Benedicto XVI dijo que en las iglesias deberían entonarse cantos gregorianos y se opuso a que comulguen los casados en segundas nupcias. Ratzinger exhortó a los obispos a que eviten dar la comunión en las ceremonias de las que participan católicos no practicantes. Retroceso respecto del Concilio Vaticano II.
El celibato sacerdotal
En la primera exhortación apostólica de su pontificado, el Papa se pronunció por mantener el celibato sacerdotal. “Vivido con madurez, alegría y dedicación, es una bendición para la Iglesia y para la sociedad”, escribió, al tiempo que confirmó su carácter obligatorio. La mayoría de los obispos consideró inoportuno cambiar esa regla, pese al pedido de algunos sectores.
El Papa quiere que la misa sea oficiada en latín - VATICANO.- El papa Benedicto XVI expresó ayer que le gustaría que las misas vuelvan a ser oficiadas en latín y que se recupere el canto gregoriano, que interpretan coros de monjes desde la Edad Media. Benedicto XVI lamentó que el latín, la lengua oficial de la Iglesia, esté desapareciendo, y agregó que quería que los futuros sacerdotes lo estudien. “Con excepción de las lecturas, la homilía y la oración de los fieles, sería bueno que dichas celebraciones fueran en latín; también se podrían rezar en latín las oraciones más conocidas de la tradición de la Iglesia y, eventualmente, utilizar cantos gregorianos”, indicó en una parte de un cuadernillo de 140 páginas sobre la misa. El Concilio Vaticano II, entre 1962 y 1965, puso fin al uso generalizado de la misa al viejo estilo latino, a favor de los idiomas locales. A partir de entonces, algunas parroquias inclusive permitieron el canto de canciones populares durante la liturgia. En las décadas de 1960 y 1970, en países como Estados Unidos, era común que los fieles cantaran durante la misa canciones como “Soplando en el viento”, de Bob Dylan, o “Puente sobre aguas turbulentas”, de Simon and Garfunkel. Aún hoy algunas parejas católicas que al casarse piden que se interprete como parte de su boda en la iglesia la música de alguna canción de amor popular. El Papa, amante de la música clásica y sacra, y un experto pianista, se opone a ello claramente. “En lo que a la liturgia concierne, no podemos decir que una canción es tan buena como otra -escribió-.Debería evitarse la improvisación genérica o la introducción de géneros musicales que no logran respetar el significado de la liturgia”. El Pontífice dijo que la Iglesia no debe deshacerse de la rica herencia de música sacra que ha creado en 2.000 años de historia. La semana pasada, Benedicto XVI reveló que, en 1997 se opuso a la actuación de Dylan en un encuentro de jóvenes con el entonces papa Juan Pablo II, porque consideraba que era “el tipo equivocado de profeta”.En la exhortación apostólica post sinodal “Sacramentum Caritatis” (Sacramento del Amor), publicada ayer por la Santa Sede, el Papa resume las propuestas del Sínodo de los obispos celebrado en octubre de 2005 sobre la importancia del sacramento de la Eucaristía, introducido por Jesús en la Ultima Cena y que se conmemora durante la misa mediante la comunión de pan y vino consagrados. En el documento, Benedicto XVI reitera su tajante oposición a que los cristianos no católicos reciban la comunión, e invita a los sacerdotes a que eviten celebrar este sacramento durante las bodas o funerales en los que participen católicos no practicantes. Respecto de los católicos casados en segundas nupcias, Joseph Ratzinger opina que no pueden ser admitidos para recibir el sacramento. “Su estado y su condición de vida contradicen objetivamente esa unión de amor entre Cristo y la Iglesia, que se significa y se actualiza en la Eucaristía. Matrimonio y familia son instituciones que deben ser promovidas y protegidas de cualquier equívoco posible sobre su auténtica verdad, porque el daño que se les hace provoca de hecho una herida a la convivencia humana como tal”, señala el Papa. Además, el Papa rechaza que los protestantes reciban la sagrada comunión con los católicos: “La Eucaristía no sólo manifiesta nuestra comunión personal con Jesucristo, sino que implica también la plena comunión con la Iglesia. Este es, pues, el motivo por el cual, con dolor, pero no sin esperanza, pedimos a los cristianos no católicos que comprendan y respeten nuestra convicción”. (DPA y Reuter)
He visto la luz, hermano... Aleluya hermano !
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