el camino) y son más bajitos que los pueblos de acá. Entonces al ritual del mate, que acá tenía cuatro mil años, le incorporan el santiguado. Ante la visión fantasmal –espíritus ambulantes en los que se creía y se sigue creyendo-, responden con la señal de la cruz, y ya en la época de Artigas, que está viviendo toda esta llegada de tapes, en el mundo gaucho decir “ser humano” y decir “cristiano”, pasan a ser sinónimos. “No tiene cruz en el mate este cristiano”. Entonces, todo esto es tan importante entenderlo para ver el universo mágico en el que se mueve Artigas. Con quien trata, quiénes son sus gentes? (alguien dice “Ave María”. Risas) Claro, pero ¿Cuál Ave María? No por que yo les decía, yo ya hablé del debate teológico en el mundo guaraní con la Virgen María. ¿Qué es María? La virgen de Itatí por ejemplo, que es de origen india, los jesuitas la defendían y los franciscanos no. Y se vino hasta Tacuarembó un grupo de indios guaraníes en pleno siglo XIX para defender la virgencita de Itatí. La llevaron a Paso del Borracho, que ahora se llama Villa Ansina, donde existe la devoción de la virgen de Itatí. Y no lo impuso un cura, fueron indios porfiados que decían “no, la virgen es india y chau”. Y la trajeron. Entonces no sabemos entender a veces la sensibilidad popular que se mueve a partir del fenómeno de la religiosidad popular; y no sabemos cómo leer la lucha de clases en el mundo mágico de la religiosidad popular.
Etapas en la vida de Artigas.
Artigas nace en un hogar de la clase alta montevideana. No es un canario, es un aragonés. Primer elemento fundamental. Segundo, el ser aragonés, ser hijodalgo, o sea hidalgo de solar conocido, no significa que fuera parte de la oligarquía criolla continental, porque no había en Montevideo una verdadera oligarquía criolla. O sea, para Artigas estaba negada la posibilidad que tuvo Bolívar de estudiar en las universidades de Europa. Para Artigas, como clase alta montevideana, le correspondían dos carreras y sólo dos: o capitán de tropas de milicias, o la carrera religiosa; no había otra. Si uno no iba a estudiar afuera, las dos posibilidades para los ricos – para un pobre no había ni eso- , pero para un rico, posibilidad de aprender a leer y a escribir en una escuela, hacer la carrera militar para ser oficial, no ser simple soldado; o hacer la carrera religiosa para ser cura. Y como religioso o como militar, además, ser cabildante. Y ahí se acababa la carrera para ellos. Artigas tiene un abuelo llegado de Buenos Aires. Montevideo es fundado en 1725 por un grupo de inmigrantes que vienen de Buenos Aires, -entre ellos el viejo Artigas, el abuelo-, mandados por el gobernador de Buenos Aires, que todavía no era virrey. El virreynato se crea después. Cuando llega el abuelo de Artigas, cuando nace José Artigas en 1764, Buenos Aires depende todavía de Lima, la ciudad de los virreyes. Por eso a veces se dice en broma que Artigas nació peruano. Nació español, por supuesto, como nacieron todos en esa época. Era la América española, pero la capital virreinal no era Buenos Aires, era Lima todavía. El virreinato se crea cuando Artigas es adolescente. Cuando Artigas tiene diez años. Y Artigas se apoya mucho en su abuelo, y el abuelo tiene una excelente relación con los charrúas. Hay una cosa muy importante en el abuelo paterno de Artigas, y es que (las crónicas de la época lo describen, es muy interesante. Maggi también trabaja eso) cada vez que el abuelo de Artigas va a visitar a los charrúas va primero al arroyo del Colla y se hace acompañar de un kolla que vivía en lo que es hoy el departamento de Colonia, donde había una comunidad andina. Es otro tema muy interesante de estudiar: la comunidad andina que vivió en lo que es hoy la ciudad de Rosario en el departamento de Colonia. (alguien pregunta “¿Cómo habrán llegado ahí?) Bueno parece ser que habían llegado mucho antes y se habían instalado ahí, habían llegado a unirse con ellos muchos sobrevivientes del levantamiento de Tupaj Katari y vivieron como comunidad andina hasta 1920-1925. No iba a meterme en eso, pero es interesante. Si ustedes van alguna vez a Colonia Suiza, hay un cementerio oficial y un cementerio evangélico. En el cementerio Evangélico está la tumba de un chamán andino, de los últimos chamanes andinos de Rosario del Colla, que en su época no lo dejaron enterrar en el cementerio oficial. Cuando todavía la Iglesia Católica controlaba los cementerios, a principios del siglo XX, no lo dejaron enterrar, y lo enterraron los evangélicos. Lo más curioso es que hicieron una ceremonia en el enterramiento, con semillas andinas. Por lo menos hasta hace seis años, estaba todavía, aunque seco, un molle andino en pleno cementerio evangélico de Nueva Helvecia…
A Artigas lo marca en su carácter el abuelo, no el papá que estaba en todo el juego de tierras y especulación con esclavos. Cuando muere el abuelo, Artigas rompe con su familia y se va a vivir entre los indios y los gauchos, y está allí desde los catorce hasta los 36 años. El fogón gaucho es para Artigas su universidad. Ahora, yo les decía ayer, el mundo gaucho es un mundo que está muy poco estudiado. Porque uno lo asocia a ese peón de cabeza conservadora, asalariado rural manipulado por Chicotazo, de la segunda mitad del siglo XX. Pero no tiene nada que ver, la gauchería del siglo XVIII es un mundo de una profunda libertad, una profunda fraternidad multicultural y una abundancia muy grande. Porque Europa necesitaba cueros, todos los que se pudieran producir. Y acá, cualquier persona que se iba al campo, vendía seguramente todos los cueros que pudiera cargar. La edad del cuero. Eso generó para el mundo gaucho un fortalecimiento del colectivismo difuso, vinculado al mercado mundial sin romper ese colectivismo. Todo era trueque, no querían monedas, lo que querían era trueque por las cosas de primera necesidad y hasta suntuarias, que empezaron a moverse en el mundo gaucho. Pero además, ese mundo gaucho, que tenía sus unidades productivas que eran las estancias cimarronas, que tenía redes de contrabando… por ejemplo, los que conocen Aiguá saben que hay un saladero holandés del siglo XVIII, al que se llegaba con peaje charrúa. Los holandeses atracaban sus barcos clandestinamente en Rocha, iban hasta Aiguá conducidos por los charrúas, salaban las carnes en el saladero, las llevaban de nuevo a Rocha y les dejaban a los charrúas trabucos, cuchillos de metal, telas inglesas… ¡hasta perfumes franceses para negociar con los portugueses! Hay que entender lo que es eso. Cuando al Chatre, el gran contrabandista francés de Tacuarembó, le decomisan en sus carretas un cargamento de alfombras persas para el Alto Perú, entendemos lo que era ese mundo gaucho. Y la fascinación para los muchachos y las muchachas de Montevideo, incluso la clase alta, de romper el yugo terrible de la opresión de una aldea-cuartel, Extramuros estaba el mundo de la libertad. Muchachas de la alta sociedad, generalmente detrás de una historia de amor, se fueron a los fogones gauchos. Ese mundo además era un mundo que estaba absolutamente informado de lo que pasaba en el mundo. No era lectoescritor, pero a través del intercambio por las costas de Rocha, por las grutas de Punta Ballena, era un mundo que sabía todo lo que pasaba en Europa, todo lo que pasaba en Estados Unidos, y a través de las redes solidarias de los gauchos con otros pueblos y con los negros de América, sabía lo que pasaba en Perú, sabía que habían descuartizado a Tupac Amaru… Era un mundo muy informado. Un mundo que sabía que estaban pasando cosas muy fuertes y que había que tomar posición. Un mundo que debatía políticamente. Y al que tenga dudas, que lea la poesía gauchesca, que nace opinando sobre política antes de cantarle al amor o al paisaje. Ese mundo del siglo XVIII, ese mundo multicultural, que crea una propuesta americana, es la universidad de Artigas. A los 36 años, Artigas pide una amnistía, usando su condición de aragonés de familia acomodada, y se hace blandengue del rey, capitán de blandengues. Y por supuesto, ese material, esa fotocopia que yo hice circular hoy, -no vamos a extendernos en esto- Artigas con uniforme español está trabajando para las redes multiculturales, junto con los franciscanos de Montevideo, que tenían también una teología muy particular dentro del franciscanismo. Si el jesuita exalta la cultura, el franciscanismo exalta la naturaleza. Por algo en Uruguay, uno de los primeros grupos ecologistas se creó en el siglo XX fue CIFPE, en Conventuales, que es el Centro de Investigaciones Para el Franciscanismo y la Ecología. Es una tradición que viene del siglo XVIII. La lectura que hacían los franciscanos de Montevideo sobre la relación de San Francisco de Asís con la naturaleza, lo interpretaban como una solidaridad con los pueblos de la naturaleza, en un sentido Rousseauniano. Por lo tanto eran contrarios a la esclavitud y solidarios con los indios. Cuando decimos que Artigas está trabajando en red, no es sólo porque está trabajando con los oprimidos, está trabajando también con los franciscanos, que no por casualidad habían sido sus maestros, porque Artigas es de formación franciscana y no jesuita. En 1811, cuando el gobernador de Montevideo ve las caras de los que están sitiando, -que se veían-, dice que “estos todos fueron alumnos de los franciscanos” y le ordena a los franciscanos. “¡Váyanse con sus amigos los matreros!” Y el gobernador español de Montevideo echa a la única orden religiosa que hay en Montevideo. ¡La echa! Porque se da cuenta de que habían jugado con él.
Per antes Artigas se hace Blandengue. De las tropas de frontera que “blandían” lanzas.En ese momento es cuando Artigas reclama para él la estancia en Arerunguá. Una estancia enorme en el norte, cuando le habían ofrecido una estancia en el sur, que podía poblar de ganado manso. No, el elige Arerunguá. Claro, porque es para los charrúas, es su base social. Ojo: no significa que todos los partes de Artigas militar mientan. Artigas dice: “Perseguí a los indios y no los encontré, eran indios bravos”. A veces sí persiguió indios, porque ser indígena en el siglo XVIII no era patente de santidad; había grupos de violadores, asaltantes de estancias, degolladores, que eran blancos, negros e indios. Lo que Artigas protege es a las comunidades afrodescendientes, indígenas, criollas-, y actúa junto con ellas.
Cuando empieza la Revolución de Mayo, 1810, Artigas… perfil bajo. Entonces los criollos ricos de Buenos Aires hacen todo un plan abstracto, mandan a Belgrano a liberar las provincias…nadie le da pelota a Belgrano. Nadie. En las provincias cuyanas, una delegación de los indios cristianos se le apersona a Belgrano que viene a hablar de la libertad. Y le dicen “nosotros vendíamos nuestros ponchitos a Buenos Aires. Y Buenos Aires los vendía a España. Bien, pero ahora los ingleses están vendiendo telas más baratas. ¡Nos vamos a morir de hambre! Y Belgrano les dice: “Bueno, es el precio de la libertad! Porque la oligarquía de Buenos Aires no tenía otra respuesta que el libre mercado, ¡si ellos estaban peleando por el libre mercado y no por el proteccionismo! Y Artigas espera que eso se deteriore. Entonces en 1811 cruza el charco y ¡oh casualidad! , Artigas va a negociar desde los pueblos, no de provincia a provincia; desde los pueblos, con la oligarquía. Y ¡oh casualidad!, se produce un hecho de armas: el Grito de Asencio
-Artigas está allá-, y aquí se suceden la toma de Mercedes, toma de Santa Teresa, toma de arroyo del Colla. “Y es claro –dice- ¿ven? Con los indios y los gauchos y los negros se puede, sin ellos no”. Carne de cañón no: pacto sí.
No está representando a la Provincia Oriental.. Está representando a los humildes de Buenos Aires, de Entre Ríos… está negociando una alianza de clases. Y entre 1811 y 1815, Artigas preside lo que podríamos llamar una dualidad de poderes. Los fogones son su ala radical y los cabildos su ala moderada.
Y uno lee los artículos de Artigas entre 1811 y 1815, y ve el delicado equilibrio de su lenguaje, para no estropear, para no abolir explícitamente la esclavitud y al mismo tiempo ir generando la expansión de los derechos populares. Porque él está haciendo un equilibrio para no romper precozmente lo que inevitablemente se va a romper: el equilibrio entre el fogón de los pobres y el cabildo de los ricos. Esta misma dualidad de poderes se expresa en toda la Liga Federal en 1815, excepto en Misiones donde los cabildos también están en manos de los indios. Nosotros tenemos, dentro de los cabildos, mayoritariamente, en las provincias, terratenientes que son aliados de Artigas, de palabra, para quitarse de encima la hegemonía porteña, pero que son aristócratas. El caso más claro es Corrientes y el segundo es Montevideo. Y otros lugares donde fogones y cabildo están del mismo lado. El caso más típico es Misiones, porque los cabildos, -como no era provincia todavía Misiones, era un territorio donde estaban las ruinas de las misiones libradas a la buena de Dios-, los cabildos los dirigía el indio Andresito. Entonces en Misiones cabildos y fogones son lo mismo. En Corrientes son antagónicos. Y también en la Banda Oriental. El fuerte de Artigas va a ser ¡oh casualidad!: Arerunguá, ¿Dónde Artigas levanta por primera vez esta bandera? (la de la franja roja en diagonal) ¡Oh casualidad!: Arerunguá. ¿Dónde hace Artigas la capital para toda la Liga Federal? Ranchitos de barro y cuero-, en Salto. Entonces el indio Andresito le escribe al “pa’í” Acevedo, un cura gaucho, de vincha y lanza y le dice: “¡Mirá vos el Protector! Hubiera podido hacer la capital en Montevideo, que tiene murallas, o en Córdoba que tiene universidad. (Andresito es cristiano) Pero el Protector entendió que la patria nuestra tenía que nacer en un pesebre.
Los hermanos Robertson describen a Artigas y su estado mayor. Andan todos a caballo, se gastan bromas mutuamente. El general Díaz que cuenta la discusión de Artigas con Ansina, porque está garuando, está garuando…. y hay unas cenizas ahí …y Artigas le discute al negro que debajo de esas cenizas, si alguien se moja, van a poder “pitar”, porque seguramente hay brasas; y el negro Ansina dice que después de tantas horas de lluvia, no hay… Y se ponen a discutir bajo la lluvia horas y horas, sobre si hay. Al final Artigas va, se empapa, consigue una brasa, y… Ansina no le habla por dos días. Ese tipo de cosas, las memorias de Cáceres, Díaz , todas esas memorias hay que leerlas, y uno rearma ese clima tan interesante. El problema es que en estas cosas de la revolución, nadie inventa. Lo que hacen los revolucionarios es estudiar los mecanismos espontáneos de la gente, potenciarlos y estructurarlos; no hay nada nuevo bajo el sol. En 1815 sucede un hecho que la historia oficial casi pasa desapercibido. El 29 de junio de 1815 en Entre Ríos… el Entre Ríos es el epicentro político, no militar. El epicentro militar de la defensa , en círculos concéntricos, de Artigas y de los pueblos, es la meseta del Hervidero. Porque -desde el punto de vista militar de la época, en que no hay aviación-, el río Uruguay tiene, del lado oriental, barrancos; del lado occidental, llanuras. Por lo tanto, Purificación, la meseta del Hervidero, toda esa zona era inexpugnable. Si venían barcos de guerra por el Uruguay, Artigas los cañoneaba desde arriba. Detrás de la meseta está el Arerunguá, la tierra incontrolable de los charrúas, porque además tiene cerros, ahí no se metía ningún ejército. Y detrás de Arerunguá estaba Tacuarembó, la Laguna De las Lavanderas, el campamento de Blasito, que también era entrerriano –Blas Basualdo- y que era el jefe militar de mayor experiencia y de mayor confianza que tenía Artigas. Entonces el dispositivo militar es: Purificación, Meseta de Artigas, el Arerunguá, -que todavía hoy por suerte no está tan forestado- , y la Laguna de las Lavanderas, donde se hace la fiesta de la Patria Gaucha. Esa era la retaguardia. Lo que Rivera hace, y por eso lo condecoran los portugueses, es hacer el planito de la zona y mostrarles los desfiladeros por donde tiene que entrar el ejército imperial. Así cae finalmente “el antimural del Uruguay”. Pero casi todos los hechos importantes tienen lugar en el Entre Ríos, que es el epicentro geográfico político. Entonces, en un pueblito que hoy es la ciudad de Concepción del Uruguay, pueblo que se llamaba Arroyo de la China, se produce lo que se llamó el Congreso de Oriente. Así lo llama la historia; lo menciona apenitas. Artigas y el Pancho Ramírez, todavía aliados, llevan ahí a todos los que no tienen voz, porque no tienen cabildos. A los gauchos, desde su colectivo difuso, a los negros prófugos, con sus familias de lanceras, a los indios, que no hablan castellano, los lleva a todos ahí. Y les dice: se viene un nuevo Congreso de Provincias. Ustedes no van a tener voz. Digan acá, y mandátennos a ver qué tenemos que plantear en nombre de ustedes. Dicho de otra manera, lo que hacen Artigas y Pancho Ramírez el 29 de junio de 1815 es un taller multicultural por subgrupos. Cunde el pánico entre los patriotas ricos. Montevideo manda un observador, que es Larrañaga y Buenos Aires manda la misión Pico-Rivarola. ¿Y qué hace Artigas? Los recibe en Paysandú, no los deja cruzar el río. El diario de viaje de Montevideo a Paysandú vale la pena leerlo con lupa, hasta por la ingenuidad de Larrañaga, que además ve “cacicas” mujeres y no entiende lo que ve, porque él no habla lenguas indígenas. Es un tipo maravilloso, en realidad un científico… Las acuarelas de Larrañaga sobe nuestros pájaros y nuestras flores, emocionan, como botánico. Y además un escritor, antropólogo, de las costumbres gauchas. El diario de viaje es maravilloso.
Entonces dice: “…a la mesa de Artigas están sentados los indios, -que aman tiernamente al General-, y sus esposas”
. Se les da el rango de primeras damas, es decir, para no pensar que son lanceras… bueno, están ahí, supone, porque son las primeras damas de los caciques. Pero la primera palabra que dice Larrañaga cuando ve a su antiguo amigo, las primeras palabras que escribe son: “En nada parecía un general”. Una vez más la demistitificación de Artigas, que sólo usó uniforme cuando fue soldado de España. Y nunca más usó uniforme. Es más: cada vez que Buenos Aires –cuando todavía estaban en buenas relaciones-, le mandaba tropas uniformadas, Artigas decía: “Bienvenido el ejército auxiliar del pueblo armado” Para él el centro es el pueblo armado y las tropas son grupos especiales de ciudadanos al servicio de los pueblos en armas. Y en las Instrucciones del año XIII él dice: “Es inviolable el derecho de cada aldea y de cada pueblo a tener su propio armamento”. En 1815, mandatado por las recomendaciones del Congrego del Arroyo de la China, en setiembre, Andresito profundiza la reforma agraria en Misiones, y Artigas crea el Reglamento Provisorio de la Banda Oriental, que es un reglamento donde Artigas, una vez más, trata de armonizar el mandato de los fogones, con lo que van a aceptar racionalmente, los ricos. Trata de que no se rompa todavía el hilito de alianza, que cada vez es más tenue. Montevideo está prácticamente conspirando contra él. La intriga envuelve primero a Otorgués. Artigas después lo manda a la frontera donde vuelve a ser heroico. Trae a Barreiro, Barreiro lo traiciona… Montevideo está en sabotaje. Bueno, hay otras peleas, la de Encarnación Benítez. Artigas está a punto de invadir Montevideo, está furioso con Montevideo.
Entonces, el Reglamento de Tierras, si ustedes lo leen detenidamente, dice que los más infelices sean los más privilegiados, etc., y que los negros libres, los zambos de igual clase, tienen derecho a la tierra, si con su hombría de bien…etc. No da por abolida la esclavitud. Pero en Montevideo ya no quedaban esclavos. Se habían fugado todos. (quedaban los negros viejos, que no se animaban). Pero no sólo eso. Se habían organizado, con la lancera Soledad Cruz
y el pardo Encarnación Benítez. Eran lanceros en armas. Cuando el Cabildo de Montevideo le manda un chasque a Artigas en Purificación : “Hemos creído ver entre las tropas del ciudadano Encarnación Benítez (Encarnación Benítez era un liberto, con él no había problema) esclavos que pertenecen a dignos ciudadanos patriotas de esta ciudad” , Artigas le contesta : “No entiendo prudente esa indagación. Recordad que ellos tienen armas, que por ahora las usan en beneficio de la Patria”. Después Encarnación Benítez se acoge al reparto, como donatario artiguista, pero ocupa por las armas un predio mucho mayor del que permitía Artigas. Pero ¿qué pasa?, Encarnación Benítez no lo hace para él. El tiene una comunidad de lanceros y lanceras africanas en armas. Y Artigas lo entiende perfectamente. Vuelve el chasque del Montevideo colonial. “El ciudadano Encarnación Benítez, seguramente confundido, ha ocupado una tierra que en realidad es de estancieros que son dignos patriotas… etc.” Y Artigas dice: “Todo el mérito de Encarnación Benítez hace que él obre como debe obrar…” Después se va una esclava negra de Montevideo, Ana Gascue. Se hace el camino a Purificación diciendo que ella es esclava de un patriota de Montevideo que está enamorado de ella. Que ella tiene plata para comprar su libertad porque su novio liberto la dio, pero que no quieren darle la libertad, y Artigas dice: “En tanto no decretemos las leyes para acabar con la vergonzosa esclavatura, fallemos en cada caso a causa de la libertad. Que se deposite ese dinero en Escribano, etc”.Y Ana Gascue es libre. Artigas no rompe formalmente la esclavitud. Pero para los terratenientes de Montevideo, igual es la gota que colma el vaso. Porque a esa altura, lo que había desarrollado Artigas, ni aunque Artigas se diera vuelta lo podía parar. Encarnación se lo había dicho, cuando le están trancando su tierra, Encarnación le manda un chasque y le dice a Artigas : “…más vale, Don José, que no sea usted que me está trancando, porque le espera una revolución peor de la que usted ha empezado”. Ya no había forma de parar eso.
Es decir, había una sola forma de frenar al artiguismo: la invasión extranjera, no había otra. Entonces, el cabildo de Montevideo, en 1817 recibe con flores a Lecor, cuando entran los portugueses. Porque bueno, la independencia vendrá después, lo primero es proteger la posesión de los esclavos y la propiedad. Es Montevideo el que recibe con flores a Lecor.
Artigas entonces, ahí, tiene los documentos más interesantes. Y los más difíciles de conseguir. Porque se rompió la dualidad de poderes. Ahora no es el Artigas de los fogones y los cabildos. Ahora es el Artigas de los fogones. Y ahora sí, como dice Lena, con su genialidad “De fogón en fogón se oye la voz / si la patria me llama, aquí estoy yo” (No dice: “De cabildo en cabildo”) Y ahí se genera una resistencia de cuatro años, donde Artigas, cada vez que es derrotado, -brotan como hongos la gente del campo, los indios, los negros-, y vuelve a armar su ejército y vuelve a resistir. Y cuando va en derrota la gente sale de los ranchos –hay que entender los textos de época-, salen de los ranchos a pedirle la bendición! Se repliega, después es derrotado, Ramírez se da vuelta….Hay un texto que yo no sé si lo puedo conseguir para traérselos, que se llama Montaraz, una novela entrerriana, maravillosa, muy ramirista, que plantea que a Ramírez lo siguen los gauchos de Entre Ríos contra Artigas, pero reconoce que los indios de Entre Ríos están con Artigas. ¡Tan interesante es! Y cómo además esta bandera (la de la diagonal roja) era tan importante Ramírez no se la regala a Artigas ni Artigas se la regala a Ramírez. Se enfrentan … y los dos con esta bandera. Y por eso esa bandera sigue siendo hoy una bandera nuestra y la bandera de Entre Ríos. Había un problema entre unitarios y federales. En la época de Belgrano la bandera es azul, blanca y azul, y no se sabe qué azul es, porque las telas eran tan malas… Pero después los unitarios, los de Sarmiento, usan el celeste, blanco y celeste. Y Rosas usa azul, blanco y azul. Y como Rosas es derrotado se impone el celeste, blanco y celeste. Entonces los gobernadores de Entre Ríos, que saben que el origen de esta bandera es de Belgrano –lo que hace Artigas es ponerle la diagonal roja (que también es mitología indígena: la leyenda del corazón pájaro charrúa que vuela libre). Los orientales quieren que la bandera sea la de Belgrano, que es la bandera de todos, pero debe tener el corazón charrúa que vuelve a la tierra. Entonces como los entrerrianos negocian para mantener su bandera provincial bajo Sarmiento, le ponen el celeste, blanco y celeste, pero mantienen la diagonal charrúa.
En 1820, derrotado, Artigas entra en el Paraguay. Artigas tiene mucho problema para entrar al Paraguay, porque en 1817, cuando todavía Artigas es el Protector de los Pueblos Libres, Artigas está en una doble guerra: contra el Directorio de Buenos Aires y contra la invasión portuguesa.
Pero Buenos Aires comercia con el Dr. Francia. Eso hay que entenderlo también: el gobernador Francia es un hombre que está inspirado en Robespierre. El Dr. Francia controla las “estancias de la Patria” da tierras a cada familia, respeta a los indios. A cada parejita que se casaba en el Paraguay se le daba una suerte de estancia. Era impresionante todo eso. Pero era muy autoritario. La diferencia es que Artigas planteaba la revolución como la descentralización; y el Dr. Francia decía “No, yo he sido puesto por la Providencia al frente de mi país, para que los abogadillos de Asunción no formen partidos que engañen a mi pueblo. Para alfabetizarlo, para repartirles tierras para que ellos generen, a la larga, sus propias formas de gobierno. He sido puesto por la Providencia como dictador de Paraguay”
Pero era un dictador jacobino. ¡Era el terror rojo! Y está enfrentado con Artigas. “Los rioplatenses contaminan todo con sus conflictos; el Paraguay tiene que estar al margen. El Dr. Francia comercia con los porteños y en el Río Uruguay y en el río Paraná está Pedro Campbell, el irlandés al servicio de Artigas, que hunde los barcos porteños. El Dr. Francia se enfurece y manda escoltas de cañoneras paraguayas. Parece que Campbell era medio daltónico con las banderas y hunde barcos paraguayos. El Dr. Francia se enfurece y ataca a Andresito. Entonces, claro, es como las películas de Chaplin, en que todos reciben tortas. Y Artigas por suerte, se da cuenta en el año 18: vamos a parar la mano. No podemos tener conflicto con Buenos Aires, conflicto con Portugal y conflicto con el gobierno del Dr. Francia. Manda a Bulnes, un cordobés interesantísimo, y el Dr. Francia no recibe al emisario artiguista, pero se notifica de que acabó el conflicto. Cuando Artigas en el 20 es derrotado, él está dispuesto a volver en pocos años. Entonces lo más cerca que le queda es Paraguay. Manda a decir al Dr. Francia que pide asilo político para él y para más de 500 orientales y orientalas que se van a refugiar con él. El Dr. Francia no lo recibe pesonalmente a Artigas, pero le manda decir que acepta las condiciones, que todos van a tener una suerte de estancia, pero que vivirán separados, porque en Paraguay manda él. Entran los orientales. A Artigas y al negro Ansina y a otro negro que se llamaba Montevideo, los manda al norte, a Curuguaty. Al grueso de los lanceros y lanceras negras, a lo que se llama Cambacuá. Al jefe lancero negro más organizado lo manda sólo a Laurelty y después a Guarambaré. Era Ledesma. Y al rubio Campbell lo manda al extremo sur, a Ñeembucú. Y se ven muy poquito los orientales. Incluso al capitán Gauto lo manda que vigile a Artigas. Artigas acepta encantado ir a la selva y le agradece; porque él en Asunción está controlado. En la selva están las redes de los pueblos y donde están las redes Artigas tiene contactos que llegan a la Banda Oriental, al Entre Ríos, y Artigas pasa a ser, desde San Isidro Labrador de Curuguaty de nuevo un articulador de redes. Sigue atentamente todo lo que pasa en la Banda Oriental, repudia la constitución del ’30, condena la masacre de Rivera en Salsipuedes… Hasta el año 40 está allá en Curuguaty. Hay historias, los informes del capitán Gauto, de cómo él vigilaba a Artigas y lo difícil que le era, porque Artigas no estaba viviendo en el pueblo. Artigas se había hecho su casa en el monte. Dice “La naturaleza selvática de este hombre me desconcierta. Son dos leguas del pueblo donde está él, donde tiene su mandiocal”… Artigas cultivaba mandioca, yerba mate y naranjas-, en un momento un anciano de aspecto sospechoso va con un bolso y llega a la casa de Artigas. Entonces el capitán Gauto mira su reloj, ¡hace el parte! Dentro de la casa del Viejo Oriental Están dos horas conversando. Cuando sale el viejo, se mete en el monte y el capitán Gauto, con su trabuco, le dice: “Queda detenido, abra esa bolsa” Y son yuyos medicinales… Entonces va y le dice a Artigas: “Pero Don José, y usted qué hacía con este viejo ignorante?” Y Artigas le contesta con mucha serenidad: ”Estaba aprendiendo”. Los indios le llamaban “El señor que resplandece” en esa época. El Overava Karaí. Porque decían que Artigas tenía sobretodo la virtud de escuchar, y tratar de aprender de la gente en sus setenta y pico largos. En el año 40 muere el Dr. Francia. Como pasa con todo gobierno autoritario, le pasa lo mismo que a Stalin, quetuvo brújula popular y mano autoritaria: a su muerte se arma flor de relajo. Entonces lo primero que hace el gobierno provisional de Paraguay es decirle al capitán Gauto: “Poneme en seguras prisiones al bandido José Artigas”. Y se pone presa a una persona que no está en el ostracismo: está opinando, está actuando, está vinculado con todo. Artigas está arando la tierra con sus setenta y pico; vienen dos soldados de Gauto, cabizbajos y avergonzados, y lo encadenan. Y lo meten en el cepo y después en una prisión. Y Artigas le dice a un vecino: “Debe haber muerto el Dr. Francia”. Se arma una guerra civil en Paraguay, triunfa Carlos Antonio López; inmediatamente libera a Artigas “…que yo lo quiero de asesor en Asunción”. Y Artigas, que ha perdido la cosecha, que está en la extrema miseria, le dice que acercarse a Asunción si, pero vivir en la ciudad no. Yo desde los catorce años, si me acerqué a una ciudad fue para ponerle sitio. Entonces lo alojan provisoriamente en Manorá, y le construyen la casita junto al viejo Ibirapitá, (se escribe yvyrapytâ) donde va a volver con el negro Ansina.
Pero antes de hablar de la muerte de Artigas, una última anécdota: Yo estoy dando clases en Asunción, en un postgrado, allá por el 95. A mi me invitaban –por mi experiencia como evaluador de proyectos para ONG’s para dar charlas. Y un viejito que después me enteré que era un sabio, pero claro, Chase S0arde, el Gato Chase, como todo viejito contestatario con Stroessner, nunca había podido hacer un postgrado. Era uno de los hombres que más sabía del mundo guaraní. Me miraba el viejito, me oía… y me dice: “Mi esposa es tataranieta del amanuense del presidente Carlos Antonio López. Y le digo: “Ah, que interesante!” Y él se dio cuenta de que yo no había captado. Y dice: “El amanuense de Carlos Antonio López fue designado para buscar a Artigas allá a San Isidro Labrador y vino con él hasta Asunción. “¡Ah!” -le dije yo.- “Y tengo el diario de viaje” me insiste “¿Y cómo eso no está en un museo?” Dice: “¡No! Acá en Paraguay, cosa que va a un museo es robada…” El diario ahora está en Barcelona, porque el viejo antes de morir, como lo habían protegido mucho en Barcelona…, el diario está en un museo en Barcelona. Le perdí la pista al diario pero después confirmé que está allá. El hombre va a buscar a Artigas y habla con Artigas y con Ansina; primero en carreta, una parte en canoa…. Y en un momento Artigas dice: “Ya que me estoy acercando a Asunción quiero pasar por Camba Cuá.” Claro, él quiere ver a sus viejos lanceros. Y es impresionante cómo describe la escena. Porque Artigas tiene mucha dificultad para moverse; claro, él había estado preso seis meses. Setenta y siete años tenía en ese momento. Y Ansina, que tiene casi ochenta, es un gigante que está mucho mejor que él; incluso a Artigas le dicen “el viejo oriental” y a Ansina no. Entonces llegan y les llega la noticia a los negros de que viene Artigas. Y los negros viejos y las negras viejas sacan sus viejas lanzas y se ponen en formación; los lanceros y las lanceras. Entonces Artigas baja con mucha dificultad y los va abrazando de a uno. Y el negro Ansina, que sí había estado en CambaCuá, dice: “¿Ves, che Pepe, este negro viejo de mota blanca? Fue el que peleó con vos en Tacuarembó. ¿Ves esta negra tan linda, pero que ahora tiene la mota canosa? Era aquella que danzaba en la cueva del Tigre”. Los negros lagrimeaban y Artigas no decía una palabra. Los fue abrazando… y cuando abraza al último de sus lanceros, sin decir una palabra, vuelve a la carreta con su bastón. Pero lo está esperando un enjambre de negritos que vienen a ver la leyenda viva, ese anciano que estaba ahora calvo pero que tenía una trenza blanca que le llegaba a la cintura. Estaba muy encorvado. Claro, estaba allí el negro que en aquella tierra lejana de la Banda Oriental, a sus padres y abuelos él los había llevado a la libertad, entonces vienen a ver la leyenda. Y dice el diario de viaje que el negro Ansina le dice en guaraní: “Están esperando tu bendición, Pepe”. Y Artigas les dice, en guaraní, “No se olviden que nuestro canto todavía es poderoso” Que es la bendición en guaraní, que incluso hoy se hace en las aldeas de los mbya. “Oré apurahéi kayú eté”
Entonces él va, se aloja con el negro Ansina junto al viejo ibirapitá, en los últimos años, y en ese ínterin, se desencadena la Guerra Grande en Uruguay. Artigas está más del lado de los blancos. Dice “No es mi sistema, pero son los que defienden a América. Rosas está defendiendo a América. ¿Y qué hace el gobierno de Joaquín Suárez, pícaramente? El hijo de Artigas, José María, es oficial colorado. Entonces lo va a buscar con la escuadra anglo francesa, es decir la escuadra que se había enfrentado con Rosas en la Vuelta de Obligado. Entonces ¿Cuál era la maniobra política de Joaquín Suárez? “Aquí está todo olvidado, recibo a Artigas, viene bajo mi protección,” Un gol político. Y Artigas se niega a volver. Pero al negarse a volver él ya sabe que no va a volver nunca más. Entonces llega el año 50, está rodeado de mimos, Artigas. La familia del presidente de Paraguay lo adora. Doña. Juana, la esposa de Carlos Antonio, lo acompaña siempre y le hace dulces… Y en ese momento Artigas enferma gravemente, en enero del 50. Y el cura va y dice: “Voy a rezar con él el rosario porque se está muriendo”. Y un chamán indio le dice, “No, Artigas no se va a morir”. Y no se muere. Pero cuando todo el mundo cree que Artigas se va a morir, el Presidente le dice al negro Ansina, que tiene ya 90 años: - Convenza al viejo oriental que venga a Asunción para que lo cuide mi médico”
-No, si él llega a Asunción, se muere; ahí sí que se muere.
- Bueno, entonces usted levante en la cumbrera del rancho una tacuara; y cuando Artigas agonice, levante una bandera para que yo sepa, y darle todos los honores de jefe de estado.
El negro Ansina levanta la tacuara en la cumbrera, pero Artigas se mejora. Y llega abril y ya Artigas anda a caballo. Parece que se subía a una barranca que todavía está en el botánico de Asunción, chiflaba al moro –nunca le faltó un caballito moro que le traían o del Entre Ríos o de la Banda Oriental-, y el moro mansamente se ponía abajo. Porque a Artigas lo que le gustaba era montar. Agarraba el trote chasquero y salía. Llega el cumpleaños de Artigas, 19 de junio. Artigas cumple 86 años. Entonces Francisco Solano, sus hijos y doña Juana van al campo, las tierras donde estaba el rancho de Artigas, - tenía una propiedad el presidente de Paraguay-, y deciden comer con él. Y después del almuerzo, el hijo del presidente, le dice: -“che , Pepe, ¿vos todavía andás a caballo?” Y Artigas le dice: “Sí, claro”. Y salen a dar un paseo Artigas, Francisco Solano –que era un jovencito-, y un niño, Benigno, que después es el que cuenta la historia. Salen los tres a caballo y Artigas va hacia el río Paraguay. Entonces un indio chaqueño lo ve, desde la margen chaqueña del río, y viene a hablar con él. Y por respeto, por más que era el hijo del presidente, cuando hablaban los adultos el niño y el adolescente se apartan. Y ellos hablan, hablan… el indio toma su canoa y vuelve a irse. Entonces se le acerca Francisco Solano y le dice : “Abuelo Pepe, ¿Por qué siempre venís al río?” Y Artigas le dice: “Porque el río va al sur” Claro, él se despedía del río; el río Paraguay desemboca en el Paraná y el Paraná va al río de la Plata. Artigas hablaba con el río. Hay un paraguayo que decía, hablando de esto, que a veces la gente no sabe que el río Paraguay trae nieve andina por el lado del Pilcomayo y el Bermejo; y tiene afluentes amazónicos que vienen de la selva. Y que el río Paraguay luego va al Paraná y que cuando llega al Río de la Plata , el Río de la Plata recoge así “todas las lágrimas” de América; sólo que ni los porteños ni los montevideanos se dan cuenta. Pero de todos modos Artigas va a hablar con el río. Y en setiembre sí, Artigas empieza a estar muy grave, el presidente Carlos Antonio dispone hacerle homenajes, pero el 11 o el 12 de setiembre, el Imperio esclavista de Brasil invade por el Matto Grosso y todo el estado mayor se va para la frontera; y parece como que Artigas hubiera elegido para morir , realmente, la mayor soledad. El día de su muerte de mañana viene un cura, lo invita a rezar el rosario; Artigas habla con el cura. Nadie sabe lo que habla con el cura. El cura se va, queda él descansando, y al final lo encuentran muerto. Y no tienen ni a quien avisar. Es Ansina y es un matrimonio campesino muy anciano que vive en un ranchito. Hacen un cajón de tablas, ponen el cuerpo al día siguiente sobre una carreta de bueyes y lo llevan a un cementerio rural que ahora es un cementerio suburbano. Y ahí lo entierran, sin ningún honor, sin nada.
El gobierno uruguayo demora cinco años en repatriarlo. Y cuando al fin deciden traerlo su urna está un año en depósito en la aduana sin que nadie se haga cargo de los restos. Sólo con Vaimaca demoraron más. Lo cierto es que el negro Ansina, ya de noventa años, casi ciego, se va a vivir a lo de Ledesma. Por eso después los confunden a los dos. Y Ansina dicta sus últimos poemas en esa versificación muy simple, pero es impresionante, porque en el año 55 Ledesma estaba ahora lejos de la zona del ibirapitá, pero pedía que todos los 23 de septiembre alguien lo acompañara hasta el cementerio. Y llega en el año 55 y está la tumba vacía. Y entonces los del cementerio le dicen “Ah, no, vinieron los orientales en delegación y se llevaron el cuerpo. Y Ansina dice: “Nadie me avisó” Y ahí Ansina hace una payada que es tremenda, que dice: “Olvidaron los orientales esos / algo que es mucho y es nada / olvidaron la sombra negra de Artigas / y sé que siempre me echarán tierra encima.” Una cosa muy triste, muy desolada. . Y Ansina muere a los cien años exactos. El último poema de Ansina, que se lo dicta a Ledesma, es impresionante. “Un siglo de recuerdos”, se llama. Es una mala versificación pero… Ese material vale la pena encontrarlo. Es un libro editado en el año 50 que se llama Artigas en la poesía latinoamericana.
Pienso que con todo esto por lo menos ustedes están en condiciones, colectivamente, de dedicarse de lleno y desafiarse a estudiar documentos artiguistas. Y si en la próxima reunión son cinco, no hay problema. Documenten lo que leen, formen subgrupos y hagan un plenario de vez en cuando para que no muera la experiencia. Les aconsejaría como materiales, empezar con el Diario de viaje de Montevideo a
Paysandú, de Larrañaga. Leerlo colectivamente es maravilloso. Interrumpir, discutir, interpretar; es un documento maravilloso. Las Instrucciones del Año XIII, el Reglamento de Tierras y la Oración de Abril. Y los partes de Artigas a la Junta del Paraguay. Estos textos, los libros de secundaria viejos los tienen, pero fragmentados, de tal manera que la interpretación del autor manipula el contenido. Olvídense de la interpretación, transcriban los fragmentos que están entre comillas. Yo les aseguro que es una fuente de sorpresas cada vez que uno vuelve a los documentos artiguistas. ¿Tienen dos minutos más?
Vida familiar de Artigas.
Artigas tiene, en su época de ruptura con su familia, un gran amor de juventud que es Isabel, que es una india chaná cristiana que vive en villa Soriano. Si ustedes van a Villa Soriano, el timbó enorme que está en la plaza de Soriano lo sembró la hijita de Isabel. Por eso los sorianenses adoran ese timbó, es uno de los timbós más grandes que hay en el país. Artigas tiene ese amor de juventud. El va a Tacuarembó y cuando vuelve de sus correrías encuentra una tumba: ella muere. Unas fiebres. Con Isabel tiene un hijo: Manuel. Artigas no se casa hasta los cuarenta años de edad, cosa que es rarísima en la época. El está ya como oficial del rey, tiene que regularizar su vida, su fachada; tiene una prima, Rosalía Rafaela, que es también muy mayor, más de treinta años –en la época se casaban de dieciséis-. (Hay un xote de Sampayo que describe esta costumbre del casamiento temprano de la muchacha de la época; es de esas cosas que tiene Sampayo, el xote del pago viejo, que hablan un muchachos y una muchacha. Dice: “Chinita linda, soy de estos pagos / yo soy de lejos soy del palmar”; y ella dice: “soy de las hijas del pardo Alejo / que fue puestero en Paso del Rey / de todas ellas la más bonita / y solterita con dieciséis.”) Bueno, Rosalía se casa con José Artigas a los treinta y pico. Tiene pozos depresivos muy fuertes, tiene un hijo con Artigas, José María.; después una hija, María Eulalia; después dos mellizos que nacen muertos. Ella intenta suicidarse, enloquece, termina amarrada a la cama; y Artigas queda otra vez solo. En Purificación se enamora de la lancera paraguaya Melchora Cuenca, con la que, según la historia oficial, tiene dos hijos: Santiago y María. Yo creo que la historia oficial no dice la verdad. El único hijo de Artigas con Melchora es Santiago, porque Melchora tiene casi de inmediato una relación con un lancero entrerriano, federal: Cáceres, con el cual después vive. Por eso yo creo que el episodio en Mandisoví, donde ellos se separan, no es que Artigas la deja, sino que ella lo deja a él. Además era mucho más joven. Porque las cartas de Artigas a la familia –por eso vale la pena leerlas-, no son las de un hombre que abandonó a la mujer, sino de un hombre bastante despechado, cuando le escribe a su hijo mayor: “En cuanto a Melchora que haga lo que quiera, pero tu no descuides a Santiaguito, es tu hermano”. Esa no es la carta de un hombre que dejó a una mujer, sino la de un hombre que fue dejado. Pero de todos modos a Artigas se le atribuyen muchas más mujeres. Y yo, sin poder probarlo, creo que por lo menos es un tema opinable. Por ejemplo, se le asigna un hijo charrúa. Ustedes van a ver en la fotocopia que yo les di, que Jesús Perdomo cree en la paternidad biológica de Artigas; yo no creo; no creo por varios motivos, pero el primero es porque el hijo que tiene Artigas, que él lo legalizó, él lo legitimó en la iglesia de Villa Soriano, con Isabel, se llama Manuel. Entonces sería medio loco que al caciquillo charrúa, si fuera hijo biológico de Artigas, su nombre criollo fuera tambiénb Manuel. ¿En qué se basa? –ustedes lo van a ver en la fotocopia que yo les dejé del Prof. Jesús Perdomo- , en una carta que encontró Maggi, que decía: “Yo estoy orgulloso de vos, y sé que siempre andarás conmigo. Tu padre, Artigas”. El caciquillo la mostraba todo orgulloso. Pero yo estoy casi seguro de que significa una paternidad espiritual, de la misma manera que el indio guaraní, Andresito, firmaba “Andresito Artigas”. Y en el caso de Andresito, gobernador de Misiones, nadie puede creer que es hijo biológico de Artigas, porque se conocen cuando Andresito tenía catorce años. Y Andresito, por ser cristiano, tiene su partida de nacimiento, donde se ve quién es su papá y quién es su mamá. Y sin embargo él firmaba “Andresito Artigas”, y hablaba de Artigas y decía “mi padre”. Eso por el lado de Maggi; por el lado de Caula, Caula le atribuye a Artigas un hijo biológico en Paraguay. No es disparatado: Artigas entra solo al Paraguay; Artigas tiene cincuenta y seis años. Y Artigas pororden del Dr. Francia se va al lejano norte, Curuguatí, donde vive Clara Gómez, cuyo hijo, niño, es muy querido por Artigas. De ahí surge la idea de que los descendientes de Clara Gómez son descendientes de Artigas. Tampoco lo creo por otra razón: cuando Artigas hace su testamento, -otro documento muy interesante, porque en el año 45 hacía quince años que existía el estado oriental-, y el dice: “Yo, José Artigas, ciudadano de América, nacido en la Provincia Oriental…” O sea que Artigas en su testamento desconoce la constitución. Pero lo más interesante es que las dos cosas que él más quiere, se las deja a otros dos adolescentes paraguayos. Parece raro que teniendo un hijo no le dejara ninguno de los objetos que él más quiere. Los dos objetos que él más quiere son: su basto oriental, con el cual él había hecho todas las campañas, que se lo deja al hijo del presidente, a Francisco Solano. (Francisco Solano va a hacer toda la guerra del Paraguay en el basto oriental de Artigas, hasta su muerte en Cerro Corá.) Y el libro que él más adoraba, la “Conversación consigo mismo”, del Marqués de Cacciarolla, se lo deja al sobrino de Fulgencio Yegros, que es otro adolescente que también quiere mucho. Parecería medio raro que con un adolescente que él quiere mucho, como es Juan Simeón Gómez, el hijo de Clara Gómez, si fuera hijo biológico, no le dejara ninguna de sus pertenencias. Pero de todos modos tampoco puedo probar lo contrario, ni tengo pruebas de ADN para probar lo contrario. De repente Artigas tuvo un millón de hijos, pero yo sospecho que gran parte de los hijos que se le atribuyen son, en épocas que no había testamento, una costumbre muy común de las familias patricias de apadrinamiento a niños huérfanos por la guerra, por la revolución, -Rivera también lo hizo-, donde darle el apellido era una forma de protegerlo más allá de la muerte de su padrino.
Artigas tuvo tres mujeres, seguro: de joven amó a Isabel, a los 40 a Rosalía Rafaela y en Purificación a Melchora Cuenca. Lo demás son conjeturas. De repente tuvo cien. Y en general las mujeres de Artigas tuvieron muchos hombres. Por ejemplo, Isabel era viuda, muy jovencita viuda, de un patriota entrerriano. Melchora se va a vivir con Cáceres, casi inmediatamente. Rosalía Rafaela, -pobre- ella no, porque tuvo una vida muy desgraciada. Pero hay una cosa de Artigas, es que Artigas además en su vida privada fue un gran conspirador; manejaba muchos códigos. Desaparecía, “se borraba”. Entonces una historia muy superficial lo atribuye a su donjuanismo. Pero no es eso lo que dice la historia. Por ejemplo, cuando cae preso Andresito, viene el chasque a Purificación. Y dice “hay que avisarle a Artigas que cayó Andresito. Y el oficial de guardia de Purificación le dice: “Por dos días no va a ser posible, porque son los días en que él se retira al monte”. O sea, él hacía como retiros en el monte. Entonces, una persona que está en ese mundo tan místico, que la gente le pide la bendición, no es una persona que uno puede pensar que está vinculado al donjuanismo que se le atribuye. Aunque eso “ni le quita ni le pone” ¿no? Es cierto eso de que nunca se le ha podido reconocer a Artigas una relación simultánea con dos mujeres. (Alguien recuerda que se decía que Artigas cruzaba el Río Uruguay a nado…) Claro, a nado. Pero ¿qué pasa? El cruce del río a nado es cierto, pero dicen que era por una mujer que cuando estaba en Purificación, antes de involucrarse con Melchora, él cruzaba, varias noches, el río a nado. Cuando el río Uruguay está bajo lo que hay que nadar son dos metros. Conociendo las correntadas, no es tan peligroso. Pero… ¿era una mujer? El era un articulador de redes. Entonces, ¿siempre se trató de temas de mujer? El estaba sembrando mucho más allá y se manejaba con códigos; que hasta los propios franciscanos eran grandes conspiradores.
Charla sobre Artigas (I) (Gonzalo Abella)
PRIMERA CHARLA SOBRE ARTIGAS, dada por Gonzalo Abella de la UPJL el 23 de Setiembre de 2008.
(Palabras previas de Gonzalo Abella)
Como ustedes saben, hay un grupo de compañeros que hemos formado algo que se llama Universidad Popular Joaquín Lencina. La idea de la universidad no es formar una institución regalmentada; no está registrada, institucionalmente no existe, pero es la intención de formar una escuela de cuadros. La idea es que si hubo compañeros aquí y en otras partes que en la prisión pudieron constituir un lugar de estudio, sería imperdonable que, en un momento en que hay relativas libertades democrático-burguesas, no aprovechemos este contexto (que no sabemos cuánto va a durar) para profundizar en el estudio de algunos temas.
Temas que tienen que ver con la experiencia de las luchas en el siglo XX; esos maravillosos laboratorios que fueron los proyectos socialistas y revolucionarios del siglo XX. Preguntarnos por qué avanzaron, cuales fueron sus logros y cuales fueron sus defectos.
Temas que tienen que ver con la historia continental, incluyendo la uruguaya en ella. A veces no nos damos cuenta, no percibimos qué inmersos estamos y cuánto dependemos de un proceso revolucionario que tiene que ser continental –reflexionen sobre eso.
Y debemos incorporar a la reflexión algunos temas que no eran objeto tradicional de estudio de los movimientos revolucionarios; por ejemplo: mitos, leyendas, religiosidad popular y su nexo con la lucha de clases. Cómo se expresa lo social en umbanda, en quimbanda o en otros lugares de religiosidad popular; cómo se expresan en clave de religiosidad popular los factores de opresión y los mensajes de liberación sobre el imaginario colectivo, ciudadano. Todo lo que tiene que ver con lo multiétnico; pero sin descuidar lo científico, los aportes que nos dan los académicos que no se venden, que son los menos. También los necesitamos a ellos para el desarrollo del marxismo como intento de síntesis de la experiencia de lucha en todos los planos, incluso en el filosófico. Y buscar una síntesis lo más simple posible, dentro de una coyuntura sumamente compleja. Pero también necesitamos aportes de la cultura tradicional de los pueblos originarios, de los afrodescendientes, de los inmigrantes revolucionarios que venían con memoria Fuenteovejuna; de la ascendencia afro que tenemos acá, de esa memoria tradicional; y de la cultura popular no tradicional. Me refiero, por ejemplo, a una serie de estrategias solidarias que existen en los asentamientos. Esto es cultura popular no tradicional porque responde a situaciones nuevas y en el marco de la exclusión generan algunos mecanismos inteligentes que, en el futuro de mucha pobreza que nos espera, vamos a tener que aprender también de esa cultura popular, para nuestra propia supervivencia.
Todo eso tratamos de discutirlo en la Universidad Popular Joaquín Lencina, y yo les decía el otro día, -medio en broma, medio en serio – que además, nosotros no hacemos análisis de coyuntura, es decir, no discutimos por ejemplo la Asamblea Popular. Sí, claro, tenemos una definición anticapitalista y por lo tanto anti-Astori. Pero lo más interesante es que hemos llegado a la conclusión – en medio de nuestro divague- de que otro tema que no podemos excluir es esta gran tristeza que tenemos hoy, un gobierno que abandona su rumbo, y que más tarde o más temprano terminará reprimiendo. No con un golpe de estado, porque no hay contra quien darlo. Pero sí puede haber niveles de represión, estado de sitio, etc.
Entonces ante todo eso, una de las cosas que nos proponemos como revolucionarios en la Universidad Popular es no ser amordazados bajo ningún concepto y seguir funcionando como tal aún en las peores condiciones que presente un gobierno blanco o un gobierno con una nueva Miss Daisy al frente del Ministerio del Interior. En ese marco también, no en estos locales (decimos el pecado pero no decimos el pecador), en otros ámbitos que podemos conversar con quien le interese, discutimos cómo seguir funcionando tranquilamente si nos cierran los espacios legales a los que nos acogemos. Partimos de la base de que cuidar a los compañeros no es tarea que se aprende en 24 horas. Nuestra generación tuvo esa triste experiencia. Es cuestión de toda la vida.
Entonces todo eso es parte del diseño de la Universidad Popular Joaquín Lencina.
Ahora bien: el objetivo fundamental de la UPJL es hacerse prescindible. Es decir que cada grupo de compañeros en cada lugar del país asuma sobre sus hombros la autogestión de sus propios estudios. Generar sí equipos asesores, pero después, que se continúe el estudio en un local de la Asamblea Popular, o un local de compañeros que no están con la Asamblea Popular, pero que claramente tienen una definición anticapitalista, viven la experiencia de un grupo autogestionario de estudio, y donde cada uno de esos integrantes después de vivir la experiencia sea activo promotor de otro grupo, en otro barrio de Montevideo, o en Bella Unión, o en Canelones. Es decir, trasladar la experiencia, y en todo caso, en tanto seamos necesarios todavía como UPJL, acompañar a ese primer promotor, pero tratar siempre de delegar y de construir un movimiento en que se recupere la capacidad de estudio que teníamos en los años 60’, en que discutíamos todo, hasta por demás.
Bueno. Por eso, si a mi me invitan a dar una charla sobre Artigas, yo prefiero instalar un curso de gente que poco a poco se apropie del método de estudio y que sea capaz después, de construir por sí mismo no sólo una reflexión sino además nuevas tesis, por ejemplo sobre el ciclo artiguista, Eso es mucho mejor que estar dando cursos. Y la propuesta que habíamos hecho era trabajar sobre Artigas. Podría ser impactante que aquí en el Buceo constituyera un grupo permanente de la Asamblea Popular de estudios artiguistas. Y que ese grupo permanente fuera el inicio de una red de grupos de estudios artiguistas.
Ninguna revolución ha podido desconocer su propia historia local. Uno ve los grandes dirigentes de todos los tiempos, y uno de sus atributos es tener un profundo conocimiento de las raíces de su propio pueblo. Y estamos hablando de Chávez, que mete a Bolívar a cada rato; estamos hablando de Fidel que habla de José Martí; estamos hablando de Lenin, que se conocía de memoria los pensadores revolucionarios del siglo XIX de la Rusia Zarista, pero podemos hablar de Artigas, que no por casualidad gente que lo vio de afuera dijo: conocía el corazón de sus paisanos como nadie. Y no era porque anduviera a caballo; por lo menos no era sólo por eso, se trata de una cosa mucho más profunda. Por lo tanto, instalar un grupo de estudios artiguistas en un local de la Asamblea Popular es altamente augural y esperanzador.
Porque ustedes también tiene que saber que “nada podemos esperar sino de nosotros mismos”, Frase que, entre paréntesis, Artigas no se lo dijo a un universitario de Córdoba, se lo dijo a un gaucho de Salta, que se llamaba Güemes. Martín Güemes, el que organiza la Guerra Gaucha en el norte argentino, obligando a los estancieros a pagar tributos que fue lo que financió la campaña de San Martín. Buenos Aires no le daba plata a San Martín, y el gaucho Güemes hace la Guerra Gaucha, obliga a pagar tributo a los estancieros y con eso junta dinero para que San Martín cruce los Andes. Y es a Güemes que Artigas le dice “Nada podemos esperar sino de nosotros mismos”.
Bueno, hoy es un día particular porque es aniversario de la muerte de Artigas, o, como dicen los guaraníes – cosa que se ha deformado bastante, el sentido original es precioso- “a los abuelos buenos no se los entierra, se lo siembra”. De alguna manera siempre están germinando.
Entonces la propuesta que habíamos hecho la vez pasada es hacer dos reuniones; esta sería la primera, y una segunda para contextualizar la gesta artiguista, dar algunos rasgos de sus etapas; y después, con ese contexto más la bibliografía que ustedes consulten, dedicarse de lleno a una lectura crítica y directa de los documentos artiguistas. Algunos de ellos son de fácil acceso, otros no tanto, pero podemos, fotocopiando, armar todo. Las cartas de Artigas, las Instrucciones del año XIII, la oración de abril que es fantástica, el Reglamento de Tierras , el proyecto de Constitución para la Provincia Oriental que hace en Villa Guadalupe. Entonces hay que empezar a fotocopiar, y esos documentos, yo les aseguro a ustedes que hasta reunidos en subgrupos, identificando preguntas, certezas, cosas que… van a descubrir un montón de cosas. En los documentos nacidos entre 1811 y 1815 verán el delicado equilibrio verbal que hace Artigas para no acelerar una ruptura con el sector estanciero, terrateniente y esclavista en momentos en que la contradicción fundamental es contra el colonialismo español. Y cómo, después del 15, ya no… Es una forma de decirlo, que entre 1811 y 1815, en el proceso revolucionario oriental, entre batalla de Las Piedras y el Reglamento podríamos llamar, hablando con palabras de Lenin, que hay una dualidad de poderes en el campo revolucionario, expresada por los fogones, que son el ala radical, y por los cabildos, que conforman el ala moderada. Y que esa dualidad de poderes se rompe en 1815 con un reglamento de tierras que, a pesar de lo moderado, es la gota que colma el vaso y que hace que los cabildos reciban a Lecor con flores y que en cambio los fogones se radicalicen y que Artigas sea, de 1815 hasta 1850, el Artigas de los fogones. (No hasta 1820, sino hasta 1850)
A mi me parece que para entrar en tema , les envié una pauta por correo electrónico, que tenía cuatro puntos:
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(Aquí comienza la charla)
Primero, entender la época, la fase del capitalismo mundial en el cual a Artigas le toca actuar.
Segundo, el contexto latinoamericano, que es muy importante desde el punto de vista político. El Virreinato…
En tercer lugar lo que significaba América Latina del siglo XVIII, o sea por el 1700 –Artigas nace en 1764-, Artigas es un hombre del siglo XVIII. Cuando la batalla de Las Piedras ya tiene 46 años. En ese momento él está trabajando políticamente por las mayorías, ya desde hacía 15 años, por lo menos, hasta bajo su fachada militar. Pero el contexto de ideas y de nuevos sueños de las grandes mayorías es lo que debemos recrear. Este tercer aspecto es muy importante, porque si uno lee la historia oficial, Artigas es el lectoescritor de ojos azules, que sale a la campaña e ilumina, ilumina a un pueblo de brutos, que entonces por instinto de libertad, lo siguen. Cuando en realidad Artigas es alumno de una propuesta que ya está madura cuando él tiene 14 años, donde ya se ve “a los indios formar el escuadrón y aprontar los morenos el corazón”. Porque además había habido guerras contra el colonialismo. Y había estado Tupac Amaru y había estado el negro Zumbí , y había estado Sepé Tiarajú; de eso tenemos que hablar. Y había habido, dentro de las misiones jesuíticas una ruptura de la Orden Jesuítica y un grupo de jesuitas que habían hecho una relectura cristiana, no desde el Vaticano sino desde las catacumbas, y que habían transferido a los indios guaraníes y a su colectivismo agrícola, toda la tecnología de guerra de Europa, hasta la fabricación de pólvora… Entonces, todo eso, que es el contexto.
Y por último, dedicarnos un poquito a las etapas en el proceso revolucionario de Artigas hombre, desde los 14 años, en que hace una opción –rompe con su clase social, se va al campo-, hasta 185
0 pasando por todo el trabajo de redes populares que él organiza como blandengue, como jefe civil de un pueblo armado y desde el Paraguay, que es lo que a nosotros menos nos cuentan. Porque si nosotros buscamos los documentos de Artigas, parece que Artigas aprendió a leer y escribir en 1811, siguió escribiendo hasta 1815 y después perdió toda capacidad lectoescritora, ¿no?… ¡Y vivió hasta 1850!
Entonces, yo no sé qué opinan ustedes de la pauta… si este criterio de exposición para empezar hoy con esto vale, o si ustedes plantean algo que no se entendió de los que leyeron la pauta que yo mandé, alguna reflexión…
(Alguien interviene)
Hay acuerdo para empezar así. Entonces yo voy a hacer una cosa: voy a hablar de la época que le toca vivir a Artigas. No el siglo XIX sino el XVIII, en el que él se forma y en que madura su ideología, y vamos a tratar de entender; pero por favor, a veces uno, que está muy metido en esto da por obvio cosas que no lo son. Entonces, por favor, interrúmpanme, y si ustedes ven que yo omito algo que es importante, que es muy probable, porque es un tema muy complejo, así va a ser más divertido.
Primero - En torno a la época:
La conquista de España a América: alguna gente dice: “bueno, la cultura europea vino a avasallar la cultura americana”. Pero no, en realidad los verdugos de las culturas americanas precolombinas, son los mismos verdugos de las culturas populares europeas.
Las culturas, cuando se encuentran, nunca hacen la guerra entre si, sino que hacen el amor.
Los opresores hacer la guerra a todas las culturas. Es decir, los mismos conquistadores que se llamaron adelantados, que vinieron con Colón, eran herederos de aquellos “caballeros” europeos que trescientos años antes habían invadido Palestina con el pretexto de rescatar el Santo Sepulcro de Jesús, y arrasar con todas las riquezas de perlas, oro, plata, etcétera , que tenían los pueblos árabes. Es decir, lo que se llamó las Cruzadas. Ese mismo espíritu de rapiña que generó las Cruzadas allá por el 1100, es el mismo espíritu que genera la Inquisición en el interior de España en el año 1400. La Inquisición es un instrumento de la Iglesia Católica, que no tiene nada que ver con la fe. Se trata del control ideológico y político de los pueblos. Se instala en España. La lógica es la misma que tuvo Diocleciano en el año 300 cuando los romanos dejaron de perseguir al cristianismo y lo transformaron en la iglesia oficial. La lógica del año 300, cuando el Imperio Romano se hizo católico para seguir oprimiendo, es la misma lógica que tuvo la Inquisición española del año 1400, con los reyes católicos. No me sirve – pensaba el rey - la libertad de cultos, porque si cada grupo humano tiene un culto diferente, ¿cómo los controlo? Yo tengo que imponer una religión, no importa cual, pero yo necesito una religión única. Satanizó todo lo demás y esta es la que vale, así yo sé que van a la procesión de Corpus, a la confesión, a la comunión, a la Misa de Difuntos y además de recaudar controlo, porque el que no está en Corpus, el que no está en Misa de Difuntos, el que no está en la confesión, el que no está en el sacramento de la comunión, ¿qué está haciendo? Lo vigilo. Pero además, yo logro, no sólo recaudar, enriquecerme de mil maneras; también cambio las ideas de la gente.
Para los pueblos originarios la tierra es sagrada. Hay que desacralizarla. Yo bendigo un lugar concreto, lo destino para los muertos, le llamo “el camposanto”. Si este es el campo santo, el resto del campo no lo es, puede ser objeto de compraventa. Hasta las palabras se van manipulando, y ahí juega la religión católica, a través de la Inquisición, su papel, que es negador, de alguna manera, del mensaje de la Buena Nueva de los judíos perseguidos en Palestina y de los romanos que se reunían en las catacumbas. Es su antítesis.
Cuando llega el siglo XVIII España ya está en crisis, ya está en decadencia. España, con la Inquisición, con el propio retardo feudal, por más que se apropie del oro y la plata de Potosí, como no tiene artesanía, como no tiene industria, ese oro y esa plata entran a España, y España termina comprando cosas necesarias en Inglaterra, o acero holandés, o telas francesas… España se empobrece por su propia estructura reaccionaria, y son otras potencias las que van avanzando, fundamentalmente Francia e Inglaterra; y Holanda, pero sobre todo para nosotros Francia e Inglaterra, que son las potencias donde tienen banqueros, manufacturas y armadores de barcos. Que son el desarrollo del futuro. Es decir, son el avance de la burguesía, que está desarrollando su propia concepción y tiene además un partido único europeo secreto, que es la masonería, que más allá de los ritos, más allá de todo lo que podemos hablar de la masonería es el mecanismo político de la burguesía que sabe que frente al poder de la tierra de los feudales, ellos tienen el poder del ahorro, del saber hacer, del saber viajar y del conocer. Las sociedades anónimas son parte de ese proceso. En realidad los primeros banqueros -yo no quiero detenerme en esto-, pero los primeros banquers son los caballeros templarios. De ahí aprende la masonería todos sus ritos. Ojo con los ritos iniciáticos. Todas las comunidades tienen ritos iniciáticos.
Cuando el pueblo judío era todavía un pueblo de pastores hacía la circuncisión a todos los varones, es un rito iniciático. Cuando a las muchachas charrúas les pintaban rayas azules, a todas las muchachas, es un rito iniciático. Cuando sacamos fotos de nuestro nietito con su moña azul en su primer día de clase de la escuela pública, es un rito iniciático. Pero no son esos los ritos que toman los masones; los masones toman los ritos iniciáticos de las sociedades de clase, de las sociedades opresoras; ritos que sólo son para las clases dominantes, y que controlan cierto secretos que el pueblo “profano” no debe saber, porque es un tema de poder. Y frente al poder de la tierra, uno de los poderes de la burguesía es el poder del conocimiento. Y eso es el plan de Dios, Supremo Arquitecto: el gobierno de los arquitectos. Y la masonería, este poder burgués, va a ser revolucionaria contra el poder absolutista. Porque hay gente de sangre azul, piensan, que mno merece gobernar. Dios no quiere eso.
O sea que va a ser contra el poder absolutista. Pero también va a tratar de cuidar que no lleguen al gobierno los pueblos humildes, porque son analfabetos. ¡Horror! No pueden gobernar, tienen que gobernar ellos, que son los eurocultos, los que saben los secretos del Gran Oriente, filtrado por Europa, que es de donde llega el saber de esos ritos iniciáticos y les da estructura jerárquica.
Esto es el ímpetu. España se hundía sola. Si no hubiera habido todo lo que pasó en la época, igualmente los burgueses de América, la oligarquía criolla, hubiera igualmente conquistado la única libertad que les importaba, que era la libertad de comercio, que es la única libertad que les interesa a los burgueses. El monopolio comercial español estaba sentenciado, de todos modos, por una época en que lo que avanzaba era el libre comercio, y donde a las cañoneras inglesas no les importaba demasiado plantar su bandera. Ahora lo que les importaba no era sacar, más bien lo que le importaba a Inglaterra era poner; poner sus mercancías, lograr nuevos mercados. Por eso invadió acá en 1806-1807, pero a lo que se dedicó fue a hablar del libre comercio; y se fue tan “pancho” y después se dio cuenta: ¿Otra invasión inglesa? “No, mejor vamos a apoyar a Bolívar y a San Martín”. Y los ingleses nunca más invadieron: apoyaron a los libertadores. A ellos lo que les interesaba era el mercado.
Es admirable cómo San Martín cruza los Andes para llegar a Chile. Pero no se dice tanto que San Martín llega a Perú en los barcos ingleses.
Entonces, esta es la época. Ahora ¿qué pasa? Si nosotros decimos Siglo XVIII, y hicimos enseñanza secundaria, e hicimos humanística, porque si no nos acordamos de nada…. Siglo XVIII… ¡ah!… independencia norteamericana, Revolución Francesa, la Enciclopedia, el gran libro del saber burgués,
¿Y qué pasaba acá, en la América Española? Eso lo cuentan mucho menos. ¿Qué mundo americano conoció Artigas cuando rompió con esa aldea-cuartel aburridísima que era Montevideo colonial, y se fue al mundo de la gauchería, -cuyos caminos llevaban a contactos con América Central, a los Andes, -porque era un mundo absolutamente abierto, móvil, dinámico y de intercambios culturales… ¿Qué mundo conoció Artigas? Eso no nos cuentan.
Desde luego, siglo XVIII, vamos a ver: la burguesía, que tiene ya los viajes de Marco Polo, que tiene ya un montón de descubrimientos, la burguesía del siglo XVIII , que ya maneja la imprenta que es un instrumento de poder burgués muy fuerte; que por eso los protestantes están con la burguesía y la Iglesia Católica con el feudalismo.. La burguesía tiene la imprenta, entonces distribuye libros, la Biblia… Dice “que cada cual interprete la Biblia”. Eso es la burguesía: el poder del saber, la masonería. Bueno, esa burguesía en el siglo XVIII escribe una obra monumental que se llama la Enciclopedia –de ahí vienen los nombres de las enciclopedias actuales-, que habla de todo, para desafiar al poder de la Iglesia. La Iglesia dice que la verdad es revelada en el dogma. Y ellos dicen “La verdad la descubrimos pensando”. Montesquieu habla de la división de poderes. Y después las colonias norteamericanas se independizan de Inglaterra. A veces uno dice ¡qué admirable la revolución norteamericana! Pero no se olviden de una cosa: la revolución norteamericana empieza con gente muy humilde,-labradores, campesinos, muy amigos de los indios-, que están contra el monopolio comercial inglés; pero esa es la primera etapa.
En la segunda etapa, cuando la burguesía terrateniente de George Washington toma el poder, está apoyado por las monarquías más reaccionarias: por España y por Francia. Porque es un problema práctico: Inglaterra está compitiendo con ellas allá en Europa. Si le quitamos las colonias Inglaterra se debilita. Y no importa quien es Washington … no importa que lleguen los indios al poder, el asunto es que Inglaterra sea débil para la competencia en Europa. El gobierno reaccionario de España, monárquico, y el gobierno monárquico de Francia , mandan nobles, -entre ellos al Marqués de Lafayette-, que son parte de la independencia norteamericana.
Estados Unidos se constituye en un país, mucho discurso de libertad y de nuevas ideas, y de nuevo mundo… y empiezan los franceses a hacer su revolución contra el Rey. La burguesía francesa se apoya al principio en el pueblo pobre d eParís. A diferencia de Inglaterra, donde la revolución terminó en un negociado entre el rey los burgueses con Cromwell, (la revolución en Inglaterra fue menos sangrienta, aunque rodaron cabezas) en Francia se va a eliminar la monarquía.. La revolución inglesa, que fue anterior, -por eso Inglaterra era moderna-, terminó no en un república sino en una monarquía parlamentaria, donde el rey manda y los burgueses también, y hay una cámara de nobles y una cámara de gente común, burguesa. Es decir, un arreglo interesante que moderniza a Inglaterra. Con menos años, la burguesía francesa hace otra cosa: deja que el pueblo más humilde avance, le corte la cabeza a los ricos, forme un gobierno de pobres; y después la burguesía da un golpe de estado y pone (resumiendo un poquito) un emperador burgués que no es de sangre noble, Napoleón, un hombre que viene de origen humilde, pero que es el emperador de la revolución burguesa francesa, para enfrentarse con Inglaterra. Estos son los procesos del siglo XVIII.
Mientras tanto ¿qué pasaba en América? Primera cosa. En América nosotros ya tenemos, -siglo XVIII-, casi trescientos años de resistencia indígena; primera cosa.
Los indígenas eran invencibles. Es más: si uno mira un mapa de la época -América del Sur aparece como un triángulo partido en dos partes desiguales. Una parte es de Portugal y otra parte que es la América española. Eso en el papel. En los hechos, España y Portugal jamás controlaron más del diez por ciento del territorio americano. ¡Jamás! Porque la selva era incontrolable. La selva siguió siendo de los pueblos originarios.
(Interrumpe un compañero – Casi ininteligible en la grabación)
Yo no quería dedicarme mucho a América del norte, pero es un proceso fascinante. En Inglaterra había libertad de cultos. La burguesía había impuesto libertad de cultos. Todos los masones son creyentes en el Supremo Arquitecto, porque si no hay Supremo Arquitecto, ¿quién los legitima a ellos? Pero la forma de adorar al ser supremo, cada cual tiene su forma. Por lo tanto son anticatólicos. Y los pueblos, las pequeñas comunidades pastoriles y agricultoras que llegan con el Mayflower y toda la conquista de América del Norte, son gente muy humilde que en general se unen como cuáqueros o como anglicanos, o como distintas sectas protestantes; y hay mucha más libertad. Lo cual no significa mayor tolerancia con el diferente. Porque ustedes conocen la historia de las brujas de Salem, como a las mujeres que realmente quisieron ser diferentes y estos cuáqueros, estos anglicanos, esta gente bondadosa, les prendieron fuego a las mujeres porque querían pensar diferente. O sea, la intolerancia surgió igual de la burguesía. Pero no era la brutalidad de la Inquisición. Ahora en Lima visité el museo de la Inquisición. Realmente es aterrador. Pero además da para pensar la Inquisición como instrumento de control y de represión ideológica. Desde luego que fue distinto. Eso generó que aquellos pueblos de agricultores, aquellos pueblos de plantadores algodoneros, prósperos, - como era George Washington, que tenía más de diez mil hectáreas-; toda esa gente tenía además una cabeza mucho más moderna, mucho más empresarial que la oligarquía criolla, porque en última instancia los criollos independentistas eran hijos de españoles que venían de un mundo muy reaccionario (habla otro compañero)
… Hasta la división de las parcelas! No hubo latifundios. En Estados Unidos, en las trece colonias, nunca hubo latifundios. Pero a mi me interesaba centrar el tema de la época en América del Sur.
¿Qué pasaba en América del Sur? En primer lugar, la selva era incontrolable. Seguían los pueblos originarios. La montaña era incontrolable. Los ejércitos europeos de la época sólo sabían pelear en llanuras, porque en Europa las grandes batallas se hacían en las llanuras centrales. A tal punto que eso nos quedó en el lenguaje. Cuando se habla de una batalla grande se dice “batalla campal”, porque la batalla se hace en el campo. Y realmente ellos controlaron los llanos venezolanos, la llanura oriental-entrerriana, la pampa argentina, hasta que los pueblos originarios de la pradera conquistaron el caballo. Y ahí otra vez la pampa se vuelve incontrolable. Porque la superioridad que tenían ellos con el caballo se pierde cuando los indios domestican al caballo, se hacen amigos del caballo. Primero los indios del Chaco, después se lo pasan a los de la pradera oriental - entrerriana; de esta a los pehuenches de la pampa… y los pueblos se vuelven invencibles. España sólo controlaba las entradas fluviales, las ciudades fortificadas como Montevideo, las minas, las encomiendas, las plantaciones, los ingenios…todo con protección militar. Y el resto era territorio liberado. Eso es el siglo XVIII.
Pero en el siglo XVIII se daba además otro fenómeno muy importante: antes que Artigas naciera, en el siglo XVIII, en este continente, en las tierras liberadas, decenas de miles de afrodescendientes fugados se iban a hermanar con los pueblos originarios. Es decir, había ya redes afro en todo el continente, que iban desde Haití hasta el Río de la Plata. Esas redes fueron un fenómeno fascinante del siglo XVIII. Porque ¿qué pasa? Los negros viejos que se fugaban querían entrar en Recife, robar un barco y volver a África. Pero los muchachos y las muchachas negras jóvenes decían: abuelo, usted no se enoje, pero yo soy de acá. El negrero me obligó a olvidar mis dioses. Me dio una religión nueva, me dio un lenguaje. Yo no sé ni de qué pueblo de África vengo. No sé si me va a gustar África, yo soy americano, soy afroamericano.
Entre los negros jóvenes, -muchos de ellos fugados de la esclavitud-, empieza a surgir una nueva visión de una América para negros, indios y blancos; y una idea religiosa sincrética, donde puede haber un cielo protector donde haya espíritus negros, espíritus indios y espíritus blancos. En última instancia, Umbanda, en el siglo XX es la huella de aquella religiosidad.
Yo a veces cuando llega un colega de otro país lo llevo por la calle Fernández Crespo para ver los lugares de venta de artículos de Umbanda. Para que vean el “preto velho”, el indio con plumas y San Jorge. Era la propuesta revolucionaria a nivel ideológico; la gente que después se suma a Artigas, no había leído a Voltaire, no había leído a Rousseau. Tenía una cosmovisión de fraternidad y una ideología de que también en el mundo de los espíritus podía haber fraternidad. O sea, píntame angelitos negros. Eso es americano, eso no es africano. Y además no se olviden que el mundo de los inmigrantes es muy diferente al mundo de los conquistadores. Venía gente campesina de Europa, que venía de la experiencia de la resistencia contra la arbitrariedad y contra el absolutismo. Tenía la experiencia organizada de las aldeas; cosa que refleja Lope de Vega en Fuenteovejuna. Pero que también refleja Cervantes, si uno lee cuidadosamente El Quijote. Porque Cervantes pone en la cabeza de un loco lo que él quiere decir, y que si él dice directamente va preso. Entonces que lo diga El Quijote.
El mundo campesino, el mundo pastoril que describe Cervantes en El Quijote, sin ir a otras cosas de Cervantes maravillosas; simplemente el mundo pastoril que describe, la defensa de los derechos de la mujer, que hace a través de la voz de una pastora, Cervantes en El Quijote…. Y sobre todo aquella alegoría de lo que había sido el mundo campesino, cuando El Quijote está con los arrieros y todos lo oyen admirados de su locura que dice, cito de memoria, algo así: “dichoso aquel tiempo lejano en que no existía el tuyo y el mío y era sólo el nosotros; y no era necesaria la andante caballería para desfacer entuertos”. Y todos los miran admirados de su locura.
Entonces, América está recuperando un sentido de la fraternidad multicultural a través de los negros fugados, la solidaridad de los pueblos originarios, de las muchachas negras fugadas y del sincretismo religioso, que es muy importante. El muchachito negro sabe que a su papá lo habían vendido. La madre le dice, “no te olvides de tus orixás, no te olvides de tu identidad, nuestros abuelos vinieron de África y en sus andrajos aferraron pedacitos de tierra africana donde venía el polvo de los abuelos, por eso los orixás están aquí y por eso no te olvides de acercarte al mar porque el vientre líquido de la mar océana es el vientre que recogió a nuestros muertos; y por eso vamos a inventar un pretexto para poner una flor; porque no olvidamos a esos tíos que murieron en la travesía”.
Es decir, todo ese sincretismo religioso se expresa en una propuesta política, una propuesta ideológica del siglo XVIII. Uno de los que anduvo en esas redes, mucho antes de ser artiguista, fue el negro Ansina, que estuvo esclavo un tiempo en Brasil y fue de la sociedad secreta “os filhos de Zumbí” (Alquien pregunta “¿Cómo lo elige Artigas a él? ) Bueno, eso es bien interesante, no es el tema de la época, pero quizás refleje también la época. Ansina es mayor que Artigas, Ansina nace en 1760 y Arigas en 1764. Joaquín Lencina se fuga muy jovencito, se mete en Montevideo colonial –él nació en una estancia, de padres esclavos cristianos. Y él en Montevideo no encuentra trabajo porque no tiene papeles de liberto; por lo tanto se mete en los barcos que van a cazar ballenas en las Malvinas y es arponero, y además maneja algo de la pólvora. Es capturado en alta mar por piratas, vuelto a encadenar, lo meten por el puerto de Santos y va a las plantaciones de San Pablo. Ahí se organizan varias fugas, organiza con los negros de la Sociedad de filhos de Zumbí, y finalmente lo capturan, lo torturan pero no lo matan porque es mercancía. En resumidas cuentas, en 1795 Ansina es vendido como negro peligroso en las Misiones Orientales, -existe la partida de compra-, Artigas lo compra y le da la libertad el mismo día. Y lo recomienda al gobernador español de Montevideo para el batallón de pardos libertos. Los documentos del batallón de pardos libertos los estuvo estudiando un investigador uruguayo que se llama Oscar Montaño, que descubrió los registros sobre Ansina, ya liberado por Artigas, como capitán de pardos libertos en el Montevideo colonial. Y Ansina, evidentemente, estaba de guardia, como dice el parte, cuando se fugan , en 1803, todos los negros esclavos de Montevideo. Los negros , las negritas, todos los negritos chiquitos… Y Ansina había puesto la guardia, pero la guardia se había fugado también. Detrás de todo esto están los franciscanos, que hacen una lectura de la vida de San Francisco y su sensibilidad hacia los animales y a la naturaleza; San Francisco es un santo católico muy vinculado a la naturaleza. Hacen una lectura de un “franciscanismo social”, y por lo tanto están contra la esclavitud. A tal punto, que en 1811, cuando Artigas pone sitio a Montevideo, al gobernador español de Montevideo le da una pataleta, porque ahí se da cuenta de cómo son las cosas, y expulsa a los franciscanos, la única orden que quedaba en Montevideo. Les dice, “váyanse con sus amigos los matreros”. Y echa a toda la congregación… del colegio donde había estudiado Artigas. Claro, porque ¿qué es lo que pasa? Artigas (esto tendríamos que tratarlo después cuando hablemos de Artigas, pero nos estamos adelantando) a los 14 años rompe con su clase social; pero detrás de ese Artigas adolescente hay dos “manijas”: la manija de su abuelo –no de su papá -, de su abuelo, que era su verdadero amigo, el abuelo, y amigo de los indios y de los franciscanos que eran antiesclavistas. Entonces del franciscanismo social y de su abuelo fueron las ideas que Artigas, cuando muere su abuelo rompe con su padre y se va al campo a vivir entre los indios. El tema de un Artigas que va bebiendo en el fogón gaucho todas las cosas de las cuales yo quería hablar primero, hacen que… a los 36 años se mete a milico. Es muy claro: él está mandatado por toda una red solidaria. La obra revolucionaria de Artigas más interesante y menos conocida es la anterior a la batalla de Las Piedras. La obra realmente social de Artigas, de trabajo de redes. De redes que no querían una guerra de independencia ni les importaba. Porque en realidad les importaba más tener territorios liberados, donde vivir, donde ser. Y no cambiar de bandera a Montevideo. En realidad, los que querían guerra de independencia eran los criollos ricos, por el monopolio comercial, ellos estaban esclavos a su propia legalidad. Pero la gente humilde, cada vez que el rey publicaba un bando, respondían con un contra-bando. Se reían de la legalidad del poder colonial. Entonces Artigas, ahora oficial, capitán de Blandengues, hace lo mismo, como milico, que hacen los curas Hidalgo y Morelos en México. Para la gente de más plata, los Bolívar, era posible estudiar en Europa. Para la gente, digamos, criollos medios, como los papás de Artigas, la posibilidad era: o cura, o milico; no había otra. Cuando las comunidades advierten que vienen tiempos turbulentos piden a sus amigos que los protejan, “vos que sos de origen aragonés, metete; hacete cura de pueblo o hacete milico, porque nosotros necesitamos en los más altos cargos, gente nuestra”. El tema de Artigas con Ansina está muy estudiado, paradójicamente, por un historiador colorado, que es Maggi. Sobre todo en su libro “Artigas y su hijo el caciquillo” y “Artigas y el lejano norte”. Maggi está como funcionario público y lo meten con Pivel Devoto, pero Maggi es periodista , él no es historiador. Lo meten con Pivel Devoto que está haciendo el Archivo Artigas- Y Maggi descubre (por suerte no le dio la cabeza para entender de qué se trataba) que Pivel Devoto saca algunas cartas. Entonces él junta esas cartas, y hay una carta donde Artigas le escribe a un muchacho charrúa. Y le dice: “Yo estoy orgulloso de vos y sé que vos siempre andarás conmigo. Tu padre, Artigas”. A lo cual Maggi concluye – a mi juicio erróneamente - que Artigas tiene un hijo charrúa. Yo creo que se trata de una paternidad de otro tipo. Pero lo que Maggi demuestra es el secreto que nuestra historia oficial más guardado tenía: que los charrúas no siguieron a Artigas por instinto de fiera, sino que había una relación afectuosa entre Artigas y los indios. Entonces Maggi dice: “Yo creí que los charrúas eran artiguistas. Ahora me vengo a enterar de que Artigas era charruísta.”
Entonces Maggi explica (ahora Jesús Perdomo, un historiador de Castillos , lo explica también, porque él trabajó por su lado con archivos muy antiguos) que Artigas, como Protector de los Pueblos Libres va a dormir en el suelo, en una manta, en un ranchito, y en cambio cuando todavía es oficial de milicias del Rey reclama para él un latifundio en el norte: el Arerunguá.
Y entonces otro capitán de Blandengues se queja al gobernador. Dice: “¿para qué quiere, el capitán José Artigas, esa enorme tierra infestada de infieles, que no va a poder poblar con ganado manso (el concepto de estancia es de estacionar, de dejar ganado manso) porque está infestada de infieles’”. Y Maggi, con gran sagacidad dice: “equivocó la pregunta. No era para qué, era para quienes”. Pero además, sobre que Artigas está cumpliendo un papel revolucionario para las comunidades, cualquier persona que tiene un mínimo de trabajo político de pueblo, lo responde por sí solo, por sentido común. Artigas es aragonés, no es canario; es de la gente rica del Montevideo colonial. Rompe con su clase social, se hace paisano, contrabandista, amigo de los indios. Y según la Historia oficial, rompe con los indios y se hace milico a los 36. Persigue indios y persigue esclavos. Deserta en 1811, y la gente es tan masoquista que lo sigue ciegamente en seis provincias. Sin “marketing”. Y cualquier persona que ha trabajado, y más si han hecho trabajo político, cualquiera de ustedes, en campaña, donde la gente es mucho más desconfiada, sabe que esta historia oficial no puede ser así. Ahí hay muchos contrabandos, y ya podemos adelantarnos. Que Artigas haya nacido como líder con la batalla de Las Piedras y no con el trabajo social anterior, es el contrabando que nos mete el ejército, de decir que la batalla de Las Piedras es el nacimiento de las fuerzas armadas uruguayas. Cuando en realidad Artigas es un luchador social que pelea con pueblos en armas, que no quiere ejército profesional, y que cada vez que un grupo de “dragones de la libertad” lo viene a apoyar, él lo define claramente en cada documento, como “ejército auxiliar del pueblo armado”; y que además, la mayor parte de los que luchan con Artigas no son ni siquiera orientales; son entrerrianos, misioneros, correntinos, cordobeses… O sea, todo lo que Artigas quiere: la descentralización del poder, la descentralización, la soberanía particular de los pueblos, que los indios sean señores de sí mismos, la diferencia, es la antítesis de lo que quiere un ejército moderno: pintar todo de verde, la uniformización del pensamiento , la uniformización del control y las estrechas fronteras nacionales y la exaltación de una patria en abstracto. Es todo lo contrario. Es decir, en realidad el ejército profesional uruguayo, además de estar integrado por funcionarios del estado, -no son voluntarios, son funcionarios-, nace con el genocidio indígena de Salsipuedes, y tiene su bautismo de fuego internacional asesinando al pueblo paraguayo. O sea que en realidad el ejército uruguayo no debería usar ese distintivo. El ejército uruguayo debería usar la cara de Venancio Flores, o de Bernabé Rivera, en sus máquinas de guerra, y no el distintivo artiguista, porque son la antítesis.
Esta es la forma de contrabandearnos la historia, falsificarla. Larrañaga lo dice: “en nada parecía un general” Y yo les decía el otro día; un simple ejercicio de observación de la estatua ecuestre de Artigas en la plaza Independencia; no le pueden poner un bicornio militar. Tiene un sombrero gaucho. Entonces ¿Qué hacen con el sombrero gaucho? Se le ve solo el agujero. Lo pegan así contra el pelego, y uno, lo que ve del sombrero de Artigas es casi nada. Tampoco le pueden poner charreteras, ni una franja carmesí. ¿Qué hacen? Le ponen un poncho gaucho, pero que cae como capote militar; exageran el tamaño de los hombros y cualquier turista que está sacando fotos está seguro que debajo tiene charreteras. Y a la bota, sutilmente, le meten un pompón. Pero es que la ideología de la burguesía , o desterró a los héroes populares, o los falsificó. Incluso a Artigas se lo quiso negar. Lo que pasa es que la devoción popular era tan fuerte, que se dejó pasar el tiempo y después se lo falsificó, se lo hizo guerrero, cuando en realidad Artigas jamás quiso la guerra. La única batalla que peleó contra los españoles – ¡una sola batalla!, lo demás fue todo contra los portugueses. La única batalla contra los españoles no sólo no mató a los vencidos: ni siquiera los metió presos; lo cual, desde el punto de vista militar es una barbaridad. Pero el golpe político era “váyanse, ustedes están perdidos. Ahora los sitiamos y ríndanse cuando quieran”. Porque la filosofía de los pueblo nunca es ir a la guerra. La guerra viene a buscar a los pueblos, y a veces no hay más remedio. Entonces sí, que tiemblen los oligarcas cuando los pueblos despiertan. Ojalá no recibamos, dentro de muy poquito tiempo desde Haití los primeros cuerpos de muchachos uruguayos en bolsas de plástico que van a venir aquí. Que tiemblen cuando los pueblos se organizan. Pero el tema es que en el siglo XVIII nadie quería guerra, sólo la oligarquía criolla y sus aliados ingleses. Pero pasaban otros fenómenos en ese siglo.
Voy a terminar con lo de Joaquín Lencina. En 1879 Máximo Santos resuelve devolver al Paraguay los trofeos de la guerra de la Triple Alianza. Va una delegación uruguaya a Asunción del Paraguay, y los paraguayos dicen: “Aquí hay un viejito negro, desmemoriado, de más de cien años, que peleó con Artigas”. Entonces los uruguayos dicen “Ansina”. En realidad no era Ansina; era otro, mucho más joven que Ansina, que se llamaba Ledesma. Pero todo el mundo creyó que era Ansina, ese negro viejo.
A partir de ese negro viejito, –que después murió y por error lo trajeron creyendo que era Ansina-, que está enterrado en el obelisco de Las Piedras surgió la confusión. Está meritoriamente enterrado porque fue en su adolescencia , lancero artiguista) -, Allí empieza a buscarse toda la historia de los negros que entraron al Paraguay con Artigas; y lo primero que se confirma es que con Artigas, en la derrota de 1820, entran más de trescientos afrodescendientes; familias orientales que no querían volver a la esclavitud; y que Artigas negocia (el Dr. Francia, presidente de Paraguay no lo recibe, pero negocia a través de su Estado mayor) asilo político para más de cien familias negras que entran con él al Paraguay. Esas cien familias negras – más de trescientas personas, muchos niños negros-, el Dr. Francia los recibe, junto a otros orientales, pero pone condiciones: los caudillos artiguistas, todos reciben asilo en Paraguay pero todos están separados. A Artigas lo manda a San Isidro Labrador de Curuguaty; al rubio Pedro Campbell lo manda al sur, y a los negros los manda a un lugar que pasa a llamarse Cambacuá (que significa “refugio de los negros”). A ldesma, lo manda a Guarambaré. Entonces esas familias negras son las que guardaron la memoria de Ansina. Pero ¿Qué pasa? Nosotros estábamos buscando en Asunción (estoy hablando de veinte años atrás) las memorias de Ansina, y encontramos los trabajos de Hamerley Dupuy. Era un pastor evangélico suizo que vivió algunos años en el Río de la Plata. El tenía trabajos sobre las pirámides de Egipto, sobre un montón de cosas. Llega al Paraguay y se encuentra con un anciano, Benigno López, que le dice “De niño, yo conocí al viejo Artigas”. Hamerley Dupuy lo conoce en 1920. Entonces empieza a hablar de la vejez de Artigas, del negro que lo acompañaba, y Hamerley le dice “¿Pero era paulista? (Porque el negro Ansina, como tenía ropas de religión, a veces, de lo que hoy podríamos llamar Umbanda, andaba mucho de traje blanco. Entonces dice, “Pero acá hay crónicas, Beaurepière, un oficial brasilero, que había visitado a Artigas en vida dice “A Artigas lo acompaña un anciano negro paulista” . Pero él se confunde, primero porque Ansina le habla en portugués, porque Ansina había estado esclavo en Brasil,, y en segundo lugar porque su traje de religión, de babalorixá lo confunden a Beaurepière. Y este anciano le dice a Hamerley Dupuy: “No, era oriental, y era payador, hacía poemas y recitaba. Yo tengo unos escritos de él. Y Hamerley Dupuy, en 1920, se lleva copias de los manuscritos con poemas escritos por el negro Ansina. Eso llega, lo publica en Buenos Aires en 1950, cuando ya está viejito, con su hijo. Pero él no los valora suficientemente. Es un libro voluminosos en dos tomos al que le llama: “Artigas en la poesía americana”, y en estos tomos, -que a veces se encuentra algún ejemplar en la Feria de Tristán Narvaja-, aparecen los poemas de Ansina. Mucha gente académica de acá al principio lo declaró apócrifo. Lo cierto es que se publican los poemas de Ansina, que es una crónica versificada de la batalla de Las Piedras, del Éxodo, de toda la gesta, y la gente dice: “Es un invento”. No parecía lógico que un pastor evangélico, que había trabajado sobre cosas muy importantes, se dedicara a falsificar los versos de Ansina; y sobre todo que son versos de una muy pobre versificación. Ahora sabemos por qué esa versificación es pobre. En realidad Ansina usaba una terminología gauchesca, con muchas palabras, afro, bozal, guaraní; pero cuando él pasa a escribir y pone la pluma, se auto reprime y trata de escribir en el lenguaje diríamos “de fieras batallas”. Entonces cambia la versificación y la empobrece; los poemas valen como documento. Porque lo que nosotros llamamos poesía gauchesca no es obra de los gauchos, sino de escritores cultos de Buenos Aires y de Montevideo, que comparten un tiempo en el fogón y reproducen después en la ciudad la sonoridad de aquel lenguaje. Pero el gaucho que aprende a leer se auto reprime como gaucho y trata de escribir lo más urbano posible, porque transpone su lenguaje al lenguaje legitimado por la escritura.
Lo cierto es que un poema de Ansina, que fue la primera clave de veracidad, es una poesía que parece que nunca llegó a destino, que le escribe Ansina a su mujer cuando se asila en Paraguay. Dice un montón de cosas: le traeré un monito a nuestra niña, etc….y en un momento dice: “Va De los Santos al Janeiro./ Artigas se acordó de los presos./ Quería mandarte unos patacones / pero sólo te mando besos”. En el año 1960, Jesús Perdomo , un investigador de Rocha, empieza a estudiar la historia del chasque de Artigas y en ese año queda demostrado que Francisco De los Santos, Artigas le dio en la derrota cuatro mil patacones y le dijo:”Esto llevalo al Janeiro para la libertad de Lavalleja …y de otros”: que gracias a esos patacones que llegaron después de un viaje increíble se consiguió la libertad de Lavalleja y de algunos otros.
Entonces empieza a descubrirse que eso es una fuente impresionante. …
Yo con esas investigaciones no tengo nada que ver, pero con otras sí tengo. Pero paralelamente , yo trabajé mucho con los CambaCuá (los descendientes de los afroamericanos que entraron con Artigas) y en un momento yo estaba aquí, en San Gregorio de Polanco, estudiando otro tema que no tenía nada que ver, “Memoria Anciana”, y una mujer que se llamaba Marina Machado me dice:”si, pero yo no soy de San Gregorio, soy de Artigas; mi papá era juez de paz”. . Una señora muy mayor, creo que todavía vive, por suerte, en San Gregorio. Dice: “Y mi papá era juez de paz y me venía a buscar en un charret, me llevaba a dar alguna vuelta cuando volvía de campaña; y me llevaba a la calzada vieja. (Los que conocen el Cuareim, no el puente de la Concordia, sino la calzada vieja , que está semi sumergida…) Dice: “Y de la calzada vieja, aguas abajo íbamos como una legua y me decía: “¿Ves, Marinita? Estos eran los ranchos del negro Ansina”. Entonces bueno, con ese dato de San Gregorio, vamos a hablar con una viejita de Pueblito Sequeiro, que hizo mucho tiempo limpiezas en Artigas. Le digo
-Negrita, ¿vos te acordás de los ranchos de Ansina?
- No.
-Pero escuchame: de la calzada vieja del Cuareim, aguas abajo…
-Ah, los ranchos de los negros!
-Y.. ¿No te suena Ansina?
-No.
- ¿Y Lencina?
- Ah, Lencina son casi todos.
(risas)
Entonces yo fui al directorio telefónico. Y en el directorio telefónico, la cantidad de Lencina que hay ahí, no hay en el directorio telefónico de ningún otro departamento. Alsina sí, pero Lencina no. Entonces fuimos a trabajar con los descendientes. Los tipos sabían toda la historia. Es más, me dijeron ¿Pero no te acordás de Bachicha Lencina, el trompetista? Era descendiente. Entonces empezamos a conocer toda la historia: Cuando el negro Ansina se va para allá dejó aquí dos hijos varones y una nena. yo supongo que su mujer, criolla, era bastante menor que él. Quedaron en San Eugenio del Cuareim. Después de la muerte de Artigas, Ansina tiene noventa años, y uno de los hijos va a vivir con él, con su familia. Y esa familia queda viviendo en Paraguay después de la muerte de Ansina. Ansina ya muy ciego y viejito se fue a vivir con Ledesma. Que por eso la confusión. Y Ledesma lo entierra en Guarambaré. Ahí se queda la familia de los Lencina y finalmente, después de la guerra del Paraguay, que pasan todos un hambre terrible, los Lencina del Paraguay –son dos sobrevivientes-, nietos del negro Ansina, deciden volver a Artigas. Vienen por Misiones pero uno de ellos se casa con una misionera y el otro sigue hasta acá. Y todavía en los años ’90, o sea hace unos 20 años, cuando empezamos esta investigación, todavía los Lencina de Artigas te decían: “este es de los Lencina del Paraguay, este es de los Lencina nuestros”. Pero toda esa memoria estaba absolutamente preservada. Incluso tienen una empresa de fletes, algunos de los descendientes de Lencina en San Eugenio del Cuareim.
Y muchos de ellos son bastante blanquitos, porque además el negro Ansina se casó con una muchacha blanca, que se llamaba Sinforosa. Entonces uno descubre que … si habláramos con lenguaje del siglo XXI, diríamos que el papel de Ansina fue el de asesor de la Liga Federal para asuntos de Negritud . No era un cebador de mate, porque el cebar y entregar el mate en la rueda ritual también tenía una cierta significación. Pero además era el hombre que conocía las redes continentales. Y las redes continentales tenían grupos armados. En Cartagena de Indias tenían lo que se llamaba los palenques de los negros cimarrones, que eran ciudadelas selváticas invencibles. El gobernador de Nueva Granada le manda pedir una tregua , vía gobernador de Cartagena de Indias, al palenque de los negros. Y el negro Biohó le contesta: “Mientras haya un solo esclavo preso en Cartagena de Indias, el palenque está en guerra”.
Y esto es anterior a Artigas. Los kilombos negros son del Siglo XVII. A comienzos del siglo XVIII, en el tormento, un indígena confiesa cuál era el camino secreto para el Kilombo de Palmares. Entran los holandeses y portugueses, matan a todos los ancianos, capturan a todos los jóvenes después de la resistencia y los revenden, pero lejos de Pernambuco, para que no se forme de nuevo el Kilombo. Pero el problema es que no se dieron cuenta los esclavistas que sembraban el espíritu de Kilombo en toda la América española. Entonces una de estas sociedades secretas fue la que integró el negro Ansina en el siglo XVIII. (Una participante recuerda los versos: “Ansina me llamo / Ansina yo soy / Sólo Artigas sabe / hacia dónde voy.)
Pero es clarísimo, si uno lee los poemas de Ansina, uno se da cuenta de que es mucho más que un simple combatiente por la libertad. Y ese poema es bellísimo. Ansina es parte de una red continental.
Hay otro tema en el siglo XVII que es el de la transformación que sufrió la Compañía de Jesús.
Ignacio de Loyola había fundado, dos siglos antes, la Compañía de Jesús, como un grupo monástico militar para cerrar filas en torno al Papa. Si los caballeros Templarios, eran para cuidar el Santo Sepulcro, los jesuitas eran para cuidar al Papa. Iban a operar en Europa. Ignacio de Loyola era militar; en ese momento había órdenes mendicantes, órdenes de reclusión, y él organiza una orden militar: la Compañía de Jesús. Ignacio de Loyola, antes de morir, propone reclutar de toda Europa a los jóvenes más cultos para su compañía. Entonces el trabajo teológico de los jesuitas es el trabajo teórico a favor del vaticano. ¿Qué pasa?: Muchachos de veinte a veinticinco años se hacen jesuitas, estudian teología pero además la Antigua Grecia la campaña de César en las Galias, de Aníbal el Cartaginés, conocen cómo fabricar la pólvora y se van a alfabetizar, desarmados, a evangelizar, en América. Los selectos van a América a evangelizar. Y ocurre una cosa curiosa: esos muchachos jóvenes, que vienen con el mensaje de Jesús, un perseguido que fue crucificado por el poder, cuyos seguidores romanos se reunían en secreto en las catacumbas, siempre amenazados por el poder, cuentan esa historia en colectividades agrícolas, donde todos comparten lo que comen, lo que siembran.
Y su propia cabeza se va cambiando. La orden jesuita en América, se parte en dos. Hay jesuitas que se refugian en el autoritarismo, el verticalismo de la orden. Y hay jesuitas que empiezan a releer el Evangelio… es decir, lo que surge en el siglo XVIII en algunas misiones, es una teología de la liberación. Entonces, ¿qué hacen estos jesuitas? Empiezan a transferir a las colectividades agrícolas la fabricación de pólvora, fundir cañones, estrategia militar, manteniendo la lengua indígena y con una religiosidad cada vez más sincrética, porque siguen hablando de la Virgen , pero ya nadie cree que la virgen era virgen; porque además los guaraníes lo cuestionaban. “padre, yo entiendo, una virgen puede tener un hijo; la selva está llena de misterios. Pero ¿Tan fea era la mamá de Dios que no tuvo novio?” (risas).
Entonces los jesuitas crean el concepto “tupasy María” ; Madre de Dios María. Tuapsy Kaakupé, Tupasy Itatí… Y no pueden decirle virgen , porque virgen (kuñá pyahû) es ser mujer incompleta. La pareja es parte importante de la formación de la persona. Aún la pareja homosexual. Es necesario como experiencia de vida de pareja, en la cosmovisión guaraní.
Después la resistencia al sacramento de la confesión. “Si mi comunidad no se salva yo prefiero ir al infierno”. El cuestionamiento a la omnisciencia de Dios: “Yo no quiero un dios que me esté vigilando siempre, yo quiero que venga cuando yo lo necesito”. Entonces en el diálogo, los propios jesuitas…. Bueno, el famoso problema de la virgen de Itatí. ¿Recuerdan la canción de Cafrune? “Virgen morenita / india fue tu cuna” ¡Era para quemarlos en la hoguera, la virgen de Itatí! Es más: cuando expulsan a los jesuitas, el clero persigue a los indios, y algunos indios correntinos, para salvar una imagen de la virgencita de Itatí, se vienen a Tacuarembó, a Paso del Borracho, lo que ahora se llama Villa Ansina”, para salvar la virgencita de Itatí. ¿Qué sabe el Vaticano?; la virgen era india y ellos la vieron nacer en la floresta americana.
Entonces esto, y los jesuitas traían también a muchas familias negras que se convertían al cristianismo para no ser tan esclavos y convivir con jesuitas ya no tan célibes; que seguían diciendo que había supersticiones, pero que empezaron a ver a los espíritus en el monte. Es muy fácil negar a los fantasmas cuando estás en el Vaticano, pero si estás en la selva…que los hay, los hay. Este sincretismo entonces genera, en el colectivismo agrícola, una propuesta cristiana, donde cada vez la gente se fuga de las mitas, se fuga de las encomiendas, se fuga de la esclavitud y se hacen cristianos. Y no es una parodia. Hay una carta de los jesuitas de las Misiones Orientales, que dice que un cacique viene con toda su comunidad y le dice al padre Superior: “Yo no entendí mucho que Dios era uno y era tres, pero te oí tocar el violín. Y yo le dije a los míos: una persona que hace esa música está cerca de Dios”.
Todo esto genera una cosa tan fuerte, en las aldeas fortificadas, que el rey de España y el rey de Portugal le piden juntos al Papa que se lleve a los jesuitas. En 1764 nace Artigas; los jesuitas se van cuando Artigas tiene cuatro años de edad, 1768. Pero ¿qué pasa? Quizá algunos de ustedes vieron aquella película “La Misión”. Cuando viene la orden de que los jesuitas se van, los indios, en comunidad , le dicen a los padres, ¿Nos van a abandonar? ¿Vuelve la esclavitud para nosotros? Ahí están los bandeirantes esperándonos para hacernos esclavos. Ustedes nos dijeron el mensaje de Jesús y ahora nos dejan? ¡Y la orden jesuita se parte en dos! Un grupo de jesuitas se va; el otro grupo de jesuitas se queda a la lucha armada, junto con los indios y con sus cruces, al martirio, y ahí se produce una cosa extraordinaria: en las guerras guaraníticas se unen los guaraníes cristianos, los guaraníes del monte, los charrúas, los africanos fugados, todos, contra el ejército unido de España y Portugal. Y Artigas no ha nacido. Y cuando hablamos de los antecedentes de Artigas hablamos de la revolución francesa! El Siglo XVIII americano es vital; para no mentar que el siglo XVIII es el siglo de Tupac Amaru, de Tupaj Katari , de Micaela Bastidas, esposa de Tupac Amaru, que son la insurgencia andina, que no plantea tampoco la independencia. Cuando yo llegué a Cusco, me impresionó porque me dice un amigo peruano “¿Ves? Aquí, cuando llegó Pizarro, en este rinconcito de la plaza de Cusco, que era la capital de los incas en ese momento, llamaron a todos los sabios, a todos los amautas de todas la culturas; el Inca se los presentó. Y Pizarro los reunió a todos los sabios y les dijo a sus soldados: “Mátenlos a todos”. Y después requisaron todos los cueros donde estaban los planos de las construcciones de Macchu Pichu, y ardieron hogueras. Y en ese mismo lugar, doscientos años después, descuartizaron – en el mismo lugar- a Tupac Amaru y a su mujer.
La insurgencia andina…Tupac Amaru era cristiano, era bautizado, se llamaba José Gabriel, y jamás pidió la independencia de su país. No le importaba un cuerno qué bandera ondeara en Lima. Él decía dos cosas: “Que el patrón no coma más de nuestra pobreza” y “Soberanía particular de los pueblos. Que los indios sean señores de sí mismos”. Esos eran los planteos de Tupac Amaru. Siglo XVIII. Y es descuartizado cuando Artigas es adolescente.
Habría muchos más temas para tratar. Pero hay que entender que cuando Artigas llega, a los catorce años al mundo gaucho, recibe todas las informaciones de un mundo en convulsión.
Y él, que además es lectoescritor, empieza a tratar de hacer una síntesis entre el pensamiento más avanzado francés y norteamericano, que le llega de rebote, porque el no sabe francés ni inglés, pero gracias a Mariano Moreno y a los libros requisados que custodiaba su padre lee los documentos. Trata de hacer una mezcla entre eso y lo que está bebiendo en el fogón gaucho como sueño de la utopía americana de fraternidad multicultural. Por eso el ideario de Artigas tiene una complejidad enorme porque también es fruto a veces de su propia soledad y de su propia angustia. El tiene un pie en cada cultura. Y trata de pensar para el futuro una propuesta que no estaba pensada en su época. Pensemos por ejemplo, en el momento más radical de la revolución francesa, cuando Robespierre toma el poder, hace saltar todos los candados de los graneros allá en París, en 1792 y reparte tierras entre los más pobres, entre los “sans culotte”. ¿Cómo hubiera hablado Robespierre de los indios? : “Los indios también tienen derecho” Artigas dice otra cosa: “Los indios tienen el principal derecho” Eso no es europeo. El tratamiento desigual de situaciones desiguales no entra en la lógica del movimiento radical revolucionario francés. ¿Qué hubiera dicho Robespierre? Silogismo aristotélico: “todos los hombres son iguales; los indios son hombres; los indios son iguales.” ¿Qué dice Artigas? “Acá los indios tienen el principal derecho”, le dice al gobierno de Corrientes. Porque el gobierno de Corrientes, dentro de esa olla de grillos que era la Liga Federal, era el más aristócrata de los gobernadores artiguistas. Por eso, todas las cartas a favor de los indios, Artigas se las mandaba al gobernador de Corrientes.
Para terminar con la época: yo lo que quería era ubicarnos hoy, en aquella época llena de ideas, llena de héroes y heroínas, de negros, de indios, de criollos humildes, gente transgresora, y de muchísimos europeos que venían al mundo de la gauchería, se enamoraban de ese mundo de libertad, y fueron grandes revolucionarios. Por eso Artigas es tan cuidadoso cuando dice que hay malos europeos y peores americanos. Y por eso, cuando le contesta a San Martín: “Los tiranos, no por su patria, sino por serlo, son el objeto de nuestro odio”. Hay europeos que son incondicionales. d e los pueblos. Andresito, el gran caudillo guerrillero de Misiones, su asesor militar era un capitán español, el capitán Muiño, que había puesto su espada y sus conocimientos militares al servicio de los indios. Y al revés, había gente de sangre indígena que traficaba con esclavos.
Una última cosa sobre la época, y después quiero hacer una reflexión final: Cuando las Misiones son arrasadas, porque los jesuitas se van, porque la guerra guaranítica se pierde, viene la secularización: funcionarios rentados de la Corona pasan a administrar los bienes e indios, y sacan de allí los esclavos para todos lados. Uno de los funcionarios rentados, quizá el mejor de todos ellos, que sustituye a los jesuitas en Yapeyú, es el papá de San Martín. Pero en ese marco, para las familias guaraní-cristianas del colectivismo agrícola, hay varias alternativas; las misiones ahora son ruinas, en cualquier momento vienen los bandeirantes y los llevan. El gobierno español y el gobierno portugués no les dan ninguna garantía. Y los cazadores de esclavos se los van a llevar. Gran cantidad de esos guaraníes que ahora son lectoescritores, son músicos, son luthiers, conocen la música gregoriana ; en las misiones se habían estrenado algunas obras de Haydn antes que en Europa. Ese mundo culto de los indios, algunos se vuelven a meter en el monte. Es bellísimo como termina la película La Misión; a veces una imagen vale más que diez tesis. Se incendian las misiones, mueren los curas rebeldes, un grupo de niñitos desnudos corre hacia la selva otra vez. Y de repente una nena se da vuelta, y agarra un violín. Y vuelve a correr para la selva. Ya no son los mismos…
Por eso el campesinado paraguayo, fue el campesinado más culto de América. Eso viene de las misiones. Pero alguna otra gente inda se viene a la gauchería. ¡Si ya conocían estos pagos! Habían venido durante milenios, los guaraníes, en peregrinaciones rituales. A ver al “río sin la otra orilla”. A ver la salida del sol americano. Habían venido después con los padres jesuitas al frente, a buscar vacas de la “vaquería del mar”, para llevarse para las Misiones. Y ahora vienen a hacerse gauchos.
Entonces, en un mundo charrúa, en un mundo donde los gauchos, los inmigrantes, los negros, están haciendo prácticas de “charruización”, y que los charrúas además se están “agauchando” por el manejo del caballo, el manejo de la vaquería, el contrabando de cueros… El mundo que recibe a estos indios peregrinos es un mundo de charrúas muy especial, son charrúas que ya no usan puntas de flecha. Eso “ya fue”. Usaban metal toledano o metal holandés. Armas de fuego: trabucos ingleses, los charrúas de la costa. Andaban a caballo. Algunos de ellos eran cristianos, como María Micaela Guyunusa. Era un mundo totalmente “agauchado”, el mundo que los recibe, el mundo de la vaquería. Y ahí llegan estos indioscristianos, a través del camino (camino en guaraní se dice tape) abandonando sus chozas provisorias, que quedaron en el camino (tapera), y llegan a guaranizar la Banda Oriental. Y a cristianizarla. Había un mundo espiritual gaucho, pero ahora vienen con códigos cristianos. La catequesis es tan fuerte que para un gaucho de la época de Artigas, decir “ser humano” o decir “cristiano” son sinónimos. Pero no es de una evangelización que viene del Montevideo colonial. Eso viene de estos indios con una nueva teología cristiana, que van a generar una lectura del Evangelio absolutamente liberadora y contraria de la otra. Pero además cambian algunas costumbres. Por ejemplo, ahora , para saludarse, van a decir Ave María Purísima, los paisanos. Van a santiguar el mate. El mate, la costumbre ritual, que ya tenía cuatro mil años, tenía bombilla de caña, va a tener bombilla metálica. Aporte de los jesuitas del Paraguay. La bombilla de plata o la bombilla de alpaca introducida por los jesuitas en el ritual indígena más antiguo. Las mujeres van a tener crucifijo al pecho, las faldas más largas. Los paisanos, debajo del chiripá, van a empezar a usar calzón blanco, porque a Misa no se puede ir de piernas desnudas. Hay toda una serie de cambios en el mundo gaucho, que viene de esa corriente “tape”. Y lógicamente, la gente de selva es más baja que la gente de pradera. En África lo mismo: en la sabana están los zulúes, en la selva están los pigmeos, porque en la selva es incómodo ser alto; en la pradera es práctico. Entonces bajito y tapecito van a ser sinónimos en el mundo gaucho. Es el que vino del camino, del tape. Eran oriundos de la selva, no eran de la pradera. Los charrúas eran más altos. (Alguien pregunta cómo era la bombilla) La bombilla era de caña, o un hueso hueco, de perdiz o algún ave, al cual se le dejaba la membranita para filtrar por ósmosis. Esa era la bombilla, que todavía es la bombilla ritual. O de caña.
Y los jesuitas se dieron cuenta de que el ritual del mate era el ritual de la reflexión colectiva. Entonces ellos evangelizaban a la hora del mate. La bombilla de metal es un aporte jesuita. Ahora se han recuperado las tradiciones.
La gauchería es el ecosistema de praderas dentro de las redes continentales. Y todas las redes tenían información. Es decir, si al rey de Francia le cortaban la cabeza, los gauchos se enteraban enseguida, a través de los piratas. De repente no se imaginaban mucho cómo era París. Pero que en el mundo estaban pasando cosas asombrosas, y que las cabezas de los reyes eran desechables, eso lo sabían enseguida. Si las trece colonias norteamericanas se independizaban, al mundo gaucho llegaba la noticia. Y en los fogones de todos se generaba una reflexión cultural interesantísima, porque los negros daban los testimonios de su dolor; los indios, de su memoria; los inmigrantes, de sus creencias… Cuando nosotros rastreamos el mundo, -que todavía hoy pervive-, de leyendas mágicas, en el campo uruguayo, encontramos historias de origen afro, historias de origen indígena, leyendas que vienen del mundo cristiano y también leyendas del mundo europeo precristiano. Porque en las aldeas europeas, la Inquisición había impuesto la religión católica. Pero las abuelitas seguían creyendo en las hadas buenas, en los enanitos, en las hadas madrinas. Entonces las abuelitas iban de día a Corpus Christi, confesión, comunión… De noche, fuego encendido y “envasaban” en cuentos infantiles la antigua religión del bosque. Pero su nietita inmigrante viene, se hace abuela gaucha y transfiere, en el fogón de todos, las historias mágicas europeas precristianas que se mezclan con las leyendas indígenas y las leyendas africanas. El siglo XVIII además, es un siglo de libertad, donde las redes multiculturales controlan el ochenta por ciento del territorio continental, donde nadie quiere para nada una guerra de independencia, en la cual los ricos van a hacer la inversión y los pobres van a poner los muertos. Lo que quieren es: curas de campaña de confianza y capitanes de milicias de blandengues de confianza de la gente, “p’a que nadie joda” y la gente pueda seguir viviendo. Esa es la estrategia. Y en esa historia batllista y burguesa, nos metieron, ¿qué estudiamos nosotros? Montevideo colonial. Montevideo colonial era una aldea aburridísima donde no pasaba nada. Y el mundo gaucho extramuros crea una cultura maravillosa y e todavía se dice: “el gaucho era un elemento marginal de la campaña” No: el mundo gaucho, de hombres y mujeres, es un mundo formidable que crea un arte único, un cantar opinando; una música que habla antes de política que del paisaje o el amor. Crea una relación con el caballo, especial. Crea la edad del cuero, “made in charrúa”. El mundo gaucho la desarrolla. Crea lo que llamamos el colectivismo difuso de la pradera, que refleja Atahualpa cuando dice: “En mi pago un asado es de nadie y es de todos”. Frente al colectivismo agrícola de los guaraníes, el colectivismo difuso de la pradera, donde la plata que llega, los patacones, son para timbrar, porque es el cuero la verdadera moneda: las monedas de plata se timbean. La tierra no importa como propiedad. La tierra es el lugar donde se piala un caballo y después se pialan cuatro vacas y con cuatro cueros, si yo soy indio charrúa y me hago gaucho, con cuatro cueros consigo un perfume francés para mi novia. A las carretas del Chatre, contrabandista francés amigo de los gauchos, les decomisan en Tacuarembó alfombras persas para el Alto Perú. Era el mundo de la abundancia; había tanta necesidad de cueros en Europa… (alguien pregunta…) Chatre, le decían. Artigas contrabandeó con él. Y lo detienen en Tacuarembó en las famosas “grotas” de allá del norte y le decomisan alfombras persas. Era la sociedad de la abundancia, la de los gauchos. Pero además el mundo gaucho no tiene nada que ver con el peón a quien radio rural le lavó el cerebro, que a veces menosprecia a la mujer porque la cocinera tiene menos sueldo que el capataz… eso vino después, eso fue el alambrado de los campos. El mundo gaucho primigenio era el mundo de las transgresiones, era el mundo de la libertad y el mundo de la creación de un sueño nuevo, multicultural, culto (Alguien interviene)
Nosotros nos olvidamos que ese mundo gaucho tenía además sus unidades productivas que son equivalentes al burgo medieval, que se llama la estancia cimarrona. En la estancia del S. XVIII, había telar, había herrería, había carpintería, había el galpón de ensillar y los yuyos indios. Había una base material que desarrollaba, a nivel superestructural, toda una ideología de la solidaridad. Y era una ideología de la comunidad. Se había vinculado al mercado internacional, a través del cuero, sin romper la colectividad. El colectivismo difuso del mundo gaucho…
Esa es la universidad de Artigas. Si la escuela fueron los franciscanos, la universidad es el fogón gaucho, que es parte de un mundo continental, donde indios, negros, y criollos y también europeos se sienten hermanos y sienten que es un mundo de abundancia. (alguien pregunta cuando se alambran acá los campos) En la época de Latorre, 1870 en adelante. Y se refuerza con el código rural de 1875.
La lucha por la tierra la podemos recoger en el folclore, por ejemplo. Mucho más que en los documentos. Hay un montón de milongas viejas que hablan : “Quiso morir de a caballo / y se hundió en la soledad (…) le reclamaron la tierra / y la tuvo que entregar./ Se fue despacio, despacio / pa’ quedarse un poco más.” Otra que dice “no venga a tasarme el campo/ con ojos de forastero / porque no es como aparenta/, sino como yo lo siento /(…) Su cinto no tiene plata / ni p’a pagar mis recuerdos”. Está también la historia de Prudencio Correa, y la historia de los matreros. Los hacen ver como que fueran delincuentes, pero los matreros en realidad son la última resistencia por la tierra. Pero si uno quiere ver cómo la contrarrevolución agraria, que empieza en 1830, tuvo la resistencia, uno tiene que leer Salsipuedes…es parte de la contrarrevolución agraria. Y los charrúas no peleaban solos. Todos los partes militares de Rivera lo dicen : “Hay que destruir a los charrúas, porque en sus aldeas están refugiados todos los elementos díscolos y anarquistas de la campaña” Es decir, los charrúas eran la fuerza organizada de la resistencia armada del artiguismo contra la contrarrevolución armada por la cual se pospone la lucha de divisas hasta liquidar, juntos, al artiguismo.
Entre 1830 y 1836 no hay guerras civiles. El estado, recién nacido, cumple su función de estado consolidando el latifundio. Es la tercera derrota. Artigas es derrotado tres veces: en 1820, en forma militar; en 1830, en forma política, con la constitución reaccionaria y traidora; y en 1831-32 con Salsipuedes. Esta es la tercera derrota de Artigas. Las divisas no surgen después. Las divisas coexisten con Artigas pero se enfrentan abiertamente desde 1836.
Y una lo traiciona y la otra lo abandona. No son proyectos programáticos posteriores a Artigas. Lo que llamamos las divisas y los partidos políticos eran otras opciones, frente al artiguismo popular.
Una última reflexión:
La historia burguesa nos hace creer que la guerra de independencia es lo más importante que pasó en estos quinientos años. Y en realidad, antes de la guerra de independencia hubo un terrible genocidio indígena. Y después de la guerra de independencia, hubo un terrible genocidio indígena. Antes de la guerra de independencia, los africanos fueron esclavos. Y después de la guerra de independencia fueron esclavos o discriminados. Antes de la guerra de independencia había latifundios. Y después de la guerra de independencia y hasta hoy, hubo latifundios.
La guerra de independencia hay que verla como un momento importante de la lucha de clases de quinientos años. Y lógicamente, siempre pasa con una guerra, que una cosa es lo que planifican sus planificadores y otra cosa es lo que desata sin pensarlo. Así como los que se enfrentaron en la primera guerra mundial, por un reparto de colonias, no se imaginaron que los rusos iban a aprovechar para hacer una revolución socialista, los criollos ricos, que hicieron la guerra contra España, no se imaginaron que iba a haber un Artigas, que iba a haber un cura Hidalgo, un cura Morelos, o Manuel Rodríguez en Chile, o Boves en Venezuela, que lucharon para una plataforma popular. Que duró poco, pero que fueron ejemplos de lo que podía ser una meta a trazar. Lo que debemos más a la revolución de Haití en 1804, anterior a todo el proceso de la independencia continental, es que los esclavos negros tomaron el poder aprovechando la coyuntura de la revolución francesa. Tomaron el poder, lo defendieron heroicamente, pero eso no fue lo más importante. Lo más importante que pasó en 1804, -estamos hablando de unos cuantos años antes de la batalla de Las Piedras-, cuando los negros tomaron el poder en Haití, fue que organizaron la agricultura, y funcionaban. Sin amos y sin esclavos, los negros, brutos, salvajes, ignorantes, organizaron la agricultura y funcionaba. Le daban de comer a todos. O sea que se podía gobernar sin amos y esclavos. La burguesía criolla de Caracas, de Buenos Aires, apuró la independencia para que no cundiera el ejemplo de Haití. La masonería se apuró a la independencia por lo mismo.
La lucha de clases es realmente lo que nos tiene que servir de brújula para entender los procesos. La independencia fue una anécdota en el marco de cosas mucho más profundas.
SEGUNDA PARTE DE LA CHARLA
Charla sobre Artigas (II) (Gonzalo Abella)
SEGUNDA CHARLA DE GONZALO ABELLA SOBRE JOSE ARTIGAS - 1º de octubre de 2008
Ya dijimos en la reunión anterior que nuestra preocupación era sustituir la metodología de conferencia por una metodología de la apropiación del proceso por grupos de estudio interconectados, que eso es lo que estamos necesitando en el Uruguay: generar grupos de estudio que piensen sobre nuestra propia historia, sobre nuestra identidad. Lo necesita la revolución uruguaya. No hay proceso revolucionario sin la apropiación de la historia, del legado popular tradicional. Y si ustedes miran las revoluciones en curso y las revoluciones anteriores, los temas de la identidad y de las tradiciones revolucionarias del país son fundamentales. Uno puede buscar un contexto con las categorías del marxismo leninismo, pero si uno no puede encontrar los sinónimos en el lenguaje popular y en la historia revolucionaria de su país, es muy mal marxista. Porque, realmente, si el marxismo es simplemente la sistematización de la experiencia mundial para delinear el camino de la emancipación de los pueblos, ser marxista en cualquier país es sistematizar la experiencia local, y saber encontrar, sobretodo, la brújula de clase en los procesos, que a veces son muy contradictorios. Se ven como anecdóticos esos enfrentamientos entre caudillos, detrás de los cuales hay una racionalidad de intereses de clase diferentes. Y a veces al revés: a veces hay choques de caudillos que son absolutamente íntegros, absolutamente convencidos de la táctica que desarrollan, chocan violentamente entre ellos y en realidad tienen los dos la misma honestidad y la misma pasión. También eso puede pasar. Entonces: buscar qué representa cada personalidad de la historia, qué se imagina a sí mismo que está haciendo, y qué intereses sirve realmente. No siempre la persona que actúa con protagonismo es consciente de a qué intereses está sirviendo.
Eso es una cosa. Lo segundo: la idea era hoy culminar este panorama general sobre Artigas, hablar más de su vida y de su acción concreta, en todos sus períodos de sus ochenta y seis años, y generar un grupo de estudio y la lectura directa de los documentos artiguistas. Eso significa que cuando ustedes se consoliden como grupo, yo quedo a la orden para las veces que tenga que venir. A la orden. Pero si ustedes no hacen el desafío de apropiarse del grupo, pierde un poco de validez lo que estamos haciendo. La idea es que ustedes no sólo se apropien del estudio artiguista, sino que sean elementos generadores (en otros locales de Asamblea Popular, en otros grupos barriales y en el Interior) de centros de estudio artiguistas. Generar una red para que la Asamblea Popular, y grupos y personas que a veces no están en la Asamblea Popular, - a veces muchachos que están en barricadas, pero les interesan estos temas - , se vinculen a recuperar esta tradición revolucionaria y esta lectura de clase.
Entonces, no se preocupen, no se compliquen si a la tercera reunión son cinco, porque la dinámica de las cosas en las que uno va a estar en estos meses, va a ser tan grande! –después vienen vacaciones, etc., etc.-…
El problema es que no se pierda la chispa. Y que esos cinco que se reúnen y leen un documento artiguista, y leen las Instrucciones del Año XIII, o la Oración de Abril o la correspondencia de Artigas con sus hijos, o las correspondencias de Artigas en Paraguay, o los detractores de Artigas, -que es interesantísimo leerlo-, de la época, los que lo conocen desde afuera, como los hermanos Robertson, o Larrañaga, o los que hablan desde la época… Cada vez que se reúnan, así sean cinco, para trabajar este tema, produzcan un pequeño resumen de lo que leyeron, lo que sacaron en conclusión, y la identificación de las preguntas y dudas que surgen del documento. Porque así hay un trabajo acumulado, y se transforman en un centro de documentación.
Yo les traje una fotocopia; fue muy casual, porque el martes pasado yo les cité de paso, cuando hablamos del negro Ansina, de un investigador de la ciudad de Castillos, Jesús Perdomo. Un hombre veterano, que es el promotor de cultura y de investigaciones históricas en la ciudad de Castillos. Un hombre vinculado al Partido Nacional; porque cuando uno empieza a andar por campaña y trata de obtener materiales, descubre que uno tiene que ser muy flexible, porque la gente menos pensada es brillante y aporta elementos sorprendentes. Hay documentos de nuestra historia, y sobre todo si uno quiere estudiar la estrategia de guerra irregular de Artigas, -lo que se llamaría hoy guerra de guerrillas-, la bibliografía principal la tiene el Ejército. Y a veces un teniente coronel que está a cargo de un destacamento del Interior te da una información que no la tenías por ningún lado. Yo trabajé muchos años así. Casualmente me encontré con Jesús Perdomo el fin de semana pasado reunido con gente de Puntas del Chafalote y 19 de Abril allá en Rocha; y el había hecho para sus alumnos del Liceo de Castillos un trabajo sobre Artigas blandengue, Artigas oficial del Rey, ese Artigas que ya está trabajando en realidad en secreto para las comunidades. Y él hizo un trabajo para sus alumnos. Él está fascinado con la obra de Maggi. En este pequeño trabajo que hizo para liceales, él maneja una bibliografía poco conocida. Entonces vale la pena.
El cree a pies juntillas, -ustedes lo van a ver acá-, como cree Maggi, que Manuel, el caciquillo charrúa, es hijo biológico de Artigas. Mi sospecha es de que no es así, pero eso es absolutamente irrelevante. Lo que demuestra Jesús Perdomo en esta fotocopia que les dejo, es que Artigas, a los catorce años es gaucho; a los 36 se mete de milico para ayudar, para apoyar a las comunidades. Y eso lo demuestra claramente con los trabajos de Maggi. Por eso vale la pena hacer circular este material.
Otro tema en relación con la Bibliografía: lo único que nos vacuna para no ser influidos por la literatura burguesa sobre Artigas, es ir directamente a las fuentes; y después cuestionar lo que yo digo y lo que dicen los demás. Pero el tema de Artigas en la historiografía uruguaya sufrió una evolución que fue bastante interesante y que vale la pena que ustedes reflexionen un poquito para después leer críticamente la literatura sobre Artigas. Cuando surge el Estado oriental, en 1830, Artigas es absolutamente negado por la historia oficial. Artigas va a vivir 30 años más en el Paraguay. Hacía diez años que se había ido y va a vivir 30 años más en el Paraguay. Y no va a estar cruzado de brazos. Artigas llega al Paraguay a hacer lo que hacía a los 14 años: ser un articulador de redes populares multiculturales. Pero la historiografía oficial lo niega; Artigas no existe, porque no se olviden que, cuando surgen las divisas, en 1836, el partido único de gobierno, el Partido Colorado, es el partido estructurado por los enemigos de Artigas. Es decir, el Partido Colorado surge totalmente integrado por los que eran los cisplatinos, es decir los orientales al servicio del Imperio. Y pasan a ser partido único de gobierno, en todo el siglo XIX. Piensen un poquito: 1830: es la independencia, que es la derrota política más terrible que tuvo Artigas. La derrota militar fue unos años antes, pero la derrota política fue en 1830 cuando se jura la Constitución que separa la Provincia Oriental de la Patria Grande.
Entre 1830 y 1836 no hay guerra entre blancos y colorados. Ya hay dos proyectos diferentes de país, las divisas no son casualidad, no son capricho de caudillos: son dos programas diferentes. Pero no luchan entre sí los primeros 6 años. Lucía Sala, una historiadora marxista de los años 60, explica por qué. Entre 1830 y 1836, los que van a ser después blancos y colorados están juntos en lo que se llamó la contrarrevolución agraria. Primero hay que barrer a los charrúas porque los charrúas son el brazo armado de la resistencia artiguista. Los partes de Rivera son clarísimos: “En los aduares charrúas se han refugiado los elementos díscolas y anarquizantes de la campaña”, es decir, los donatarios de tierra artiguistas. Entre 1830 y 1836, alianza total de Rivera y Oribe: hay que liquidar la reforma agraria, que no había sido completa, pero había tierras fértiles ya repartidas y zonas no legalizadas pero que seguían bajo control y gestión de las mayorías populares.
Por lo tanto los futuros blancos y corados se dividen el trabajo muy bien. Los cuatro primeros años Rivera hace el trabajo sucio, el trabajo más violento, y el trabajo más demagógico: “Vos sos donatario artiguista pero sos mi compadre, yo a vos no te toco si vos no ayudás a los charrúas, quedate tranquilo. El Presidente soy yo, y mato a aquel, y mato a aquel charrúa…” En 1834 sube Oribe que es el legalista, y dice: “¡Ah, no! ¡Habrá latifundio para todos!” Él es legalista. Por lo tanto expropia a los mansos que creyeron ser protegidos por Rivera.
Eso pasa entre 1830 y 1836. El único que en esos años, y con vacilaciones, se pone del lado de los charrúas, es Lavalleja. Y así le va: lo “sacan de troya”.
Ahora volveremos a Artigas, pero vamos a entender lo que pasa después. La historiografía oficial del Uruguay niega a Artigas, (“es un bandido”, “era un elemento anarquizante”). Y la historia empieza con el “Grito de Asencio” y luego “Los 33”.
En el año 1904, el gobierno de José Batlle y Ordóñez hace un libro así de grande, que lo manda a editar a la Argentina, que se llama Album Ilustrado de la República Oriental del Uruguay, donde en primera parte hay una foto enorme de Batlle –yo lo tengo en casa, es decir, lo tengo fotocopiado: me lo fotocopió Numa Moraes en otra época. Lo tengo en casa. Y en ese libro, álbum ilustrado, que habla de la producción ganadera, del mejoramiento de razas, -1904-, de la pacificación del país, de la liquidación de la insurgencia blanca-, y dice: “La historia del Uruguay: en 1811 un puñado de gauchos hace el Grito de Asencio, pero después invaden los portugueses; y a pesar de los esfuerzos de Rivera, somos parte del Imperio de Brasil. Después desembarcan Los 33, etc…” Esa es la historia: 1904.
Les voy a traer una fotocopia porque es un material precioso. ¿Qué pasa? Las guerras civiles entre blancos y colorados no son caprichos; son dos proyectos diferentes de país. Como tales, frente al Partido Único de gobierno, pro-británico, pro-colonialista, que es el Partido Colorado, pro-liberal, los blancos, demagógicamente, tratan de sumar al gaucherío rural, y empieza Oribe ya en el sitio de Montevideo, a levantar a Artigas como militar patriota. Pero la cosa queda ahí; y en realidad es después un milico colorado, Máximo Santos, quien decide reivindicar a Artigas, para legitimar al ejército uruguayo. “Somos hijos de la Batalla de Las Piedras, esa batalla fue nuestro bautismo de armas…” Y por lo tanto, para promocionar esa idea, el Ejército uruguayo en sus máquinas de guerra, en vez de tener la bandera uruguaya va a usar la artiguista. El ejército uruguayo es el único ejército de América del Sur que en sus máquinas de guerra no tiene el pabellón nacional, sino la bandera de artigas, se dicen sus continuadores. Por eso Seregni no quería que el Frente usara esta bandera, porque en su doble condición de milico y frenteamplista decía: “No, no nos compliquemos con los militares, esta es la bandera de ellos. Vamos a usar la de Otorgués que es lo mismo.
Entonces, Máximo Santos ya exalta a Artigas como militar en la segunda mitad del siglo XIX. Y después viene toda la historiografía de finales del siglo XIX, con la Política de Fusión primero, de olvidar las luchas entre divisas-, la idea de hacer de Artigas el militar fundador de la patria, porque no era ni blanco ni colorado. Le servía bien a todos. Pero costó ¿eh?; con los colorados costó; los blancos lo aceptaron enseguida. Lo cierto es que –yo les decía la otra vez-, la estatua de Artigas en la Plaza Independencia marca esta falsificación de Artigas. Quisieron borrarlo primero. La devoción popular era muy fuerte; entonces lo falsifican y lo ponen ahí. Si del pobre Jesús, 2000 años después, hay ocho lecturas diferentes, de Artigas era fácil hacer una leyenda de Gran Libertador. Y por eso en la estatua de Artigas, -yo les decía-, vale la pena visualizarlo, ni en el cuadro de Blanes ni en la estatua de la Plaza Independencia tiene sombrero. Porque su sombrero es campesino. Y todos los militares de esa época usaban bicornio, ya no se usaba el tricornio. Napoleón había impuesto el bicornio que usa por entoncesSan Martín, o Joaquín Suárez. Suárez está con el bicornio, porque tiene su traje protocolar de presidente.
Entonces lo que vemos del sombrero de Artigas siempre es el agujero, en la Plaza Independencia. O acá metido (bajo la axila) en el cuadro de Blanes, que es una falsificación ridícula, pero tampoco se animó a ponerle bicornio.
Frente a eso, hay un sector más nacionalista de los blancos que empieza a reivindicar un Artigas de los pobres, un Artigas gaucho, un Artigas del Interior. Y con Jesualdo, también con Eugenio Gómez, que era Secretario General del Partido Comunista, pero fundamentalmente con Jesualdo empieza la historiografía marxista a hablar de Artigas tratando de ubicarlo socialmente. Esta línea culmina con la brillantez de Lucía Sala de Tourón, recientemente fallecida, que en los años ’60, en el Partido Comunista, demuestra por primera vez, con investigación documental, que la reforma agraria de 1815 se había implementado en algunas zonas de Soriano y en algunas zonas de Tacuarembó. Porque hasta Lucía Sala, o sea hasta los años ’60, la historiografía oficial, cuando leía los documentos de Artigas decía: “… y tuvo una idea de un Reglamento de Tierras que nunca se aplicó”. Y Lucía Sala desentraña viejas actas de catastro y aparecen los donatarios artiguistas y la gran mentira de la historia oficial. Su trabajo demuestra que el Estado Oriental había desalojado –entre 1830 y 1836- a los donatarios artiguistas.
Estábamos una vez en Salsipuedes… miren lo que pasó: Una de las primeras veces que fuimos a Salsipuedes, me acuerdo, yo estaba con Yamandú Palacios. Y estábamos hablando de que, cuando Salsipuedes … que fue una gran derrota artiguista, porque los charrúas venían con bandera de Artigas a Salsipuedes, a discutir con Rivera… Muchas mujeres rompieron el cerco y se fueron hacia el sur, hacia Santa Isabel de Paso de los Hombres Toros, donde en los ranchitos la gente criolla que había ahí, les dio ropa “cristiana” y salvó a muchas muchachas charrúas. Estábamos hablando de eso con Yamandú Palacios y con alguna gente de la zona, y un hombre que era isabelino, me dice: “No , eso no puede ser, porque mi padre se crió en estos pagos, y no había un alma en 1920”. Yo le digo: “Bueno, mirá, los libros decían que era Santa Isabel de paso de los Hombres Toros, pero entre lo que diga el libro y lo que diga tu papá, yo le creo a tu papá”. Y Yamandú Palacios me dice: “No, Gonzalo, las dos cosas son verdad. Todavía en la época de Salsipuedes Rivera no había desalojado a los donatarios artiguistas. Había ranchos; sí era una zona poblada! Unos años después se arrasó con todo eso y volvió a haber latifundios”.
La historiografía uruguaya marxista tuvo en los años ’60 un problema. Trató de estudiar los modos de producción y desarrollo de las fuerzas productivas en un esquema muy europeo. Entonces hizo cierta analogía, -Lucía Sala lo hace todavía-, entre los luchadores demócratas revolucionarios de la Europa presocialista, y Artigas. Y a Artigas lo definen como demócrata revolucionario, es la definición que hace Lucía Sala. Lo comparan un poco con ese Chernishevski -del cual tanto admiró Lenin-, que en el siglo XIX soñaba con derrocar al Zar, -terminó preso-, y con ejercer libertades democráticas para todos.
Por analogía, la teoría marxista de los años ’60 y ’70 –después la dictadura interrumpió todo eso-, hablaba de un Artigas, como una especie de demócrata revolucionario que quería desarrollar el capitalismo por la vía menos dolorosa para el pueblo. Se basaban en un trabajo de Lenin… (Yo no sé si esto sirve pero creon que es fundamental para entender la elaboración del propio pueblo uruguayo y sus escritores sobre Artigas). Hay una serie de trabajos de Lenin que comienzan con “El desarrollo del capitalismo en Rusia”, que plantean que en la sociedad feudal europea hubo dos maneras de liquidar el feudalismo. Lenin dice: La manera “junker” y la manera de los “farmers” norteamericanos. La manera de los “junkers” en la Prusia reaccionaria era: “Se mantiene el latifundio y se moderniza la producción en sentido capitalista. La manera de los “farmers” es la reforma agraria, como se hizo en Estados Unidos. Las carretas detrás de l ejército que va erradicando a los indios, van marcando el reparto de pequeñas tierras y da una sensación mayor de bonanza. Entonces la idea que tenían los marxistas del siglo pasado, de los años ’60 era: “Artigas pensaba un desarrollo capitalista en un sentido “farmer” o sea por la vía menos dolorosa para el pueblo. No pudo ir más allá porque no era materialista dialéctico”.
El problema es que la América de Artigas no es, en un sentido estricto, un desarrollo feudal en vías de transición al capitalismo, sino que es una sociedad multicultural con distintas formas productivas, propuestas políticas, ideológicas y sociales. La revolución francesa, o la revolución que quería Chernishevski , pan para el pueblo ruso…. A ver si entendemos: todos los rusos querían el mismo pan. Todos los rusos querían la tenencia de la tierra de la misma forma. Aquí había mayor diversidad de sueños. Un pueblo charrúa no quería lo mismo que los pequeños inmigrantes criollos, que querían una suerte de estancia; los indios querían una tierra en comunidad. Los pueblos originarios y los descendientes afros que vivían en comunidad, tenían su propia propuesta. Es decir, el desafío que tuvo Artigas, la peculiaridad, nos plantea un problema teórico que no está todavía resuelto. Marx estudió la sucesión de los modos de producción en Europa. Nadie, excepto Mariátegui, nadie ha estudiado todavía la sucesión de los modos de producción en América. Si vos leés la historia de Europa, Marx la detalla maravillosamente ya en el Manifiesto Comunista. Primero la sociedad sin clases, (cosa que en realidad descubre después, como lo explica en un Prólogo posterior del mismo Manifiesto), después la sociedad esclavista, la Grecia clásica, Roma; después la sociedad feudal, las revoluciones burguesas, la formación del gran capital y la revolución proletaria. Fenómeno. Pero en América coexisten no sólo distintas formas de propiedad y distintas formas de producción sino que coexisten distintas culturas que no están derrotadas. La sabiduría comunitaria de los amautas andinos, vive hasta hoy. La sabiduría de los afrodescendientes en los quilombos: plantea un modelo de sociedad de colectivismo agrario que convive con nosotros hasta hoy. Y el mundo de la gauchería plantea una cosa inédita: lo que llamo “el colectivismo difuso de la pradera”. Lo que desconoce el marxismo más esquemático de los años `60 es que América tenía otras propuestas sociales de tránsito hacia un sistema socialista por otras vías que no eran las esquemáticas europeas. Y quizá una de las grandes tragedias de las guerrillas de los años `60 fue no comprender la potencialidad del pensamiento andino, del pensamiento de distintas zonas de América y del pensamiento de las zonas mestizas que existían en América. Excepto el Che, que había recorrido América en bicicleta, que había jugado al fútbol con los quechuas y excepto uno de los grandes héroes de la guerrilla latinoamericana, Turcios Lima, un guatemalteco hoy casi olvidado, que se peleaba con los comandantes del futuro Frente Farabundo Martí salvadoreño – él era guatemalteco y decía: “Ustedes están cometiendo un error, no hay que sumar los indios a la guerrilla; en América Central hay que sumar la guerrilla a los indios”.
Es un problema teórico sobre el que debemos pensar, Marx había hecho un estudio sobre la forma de producción asiática y descubre rasgos específicos que no entraban en su propia categorización de los modos europeos. Tenemos aquí nosotros un camino importantísimo para un centro de estudios sobre Artigas, la propia pista que nos da Marx. Él empieza a estudiar: sociedad sin clases …que la intercala después de escribir el Manifiesto Comunista. Marx dice al principio: “La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases” (Llamado, y al pie de página, Marx aclara: “eso después de la destrucción de la sociedad comunista primitiva que los trabajos de Morgan en Estados Unidos nos han demostrado,… etc. etc.”.)
Marx estudia China. Dice ¿Qué diablos es el modo de producción en China? No es feudalismo y no es capitalismo. Porque en China, lo que el Emperador controla no es la tierra. En una cultura del arroz: lo que hay que cuidar es el agua. El que es dueño de la irrigación es dueño del poder. El feudalismo se basa en la tierra. El emperador chino no necesita tierra para someter a la gente. Necesita sólo tener la irrigación. Entonces Marx habla, propone –no le da la vida-, estudiar el modo de producción asiática. Segundo elemento, que eso sí viene de Lenin: Lenin convoca, después del triunfo soviético, la Tercera Internacional, la Kom-Intern, la Internacional Comunista. Entonces plantea, por primera vez, que además de la alianza obrero-campesina en Europa, donde está declinando la combatividad (y Lenin lo advierte, porque los estados imperialistas están trasladando la explotación más brutal lejos); Lenin advierte en la Tercera Internacional, en ese foro maravilloso que era todos los partidos comunistas y obreros del año XVII, que Asia es un polvorín y que América Latina también. Y empieza a descubrir que en Asia, las tareas de liberación nacional, a veces, las encabezan príncipes. Y las encabezan algunos budistas, es decir, elementos de profunda religiosidad pero que se oponen al sometimiento colonialista. Lenin llega a cambiar la consigna.La Tercera Internacional, con Lenin y sobre todo después, con Dimitrov, en vez de decir “proletarios del mundo, uníos” dice “proletarios, campesinos y pueblos oprimidos del mundo, uníos”. Y la Tercera Internacional plantea en estos primeros años, la necesidad de estudiar la lucha de clases en un marco no europeo; cosa que toma Mariátegui con los Siete Ensayos de Interpretación de la realidad peruana. El único comunista latinoamericano que trabaja hasta el final ese tema. Este problema teórico no resuelto es un hermoso desafío para trabajar sobre Artigas. Leyendo a sus contemporáneos. Leyendo por ejemplo la política de relación de Artigas con los ingleses en Purificación, que incita claramente a un desarrollo capitalista del comercio. Leyendo al mismo tiempo la negación de Artigas al capitalismo, cuando controla la tierra y no deja jugar las leyes del mercado… Tenemos pistas para imaginar o rediseñar los modos de producción, las relaciones de producción y las formaciones socioeconómicas basados en el materialismo histórico de Marx, pero pensando desde el punto de vista de la complejidad americana.
Las grandes potencias capitalistas, hoy, no tienen latifundios. Y se ocupan de que acá haya latifundios porque es una forma de evitar competencia y soberanía. Las tareas agrarias no son tareas socialistas, son tareas de liberación nacional, de soberanía alimentaria. Son tareas previas e inaplazables. Y eso plantea una serie de formas intermedias que las está discutiendo Venezuela, las está discutiendo Bolivia, ahora las va a discutir Ecuador. Cuba lo resolvió de una manera más ortodoxa, si se quiere, porque era otra época.
Bien, el tema de la historiografía entonces, y de la literatura que ustedes van a encontrar les plantea un hermosísimo desafío: no tenemos resuelto un montón de cosas que son el marco de desarrollo económico, la base material sobre la cual se mueve la plataforma artiguista. O sea: ¿Es fatal, como decía Lucía Sala de Turón, - la marxista que más se ocupó de estos temas-, era fatal que Artigas perdiera? ¿O podía América, en otra correlación de fuerzas, haber ensayado un desarrollo diferente? Recordando que la revolución de independencia no es lo fundamental, lo fundamental es la lucha de clases que va por abajo. Y en el seno de esa lucha de clases hay independentistas -que forman parte de la clase opresora-, tan opresores y tan esclavistas y terratenientes como el Virrey o el Gobernador. Y que no siempre las clases populares mayoritarias alinearon con los opresores criollos. En algunos lugares, como en el Río de la Plata, hubo alianza durante algunos años entre opresores criollos y grandes mayorías. En otros lados, como en la primera época de Bolívar, el pueblo pobre lo enfrentó, porque el era un oligarca mantuano. Era la primera época de Bolívar, después Bolívar cambió. En otras épocas se crea un vacío de poder y son los pobres solos los que hacen la revolución, como en México, dos curitas del pueblo. Y entonces la burguesía criolla independentista alinea con el poder colonial para hundir a estos curas. Es mucho más compleja la situación en la revolución.
Antes de ir a las etapas en la vida de Artigas, -que no es sólo nueve años, de 1811 a 1820, fue toda una vida dedicada a la revolución,- me parece que el otro tema que tenemos que remover, muy rapidito, son las ideologías, los sistemas de ideas imperantes en la época de Artigas. Y la complejidad para un pensador, -desde el fogón multicultural-, como es Artigas de expresar en el lenguaje escrito, en el lenguaje europeo, una propuesta que surgiera del diálogo de las distintas culturas.
Los sistemas de ideas imperantes
En primer lugar, el tema de la Inquisición es un tema fundamental. Sé que lo mencionamos la vez pasada.
La Inquisición significa una estrategia de poder, de satanizar todos los cultos que no sean los que autoriza el rey y la Iglesia. No es un problema de fe, es un problema de control. Es decir, si yo controlo que todos van al mismo culto, van a la misma misa, etc.; yo controlo la dinámica de mis oprimidos. Si yo permito que cada cual tenga un culto diferente, yo no sé cuándo están conspirando o cuándo están celebrando. Por lo tanto satanizo todo, y esto es lo que vale. Por otro lado nosotros tenemos la masonería –de esto también hablamos. Pero la masonería es fascinante, porque además la masonería es la organización política de los primeros banqueros, de los primeros prestamistas, de los primeros manufactores, de los primeros armadores de barcos, es una organización política que tiene ritos iniciáticos. Hay que pasar por distintos ritos en la masonería. Todas nuestras sociedades tienen ritos. El pueblo judío, cuando era pueblo de pastores, ya circuncidaba a todos los varones; era un rito, pero era un rito todavía ahí democrático. A todos los nenes les hacían lo mismo. Los ritos masones en cambio se basan en los ritos de las sociedades esclavistas: del esclavismo griego, del esclavismo romano, del esclavismo egipcio, donde determinados factores del saber, que era poder, eran sólo para la clase dominante. Los masones toman esos ritos de iniciación. No cualquiera puede ser masón. Tiene que ser de la clase dominante, debe tener capital. La masonería se opone a la hegemonía exclusiva de la sangre azul de los nobles. Pero fundamentalmente los masones cuidan su poder del pueblo “bruto”, mayoritario, humilde, ignorante, que no es el elegido del Supremo Arquitecto. Si nosotros hablamos realmente de lo que es la masonería moderna, empieza en los años de la revolución francesa, o sea en los años en que Artigas es niño. Si oímos a un masón, la masonería tiene 300 siglos. O sea, ellos son los herederos de una época antigua, mucho más antigua que la Edad de Piedra, de la famosa Atlántida, el continente perdido. Que después vino una época de oscuridad; después en la época del pueblo judío es cuando el rey David tiene a su hijo Salomón. Salomón tiene una gran sabiduría y se rodea de sabios, tiene las minas para financiar el saber, contrata un arquitecto que construye el famoso templo del rey Salomón, que era el templo perfecto para honrar a Dios, donde estaba el candelabro de los siete brazos, etc., etc., destruido por los persas; y el arquitecto mártir transfirió a sus ayudantes los secretos de la arquitectura perfecta que es la arquitectura de Dios, y eso se transmitió de generación en generación. Después vinieron los templarios, o sea los caballeros que cuidaban el templo, que mantienen esos secretos; el santo grial, que es la sangre de Cristo, o el vientre de María Magdalena, según las interpretaciones… O sea, los masones se dicen herederos de todo eso más la escuela Pitagórica, más un montón de elementos de sectas pequeñas, más la alquimia… Piria era masón. Pitamiglio también. Todos los códigos secretos, el triángulo donde está el ojo de Dios, todo eso que sabemos, el compás y la escuadra. Los rosacruces son una escisión norteamericana de la masonería. Y sobre todo el ojo de Horus, que es el ojo por el cual el alma ve el más allá, etc., etc. Todo eso se toma, pero siempre de sociedades esclavistas. Los ritos masónicos no vienen de los ritos populares, sino que vienen de los ritos esclavistas, de la gente que acumula el poder, como elemento de manipulación y de dominio de las mayorías incultas, o, como dicen los masones, del pueblo profano.
Bien. Estas ideologías están presentes. La masonería va a generar por ejemplo la logia Lautaro. San Martín, Alvear, el propio Bolívar, Francisco de Miranda, están vinculados inicialmente a la masonería. Pasa que dentro de la masonería se da el mismo fenómeno que dentro de la Iglesia. Situaciones nuevas, gente que es honestamente creyente de esa doctrina, empieza a interpretar con su propia cabeza, llegando a conclusiones nuevas sobre situaciones nuevas. Y ahí se mete, de contrabando, la lucha de clases, que permea la interpretación de un masón que está muy lejos de su logia y muy cerca del pueblo. Le pasó un poquito a San Martín, le pasó a Bolívar alguna vez también; y empiezan a romper con las logias. No le pasó a Alvear, que siempre fue un masón cuadrado. Pero la guerra de independencia tiene mucho que ver con la masonería. Hay una tercera ideología de la cual también hablamos muy rápidamente, -para terminar con el escenario de las ideologías; la vez pasada hablamos más de la base material-, que es el sincretismo popular de los nuevos pueblos americanos. Los pueblos americanos sufren la Inquisición y la rechazan; reciben la imposición del dogma y lo rechazan. Pero no llegan sólo conquistadores; llega también gente humilde, campesina, que es también cristiana y que tiene otra versión del cristianismo. Y llegan algunos curas jesuitas que comparten en comunidad y dan el mensaje de un Jesús perseguido… Y la religiosidad popular indígena no es exclusivista. Yo hablo con el cura, yo soy indio, y le digo: “Ah, qué lindo! Vos me decís que Jesús nació en una cuna muy humilde por voluntad de su padre, que eligió como alumnos a los más humildes, que se enfrentó al poder; que dijo que antes pasaría un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos, que el reino de los cielos es de los pobres; y lo crucificaron. Claro que te creo, claro que tiene que haber terminado así ese Jesús en tu mundo. Yo creo que sí. Y por las dudas, además, yo le voy a seguir rezando a los espíritus del monte, pero prestame tu crucifijo. Yo no pierdo nada con rezarle a Jesús y a la Virgen…. Entonces, hay un sincretismo por abajo que no es sólo imposición. Es también el diálogo de las culturas que se encuentran. Por eso yo les decía la vez pasada que a veces hay alguna gente que se indigna; dice : “Ay, llegué a un pueblito muy pobre en América Latina, y una iglesia llena de oro, ¡qué atraso! ¡Y la gente todavía orgullosa de esa iglesia! Pero hay que entender: una cosa es la iglesia leída desde el poder y otra cosa es una iglesia cristiana que uno llega a Cusco y todas las iglesias tienen espejos, cosa que la iglesia Católica prohíbe. Pero ¿cómo se lo van a prohibir a ellos?, Si ellos creen que las almas que rondan se expresan ahí y se protegen ahí. Y uno ve un montón de elementos…
Si uno canta como cantaba Cafrune hace treinta años: “Virgen morenita , india fue tu cuna / porque india tú naciste por la gracia de Dios” Si Cafrune lo hubiese cantado 200 años antes, lo habrían quemado en la hoguera. Porque una cosa es una aparición india de la Virgen, y otra cosa es decir que la Virgen no nació en Palestina, sino que es india. Es decir, los elementos del cristianismo se mezclan en una religiosidad que no es exclusivista. La gente de la época, los que conocieron a Artigas dicen: “Conocía el alma de los paisanos como nadie” No era por andar a caballo. Era porque conocía estos códigos. Esa gente sencilla, que era la mayoría de los americanos; negros, indios, criollos pobres, no habían leído a Voltaire, ni a Rousseau, ni sabían quien era Jefferson. Quitémosle esa espiritualidad sincrética a través de la cual ellos hacen la lectura de clase y entonces caemos en la historia oficial: eran gente bruta con instinto de fiera, que siguen al hombre rubio de ojos azules que viene de la ciudad, por instinto de fiera. Tenemos que bucear en esas cosmovisiones que tienen muchos elementos mágicos, para entender qué es lo que hace que un gaucho, o un negro como Encarnación Benítez, o que una lancera negra como Soledad Cruz, den su vida por un proyecto. No son fieras, son gente que tiene sentimientos y tienen una visión, un proyecto de continente. Lo proclaman, eso sí, en términos mágicos y no aristotélicos.
Entonces me parece que reflexionar sobre esto es el otro elemento para que después vayamos rapidito sobre la vida de Artigas.
Yo más bien estoy problematizando, más que dando detalles.
Cuando Artigas tenía cuatro años de edad, España y Portugal deciden expulsar a los jesuitas, le piden al Papa que se los lleve, porque un grupo de jesuitas jóvenes les está cambiando la cabeza ala gente y cambiando su propia cabeza, y están organizando el colectivismo agrícola y su defensa armada. Cuando empiezan las guerras guaraníticas Artigas tiene 4 años de edad. Los jesuitas, con armas, junto con su pueblo, con apoyo de charrúas y apoyo de negros y de lanceras negras, luchan contra España y Portugal. Y uno de los jefes indios cristianos, se llama Sepé Tiarajú – que por eso el cacique charrúa después se va a llamar Sepé, en homenaje a este guaraní cristiano-. Y Sepé Tiarajú muere combatiendo contra los ejércitos de España y Portugal. Y los ancianos cuentan que cuando Sepé Tiarajú –que era un predestinado porque tenía un lunar en forma de Cruz del Sur-, muere, el mismísimo Jesús baja del cielo, lo toma entre sus brazos y lo lleva a reinar con él a la diestra de Dios Padre. El Vaticano dice que no. Pero ¿qué sabe el Vaticano que está tan lejos? Los abuelos lo vieron. Por lo tanto, en Río Grande do Sul hay un pueblo que se llama Sâo Sepé.
Y que el Vaticano se tome su tiempo para canonizarlo, ya existe el pueblo Sâo Sepé en Río Grande do Sul.
O sea que cuando nosotros hablamos del cristianismo popular –yo no soy cristiano-, pero cuando hablamos del cristianismo popular tenemos que entender esta veta de lectura de teología de liberación, que no es un invento del siglo XX , es una propuesta del siglo XVIII. Si no entendemos esto, no podemos entender por qué en esa olla de grillos que era la Liga Federal, uno de los lugares más radicales es la Provincia de Misiones. No Corrientes, cuyo cabildo era de hacendados aristócratas; sí la Misiones de los indios artiguistas y de Andresito..
Bien, también pasa lo mismo con el mundo afro. A los afros se les obliga a olvidar sus lenguas originarias, son esclavos… Porque es muy lindo en la historia oficial: eran aguateros, mazamorreros… pero no: eran mierderos” y si había un cadáver de muerte contagiosa, le decían a la negrita: -Andá vos y encargate.
-¡Ay, yo estoy embarazada! ¡Mi bebé!
- ¡Sos esclava!
Y a otra que está con su bebé de pecho y le dicen: “amamantalo bien porque en un mes lo vendemos”
Hay que entender lo que era la esclavitud. No era eso de la mazamorrera y el aguatero. Los negros se fugaban. Se fugaban en Recife, en Cartagena de Indias, se fugaban en Montevideo. Formaban sus organizaciones: los quilombos en el norte; que por eso el poder colonial empieza a llamarle quilombo al prostíbulo urbano para desprestigiar las zonas liberadas de los negros. Palenque se llama Cartagena de Indias. Los negros viejos quieren volver a África, robar un barco en Recife y volver a África. Pero los negros jóvenes se sienten americanos. “Abuelo, no se enoje, yo soy de acá, yo no sé si me va a gustar África. Sí, soy negro, pero…”
Y cuando quieren recuperar sus rituales… Decía cada mamá de un niño negro: “Mirá que entre nuestros harapos trajimos terrones de tierra africana donde estaban los huesos de nuestros abuelos, o sea que los orixás llegaron, yo estoy segura de que los orixás nos están protegiendo. Y van a estar entre nosotros cada vez que toquemos el tambor” Pero cuando quieren recuperar sus ritos, son ecos de ríos americanos, pájaros americanos… y se curan con las hierbas que los indios les enseñan a usar a los negros, ya son afroamericanos. Entonces empiezan a soñar una América para los negros, indios y blancos, donde pueda haber angelitos negros. El preto velho, junto a San Jorge, junto al indio con plumas, pasan a ser, ya en el siglo XVIII los antecedentes de umbanda, de la unión de bandas… Yo a veces, cuando vienen colegas extranjeros, los llevo por la calle Fernández Crespo para ver lo qué es una venta de artículos y si no puedo hablar con mae Susana para ir a su templo, o con Yoni das Matas en La Teja, los llevo por lo menos a ver un lugar de venta de artículos de santería. Esta es la huella de la propuesta política de los negros continentales del siglo XVIII, que tenían toda una tremenda red, de la cual participaba el negro Ansina. El negro Ansina era babalorixá, era jefe de red. Si nosotros –yo les decía la vez pasada- tuviéramos que hablar de Ansina en términos del siglo XXI, tendríamos que decir del negro Ansina que era el asesor para asuntos negros en el Estado Mayor de la Liga Federal. Asesor continental, porque él conocía las redes de San Pablo. Era de la sociedad Filhos de Zumbí. Y hay un poema de Ansina que citábamos la vez pasada: “Ansina me llaman / Ansina yo soy / sólo Artigas sabe / hacia dónde voy”.
Esta espiritualidad fue muy fuerte en el fogón gaucho, porque era el fogón de todos. Pero además esta religiosidad popular se mezclaba de muchas cosas. En las aldeas europeas, el cristianismo había llegado de oriente, en los primeros años, como la buena nueva de la fraternidad. Después del año 300, con Dioclesiano, la Iglesia Católica se hace una estructura opresora, y ya en el año 1100, 1200, cuando las Cruzadas, el que no es cristiano, a la hoguera. Pero ¿qué pasa? Las abuelitas, en las aldeas, seguían creyendo en las hadas buenas, en los hombres lobos, en las hadas protectoras y madrinas, en los duendecitos del bosque. Y para que no muriera esa vieja religión, la envasaban en cuentos infantiles. De día misa, rosario, etc. De nochecita, fogón, los lobos aullaban… cuentos infantiles, la antigua religión.
Aquella niñita inmigrante que se hace abuela gaucha, transfiere al fogón de todos en la pradera aquellas viejas historias.
Por ejemplo, en el fenómeno del lobizón hay toda una raíz amerindia, una raíz africana que viene de Omulú, el señor del cementerio, la encarnación de la hiena que ronda los cementerios, y el hombre lobo grecolatino, el licántropo. Y los tres se fusionan en el lobizón americano. Si nosotros no entendemos al lobizón, no entendemos a Artigas; porque Artigas no está en el mundo de Robespierre, de Rousseau, está en el mundo de los lobizones, y conoce el corazón de la gente que está ahí con él. Y los mismos curas gauchos dicen: “No, esto es una superstición” Pero es muy fácil decirlo en un fueguito, pero viví tres días en el monte y ves el lobizón, el crucifijo ahí te ampara sólo a medias.. Después…¡creer o reventar! Porque lo ven, o creen que lo ven que es lo mismo.
Toda esta religiosidad, toda esta teología de la liberación, en el mundo gaucho llega por dos vías. El gaucho que se va al monte se hace muy charrúa en su forma de relacionarse. Y hay una característica –ustedes disculpen que yo me extienda en esto, pero es muy importante – que es el animismo. Las religiosidades de los pueblos de América tienen una característica común: el alma existe más allá de la muerte pero no va a un cielo lejano; ronda entre nosotros. Que la sepamos ver o no la sepamos ver es nuestro problema, pero ronda entre nosotros. No existe una institución ni un señor San Pedro que tiene llaves, y no existe esa institución para que yo, para hablar con mis seres queridos muertos tenga que elevarme por toda la categoría institucional para llegar, interpósita persona, al reino de los cielos. Mis muertos están acá y yo puedo relacionarme directamente con ellos. En todo caso, si soy muy joven, apelo a los ancianos de mi comunidad. Porque como están más cerca del reino de los muertos me pueden ayudar a interpretar el mensaje que los muertos me dan. Por lo tanto, miren que incluso la gente podía ir a misa, pero seguía creyendo en eso. El mundo de Artigas es de una fuerte religiosidad popular. Pero la religiosidad popular de los gauchos, de los negros, de los indios, no es religiosidad en el sentido de sometimiento a una doctrina, sino religiosidad en el sentido antiguo del término: “religarse” Religarse con un ecosistema, con las fuerzas de la naturaleza y con la comunión con los demás, de una manera que va más allá de un cálculo de interés, sino de un sentimiento que lo desborda. Y esa religiosidad popular genera la conciencia revolucionaria. A partir de ese sincretismo y de consignas muy sencillas nace la participación revolucionaria.
Por eso Artigas, a la capital de la Liga Federal no le llama Ciudad Libertad; le llama Purificación, es un término profundamente espiritual.
Pero todavía más: los pueblos de la selva, durante milenios, habían venido a visitar a los pueblos de la pradera, por caminos rituales. Porque los pueblos de la selva no veían, no conocían el nacimiento del Sol americano. Entonces ellos tenían un camino que llamaban “el camino hacia la tierra sin mal” que, como explican los guaraníes, la tierra sin mal no es un lugar físico, “somos nosotros cuando volvemos a la selva después de compartir con otros pueblos hermanos, diferentes, y de ver la salida del Sol. Las historias, las leyendas, son maravillosas, y Artigas las conocía al dedillo. Los jesuitas no entendían lo que los indios les estaban contando, creían que era pura fantasía y superstición, que es el término para designar a todas las religiones que no vienen de Europa. Los indios les decían: “Una vez en la vida nuestros niños tienen que ir a una tierra encantada donde nos espera el río sin la otra orilla”. Se trataba del Atlántico. “Y a veces el espíritu de las aguas se enoja con nosotros y se eleva con coronas de espuma que acá no hay. Pero los indios de allá, los pueblos de allá, que son nuestros hermanos, conocen ceremonias para apaciguarlo. Cuando palidecen las estrellas, descubrimos que el río sin la otra orilla está embarazado. Se tiñe con los rosados colores del parto y aparece nuestro sol que va a subir a energizar nuestro maíz y finalmente se va a acostar en el otro fin del mundo, el de las lejanas montañas”. Y los jesuitas decían ¡qué maravilla la imaginación de estos indios! Estaban hablando del viaje a Rocha; los cerritos de Rocha son el lugar de la ceremonias ecuménicas donde los peregrinos sembraban el maíz hace diez mil años y no esperaban a verlo crecer: los esperaba el maíz que habían sembrado peregrinos anteriores; y ellos devolvían la semilla y dejaban los huesos de sus muertos para que custodiaran esa semilla y la abonaran para el sustento de peregrinos que ellos no iban a conocer. Es decir que había una fraternidad precolombina impresionante en estos pueblos. Rocha era uno de los lugares de final de camino, por eso las palmeras rituales, la diagonal de palmeras expresaba de alguna manera –Salto, Paysandú: la palma yatay; San Gregorio de Polanco: la palma pindó; Rocha: la palma mbutiá. Es el camino de la diagonal de las palmeras, que sigue por el Montiel de Entre Ríos hasta el Y-verá, el agua luminosa. Ahora, esto lo sabemos ahora, pero en el año ’50, Osiris Rodríguez Castillos decía un valsecito que se llama La Leyenda del Palmar. Yo recuerdo la tercera estrofa que dice “verde palmar, guía del sol / raza que fue de puro cobre te sembró…-lo cantaban los Zucará-, “Por tu sendero musical se aleja el sol / del verde mar, del río azul / lo adora el inca milenario en el Perú / pero yo sé que es arachán como eres tú.”
Bueno, pero de todos modos el animismo indígena tiene esa característica de que la tierra es sagrada porque están los muertos rondando en ella. En Europa había pasado eso antes. Por eso es que, para desacralizar la tierra, se amontonan los muertos en lo que se llama “campo-santo”. Si este es el camposanto, el otro campo no es santo y puede ser objeto de compraventa. Dentro de la racionalidad indígena y afroamericana toda la tierra es sagrada, no puede ser objeto de compraventa.
Pero otra característica del animismo, que es muy importante también para entender a estos pueblos, es la ofrenda. En el Islam, en el Judaísmo y en el Cristianismo, la ofrenda es, o promesa, o pago por un favor. En las culturas amerindias y en las africanas, la ofrenda es la energización del espíritu; y el espíritu la necesita. La ofrenda es parte de la reciprocidad de un mundo que es muy horizontal con los espíritus. Yo toco el tambor en el candombe, por ejemplo, para generar la escalera energética que permita al espíritu bendecirme, porque le doy la energía que él necesita; y si yo no toco el tambor, el espíritu no tiene fuerza para acercarse a mí. Pero además hay varias formas de ofrenda, por ejemplo Jemanjá. No es que el espíritu del agua coma el pastel que yo le pongo en el barquito. En realidad el pastel es percibido por mis sentidos, -porque yo soy un espíritu encarnado-, y entonces desde mi espíritu ofrendante salen las buenas ondas al espíritu ofrendado. Por lo tanto yo pongo el barquito y me retiro concentrado, yo no le doy la espalda a mi despacho, como dicen los umbandistas; yo me concentro en él. Los rituales amerindios eran lo mismo; y fundamentalmente…bueno, lo tenemos en el candombe, en el candombe es clarísimo. Cuando en Montevideo colonial se prohíbe una parte del candombe, la parte de la ombligada, los afrodescendientes lo transforman en una danza; y para que no se vea que es un ritual, con elemento fundamental en los momentos de trance, ¿qué es lo que empieza a usar la cuerda? ¡máscara africana o sombrero con flecos; que no se vea la cara! Todo eso genera la llamada, la llamada al orixá , “al orixá de mi nación”. Si soy Palermo, Ogum; si soy barrio Sur, Shangó. La llamada a mi nación. Pero todo ese espíritu que yo estoy llamando tiene que llegar al negro, al padre, al que se llama gramillero, que lleva la gramilla, los yuyos sanadores. Es el hombre que va a recibir toda la energía del espíritu. Por lo tanto es al que menos hay que verle la cara: sombrero sobre los ojos, barba blanca bien larga. El hombre va bailando y de repente queda rígido porque le llegó el espíritu. Pero el problema es que llega ese espíritu, que no es santo ni demonio, que viene a energizarlo, pero al espíritu le puede gustar quedarse en el viejo. Y en vez de incorporar, se puede transformar en una posesión. Para que eso no pase, la memoria ancestral, que siempre es femenina, la “mamavieja” gira las ondas protectoras para que el espíritu se vaya después de bendecir. La gente, afuera, dice: “están coqueteando los viejitos”. No: el viejo está incorporando, y la vieja está protegiendo. Una vez que se produce la incorporación el viejito reacciona; entonces los escoberos barren las malas ondas y si ustedes oyeron, al final de la comparsa termina tocando a “full”, porque a ese espíritu ahora hay que darle toda la energía. Y si ustedes observan, en Isla de Flores y Gaboto la gente se abraza de una manera muy especial, cuando terminan el ritual. Eso es animismo. Lo sabe el dueño de la comparsa, lo sabe el “cachila” Silva. Si vos sos sólo tamborilero, ganate el derecho a saberlo. Pero este elemento es fundamental. Cuando yo visité por primera vez a los descendientes de los negros que se fueron con Artigas al Paraguay, hacer su candombe, los Camba Cuá hacen una parte muy lenta. Y a mi me decía Jorginho Gularte, cuando estaba todavía bien ¡qué hombre brillante! Decía: “vos sabés que mi mamá me decía que había una parte lenta en el candombe más antiguo, según sabía por sus ancestros”. Claro, Montevideo Colonial prohibió la parte de la danza de la fecundidad, la parte más sensual. Dejó sólo la parte de incorporación. Pero en los campamentos artiguistas se promovía la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable. Los negros que entraron al Paraguay para no volver a ser esclavos por el trámite que hizo Artigas, venían de los campamentos y mantuvieron el candombe entero.
Pero volviendo al candombe como es hoy, bien interesante. Los afrodescendientes y los criollos llaman a un espíritu africano -no sobre una piel de león sino sobre las lonjas de las vacas que trajo Hernandarias-, para que bendiga yuyos que los indios les enseñaron a usar a los negros. Es decir, son elementos para reflexionar sobre un animismo que se entrelazaba, germinaba y se fortalecía en los fogones artiguistas. Me parece que esta racionalidad, esta espiritualidad se reafirma cuando son expulsados los jesuitas: muchos indios cristianos vienen a la Vaquería a hacerse gauchos. Y son los que meten más rituales cristianos en el mundo gaucho. El mundo gaucho tenía una religiosidad animista. La tiene, sigue teniendo una religiosidad animista pero con una forma más católica, porque los indios “del camino”, los indios tapes (tape en guaraní es camino)…. Van dejando abandonada la tapera, (o sea “lo que queda en el camino) y son más bajitos que los pueblos de acá. Entonces al ritual del mate, que acá tenía cuatro mil años, le incorporan el santiguado. Ante la visión fantasmal –espíritus ambulantes en los que se creía y se sigue creyendo-, responden con la señal de la cruz, y ya en la época de Artigas, que está viviendo toda esta llegada de tapes, en el mundo gaucho decir “ser humano” y decir “cristiano”, pasan a ser sinónimos. “No tiene cruz en el mate este cristiano”. Entonces, todo esto es tan importante entenderlo para ver el universo mágico en el que se mueve Artigas. Con quien trata, quiénes son sus gentes? (alguien dice “Ave María”. Risas) Claro, pero ¿Cuál Ave María? No por que yo les decía, yo ya hablé del debate teológico en el mundo guaraní con la Virgen María. ¿Qué es María? La virgen de Itatí por ejemplo, que es de origen india, los jesuitas la defendían y los franciscanos no. Y se vino hasta Tacuarembó un grupo de indios guaraníes en pleno siglo XIX para defender la virgencita de Itatí. La llevaron a Paso del Borracho, que ahora se llama Villa Ansina, donde existe la devoción de la virgen de Itatí. Y no lo impuso un cura, fueron indios porfiados que decían “no, la virgen es india y chau”. Y la trajeron. Entonces no sabemos entender a veces la sensibilidad popular que se mueve a partir del fenómeno de la religiosidad popular; y no sabemos cómo leer la lucha de clases en el mundo mágico de la religiosidad popular.
Etapas en la vida de Artigas.
Artigas nace en un hogar de la clase alta montevideana. No es un canario, es un aragonés. Primer elemento fundamental. Segundo, el ser aragonés, ser hijodalgo, o sea hidalgo de solar conocido, no significa que fuera parte de la oligarquía criolla continental, porque no había en Montevideo una verdadera oligarquía criolla. O sea, para Artigas estaba negada la posibilidad que tuvo Bolívar de estudiar en las universidades de Europa. Para Artigas, como clase alta montevideana, le correspondían dos carreras y sólo dos: o capitán de tropas de milicias, o la carrera religiosa; no había otra. Si uno no iba a estudiar afuera, las dos posibilidades para los ricos – para un pobre no había ni eso- , pero para un rico, posibilidad de aprender a leer y a escribir en una escuela, hacer la carrera militar para ser oficial, no ser simple soldado; o hacer la carrera religiosa para ser cura. Y como religioso o como militar, además, ser cabildante. Y ahí se acababa la carrera para ellos. Artigas tiene un abuelo llegado de Buenos Aires. Montevideo es fundado en 1725 por un grupo de inmigrantes que vienen de Buenos Aires, -entre ellos el viejo Artigas, el abuelo-, mandados por el gobernador de Buenos Aires, que todavía no era virrey. El virreynato se crea después. Cuando llega el abuelo de Artigas, cuando nace José Artigas en 1764, Buenos Aires depende todavía de Lima, la ciudad de los virreyes. Por eso a veces se dice en broma que Artigas nació peruano. Nació español, por supuesto, como nacieron todos en esa época. Era la América española, pero la capital virreinal no era Buenos Aires, era Lima todavía. El virreinato se crea cuando Artigas es adolescente. Cuando Artigas tiene diez años. Y Artigas se apoya mucho en su abuelo, y el abuelo tiene una excelente relación con los charrúas. Hay una cosa muy importante en el abuelo paterno de Artigas, y es que (las crónicas de la época lo describen, es muy interesante. Maggi también trabaja eso) cada vez que el abuelo de Artigas va a visitar a los charrúas va primero al arroyo del Colla y se hace acompañar de un kolla que vivía en lo que es hoy el departamento de Colonia, donde había una comunidad andina. Es otro tema muy interesante de estudiar: la comunidad andina que vivió en lo que es hoy la ciudad de Rosario en el departamento de Colonia. (alguien pregunta “¿Cómo habrán llegado ahí?) Bueno parece ser que habían llegado mucho antes y se habían instalado ahí, habían llegado a unirse con ellos muchos sobrevivientes del levantamiento de Tupaj Katari y vivieron como comunidad andina hasta 1920-1925. No iba a meterme en eso, pero es interesante. Si ustedes van alguna vez a Colonia Suiza, hay un cementerio oficial y un cementerio evangélico. En el cementerio Evangélico está la tumba de un chamán andino, de los últimos chamanes andinos de Rosario del Colla, que en su época no lo dejaron enterrar en el cementerio oficial. Cuando todavía la Iglesia Católica controlaba los cementerios, a principios del siglo XX, no lo dejaron enterrar, y lo enterraron los evangélicos. Lo más curioso es que hicieron una ceremonia en el enterramiento, con semillas andinas. Por lo menos hasta hace seis años, estaba todavía, aunque seco, un molle andino en pleno cementerio evangélico de Nueva Helvecia…
A Artigas lo marca en su carácter el abuelo, no el papá que estaba en todo el juego de tierras y especulación con esclavos. Cuando muere el abuelo, Artigas rompe con su familia y se va a vivir entre los indios y los gauchos, y está allí desde los catorce hasta los 36 años. El fogón gaucho es para Artigas su universidad. Ahora, yo les decía ayer, el mundo gaucho es un mundo que está muy poco estudiado. Porque uno lo asocia a ese peón de cabeza conservadora, asalariado rural manipulado por Chicotazo, de la segunda mitad del siglo XX. Pero no tiene nada que ver, la gauchería del siglo XVIII es un mundo de una profunda libertad, una profunda fraternidad multicultural y una abundancia muy grande. Porque Europa necesitaba cueros, todos los que se pudieran producir. Y acá, cualquier persona que se iba al campo, vendía seguramente todos los cueros que pudiera cargar. La edad del cuero. Eso generó para el mundo gaucho un fortalecimiento del colectivismo difuso, vinculado al mercado mundial sin romper ese colectivismo. Todo era trueque, no querían monedas, lo que querían era trueque por las cosas de primera necesidad y hasta suntuarias, que empezaron a moverse en el mundo gaucho. Pero además, ese mundo gaucho, que tenía sus unidades productivas que eran las estancias cimarronas, que tenía redes de contrabando… por ejemplo, los que conocen Aiguá saben que hay un saladero holandés del siglo XVIII, al que se llegaba con peaje charrúa. Los holandeses atracaban sus barcos clandestinamente en Rocha, iban hasta Aiguá conducidos por los charrúas, salaban las carnes en el saladero, las llevaban de nuevo a Rocha y les dejaban a los charrúas trabucos, cuchillos de metal, telas inglesas… ¡hasta perfumes franceses para negociar con los portugueses! Hay que entender lo que es eso. Cuando al Chatre, el gran contrabandista francés de Tacuarembó, le decomisan en sus carretas un cargamento de alfombras persas para el Alto Perú, entendemos lo que era ese mundo gaucho. Y la fascinación para los muchachos y las muchachas de Montevideo, incluso la clase alta, de romper el yugo terrible de la opresión de una aldea-cuartel, Extramuros estaba el mundo de la libertad. Muchachas de la alta sociedad, generalmente detrás de una historia de amor, se fueron a los fogones gauchos. Ese mundo además era un mundo que estaba absolutamente informado de lo que pasaba en el mundo. No era lectoescritor, pero a través del intercambio por las costas de Rocha, por las grutas de Punta Ballena, era un mundo que sabía todo lo que pasaba en Europa, todo lo que pasaba en Estados Unidos, y a través de las redes solidarias de los gauchos con otros pueblos y con los negros de América, sabía lo que pasaba en Perú, sabía que habían descuartizado a Tupac Amaru… Era un mundo muy informado. Un mundo que sabía que estaban pasando cosas muy fuertes y que había que tomar posición. Un mundo que debatía políticamente. Y al que tenga dudas, que lea la poesía gauchesca, que nace opinando sobre política antes de cantarle al amor o al paisaje. Ese mundo del siglo XVIII, ese mundo multicultural, que crea una propuesta americana, es la universidad de Artigas. A los 36 años, Artigas pide una amnistía, usando su condición de aragonés de familia acomodada, y se hace blandengue del rey, capitán de blandengues. Y por supuesto, ese material, esa fotocopia que yo hice circular hoy, -no vamos a extendernos en esto- Artigas con uniforme español está trabajando para las redes multiculturales, junto con los franciscanos de Montevideo, que tenían también una teología muy particular dentro del franciscanismo. Si el jesuita exalta la cultura, el franciscanismo exalta la naturaleza. Por algo en Uruguay, uno de los primeros grupos ecologistas se creó en el siglo XX fue CIFPE, en Conventuales, que es el Centro de Investigaciones Para el Franciscanismo y la Ecología. Es una tradición que viene del siglo XVIII. La lectura que hacían los franciscanos de Montevideo sobre la relación de San Francisco de Asís con la naturaleza, lo interpretaban como una solidaridad con los pueblos de la naturaleza, en un sentido Rousseauniano. Por lo tanto eran contrarios a la esclavitud y solidarios con los indios. Cuando decimos que Artigas está trabajando en red, no es sólo porque está trabajando con los oprimidos, está trabajando también con los franciscanos, que no por casualidad habían sido sus maestros, porque Artigas es de formación franciscana y no jesuita. En 1811, cuando el gobernador de Montevideo ve las caras de los que están sitiando, -que se veían-, dice que “estos todos fueron alumnos de los franciscanos” y le ordena a los franciscanos. “¡Váyanse con sus amigos los matreros!” Y el gobernador español de Montevideo echa a la única orden religiosa que hay en Montevideo. ¡La echa! Porque se da cuenta de que habían jugado con él.
Per antes Artigas se hace Blandengue. De las tropas de frontera que “blandían” lanzas.En ese momento es cuando Artigas reclama para él la estancia en Arerunguá. Una estancia enorme en el norte, cuando le habían ofrecido una estancia en el sur, que podía poblar de ganado manso. No, el elige Arerunguá. Claro, porque es para los charrúas, es su base social. Ojo: no significa que todos los partes de Artigas militar mientan. Artigas dice: “Perseguí a los indios y no los encontré, eran indios bravos”. A veces sí persiguió indios, porque ser indígena en el siglo XVIII no era patente de santidad; había grupos de violadores, asaltantes de estancias, degolladores, que eran blancos, negros e indios. Lo que Artigas protege es a las comunidades afrodescendientes, indígenas, criollas-, y actúa junto con ellas.
Cuando empieza la Revolución de Mayo, 1810, Artigas… perfil bajo. Entonces los criollos ricos de Buenos Aires hacen todo un plan abstracto, mandan a Belgrano a liberar las provincias…nadie le da pelota a Belgrano. Nadie. En las provincias cuyanas, una delegación de los indios cristianos se le apersona a Belgrano que viene a hablar de la libertad. Y le dicen “nosotros vendíamos nuestros ponchitos a Buenos Aires. Y Buenos Aires los vendía a España. Bien, pero ahora los ingleses están vendiendo telas más baratas. ¡Nos vamos a morir de hambre! Y Belgrano les dice: “Bueno, es el precio de la libertad! Porque la oligarquía de Buenos Aires no tenía otra respuesta que el libre mercado, ¡si ellos estaban peleando por el libre mercado y no por el proteccionismo! Y Artigas espera que eso se deteriore. Entonces en 1811 cruza el charco y ¡oh casualidad! , Artigas va a negociar desde los pueblos, no de provincia a provincia; desde los pueblos, con la oligarquía. Y ¡oh casualidad!, se produce un hecho de armas: el Grito de Asencio
-Artigas está allá-, y aquí se suceden la toma de Mercedes, toma de Santa Teresa, toma de arroyo del Colla. “Y es claro –dice- ¿ven? Con los indios y los gauchos y los negros se puede, sin ellos no”. Carne de cañón no: pacto sí.
No está representando a la Provincia Oriental.. Está representando a los humildes de Buenos Aires, de Entre Ríos… está negociando una alianza de clases. Y entre 1811 y 1815, Artigas preside lo que podríamos llamar una dualidad de poderes. Los fogones son su ala radical y los cabildos su ala moderada.
Y uno lee los artículos de Artigas entre 1811 y 1815, y ve el delicado equilibrio de su lenguaje, para no estropear, para no abolir explícitamente la esclavitud y al mismo tiempo ir generando la expansión de los derechos populares. Porque él está haciendo un equilibrio para no romper precozmente lo que inevitablemente se va a romper: el equilibrio entre el fogón de los pobres y el cabildo de los ricos. Esta misma dualidad de poderes se expresa en toda la Liga Federal en 1815, excepto en Misiones donde los cabildos también están en manos de los indios. Nosotros tenemos, dentro de los cabildos, mayoritariamente, en las provincias, terratenientes que son aliados de Artigas, de palabra, para quitarse de encima la hegemonía porteña, pero que son aristócratas. El caso más claro es Corrientes y el segundo es Montevideo. Y otros lugares donde fogones y cabildo están del mismo lado. El caso más típico es Misiones, porque los cabildos, -como no era provincia todavía Misiones, era un territorio donde estaban las ruinas de las misiones libradas a la buena de Dios-, los cabildos los dirigía el indio Andresito. Entonces en Misiones cabildos y fogones son lo mismo. En Corrientes son antagónicos. Y también en la Banda Oriental. El fuerte de Artigas va a ser ¡oh casualidad!: Arerunguá, ¿Dónde Artigas levanta por primera vez esta bandera? (la de la franja roja en diagonal) ¡Oh casualidad!: Arerunguá. ¿Dónde hace Artigas la capital para toda la Liga Federal? Ranchitos de barro y cuero-, en Salto. Entonces el indio Andresito le escribe al “pa’í” Acevedo, un cura gaucho, de vincha y lanza y le dice: “¡Mirá vos el Protector! Hubiera podido hacer la capital en Montevideo, que tiene murallas, o en Córdoba que tiene universidad. (Andresito es cristiano) Pero el Protector entendió que la patria nuestra tenía que nacer en un pesebre.
Los hermanos Robertson describen a Artigas y su estado mayor. Andan todos a caballo, se gastan bromas mutuamente. El general Díaz que cuenta la discusión de Artigas con Ansina, porque está garuando, está garuando…. y hay unas cenizas ahí …y Artigas le discute al negro que debajo de esas cenizas, si alguien se moja, van a poder “pitar”, porque seguramente hay brasas; y el negro Ansina dice que después de tantas horas de lluvia, no hay… Y se ponen a discutir bajo la lluvia horas y horas, sobre si hay. Al final Artigas va, se empapa, consigue una brasa, y… Ansina no le habla por dos días. Ese tipo de cosas, las memorias de Cáceres, Díaz , todas esas memorias hay que leerlas, y uno rearma ese clima tan interesante. El problema es que en estas cosas de la revolución, nadie inventa. Lo que hacen los revolucionarios es estudiar los mecanismos espontáneos de la gente, potenciarlos y estructurarlos; no hay nada nuevo bajo el sol. En 1815 sucede un hecho que la historia oficial casi pasa desapercibido. El 29 de junio de 1815 en Entre Ríos… el Entre Ríos es el epicentro político, no militar. El epicentro militar de la defensa , en círculos concéntricos, de Artigas y de los pueblos, es la meseta del Hervidero. Porque -desde el punto de vista militar de la época, en que no hay aviación-, el río Uruguay tiene, del lado oriental, barrancos; del lado occidental, llanuras. Por lo tanto, Purificación, la meseta del Hervidero, toda esa zona era inexpugnable. Si venían barcos de guerra por el Uruguay, Artigas los cañoneaba desde arriba. Detrás de la meseta está el Arerunguá, la tierra incontrolable de los charrúas, porque además tiene cerros, ahí no se metía ningún ejército. Y detrás de Arerunguá estaba Tacuarembó, la Laguna De las Lavanderas, el campamento de Blasito, que también era entrerriano –Blas Basualdo- y que era el jefe militar de mayor experiencia y de mayor confianza que tenía Artigas. Entonces el dispositivo militar es: Purificación, Meseta de Artigas, el Arerunguá, -que todavía hoy por suerte no está tan forestado- , y la Laguna de las Lavanderas, donde se hace la fiesta de la Patria Gaucha. Esa era la retaguardia. Lo que Rivera hace, y por eso lo condecoran los portugueses, es hacer el planito de la zona y mostrarles los desfiladeros por donde tiene que entrar el ejército imperial. Así cae finalmente “el antimural del Uruguay”. Pero casi todos los hechos importantes tienen lugar en el Entre Ríos, que es el epicentro geográfico político. Entonces, en un pueblito que hoy es la ciudad de Concepción del Uruguay, pueblo que se llamaba Arroyo de la China, se produce lo que se llamó el Congreso de Oriente. Así lo llama la historia; lo menciona apenitas. Artigas y el Pancho Ramírez, todavía aliados, llevan ahí a todos los que no tienen voz, porque no tienen cabildos. A los gauchos, desde su colectivo difuso, a los negros prófugos, con sus familias de lanceras, a los indios, que no hablan castellano, los lleva a todos ahí. Y les dice: se viene un nuevo Congreso de Provincias. Ustedes no van a tener voz. Digan acá, y mandátennos a ver qué tenemos que plantear en nombre de ustedes. Dicho de otra manera, lo que hacen Artigas y Pancho Ramírez el 29 de junio de 1815 es un taller multicultural por subgrupos. Cunde el pánico entre los patriotas ricos. Montevideo manda un observador, que es Larrañaga y Buenos Aires manda la misión Pico-Rivarola. ¿Y qué hace Artigas? Los recibe en Paysandú, no los deja cruzar el río. El diario de viaje de Montevideo a Paysandú vale la pena leerlo con lupa, hasta por la ingenuidad de Larrañaga, que además ve “cacicas” mujeres y no entiende lo que ve, porque él no habla lenguas indígenas. Es un tipo maravilloso, en realidad un científico… Las acuarelas de Larrañaga sobe nuestros pájaros y nuestras flores, emocionan, como botánico. Y además un escritor, antropólogo, de las costumbres gauchas. El diario de viaje es maravilloso.
Entonces dice: “…a la mesa de Artigas están sentados los indios, -que aman tiernamente al General-, y sus esposas”
. Se les da el rango de primeras damas, es decir, para no pensar que son lanceras… bueno, están ahí, supone, porque son las primeras damas de los caciques. Pero la primera palabra que dice Larrañaga cuando ve a su antiguo amigo, las primeras palabras que escribe son: “En nada parecía un general”. Una vez más la demistitificación de Artigas, que sólo usó uniforme cuando fue soldado de España. Y nunca más usó uniforme. Es más: cada vez que Buenos Aires –cuando todavía estaban en buenas relaciones-, le mandaba tropas uniformadas, Artigas decía: “Bienvenido el ejército auxiliar del pueblo armado” Para él el centro es el pueblo armado y las tropas son grupos especiales de ciudadanos al servicio de los pueblos en armas. Y en las Instrucciones del año XIII él dice: “Es inviolable el derecho de cada aldea y de cada pueblo a tener su propio armamento”. En 1815, mandatado por las recomendaciones del Congrego del Arroyo de la China, en setiembre, Andresito profundiza la reforma agraria en Misiones, y Artigas crea el Reglamento Provisorio de la Banda Oriental, que es un reglamento donde Artigas, una vez más, trata de armonizar el mandato de los fogones, con lo que van a aceptar racionalmente, los ricos. Trata de que no se rompa todavía el hilito de alianza, que cada vez es más tenue. Montevideo está prácticamente conspirando contra él. La intriga envuelve primero a Otorgués. Artigas después lo manda a la frontera donde vuelve a ser heroico. Trae a Barreiro, Barreiro lo traiciona… Montevideo está en sabotaje. Bueno, hay otras peleas, la de Encarnación Benítez. Artigas está a punto de invadir Montevideo, está furioso con Montevideo.
Entonces, el Reglamento de Tierras, si ustedes lo leen detenidamente, dice que los más infelices sean los más privilegiados, etc., y que los negros libres, los zambos de igual clase, tienen derecho a la tierra, si con su hombría de bien…etc. No da por abolida la esclavitud. Pero en Montevideo ya no quedaban esclavos. Se habían fugado todos. (quedaban los negros viejos, que no se animaban). Pero no sólo eso. Se habían organizado, con la lancera Soledad Cruz
y el pardo Encarnación Benítez. Eran lanceros en armas. Cuando el Cabildo de Montevideo le manda un chasque a Artigas en Purificación : “Hemos creído ver entre las tropas del ciudadano Encarnación Benítez (Encarnación Benítez era un liberto, con él no había problema) esclavos que pertenecen a dignos ciudadanos patriotas de esta ciudad” , Artigas le contesta : “No entiendo prudente esa indagación. Recordad que ellos tienen armas, que por ahora las usan en beneficio de la Patria”. Después Encarnación Benítez se acoge al reparto, como donatario artiguista, pero ocupa por las armas un predio mucho mayor del que permitía Artigas. Pero ¿qué pasa?, Encarnación Benítez no lo hace para él. El tiene una comunidad de lanceros y lanceras africanas en armas. Y Artigas lo entiende perfectamente. Vuelve el chasque del Montevideo colonial. “El ciudadano Encarnación Benítez, seguramente confundido, ha ocupado una tierra que en realidad es de estancieros que son dignos patriotas… etc.” Y Artigas dice: “Todo el mérito de Encarnación Benítez hace que él obre como debe obrar…” Después se va una esclava negra de Montevideo, Ana Gascue. Se hace el camino a Purificación diciendo que ella es esclava de un patriota de Montevideo que está enamorado de ella. Que ella tiene plata para comprar su libertad porque su novio liberto la dio, pero que no quieren darle la libertad, y Artigas dice: “En tanto no decretemos las leyes para acabar con la vergonzosa esclavatura, fallemos en cada caso a causa de la libertad. Que se deposite ese dinero en Escribano, etc”.Y Ana Gascue es libre. Artigas no rompe formalmente la esclavitud. Pero para los terratenientes de Montevideo, igual es la gota que colma el vaso. Porque a esa altura, lo que había desarrollado Artigas, ni aunque Artigas se diera vuelta lo podía parar. Encarnación se lo había dicho, cuando le están trancando su tierra, Encarnación le manda un chasque y le dice a Artigas : “…más vale, Don José, que no sea usted que me está trancando, porque le espera una revolución peor de la que usted ha empezado”. Ya no había forma de parar eso.
Es decir, había una sola forma de frenar al artiguismo: la invasión extranjera, no había otra. Entonces, el cabildo de Montevideo, en 1817 recibe con flores a Lecor, cuando entran los portugueses. Porque bueno, la independencia vendrá después, lo primero es proteger la posesión de los esclavos y la propiedad. Es Montevideo el que recibe con flores a Lecor.
Artigas entonces, ahí, tiene los documentos más interesantes. Y los más difíciles de conseguir. Porque se rompió la dualidad de poderes. Ahora no es el Artigas de los fogones y los cabildos. Ahora es el Artigas de los fogones. Y ahora sí, como dice Lena, con su genialidad “De fogón en fogón se oye la voz / si la patria me llama, aquí estoy yo” (No dice: “De cabildo en cabildo”) Y ahí se genera una resistencia de cuatro años, donde Artigas, cada vez que es derrotado, -brotan como hongos la gente del campo, los indios, los negros-, y vuelve a armar su ejército y vuelve a resistir. Y cuando va en derrota la gente sale de los ranchos –hay que entender los textos de época-, salen de los ranchos a pedirle la bendición! Se repliega, después es derrotado, Ramírez se da vuelta….Hay un texto que yo no sé si lo puedo conseguir para traérselos, que se llama Montaraz, una novela entrerriana, maravillosa, muy ramirista, que plantea que a Ramírez lo siguen los gauchos de Entre Ríos contra Artigas, pero reconoce que los indios de Entre Ríos están con Artigas. ¡Tan interesante es! Y cómo además esta bandera (la de la diagonal roja) era tan importante Ramírez no se la regala a Artigas ni Artigas se la regala a Ramírez. Se enfrentan … y los dos con esta bandera. Y por eso esa bandera sigue siendo hoy una bandera nuestra y la bandera de Entre Ríos. Había un problema entre unitarios y federales. En la época de Belgrano la bandera es azul, blanca y azul, y no se sabe qué azul es, porque las telas eran tan malas… Pero después los unitarios, los de Sarmiento, usan el celeste, blanco y celeste. Y Rosas usa azul, blanco y azul. Y como Rosas es derrotado se impone el celeste, blanco y celeste. Entonces los gobernadores de Entre Ríos, que saben que el origen de esta bandera es de Belgrano –lo que hace Artigas es ponerle la diagonal roja (que también es mitología indígena: la leyenda del corazón pájaro charrúa que vuela libre). Los orientales quieren que la bandera sea la de Belgrano, que es la bandera de todos, pero debe tener el corazón charrúa que vuelve a la tierra. Entonces como los entrerrianos negocian para mantener su bandera provincial bajo Sarmiento, le ponen el celeste, blanco y celeste, pero mantienen la diagonal charrúa.
En 1820, derrotado, Artigas entra en el Paraguay. Artigas tiene mucho problema para entrar al Paraguay, porque en 1817, cuando todavía Artigas es el Protector de los Pueblos Libres, Artigas está en una doble guerra: contra el Directorio de Buenos Aires y contra la invasión portuguesa.
Pero Buenos Aires comercia con el Dr. Francia. Eso hay que entenderlo también: el gobernador Francia es un hombre que está inspirado en Robespierre. El Dr. Francia controla las “estancias de la Patria” da tierras a cada familia, respeta a los indios. A cada parejita que se casaba en el Paraguay se le daba una suerte de estancia. Era impresionante todo eso. Pero era muy autoritario. La diferencia es que Artigas planteaba la revolución como la descentralización; y el Dr. Francia decía “No, yo he sido puesto por la Providencia al frente de mi país, para que los abogadillos de Asunción no formen partidos que engañen a mi pueblo. Para alfabetizarlo, para repartirles tierras para que ellos generen, a la larga, sus propias formas de gobierno. He sido puesto por la Providencia como dictador de Paraguay”
Pero era un dictador jacobino. ¡Era el terror rojo! Y está enfrentado con Artigas. “Los rioplatenses contaminan todo con sus conflictos; el Paraguay tiene que estar al margen. El Dr. Francia comercia con los porteños y en el Río Uruguay y en el río Paraná está Pedro Campbell, el irlandés al servicio de Artigas, que hunde los barcos porteños. El Dr. Francia se enfurece y manda escoltas de cañoneras paraguayas. Parece que Campbell era medio daltónico con las banderas y hunde barcos paraguayos. El Dr. Francia se enfurece y ataca a Andresito. Entonces, claro, es como las películas de Chaplin, en que todos reciben tortas. Y Artigas por suerte, se da cuenta en el año 18: vamos a parar la mano. No podemos tener conflicto con Buenos Aires, conflicto con Portugal y conflicto con el gobierno del Dr. Francia. Manda a Bulnes, un cordobés interesantísimo, y el Dr. Francia no recibe al emisario artiguista, pero se notifica de que acabó el conflicto. Cuando Artigas en el 20 es derrotado, él está dispuesto a volver en pocos años. Entonces lo más cerca que le queda es Paraguay. Manda a decir al Dr. Francia que pide asilo político para él y para más de 500 orientales y orientalas que se van a refugiar con él. El Dr. Francia no lo recibe pesonalmente a Artigas, pero le manda decir que acepta las condiciones, que todos van a tener una suerte de estancia, pero que vivirán separados, porque en Paraguay manda él. Entran los orientales. A Artigas y al negro Ansina y a otro negro que se llamaba Montevideo, los manda al norte, a Curuguaty. Al grueso de los lanceros y lanceras negras, a lo que se llama Cambacuá. Al jefe lancero negro más organizado lo manda sólo a Laurelty y después a Guarambaré. Era Ledesma. Y al rubio Campbell lo manda al extremo sur, a Ñeembucú. Y se ven muy poquito los orientales. Incluso al capitán Gauto lo manda que vigile a Artigas. Artigas acepta encantado ir a la selva y le agradece; porque él en Asunción está controlado. En la selva están las redes de los pueblos y donde están las redes Artigas tiene contactos que llegan a la Banda Oriental, al Entre Ríos, y Artigas pasa a ser, desde San Isidro Labrador de Curuguaty de nuevo un articulador de redes. Sigue atentamente todo lo que pasa en la Banda Oriental, repudia la constitución del ’30, condena la masacre de Rivera en Salsipuedes… Hasta el año 40 está allá en Curuguaty. Hay historias, los informes del capitán Gauto, de cómo él vigilaba a Artigas y lo difícil que le era, porque Artigas no estaba viviendo en el pueblo. Artigas se había hecho su casa en el monte. Dice “La naturaleza selvática de este hombre me desconcierta. Son dos leguas del pueblo donde está él, donde tiene su mandiocal”… Artigas cultivaba mandioca, yerba mate y naranjas-, en un momento un anciano de aspecto sospechoso va con un bolso y llega a la casa de Artigas. Entonces el capitán Gauto mira su reloj, ¡hace el parte! Dentro de la casa del Viejo Oriental Están dos horas conversando. Cuando sale el viejo, se mete en el monte y el capitán Gauto, con su trabuco, le dice: “Queda detenido, abra esa bolsa” Y son yuyos medicinales… Entonces va y le dice a Artigas: “Pero Don José, y usted qué hacía con este viejo ignorante?” Y Artigas le contesta con mucha serenidad: ”Estaba aprendiendo”. Los indios le llamaban “El señor que resplandece” en esa época. El Overava Karaí. Porque decían que Artigas tenía sobretodo la virtud de escuchar, y tratar de aprender de la gente en sus setenta y pico largos. En el año 40 muere el Dr. Francia. Como pasa con todo gobierno autoritario, le pasa lo mismo que a Stalin, quetuvo brújula popular y mano autoritaria: a su muerte se arma flor de relajo. Entonces lo primero que hace el gobierno provisional de Paraguay es decirle al capitán Gauto: “Poneme en seguras prisiones al bandido José Artigas”. Y se pone presa a una persona que no está en el ostracismo: está opinando, está actuando, está vinculado con todo. Artigas está arando la tierra con sus setenta y pico; vienen dos soldados de Gauto, cabizbajos y avergonzados, y lo encadenan. Y lo meten en el cepo y después en una prisión. Y Artigas le dice a un vecino: “Debe haber muerto el Dr. Francia”. Se arma una guerra civil en Paraguay, triunfa Carlos Antonio López; inmediatamente libera a Artigas “…que yo lo quiero de asesor en Asunción”. Y Artigas, que ha perdido la cosecha, que está en la extrema miseria, le dice que acercarse a Asunción si, pero vivir en la ciudad no. Yo desde los catorce años, si me acerqué a una ciudad fue para ponerle sitio. Entonces lo alojan provisoriamente en Manorá, y le construyen la casita junto al viejo Ibirapitá, (se escribe yvyrapytâ) donde va a volver con el negro Ansina.
Pero antes de hablar de la muerte de Artigas, una última anécdota: Yo estoy dando clases en Asunción, en un postgrado, allá por el 95. A mi me invitaban –por mi experiencia como evaluador de proyectos para ONG’s para dar charlas. Y un viejito que después me enteré que era un sabio, pero claro, Chase S0arde, el Gato Chase, como todo viejito contestatario con Stroessner, nunca había podido hacer un postgrado. Era uno de los hombres que más sabía del mundo guaraní. Me miraba el viejito, me oía… y me dice: “Mi esposa es tataranieta del amanuense del presidente Carlos Antonio López. Y le digo: “Ah, que interesante!” Y él se dio cuenta de que yo no había captado. Y dice: “El amanuense de Carlos Antonio López fue designado para buscar a Artigas allá a San Isidro Labrador y vino con él hasta Asunción. “¡Ah!” -le dije yo.- “Y tengo el diario de viaje” me insiste “¿Y cómo eso no está en un museo?” Dice: “¡No! Acá en Paraguay, cosa que va a un museo es robada…” El diario ahora está en Barcelona, porque el viejo antes de morir, como lo habían protegido mucho en Barcelona…, el diario está en un museo en Barcelona. Le perdí la pista al diario pero después confirmé que está allá. El hombre va a buscar a Artigas y habla con Artigas y con Ansina; primero en carreta, una parte en canoa…. Y en un momento Artigas dice: “Ya que me estoy acercando a Asunción quiero pasar por Camba Cuá.” Claro, él quiere ver a sus viejos lanceros. Y es impresionante cómo describe la escena. Porque Artigas tiene mucha dificultad para moverse; claro, él había estado preso seis meses. Setenta y siete años tenía en ese momento. Y Ansina, que tiene casi ochenta, es un gigante que está mucho mejor que él; incluso a Artigas le dicen “el viejo oriental” y a Ansina no. Entonces llegan y les llega la noticia a los negros de que viene Artigas. Y los negros viejos y las negras viejas sacan sus viejas lanzas y se ponen en formación; los lanceros y las lanceras. Entonces Artigas baja con mucha dificultad y los va abrazando de a uno. Y el negro Ansina, que sí había estado en CambaCuá, dice: “¿Ves, che Pepe, este negro viejo de mota blanca? Fue el que peleó con vos en Tacuarembó. ¿Ves esta negra tan linda, pero que ahora tiene la mota canosa? Era aquella que danzaba en la cueva del Tigre”. Los negros lagrimeaban y Artigas no decía una palabra. Los fue abrazando… y cuando abraza al último de sus lanceros, sin decir una palabra, vuelve a la carreta con su bastón. Pero lo está esperando un enjambre de negritos que vienen a ver la leyenda viva, ese anciano que estaba ahora calvo pero que tenía una trenza blanca que le llegaba a la cintura. Estaba muy encorvado. Claro, estaba allí el negro que en aquella tierra lejana de la Banda Oriental, a sus padres y abuelos él los había llevado a la libertad, entonces vienen a ver la leyenda. Y dice el diario de viaje que el negro Ansina le dice en guaraní: “Están esperando tu bendición, Pepe”. Y Artigas les dice, en guaraní, “No se olviden que nuestro canto todavía es poderoso” Que es la bendición en guaraní, que incluso hoy se hace en las aldeas de los mbya. “Oré apurahéi kayú eté”
Entonces él va, se aloja con el negro Ansina junto al viejo ibirapitá, en los últimos años, y en ese ínterin, se desencadena la Guerra Grande en Uruguay. Artigas está más del lado de los blancos. Dice “No es mi sistema, pero son los que defienden a América. Rosas está defendiendo a América. ¿Y qué hace el gobierno de Joaquín Suárez, pícaramente? El hijo de Artigas, José María, es oficial colorado. Entonces lo va a buscar con la escuadra anglo francesa, es decir la escuadra que se había enfrentado con Rosas en la Vuelta de Obligado. Entonces ¿Cuál era la maniobra política de Joaquín Suárez? “Aquí está todo olvidado, recibo a Artigas, viene bajo mi protección,” Un gol político. Y Artigas se niega a volver. Pero al negarse a volver él ya sabe que no va a volver nunca más. Entonces llega el año 50, está rodeado de mimos, Artigas. La familia del presidente de Paraguay lo adora. Doña. Juana, la esposa de Carlos Antonio, lo acompaña siempre y le hace dulces… Y en ese momento Artigas enferma gravemente, en enero del 50. Y el cura va y dice: “Voy a rezar con él el rosario porque se está muriendo”. Y un chamán indio le dice, “No, Artigas no se va a morir”. Y no se muere. Pero cuando todo el mundo cree que Artigas se va a morir, el Presidente le dice al negro Ansina, que tiene ya 90 años: - Convenza al viejo oriental que venga a Asunción para que lo cuide mi médico”
-No, si él llega a Asunción, se muere; ahí sí que se muere.
- Bueno, entonces usted levante en la cumbrera del rancho una tacuara; y cuando Artigas agonice, levante una bandera para que yo sepa, y darle todos los honores de jefe de estado.
El negro Ansina levanta la tacuara en la cumbrera, pero Artigas se mejora. Y llega abril y ya Artigas anda a caballo. Parece que se subía a una barranca que todavía está en el botánico de Asunción, chiflaba al moro –nunca le faltó un caballito moro que le traían o del Entre Ríos o de la Banda Oriental-, y el moro mansamente se ponía abajo. Porque a Artigas lo que le gustaba era montar. Agarraba el trote chasquero y salía. Llega el cumpleaños de Artigas, 19 de junio. Artigas cumple 86 años. Entonces Francisco Solano, sus hijos y doña Juana van al campo, las tierras donde estaba el rancho de Artigas, - tenía una propiedad el presidente de Paraguay-, y deciden comer con él. Y después del almuerzo, el hijo del presidente, le dice: -“che , Pepe, ¿vos todavía andás a caballo?” Y Artigas le dice: “Sí, claro”. Y salen a dar un paseo Artigas, Francisco Solano –que era un jovencito-, y un niño, Benigno, que después es el que cuenta la historia. Salen los tres a caballo y Artigas va hacia el río Paraguay. Entonces un indio chaqueño lo ve, desde la margen chaqueña del río, y viene a hablar con él. Y por respeto, por más que era el hijo del presidente, cuando hablaban los adultos el niño y el adolescente se apartan. Y ellos hablan, hablan… el indio toma su canoa y vuelve a irse. Entonces se le acerca Francisco Solano y le dice : “Abuelo Pepe, ¿Por qué siempre venís al río?” Y Artigas le dice: “Porque el río va al sur” Claro, él se despedía del río; el río Paraguay desemboca en el Paraná y el Paraná va al río de la Plata. Artigas hablaba con el río. Hay un paraguayo que decía, hablando de esto, que a veces la gente no sabe que el río Paraguay trae nieve andina por el lado del Pilcomayo y el Bermejo; y tiene afluentes amazónicos que vienen de la selva. Y que el río Paraguay luego va al Paraná y que cuando llega al Río de la Plata , el Río de la Plata recoge así “todas las lágrimas” de América; sólo que ni los porteños ni los montevideanos se dan cuenta. Pero de todos modos Artigas va a hablar con el río. Y en setiembre sí, Artigas empieza a estar muy grave, el presidente Carlos Antonio dispone hacerle homenajes, pero el 11 o el 12 de setiembre, el Imperio esclavista de Brasil invade por el Matto Grosso y todo el estado mayor se va para la frontera; y parece como que Artigas hubiera elegido para morir , realmente, la mayor soledad. El día de su muerte de mañana viene un cura, lo invita a rezar el rosario; Artigas habla con el cura. Nadie sabe lo que habla con el cura. El cura se va, queda él descansando, y al final lo encuentran muerto. Y no tienen ni a quien avisar. Es Ansina y es un matrimonio campesino muy anciano que vive en un ranchito. Hacen un cajón de tablas, ponen el cuerpo al día siguiente sobre una carreta de bueyes y lo llevan a un cementerio rural que ahora es un cementerio suburbano. Y ahí lo entierran, sin ningún honor, sin nada.
El gobierno uruguayo demora cinco años en repatriarlo. Y cuando al fin deciden traerlo su urna está un año en depósito en la aduana sin que nadie se haga cargo de los restos. Sólo con Vaimaca demoraron más. Lo cierto es que el negro Ansina, ya de noventa años, casi ciego, se va a vivir a lo de Ledesma. Por eso después los confunden a los dos. Y Ansina dicta sus últimos poemas en esa versificación muy simple, pero es impresionante, porque en el año 55 Ledesma estaba ahora lejos de la zona del ibirapitá, pero pedía que todos los 23 de septiembre alguien lo acompañara hasta el cementerio. Y llega en el año 55 y está la tumba vacía. Y entonces los del cementerio le dicen “Ah, no, vinieron los orientales en delegación y se llevaron el cuerpo. Y Ansina dice: “Nadie me avisó” Y ahí Ansina hace una payada que es tremenda, que dice: “Olvidaron los orientales esos / algo que es mucho y es nada / olvidaron la sombra negra de Artigas / y sé que siempre me echarán tierra encima.” Una cosa muy triste, muy desolada. . Y Ansina muere a los cien años exactos. El último poema de Ansina, que se lo dicta a Ledesma, es impresionante. “Un siglo de recuerdos”, se llama. Es una mala versificación pero… Ese material vale la pena encontrarlo. Es un libro editado en el año 50 que se llama Artigas en la poesía latinoamericana.
Pienso que con todo esto por lo menos ustedes están en condiciones, colectivamente, de dedicarse de lleno y desafiarse a estudiar documentos artiguistas. Y si en la próxima reunión son cinco, no hay problema. Documenten lo que leen, formen subgrupos y hagan un plenario de vez en cuando para que no muera la experiencia. Les aconsejaría como materiales, empezar con el Diario de viaje de Montevideo a
Paysandú, de Larrañaga. Leerlo colectivamente es maravilloso. Interrumpir, discutir, interpretar; es un documento maravilloso. Las Instrucciones del Año XIII, el Reglamento de Tierras y la Oración de Abril. Y los partes de Artigas a la Junta del Paraguay. Estos textos, los libros de secundaria viejos los tienen, pero fragmentados, de tal manera que la interpretación del autor manipula el contenido. Olvídense de la interpretación, transcriban los fragmentos que están entre comillas. Yo les aseguro que es una fuente de sorpresas cada vez que uno vuelve a los documentos artiguistas. ¿Tienen dos minutos más?
Vida familiar de Artigas.
Artigas tiene, en su época de ruptura con su familia, un gran amor de juventud que es Isabel, que es una india chaná cristiana que vive en villa Soriano. Si ustedes van a Villa Soriano, el timbó enorme que está en la plaza de Soriano lo sembró la hijita de Isabel. Por eso los sorianenses adoran ese timbó, es uno de los timbós más grandes que hay en el país. Artigas tiene ese amor de juventud. El va a Tacuarembó y cuando vuelve de sus correrías encuentra una tumba: ella muere. Unas fiebres. Con Isabel tiene un hijo: Manuel. Artigas no se casa hasta los cuarenta años de edad, cosa que es rarísima en la época. El está ya como oficial del rey, tiene que regularizar su vida, su fachada; tiene una prima, Rosalía Rafaela, que es también muy mayor, más de treinta años –en la época se casaban de dieciséis-. (Hay un xote de Sampayo que describe esta costumbre del casamiento temprano de la muchacha de la época; es de esas cosas que tiene Sampayo, el xote del pago viejo, que hablan un muchachos y una muchacha. Dice: “Chinita linda, soy de estos pagos / yo soy de lejos soy del palmar”; y ella dice: “soy de las hijas del pardo Alejo / que fue puestero en Paso del Rey / de todas ellas la más bonita / y solterita con dieciséis.”) Bueno, Rosalía se casa con José Artigas a los treinta y pico. Tiene pozos depresivos muy fuertes, tiene un hijo con Artigas, José María.; después una hija, María Eulalia; después dos mellizos que nacen muertos. Ella intenta suicidarse, enloquece, termina amarrada a la cama; y Artigas queda otra vez solo. En Purificación se enamora de la lancera paraguaya Melchora Cuenca, con la que, según la historia oficial, tiene dos hijos: Santiago y María. Yo creo que la historia oficial no dice la verdad. El único hijo de Artigas con Melchora es Santiago, porque Melchora tiene casi de inmediato una relación con un lancero entrerriano, federal: Cáceres, con el cual después vive. Por eso yo creo que el episodio en Mandisoví, donde ellos se separan, no es que Artigas la deja, sino que ella lo deja a él. Además era mucho más joven. Porque las cartas de Artigas a la familia –por eso vale la pena leerlas-, no son las de un hombre que abandonó a la mujer, sino de un hombre bastante despechado, cuando le escribe a su hijo mayor: “En cuanto a Melchora que haga lo que quiera, pero tu no descuides a Santiaguito, es tu hermano”. Esa no es la carta de un hombre que dejó a una mujer, sino la de un hombre que fue dejado. Pero de todos modos a Artigas se le atribuyen muchas más mujeres. Y yo, sin poder probarlo, creo que por lo menos es un tema opinable. Por ejemplo, se le asigna un hijo charrúa. Ustedes van a ver en la fotocopia que yo les di, que Jesús Perdomo cree en la paternidad biológica de Artigas; yo no creo; no creo por varios motivos, pero el primero es porque el hijo que tiene Artigas, que él lo legalizó, él lo legitimó en la iglesia de Villa Soriano, con Isabel, se llama Manuel. Entonces sería medio loco que al caciquillo charrúa, si fuera hijo biológico de Artigas, su nombre criollo fuera tambiénb Manuel. ¿En qué se basa? –ustedes lo van a ver en la fotocopia que yo les dejé del Prof. Jesús Perdomo- , en una carta que encontró Maggi, que decía: “Yo estoy orgulloso de vos, y sé que siempre andarás conmigo. Tu padre, Artigas”. El caciquillo la mostraba todo orgulloso. Pero yo estoy casi seguro de que significa una paternidad espiritual, de la misma manera que el indio guaraní, Andresito, firmaba “Andresito Artigas”. Y en el caso de Andresito, gobernador de Misiones, nadie puede creer que es hijo biológico de Artigas, porque se conocen cuando Andresito tenía catorce años. Y Andresito, por ser cristiano, tiene su partida de nacimiento, donde se ve quién es su papá y quién es su mamá. Y sin embargo él firmaba “Andresito Artigas”, y hablaba de Artigas y decía “mi padre”. Eso por el lado de Maggi; por el lado de Caula, Caula le atribuye a Artigas un hijo biológico en Paraguay. No es disparatado: Artigas entra solo al Paraguay; Artigas tiene cincuenta y seis años. Y Artigas pororden del Dr. Francia se va al lejano norte, Curuguatí, donde vive Clara Gómez, cuyo hijo, niño, es muy querido por Artigas. De ahí surge la idea de que los descendientes de Clara Gómez son descendientes de Artigas. Tampoco lo creo por otra razón: cuando Artigas hace su testamento, -otro documento muy interesante, porque en el año 45 hacía quince años que existía el estado oriental-, y el dice: “Yo, José Artigas, ciudadano de América, nacido en la Provincia Oriental…” O sea que Artigas en su testamento desconoce la constitución. Pero lo más interesante es que las dos cosas que él más quiere, se las deja a otros dos adolescentes paraguayos. Parece raro que teniendo un hijo no le dejara ninguno de los objetos que él más quiere. Los dos objetos que él más quiere son: su basto oriental, con el cual él había hecho todas las campañas, que se lo deja al hijo del presidente, a Francisco Solano. (Francisco Solano va a hacer toda la guerra del Paraguay en el basto oriental de Artigas, hasta su muerte en Cerro Corá.) Y el libro que él más adoraba, la “Conversación consigo mismo”, del Marqués de Cacciarolla, se lo deja al sobrino de Fulgencio Yegros, que es otro adolescente que también quiere mucho. Parecería medio raro que con un adolescente que él quiere mucho, como es Juan Simeón Gómez, el hijo de Clara Gómez, si fuera hijo biológico, no le dejara ninguna de sus pertenencias. Pero de todos modos tampoco puedo probar lo contrario, ni tengo pruebas de ADN para probar lo contrario. De repente Artigas tuvo un millón de hijos, pero yo sospecho que gran parte de los hijos que se le atribuyen son, en épocas que no había testamento, una costumbre muy común de las familias patricias de apadrinamiento a niños huérfanos por la guerra, por la revolución, -Rivera también lo hizo-, donde darle el apellido era una forma de protegerlo más allá de la muerte de su padrino.
Artigas tuvo tres mujeres, seguro: de joven amó a Isabel, a los 40 a Rosalía Rafaela y en Purificación a Melchora Cuenca. Lo demás son conjeturas. De repente tuvo cien. Y en general las mujeres de Artigas tuvieron muchos hombres. Por ejemplo, Isabel era viuda, muy jovencita viuda, de un patriota entrerriano. Melchora se va a vivir con Cáceres, casi inmediatamente. Rosalía Rafaela, -pobre- ella no, porque tuvo una vida muy desgraciada. Pero hay una cosa de Artigas, es que Artigas además en su vida privada fue un gran conspirador; manejaba muchos códigos. Desaparecía, “se borraba”. Entonces una historia muy superficial lo atribuye a su donjuanismo. Pero no es eso lo que dice la historia. Por ejemplo, cuando cae preso Andresito, viene el chasque a Purificación. Y dice “hay que avisarle a Artigas que cayó Andresito. Y el oficial de guardia de Purificación le dice: “Por dos días no va a ser posible, porque son los días en que él se retira al monte”. O sea, él hacía como retiros en el monte. Entonces, una persona que está en ese mundo tan místico, que la gente le pide la bendición, no es una persona que uno puede pensar que está vinculado al donjuanismo que se le atribuye. Aunque eso “ni le quita ni le pone” ¿no? Es cierto eso de que nunca se le ha podido reconocer a Artigas una relación simultánea con dos mujeres. (Alguien recuerda que se decía que Artigas cruzaba el Río Uruguay a nado…) Claro, a nado. Pero ¿qué pasa? El cruce del río a nado es cierto, pero dicen que era por una mujer que cuando estaba en Purificación, antes de involucrarse con Melchora, él cruzaba, varias noches, el río a nado. Cuando el río Uruguay está bajo lo que hay que nadar son dos metros. Conociendo las correntadas, no es tan peligroso. Pero… ¿era una mujer? El era un articulador de redes. Entonces, ¿siempre se trató de temas de mujer? El estaba sembrando mucho más allá y se manejaba con códigos; que hasta los propios franciscanos eran grandes conspiradores.
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