jueves, 13 de marzo de 2008
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Gonzalo Arbella, un uruguayo de ley - 13/03/2008
Con Gonzalo Abella: de la gesta artiguista a la gloriosa Gualeguaychú
En la entrevista que mantuvo con EL ECO, Gonzalo Abella fundamentó sus posiciones, catalogó al Foro realizado en Colonia “como un inicio”, habló de Gualeguaychú como “el Che Guevara de este tiempo” y aseguró que Botnia “no funcionará”.
Gonzalo Abella (1947) es docente, escritor e investigador uruguayo de las raíces multiculturales de nuestra región, ha sido docente en seis países latinoamericanos. Entre sus trabajos en Ciencias Sociales, publicados en varios países latinoamericanos, se destaca el ensayo histórico Artigas, el Resplandor Desconocido (Montevideo, 1999).
Otras de sus investigaciones se enmarcan en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Publicó además las novelas: El Ultimo Soldado, La Cachimba, Saguaipé, La leyenda de Soledad Cruz y Lanzas de Tacuara‘.
Gonzalo Arbella tuvo a su cargo la oratoria inicial del Foro, pero antes mantuvo una entrevista con EL ECO donde habló de la manera clara y contundente que lo acostumbra. Estas fueron sus palabras:
—Lo más lindo de este foro es que no es ninguna excepción. Forma parte de un mapa que se mueve. Pues a lo largo y a lo ancho de América Latina agredida por los monocultivos, agredida por las trasnacionales, atropellada en todos sus derechos, con un cínico discurso de desarrollo que nos mata, los pueblos originarios, los criollos, los grupos de afro descendientes, están convergiendo para generar espacios de resistencia. Los más lindo son los multi culturales, en aquellos donde se interactúa, y donde la suma es más que cada parte por separado.
Pero en ese marco este foro es absolutamente emblemático, porque responde a un reagrupamiento de fuerzas de resistencia, en una coyuntura política muy excepcional, con un recambio en el gobierno que empieza con una gran expectativa ciudadana, pero hoy existe una evidente frustración y un claro bajar de brazos de la ciudadanía… Que dice: ‘son todos iguales, acá no hay cambio que valga’. Y repechando contra ese desánimo, impulsado sí por la necesidad de supervivencia de algunos, y por la clara visión de otros que algo hay que hacer, este Foro va a contrapelo de todo el mensaje del desánimo y la mentira. Entonces como inicio es valiosísimo, si lo sabemos cuidar.
—Así que forma parte…
—Esto va al encuentro de muchas cosas que pasan en América Latina, que lógicamente para toda la región tiene su epicentro en la gloriosa acción de Gualeguaychú, que será recordado por los tiempos como el embrión de toda la dignidad de todo el Río Uruguay. Como el embrión más artiguista del XXI, eso es Gualeguaychú, pero que ahora intenta acompañar una lucha continental.
—¿Cómo considera que está actuando el gobierno uruguayo en los temas ambientales?
—El problema es que el saqueo medioambiental es parte de la estrategia de los amos del mundo. Si el sistema capitalista hace 100 años pasó a su fase imperialista, a exportar capitales, desde 1980 se dedica a exportar capitales contaminantes y a intervenir militarmente directa o indirectamente donde están los principales recursos. Ellos perciben que en su propio derroche nos lleva al fin, entonces parece que se dijeran: “Bueno, si esta vida de derroche puede ser el fin del planeta, empobrezcamos a los más, hagamos que derrochen menos y nosotros que somos los menos podamos seguir derrochando”. Por eso hacen desaparecer la clase media, por ejemplo Menem en la Argentina, fue un tonto instrumento de la política concertada, y el gobierno uruguayo más allá de cierto rostro de medidas paliativas contra la miseria, se está conduciendo al despeñadero de la destrucción ambiental, la destrucción de la memoria, y complementa con los monocultivos en el campo, el plan Rama* de monocultivos mentales.
—Considera que el gobierno de Tabaré Vázquez pudo haber frenado la construcción de Botnia.
—No sólo la pudo haber frenado, pero aún con Tabaré Vázquez a favor la vamos a frenar si en vez de esos actos terroristas que dicen tanto temer, pero tanto desean, generamos una acción sostenida de pueblo en ambas márgenes del Río Uruguay y del Río de la Plata. En este momento no hay empresa más débil políticamente que Botnia. Si cada vez que viaja el presidente uruguayo por Europa, en cada lugar, se denuncia ante la opinión pública, finalmente hará inviable la supervivencia de Botnia. Si a Botnia la conseguimos derrotar se genera un efecto dominó. Y que tiemblen los depredadores de las minas del norte argentino.
Entonces Botnia es la tarea de todos nosotros. El gobierno uruguayo no quiso pararla, y entonces quedará a un lado de la historia. Va ser barrida esa política demente y criminal de Botnia.
—¿Cómo caracteriza el discurso que justifica la presencia de Botnia porque da trabajo y se deben subir los índices económicos?
—Vamos por parte. Yo no tengo nada más que felicitar y alegrarme de la gente que consiguió trabajo en Botnia, por la gente que tuvo un salario más o menos digno en la fase de construcción de Botnia. Bien por ellos y ojalá el trabajo les hubiera durado. Pero desde el punto de vista gubernamental es vender el rico patrimonio al bajo precio de la necesidad. De una necesidad que es necesidad de los ricos, no es necesidad nuestra, es necesidad de los amos… Porque forestar con monocultivos es quitar tierra para la comida, es expulsar gente del campo, no es sólo envenenar a los ríos, no es sólo las malformaciones, es también destruir la esperanza de un futuro digno, sustentado en el propio trabajo y no en la mendicidad. Entonces ellos hipotecaron el proyecto, ellos se burlaron, y no se puede burlar del pueblo todos los días todo el tiempo, porque más tarde o más temprano van a tener que rendir cuentas políticas de lo que hicieron.
—¿Cómo nos ven desde el exterior?
—Por ejemplo, si hablas con entidades públicas de Venezuela o de Cuba, ellos son muy cuidadosos. Porque en una política de una inminente agresión del imperialismo, los países que tienen un verdadero perfil de cambio, tienen que intentar ampliar el área de sus amigos a los efectos de no quedarse aislados. Por lo tanto de la gente que está vinculada a los países que están construyendo un futuro diferente, no esperemos una palabra a favor ni en contra.
*Angel Rama fue el presidente del Codicen y aplicó una Reforma en la Enseñanza que aún se utiliza.
Con Gonzalo Abella: de la gesta artiguista a la gloriosa Gualeguaychú
En la entrevista que mantuvo con EL ECO, Gonzalo Abella fundamentó sus posiciones, catalogó al Foro realizado en Colonia “como un inicio”, habló de Gualeguaychú como “el Che Guevara de este tiempo” y aseguró que Botnia “no funcionará”.
Gonzalo Abella (1947) es docente, escritor e investigador uruguayo de las raíces multiculturales de nuestra región, ha sido docente en seis países latinoamericanos. Entre sus trabajos en Ciencias Sociales, publicados en varios países latinoamericanos, se destaca el ensayo histórico Artigas, el Resplandor Desconocido (Montevideo, 1999).
Otras de sus investigaciones se enmarcan en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Publicó además las novelas: El Ultimo Soldado, La Cachimba, Saguaipé, La leyenda de Soledad Cruz y Lanzas de Tacuara‘.
Gonzalo Arbella tuvo a su cargo la oratoria inicial del Foro, pero antes mantuvo una entrevista con EL ECO donde habló de la manera clara y contundente que lo acostumbra. Estas fueron sus palabras:
—Lo más lindo de este foro es que no es ninguna excepción. Forma parte de un mapa que se mueve. Pues a lo largo y a lo ancho de América Latina agredida por los monocultivos, agredida por las trasnacionales, atropellada en todos sus derechos, con un cínico discurso de desarrollo que nos mata, los pueblos originarios, los criollos, los grupos de afro descendientes, están convergiendo para generar espacios de resistencia. Los más lindo son los multi culturales, en aquellos donde se interactúa, y donde la suma es más que cada parte por separado.
Pero en ese marco este foro es absolutamente emblemático, porque responde a un reagrupamiento de fuerzas de resistencia, en una coyuntura política muy excepcional, con un recambio en el gobierno que empieza con una gran expectativa ciudadana, pero hoy existe una evidente frustración y un claro bajar de brazos de la ciudadanía… Que dice: ‘son todos iguales, acá no hay cambio que valga’. Y repechando contra ese desánimo, impulsado sí por la necesidad de supervivencia de algunos, y por la clara visión de otros que algo hay que hacer, este Foro va a contrapelo de todo el mensaje del desánimo y la mentira. Entonces como inicio es valiosísimo, si lo sabemos cuidar.
—Así que forma parte…
—Esto va al encuentro de muchas cosas que pasan en América Latina, que lógicamente para toda la región tiene su epicentro en la gloriosa acción de Gualeguaychú, que será recordado por los tiempos como el embrión de toda la dignidad de todo el Río Uruguay. Como el embrión más artiguista del XXI, eso es Gualeguaychú, pero que ahora intenta acompañar una lucha continental.
—¿Cómo considera que está actuando el gobierno uruguayo en los temas ambientales?
—El problema es que el saqueo medioambiental es parte de la estrategia de los amos del mundo. Si el sistema capitalista hace 100 años pasó a su fase imperialista, a exportar capitales, desde 1980 se dedica a exportar capitales contaminantes y a intervenir militarmente directa o indirectamente donde están los principales recursos. Ellos perciben que en su propio derroche nos lleva al fin, entonces parece que se dijeran: “Bueno, si esta vida de derroche puede ser el fin del planeta, empobrezcamos a los más, hagamos que derrochen menos y nosotros que somos los menos podamos seguir derrochando”. Por eso hacen desaparecer la clase media, por ejemplo Menem en la Argentina, fue un tonto instrumento de la política concertada, y el gobierno uruguayo más allá de cierto rostro de medidas paliativas contra la miseria, se está conduciendo al despeñadero de la destrucción ambiental, la destrucción de la memoria, y complementa con los monocultivos en el campo, el plan Rama* de monocultivos mentales.
—Considera que el gobierno de Tabaré Vázquez pudo haber frenado la construcción de Botnia.
—No sólo la pudo haber frenado, pero aún con Tabaré Vázquez a favor la vamos a frenar si en vez de esos actos terroristas que dicen tanto temer, pero tanto desean, generamos una acción sostenida de pueblo en ambas márgenes del Río Uruguay y del Río de la Plata. En este momento no hay empresa más débil políticamente que Botnia. Si cada vez que viaja el presidente uruguayo por Europa, en cada lugar, se denuncia ante la opinión pública, finalmente hará inviable la supervivencia de Botnia. Si a Botnia la conseguimos derrotar se genera un efecto dominó. Y que tiemblen los depredadores de las minas del norte argentino.
Entonces Botnia es la tarea de todos nosotros. El gobierno uruguayo no quiso pararla, y entonces quedará a un lado de la historia. Va ser barrida esa política demente y criminal de Botnia.
—¿Cómo caracteriza el discurso que justifica la presencia de Botnia porque da trabajo y se deben subir los índices económicos?
—Vamos por parte. Yo no tengo nada más que felicitar y alegrarme de la gente que consiguió trabajo en Botnia, por la gente que tuvo un salario más o menos digno en la fase de construcción de Botnia. Bien por ellos y ojalá el trabajo les hubiera durado. Pero desde el punto de vista gubernamental es vender el rico patrimonio al bajo precio de la necesidad. De una necesidad que es necesidad de los ricos, no es necesidad nuestra, es necesidad de los amos… Porque forestar con monocultivos es quitar tierra para la comida, es expulsar gente del campo, no es sólo envenenar a los ríos, no es sólo las malformaciones, es también destruir la esperanza de un futuro digno, sustentado en el propio trabajo y no en la mendicidad. Entonces ellos hipotecaron el proyecto, ellos se burlaron, y no se puede burlar del pueblo todos los días todo el tiempo, porque más tarde o más temprano van a tener que rendir cuentas políticas de lo que hicieron.
—¿Cómo nos ven desde el exterior?
—Por ejemplo, si hablas con entidades públicas de Venezuela o de Cuba, ellos son muy cuidadosos. Porque en una política de una inminente agresión del imperialismo, los países que tienen un verdadero perfil de cambio, tienen que intentar ampliar el área de sus amigos a los efectos de no quedarse aislados. Por lo tanto de la gente que está vinculada a los países que están construyendo un futuro diferente, no esperemos una palabra a favor ni en contra.
*Angel Rama fue el presidente del Codicen y aplicó una Reforma en la Enseñanza que aún se utiliza.
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