Un muro Trombe es un muro colector de energía solar situado entre el exterior y el espacio a calentar. Es un elemento constructivo que conjuga la estrategia de captación solar y la de alta inercia térmica.
Está compuesto por una superficie vidriada o de plástico transparente, una cámara de aire de unos 10 cm y una masa térmica (hormigón, piedra o tierra).
Además se sitúan orificios de ventilación en la parte superior e inferior del muro, para permitir el paso del aire caliente de unos espacios a otros.
Usualmente su cara exterior está pintada de negro para lograr una mayor absorción de la energía solar. Durante el día la radiación solar atraviesa el vidrio y se transforma en energía térmica, llegando a alcanzar la superficie exterior del muro 65º C.
Parte de este calor se absorbe e inicia un proceso de conducción hacia la cara interna del muro.
El aire calentado en la cámara circula por convección y se introduce al interior por las aberturas superiores del muro, mientras que por las aberturas inferiores sale el aire frío.
Durante la noche las aberturas se cierran para evitar pérdidas de calor.
Además el calor de conducción ya ha alcanzado la superficie interna y se distribuye al interior por radiación.
El muro Trombe es una construcción de doble piel: la hoja interior está formada por hormigón, ladrillo tradicional o materiales pesados, con una superficie exterior oscura que actúa como absorbedor térmico y acumulador de calor; la piel externa es cristal, que a través del efecto invernadero produce el calentamiento del aire de la cavidad.
El proyecto tiene muy bajo costo si se utilizan varillas de madera para la parrilla y nylon trasparente para forrarlo, la pared se puede pintar con brea de base acuosa.
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