jueves, 28 de mayo de 2009
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Solo los "botnios" las defienden - 28/05/2009
Xornal de Galicia - 2009-05-27
Ence y Galicia
La fábrica de Ence en Pontevedra ha salido más veces en los medios de comunicación en los últimos años por las disputas que provoca que por su actividad industrial.
Los tres partidos con representación en el Parlamento han hecho del futuro de las instalaciones una batalla, olvidando a veces que 300 familias viven de la planta y que la compañía tiene muchos ases en la manga. Ence posee una concesión para mantenerse en su actual ubicación que expira en 2018 y depende de Fomento.
Aún así, debería dejar de contaminar e irse cuanto antes sea posible para otra ubicación.
La empresa tuvo acento gallego. Aprovechando el proceso de privatización del año 2001, Caixa Galicia apostó por la compañía y llegó a ser accionista de referencia. José Luis Méndez tenía claro que cerrar el ciclo de papel en la comunidad era la mejor manera de garantizar la permanencia de las instalaciones. Se encontró con el rechazo frontal del BNG, después de alcanzar un acuerdo con la multinacional Georgia-Pacific para construir una planta de tisú. No era un socio cualquiera, ya que es el productor de Colhogar, una marca presente en todos los hogares españoles. Descartada la operación, Caixa Galicia consideró que su presencia en el accionariado no tenía sentido y vendió sus títulos. Ahora, la empresa está en manos de ‘los Albertos' y del empresario vasco Juan Luis Arregui. Como es lógico, su interés por la comunidad autónoma es menor.
Ence no está en el sitio adecuado. Contamina la ría y hay otros puntos en Galicia mejores para albergar las instalaciones. Pero un traslado supone una inversión de más de cuatrocientos millones de euros y la compañía no está dispuesta a asumir este desembolso. Tiene el aval de Fomento y un plan de expansión que fortalecerá su fábrica en Asturias.
Los poderes públicos en Galicia no siempre toman decisiones ajenas a su tendencia ideológica. En la mente de todos están los conflictos entre el ex director de Citroën, Javier Riera, y el Ayuntamiento de Vigo. En Pontevedra tampoco hay consenso. La obligación de la empresa es la de no contaminar, pero si no recibe alguna orientación de las administraciones podría buscar otras ubicaciones en países como Portugal, con una mano de obra algo más barata y una elevada producción de eucalipto.
(fuente)
Xornal de Galicia - 2009-05-27
Ence y Galicia
La fábrica de Ence en Pontevedra ha salido más veces en los medios de comunicación en los últimos años por las disputas que provoca que por su actividad industrial.
Los tres partidos con representación en el Parlamento han hecho del futuro de las instalaciones una batalla, olvidando a veces que 300 familias viven de la planta y que la compañía tiene muchos ases en la manga. Ence posee una concesión para mantenerse en su actual ubicación que expira en 2018 y depende de Fomento.
Aún así, debería dejar de contaminar e irse cuanto antes sea posible para otra ubicación.
La empresa tuvo acento gallego. Aprovechando el proceso de privatización del año 2001, Caixa Galicia apostó por la compañía y llegó a ser accionista de referencia. José Luis Méndez tenía claro que cerrar el ciclo de papel en la comunidad era la mejor manera de garantizar la permanencia de las instalaciones. Se encontró con el rechazo frontal del BNG, después de alcanzar un acuerdo con la multinacional Georgia-Pacific para construir una planta de tisú. No era un socio cualquiera, ya que es el productor de Colhogar, una marca presente en todos los hogares españoles. Descartada la operación, Caixa Galicia consideró que su presencia en el accionariado no tenía sentido y vendió sus títulos. Ahora, la empresa está en manos de ‘los Albertos' y del empresario vasco Juan Luis Arregui. Como es lógico, su interés por la comunidad autónoma es menor.
Ence no está en el sitio adecuado. Contamina la ría y hay otros puntos en Galicia mejores para albergar las instalaciones. Pero un traslado supone una inversión de más de cuatrocientos millones de euros y la compañía no está dispuesta a asumir este desembolso. Tiene el aval de Fomento y un plan de expansión que fortalecerá su fábrica en Asturias.
Los poderes públicos en Galicia no siempre toman decisiones ajenas a su tendencia ideológica. En la mente de todos están los conflictos entre el ex director de Citroën, Javier Riera, y el Ayuntamiento de Vigo. En Pontevedra tampoco hay consenso. La obligación de la empresa es la de no contaminar, pero si no recibe alguna orientación de las administraciones podría buscar otras ubicaciones en países como Portugal, con una mano de obra algo más barata y una elevada producción de eucalipto.
(fuente)
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