domingo, 18 de marzo de 2007
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PERSONAL
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... creí ver a Susana Campos, y le dije a mi acompañante incorporándome de la butaca del acompañante del coche: "Esa se llama Susana!".
La llamé, no tenía la cara de quien debía tenerla.
Le dije que en esa casa había una persona llamada Susana y ella se acercó a la puerta junto a mí.
Le dije: pregúntele a cualquiera de esas personas si ahí vive alguien de ese nombre (por Susana); estaban de pie varias señoras que se acercaron a la puerta, y entre ellas mi tía Coca !
La que yo llamé como Susana cambió su cara, y de pronto ví a mi tía Elvira con su perpetua sonrisa, sus anteojos limpios, sus rulos y ese rostro tan particular.
Hasta cuando retrocedió, bajando un escaloncito, le ví puestos sus sandalias, una negra y una blanca ! Creo que era propio de ella sus distracciones.
Y su hermana, mi tía Coca, la miraba con una gran sonrisa, y yo pensé que estaba contenta de poder verla de nuevo después de mucho tiempo.
Aparecí nuevamente sentado en el coche que estaba casi pegado a la casa del vecino y apenas dejaba un espacio para que, en ese momento, una chica rubia quisiera entrar.
Salió una señora y ellas hablaron algo sobre mí. Les dije que disculparan la molestia, pero dijeron que no importaba con ese trato "uruguayo" tan amable.
Al salir la rubia le pregunté quién era y ... "yo soy primo hermano de Susana y Martha (señalando hacia la casa de al lado), y nunca te ví!"
Al despertarme acongojado, me di cuenta que estaba contento de habernos visto nuevamente con mis tías, Coca y Elvira !
La llamé, no tenía la cara de quien debía tenerla.
Le dije que en esa casa había una persona llamada Susana y ella se acercó a la puerta junto a mí.
Le dije: pregúntele a cualquiera de esas personas si ahí vive alguien de ese nombre (por Susana); estaban de pie varias señoras que se acercaron a la puerta, y entre ellas mi tía Coca !
La que yo llamé como Susana cambió su cara, y de pronto ví a mi tía Elvira con su perpetua sonrisa, sus anteojos limpios, sus rulos y ese rostro tan particular.
Hasta cuando retrocedió, bajando un escaloncito, le ví puestos sus sandalias, una negra y una blanca ! Creo que era propio de ella sus distracciones.
Y su hermana, mi tía Coca, la miraba con una gran sonrisa, y yo pensé que estaba contenta de poder verla de nuevo después de mucho tiempo.
Aparecí nuevamente sentado en el coche que estaba casi pegado a la casa del vecino y apenas dejaba un espacio para que, en ese momento, una chica rubia quisiera entrar.
Salió una señora y ellas hablaron algo sobre mí. Les dije que disculparan la molestia, pero dijeron que no importaba con ese trato "uruguayo" tan amable.
Al salir la rubia le pregunté quién era y ... "yo soy primo hermano de Susana y Martha (señalando hacia la casa de al lado), y nunca te ví!"
Al despertarme acongojado, me di cuenta que estaba contento de habernos visto nuevamente con mis tías, Coca y Elvira !
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