viernes, 21 de marzo de 2008
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Aseguran que Uruguay aceptó un acuerdo “humillante” con el Estado finlandés para que se instale Botnia - 03/11/2005
Entienden que en caso de desastre ecológico el Estado uruguayo no tendría competencia.
Graves denuncias de lo que pasa en el vecino país.
A pesar de la existencia de leyes que ofrecen estímulos para inversiones en Uruguay, el Grupo Botnia había condicionado su presencia en ese país a la firma de un tratado específico con el Estado de Finlandia.
Como consecuencia de ese acuerdo, el diputado socialista uruguayo Ricardo Castromán sostuvo que “si se concreta la construcción de la planta de celulosa, que pertenece al Estado finlandés, ésa va a ser tierra finlandesa donde nadie va a tocar nada ni revisar nada”.
De acuerdo a un informe publicado por el periodista uruguayo Miguel Cabrera, el “Uruguay aceptó un acuerdo humillante con el Estado de Finlandia”, ya que “a pesar de la existencia de leyes de inversiones que ofrecen generosas exoneraciones fiscales y estímulos para determinadas inversiones, el Grupo Botnia presionó al Gobierno uruguayo para que firmara un tratado específico con el Estado de Finlandia”.
Es la primera vez que una multinacional condiciona su presencia a la aceptación previa de un tratado de Estado a Estado. El texto enviado por el Poder Ejecutivo al Parlamento el 21-03-02, fue aprobado por el Senado el 15-10-03 y el 4-05-04 por Diputados.
Cabe mencionar que toda la bancada del Frente Amplio, que hoy está en el Gobierno, se había opuesto en aquella oportunidad a ese proyecto.
El acuerdo, según el diputado Ricardo Castromán no deja dudas: “No le da muchas salvaguardas, le da todas las salvaguardas.
Se habla de compensaciones, se habla de que si se concreta la construcción de la planta de celulosa por parte de Botnia, que pertenece al Estado finlandés, esa va a ser tierra finlandesa donde nadie va a tocar nada ni revisar nada”.
“El tratado y fundamentalmente los artículos 5 y 9, están dándole todo tipo de prebendas al Estado finlandés y a esta empresa que piensa instalarse y de esta forma nos parece que estamos en condiciones prácticamente insalvables en este momento”.
El periodista José Irazábal, por otra parte, planteó: “Vamos a suponer que esta planta genera un problema de contaminación al agua del río. Es un tema de interés público, donde se podría intervenir, pero el Estado se compromete a compensar, por lo que en realidad es un daño que está causando la propia planta”. A ello, el diputado Castromán contestó: “Efectivamente, es así. Estamos en una situación de emergencia social y económica, precisamos urgentemente trabajo, pero no a cualquier precio”.
Además, en un reciente artículo publicado en un medio de prensa finlandés en internet se señala que “el director ejecutivo de Metsä-Botnia -empresa que tiene el 51% de las acciones del Grupo Botnia- confía en que la planta sea muy competitiva; en comparación con las fábricas de celulosa modernas de Finlandia, los costos de producción estimados serían alrededor de la mitad”.
En el informe del periodista uruguayo, se cita que el Grupo Botnia de Finlandia comienza la instalación de una inmensa fábrica de celulosa a 4 kilómetros de la ciudad de Fray Bentos. Producirá al año 1.000.000 de toneladas de celulosa, que exportará a Europa (50 a 55%), a China (30 a 35%) y el resto a EE.UU. Tiene cinco plantas de celulosa en Finlandia y otras en otros países, uno de ellos Chile.
Aproximadamente el 80 por ciento de su producción de celulosa se vende a fábricas de papel, propiedad del mismo grupo empresarial. Esta producción hará que Botnia consuma anualmente 3.500.000 metros cúbicos de madera.
Este monstruo sacará cada día 86 millones de litros de agua del río Uruguay y un 80% de este volumen lo volcará de nuevo al río, pero ahora a elevada temperatura y “con una carga de contaminantes diversos que afectarán mortalmente la biología del río y el conjunto del ecosistema, las usinas potabilizadoras de agua para consumo humano y los usos diversos del recurso para las poblaciones asentadas en las márgenes (Fray Bentos, Las Cañas, Gualeguaychú, Nueva Palmira, Carmelo, Colonia); también los usos agrícolas del agua para el riego de cultivos y el suministro de agua a los ganados, etc.”, Serán “200 toneladas anuales de nitrógeno” y “20 toneladas de fósforo” las que verterá el monstruo en el río Uruguay. Por si esto fuera poco, la planta enviará diariamente a la atmósfera, según las propias cifras de la empresa, “14 millones de metros cúbicos de gases promotores del efecto invernadero”.
La planta modelo de celulosa Arauco, utilizando el mismo tipo de tecnología finlandesa que el grupo empresarial Botnia, acaba de ser suspendida por el Gobierno chileno debido a su alto nivel de polución. Había comenzado a operar en febrero 2004, con tecnología de punta, una inversión de mil millones de dólares y sometida a un Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. A pesar de todas estas garantías no pudo evitarse “un derrame de sulfato que afectó a habitantes ubicados a 30 km de distancia, provocándoles dolores de cabeza, náuseas e irritación en los ojos. Pudo constatarse que vierte 900 litros de residuos (tóxicos) por segundo en el río Cruces; sus olores nauseabundos llegan hasta la ciudad de Valdivia (a unos 50 km de distancia) y los animales domésticos que beben las aguas del río de los pozos cercanos, mueren”. En el caso de Botnia, la misma empresa reconoce como inevitable.
Monocultivo de eucaliptos
Conviene recordar que ya se está construyendo otra planta de celulosa a 12 kilómetros de Fray Bentos y a 5 de donde se instalará Botnia.
Pertenece a ENCE (Empresa Nacional de Celulosa de España), cuya inversión y producción de celulosa serán aproximadamente la mitad del volumen comprometido en el proyecto de Botnia. La empresa Ence posee ya en la ribera oeste del río Uruguay una propia terminal logística denominada M’Bopicuá.
Esto quiere decir que los efectos ambientales de la planta celulosa Botnia se amplificarán con los efectos causados por la planta de ENCE. Aún en la suposición que las previsibles graves contaminaciones ambientales no se den, queda en pie que por el hecho mismo de que estas plantas de celulosa existan, se promueve y se agiganta el monocultivo de eucaliptus. Ya en 1995, cuando todavía no se hablaba de Botnia ni de Ence, la Red Uruguaya de ONGs Ambientalistas reafirmaban a la Dirección de Recursos Naturales del MGAP su crítica a la política de forestación. Pedían al Ministerio hiciera estudios serios sobre los siguientes impactos de la forestación sobre: a) el suelo, b) el régimen hidrológico, c) la flora nativa, d) la fauna nativa. Impactos que han sido comprobados en muchísimos países.
En ese entonces tanto Botnia y Ence estaban en plena plantación masiva de eucalyptus para sus futuras plantas de celulosa. A través de su subsidiaria Forestal Oriental el Grupo Botnia cuenta con casi 100.000 hectáreas de plantaciones de “genética superior”. La meta es que el 60% de la madera empleada por Botnia provenga de su propia producción. ENCE por su parte explota unas 50.000 hectáreas en Río Negro y Soriano. Según Carlos Faroppa, asesor de Botnia, ambas plantas consumirán 5 millones de metros cúbicos por año y la capacidad instalada es de 8 millones y sigue creciendo. Es decir, el monocultivo de eucalyptus se acrecienta en forma acelerada.
Chacareros de la zona denunciaron que por el monocultivo de eucaliptos el agua comenzó a escasear ya por 1995. Además detectaron otros impactos negativos: concentración de la tierra en pocas manos y extranjerización; tierras aptas para otros cultivos fueron forestadas; plagas que afectan a animales domésticos, cultivos y seres humanos; incendios; injusticia impositiva y desparece más mano de obra de la que generan.
Todo el mundo conoce las condiciones de semi-esclavitud en que viven los trabajadores en estas empresas forestales. Un dato no menor, la Forestal Oriental o sus subsidiarias prohíben la sindicalización de sus trabajadores.
¿Uruguay, país natural?
Uruguay sigue promocionándose en el exterior como País Natural, sostiene el periodista. La contaminación que generarán estas dos plantas de celulosa atentará contra esta condición de país natural. La producción apícola, por ejemplo, con su cotizada miel ecológica, se verá afectada directamente por la contaminación aérea Alemania, importador muy importante de miel uruguaya prohíbe –según se dice- la importación de miel elaborada en un área de 100 kilómetros a la redonda de este tipo de plantas.Otros productos ecológicos seguirán la misma suerte.
¿Negocio para quién?
¿Para Uruguay? Algunos piensan que ante una oferta de inversión de 1.100 millones de dólares hay que decir sí o sí, y cerrar los ojos. Pero equivocan sus números. De esos 1.100 millones solamente 200 millones se invertirán en el Uruguay. Los otros millones van directamente a Finlandia y Suecia, por la compra de maquinarias y otros servicios. ¿Nuevos empleos? Según la misma empresa, una vez puesta en marcha la planta necesitará solamente 300 trabajadores Siendo una cifra dada por la empresa hay que tomarla como el número máximo de nuevos empleos. De los cuales, según la empresa, solo ocho podrán ser contratados con solo primaria completa. A los otros se les exigirá capacitación técnica. Muchos de ellos vendrán del exterior. Se orgullece la empresa diciendo que no más de ocho operarios monitoreando los paneles de control bastan para mantener en funcionamiento toda la planta. Por otra parte, se calcula que se van a perder unos 1.500 trabajos en la pesca, la apicultura, el turismo y otras actividades afectadas directamente por la contaminación acústica, del agua y del aire producida por la planta. ¿Empleos mientras se construye la planta? Sí, pan para hoy hambre para mañana. Además estos trabajadores temporales distorsionarán en gran medida durante ese corto tiempo el normal funcionamiento de la ciudad de Fray Bentos.
¿Negocio para aquellas empresas forestales que no son de Bosnia o de Ence? Para ellas poco o nada va cambiar. En vez de exportar los troncos de eucalyptus los venderán a las plantas, probablemente a un precio menor.
¿Negocio para los transportistas? Con o sin fábricas de celulosa los troncos tienen que ser transportados. ¿Negocio portuario? Ninguno, pues la terminal es de la empresa y en régimen de zona franca.
El negocio es de punta a punta del Grupo Botnia. Compra tierra a menor precio y produce eucalyptus dos veces más rápidamente que en Finlandia, Además, los trabajadores forestales son los peores remunerados en el campo y sin medidas de seguridad y condiciones de vida razonables. Esta multimillonaria empresa por otra parte está exonerada de todos los impuestos y de las tarifas aduaneras para importar y exportar. Además dispondrán gratis de ingente cantidad de agua, de carreteras y puentes construidos con el dinero de los uruguayos etc.
En un reciente artículo publicado en un medio de prensa finlandés en Internet se señala que “El director ejecutivo de Metsä.Botnia -empresa que tiene el 51% de las acciones del Grupo Botnia- confía en que la planta sea muy competitiva; en comparación con las fábricas de celulosa modernas de Finlandia, los costos de producción estimados serían alrededor de la mitad”.
Un escándalo a todo color
El periodista uruguayo finaliza su informe asegurando que “algo produce escándalo cuando hiere gravemente el sentido común y las convicciones profundas de una población. ¿De que otra manera podemos nombrar el impacto que produce en los uruguayos cuando nos vamos enterando de este gran negocio de Botnia y de los males que traerá al país? No solamente los directos producidos por el funcionamiento de la planta sino también porque promueve el monocultivo del eucalyptus, la producción que menos manos de obra ocupa, la más chupadora de agua, secando napas y afluentes, de intenso uso de pesticidas y generadora de plagas varias. Todos sabemos además que el Norte rico está llevando todas sus industrias contaminantes al Sur.
Por ahora el gobierno y los medios masivos han logrado que Botnia no exista para la población uruguaya. Muy recientemente el semanario Brecha ha roto valientemente este silencio. Un centenar de organizaciones ambientalistas y sociales del Litoral, uruguayas y argentinas, se están movilizando y haciendo oír su voz. Esperemos que se convierta en un inmenso clamor, que golpee los oídos y el corazón del gobierno uruguayo”.
Carta abierta al presidente del Uruguay.
Integrantes del grupo ambientalista Guayubira de Uruguay, difundieron una carta abierta a presidente Tabaré Vázquez para expresarle su preocupación en torno a la instalación de las plantas de celulosa en las inmediaciones de la ciudad de Fray Bentos, sobre el río Uruguay.
Uno de los párrafos salientes de la misiva dirigida a la autoridad máxima del país oriental, pone de manifiesto que “quienes votaron por usted lo hicieron con la convicción de que otro Uruguay es posible y estamos convencidos que de instalarse estas plantas sólo se estaría profundizando el modelo anterior”.
Agrega, asimismo, que “el Foro Social Mundial es un espacio que da voz a las esperanzas de cambio de la humanidad. “Otro mundo es posible” dice, porque el actual, en el que predomina la explotación, la exclusión social y la destrucción ambiental ha demostrado ser insustentable”.
Luego, refiere que “el modelo actual de monocultivos forestales a gran escala que se ha impuesto en el país, sólo ha enriquecido a unos pocos con el dinero de todos. Ha profundizado la exclusión social, la concentración y extranjerización de la tierra y la degradación del ambiente”, antes de asegurar que “la instalación de las plantas no sólo consolidaría el modelo forestal existente, sino que aumentaría el área plantada para abastecerlas, exacerbando así los impactos ya constatados”.
“Las plantas de celulosa no sólo provocarán contaminación ambiental sino que además desplazarán fuentes de trabajo locales en los sectores agropecuario, turístico y de la pesca, así como también impactarán sobre la salud de la población local uruguaya y argentina”, expresa además.
A la carta se sumaron uruguayos y argentinos, muchos de ellos representantes de organizaciones sociales, sindicales, ambientales, políticas y religiosas. La carta contó con el respaldo de personalidades relevantes como Eduardo Galeano, Adolfo Pérez Esquivel y Hebe de Bonafini, entre otras.
También adhirieron participantes de otras nacionalidades, “movidos por la visión compartida de que otro mundo es posible”, expresando que “confiamos que el doctor Tabaré Vázquez sabrá honrar la esperanza que uruguayos y uruguayas supieron construir a lo largo de varios años de lucha y que hoy han depositado en usted”.
Fuente: Dirección General de Información Pública.
Entienden que en caso de desastre ecológico el Estado uruguayo no tendría competencia.
Graves denuncias de lo que pasa en el vecino país.
A pesar de la existencia de leyes que ofrecen estímulos para inversiones en Uruguay, el Grupo Botnia había condicionado su presencia en ese país a la firma de un tratado específico con el Estado de Finlandia.
Como consecuencia de ese acuerdo, el diputado socialista uruguayo Ricardo Castromán sostuvo que “si se concreta la construcción de la planta de celulosa, que pertenece al Estado finlandés, ésa va a ser tierra finlandesa donde nadie va a tocar nada ni revisar nada”.
De acuerdo a un informe publicado por el periodista uruguayo Miguel Cabrera, el “Uruguay aceptó un acuerdo humillante con el Estado de Finlandia”, ya que “a pesar de la existencia de leyes de inversiones que ofrecen generosas exoneraciones fiscales y estímulos para determinadas inversiones, el Grupo Botnia presionó al Gobierno uruguayo para que firmara un tratado específico con el Estado de Finlandia”.
Es la primera vez que una multinacional condiciona su presencia a la aceptación previa de un tratado de Estado a Estado. El texto enviado por el Poder Ejecutivo al Parlamento el 21-03-02, fue aprobado por el Senado el 15-10-03 y el 4-05-04 por Diputados.
Cabe mencionar que toda la bancada del Frente Amplio, que hoy está en el Gobierno, se había opuesto en aquella oportunidad a ese proyecto.
El acuerdo, según el diputado Ricardo Castromán no deja dudas: “No le da muchas salvaguardas, le da todas las salvaguardas.
Se habla de compensaciones, se habla de que si se concreta la construcción de la planta de celulosa por parte de Botnia, que pertenece al Estado finlandés, esa va a ser tierra finlandesa donde nadie va a tocar nada ni revisar nada”.
“El tratado y fundamentalmente los artículos 5 y 9, están dándole todo tipo de prebendas al Estado finlandés y a esta empresa que piensa instalarse y de esta forma nos parece que estamos en condiciones prácticamente insalvables en este momento”.
El periodista José Irazábal, por otra parte, planteó: “Vamos a suponer que esta planta genera un problema de contaminación al agua del río. Es un tema de interés público, donde se podría intervenir, pero el Estado se compromete a compensar, por lo que en realidad es un daño que está causando la propia planta”. A ello, el diputado Castromán contestó: “Efectivamente, es así. Estamos en una situación de emergencia social y económica, precisamos urgentemente trabajo, pero no a cualquier precio”.
Además, en un reciente artículo publicado en un medio de prensa finlandés en internet se señala que “el director ejecutivo de Metsä-Botnia -empresa que tiene el 51% de las acciones del Grupo Botnia- confía en que la planta sea muy competitiva; en comparación con las fábricas de celulosa modernas de Finlandia, los costos de producción estimados serían alrededor de la mitad”.
En el informe del periodista uruguayo, se cita que el Grupo Botnia de Finlandia comienza la instalación de una inmensa fábrica de celulosa a 4 kilómetros de la ciudad de Fray Bentos. Producirá al año 1.000.000 de toneladas de celulosa, que exportará a Europa (50 a 55%), a China (30 a 35%) y el resto a EE.UU. Tiene cinco plantas de celulosa en Finlandia y otras en otros países, uno de ellos Chile.
Aproximadamente el 80 por ciento de su producción de celulosa se vende a fábricas de papel, propiedad del mismo grupo empresarial. Esta producción hará que Botnia consuma anualmente 3.500.000 metros cúbicos de madera.
Este monstruo sacará cada día 86 millones de litros de agua del río Uruguay y un 80% de este volumen lo volcará de nuevo al río, pero ahora a elevada temperatura y “con una carga de contaminantes diversos que afectarán mortalmente la biología del río y el conjunto del ecosistema, las usinas potabilizadoras de agua para consumo humano y los usos diversos del recurso para las poblaciones asentadas en las márgenes (Fray Bentos, Las Cañas, Gualeguaychú, Nueva Palmira, Carmelo, Colonia); también los usos agrícolas del agua para el riego de cultivos y el suministro de agua a los ganados, etc.”, Serán “200 toneladas anuales de nitrógeno” y “20 toneladas de fósforo” las que verterá el monstruo en el río Uruguay. Por si esto fuera poco, la planta enviará diariamente a la atmósfera, según las propias cifras de la empresa, “14 millones de metros cúbicos de gases promotores del efecto invernadero”.
La planta modelo de celulosa Arauco, utilizando el mismo tipo de tecnología finlandesa que el grupo empresarial Botnia, acaba de ser suspendida por el Gobierno chileno debido a su alto nivel de polución. Había comenzado a operar en febrero 2004, con tecnología de punta, una inversión de mil millones de dólares y sometida a un Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. A pesar de todas estas garantías no pudo evitarse “un derrame de sulfato que afectó a habitantes ubicados a 30 km de distancia, provocándoles dolores de cabeza, náuseas e irritación en los ojos. Pudo constatarse que vierte 900 litros de residuos (tóxicos) por segundo en el río Cruces; sus olores nauseabundos llegan hasta la ciudad de Valdivia (a unos 50 km de distancia) y los animales domésticos que beben las aguas del río de los pozos cercanos, mueren”. En el caso de Botnia, la misma empresa reconoce como inevitable.
Monocultivo de eucaliptos
Conviene recordar que ya se está construyendo otra planta de celulosa a 12 kilómetros de Fray Bentos y a 5 de donde se instalará Botnia.
Pertenece a ENCE (Empresa Nacional de Celulosa de España), cuya inversión y producción de celulosa serán aproximadamente la mitad del volumen comprometido en el proyecto de Botnia. La empresa Ence posee ya en la ribera oeste del río Uruguay una propia terminal logística denominada M’Bopicuá.
Esto quiere decir que los efectos ambientales de la planta celulosa Botnia se amplificarán con los efectos causados por la planta de ENCE. Aún en la suposición que las previsibles graves contaminaciones ambientales no se den, queda en pie que por el hecho mismo de que estas plantas de celulosa existan, se promueve y se agiganta el monocultivo de eucaliptus. Ya en 1995, cuando todavía no se hablaba de Botnia ni de Ence, la Red Uruguaya de ONGs Ambientalistas reafirmaban a la Dirección de Recursos Naturales del MGAP su crítica a la política de forestación. Pedían al Ministerio hiciera estudios serios sobre los siguientes impactos de la forestación sobre: a) el suelo, b) el régimen hidrológico, c) la flora nativa, d) la fauna nativa. Impactos que han sido comprobados en muchísimos países.
En ese entonces tanto Botnia y Ence estaban en plena plantación masiva de eucalyptus para sus futuras plantas de celulosa. A través de su subsidiaria Forestal Oriental el Grupo Botnia cuenta con casi 100.000 hectáreas de plantaciones de “genética superior”. La meta es que el 60% de la madera empleada por Botnia provenga de su propia producción. ENCE por su parte explota unas 50.000 hectáreas en Río Negro y Soriano. Según Carlos Faroppa, asesor de Botnia, ambas plantas consumirán 5 millones de metros cúbicos por año y la capacidad instalada es de 8 millones y sigue creciendo. Es decir, el monocultivo de eucalyptus se acrecienta en forma acelerada.
Chacareros de la zona denunciaron que por el monocultivo de eucaliptos el agua comenzó a escasear ya por 1995. Además detectaron otros impactos negativos: concentración de la tierra en pocas manos y extranjerización; tierras aptas para otros cultivos fueron forestadas; plagas que afectan a animales domésticos, cultivos y seres humanos; incendios; injusticia impositiva y desparece más mano de obra de la que generan.
Todo el mundo conoce las condiciones de semi-esclavitud en que viven los trabajadores en estas empresas forestales. Un dato no menor, la Forestal Oriental o sus subsidiarias prohíben la sindicalización de sus trabajadores.
¿Uruguay, país natural?
Uruguay sigue promocionándose en el exterior como País Natural, sostiene el periodista. La contaminación que generarán estas dos plantas de celulosa atentará contra esta condición de país natural. La producción apícola, por ejemplo, con su cotizada miel ecológica, se verá afectada directamente por la contaminación aérea Alemania, importador muy importante de miel uruguaya prohíbe –según se dice- la importación de miel elaborada en un área de 100 kilómetros a la redonda de este tipo de plantas.Otros productos ecológicos seguirán la misma suerte.
¿Negocio para quién?
¿Para Uruguay? Algunos piensan que ante una oferta de inversión de 1.100 millones de dólares hay que decir sí o sí, y cerrar los ojos. Pero equivocan sus números. De esos 1.100 millones solamente 200 millones se invertirán en el Uruguay. Los otros millones van directamente a Finlandia y Suecia, por la compra de maquinarias y otros servicios. ¿Nuevos empleos? Según la misma empresa, una vez puesta en marcha la planta necesitará solamente 300 trabajadores Siendo una cifra dada por la empresa hay que tomarla como el número máximo de nuevos empleos. De los cuales, según la empresa, solo ocho podrán ser contratados con solo primaria completa. A los otros se les exigirá capacitación técnica. Muchos de ellos vendrán del exterior. Se orgullece la empresa diciendo que no más de ocho operarios monitoreando los paneles de control bastan para mantener en funcionamiento toda la planta. Por otra parte, se calcula que se van a perder unos 1.500 trabajos en la pesca, la apicultura, el turismo y otras actividades afectadas directamente por la contaminación acústica, del agua y del aire producida por la planta. ¿Empleos mientras se construye la planta? Sí, pan para hoy hambre para mañana. Además estos trabajadores temporales distorsionarán en gran medida durante ese corto tiempo el normal funcionamiento de la ciudad de Fray Bentos.
¿Negocio para aquellas empresas forestales que no son de Bosnia o de Ence? Para ellas poco o nada va cambiar. En vez de exportar los troncos de eucalyptus los venderán a las plantas, probablemente a un precio menor.
¿Negocio para los transportistas? Con o sin fábricas de celulosa los troncos tienen que ser transportados. ¿Negocio portuario? Ninguno, pues la terminal es de la empresa y en régimen de zona franca.
El negocio es de punta a punta del Grupo Botnia. Compra tierra a menor precio y produce eucalyptus dos veces más rápidamente que en Finlandia, Además, los trabajadores forestales son los peores remunerados en el campo y sin medidas de seguridad y condiciones de vida razonables. Esta multimillonaria empresa por otra parte está exonerada de todos los impuestos y de las tarifas aduaneras para importar y exportar. Además dispondrán gratis de ingente cantidad de agua, de carreteras y puentes construidos con el dinero de los uruguayos etc.
En un reciente artículo publicado en un medio de prensa finlandés en Internet se señala que “El director ejecutivo de Metsä.Botnia -empresa que tiene el 51% de las acciones del Grupo Botnia- confía en que la planta sea muy competitiva; en comparación con las fábricas de celulosa modernas de Finlandia, los costos de producción estimados serían alrededor de la mitad”.
Un escándalo a todo color
El periodista uruguayo finaliza su informe asegurando que “algo produce escándalo cuando hiere gravemente el sentido común y las convicciones profundas de una población. ¿De que otra manera podemos nombrar el impacto que produce en los uruguayos cuando nos vamos enterando de este gran negocio de Botnia y de los males que traerá al país? No solamente los directos producidos por el funcionamiento de la planta sino también porque promueve el monocultivo del eucalyptus, la producción que menos manos de obra ocupa, la más chupadora de agua, secando napas y afluentes, de intenso uso de pesticidas y generadora de plagas varias. Todos sabemos además que el Norte rico está llevando todas sus industrias contaminantes al Sur.
Por ahora el gobierno y los medios masivos han logrado que Botnia no exista para la población uruguaya. Muy recientemente el semanario Brecha ha roto valientemente este silencio. Un centenar de organizaciones ambientalistas y sociales del Litoral, uruguayas y argentinas, se están movilizando y haciendo oír su voz. Esperemos que se convierta en un inmenso clamor, que golpee los oídos y el corazón del gobierno uruguayo”.
Carta abierta al presidente del Uruguay.
Integrantes del grupo ambientalista Guayubira de Uruguay, difundieron una carta abierta a presidente Tabaré Vázquez para expresarle su preocupación en torno a la instalación de las plantas de celulosa en las inmediaciones de la ciudad de Fray Bentos, sobre el río Uruguay.
Uno de los párrafos salientes de la misiva dirigida a la autoridad máxima del país oriental, pone de manifiesto que “quienes votaron por usted lo hicieron con la convicción de que otro Uruguay es posible y estamos convencidos que de instalarse estas plantas sólo se estaría profundizando el modelo anterior”.
Agrega, asimismo, que “el Foro Social Mundial es un espacio que da voz a las esperanzas de cambio de la humanidad. “Otro mundo es posible” dice, porque el actual, en el que predomina la explotación, la exclusión social y la destrucción ambiental ha demostrado ser insustentable”.
Luego, refiere que “el modelo actual de monocultivos forestales a gran escala que se ha impuesto en el país, sólo ha enriquecido a unos pocos con el dinero de todos. Ha profundizado la exclusión social, la concentración y extranjerización de la tierra y la degradación del ambiente”, antes de asegurar que “la instalación de las plantas no sólo consolidaría el modelo forestal existente, sino que aumentaría el área plantada para abastecerlas, exacerbando así los impactos ya constatados”.
“Las plantas de celulosa no sólo provocarán contaminación ambiental sino que además desplazarán fuentes de trabajo locales en los sectores agropecuario, turístico y de la pesca, así como también impactarán sobre la salud de la población local uruguaya y argentina”, expresa además.
A la carta se sumaron uruguayos y argentinos, muchos de ellos representantes de organizaciones sociales, sindicales, ambientales, políticas y religiosas. La carta contó con el respaldo de personalidades relevantes como Eduardo Galeano, Adolfo Pérez Esquivel y Hebe de Bonafini, entre otras.
También adhirieron participantes de otras nacionalidades, “movidos por la visión compartida de que otro mundo es posible”, expresando que “confiamos que el doctor Tabaré Vázquez sabrá honrar la esperanza que uruguayos y uruguayas supieron construir a lo largo de varios años de lucha y que hoy han depositado en usted”.
Fuente: Dirección General de Información Pública.
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