Muerte de cisnes de cuello negro por contaminación

sábado, 14 de junio de 2008
Las pasteras sí envenenan el medioambiente - 14/06/2008



Muerte masiva de Cisnes de cuello negro en el Santuario de la Naturaleza "Carlos Anwandter"

Ubicación: Santuario de la Naturaleza "Carlos Anwandter" - Valdivia.
Afectados/as: Población de cisnes, peces y toda la fauna y flora del río Cruces.

Esta crisis ha afectado económicamente a toda la provincia poniendo en jaque el desarrollo de la industria agroexportadora de cerezas, lácteos y el turismo en Valdivia, que este año tuvo una baja cercana al 30 por ciento.

Iniciadores/as: Comunidad de Valdivia

Ante el reciente conocimiento de Muerte masiva de Cisnes de cuello negro en el Santuario de la Naturaleza "Carlos Anwandter"en Valdivia, el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA declara:

1. Lo constatado recientemente por distintos servicios públicos y representantes de organismos académicos y de la sociedad civil, constituye un lamentable y grave hecho, donde la muerte masiva de Cisnes es la muestra visible de la contaminación que esta sufriendo el Río Cruces.

2. Se debe tener en cuenta que, el único hecho relevante ocurrido sobre el Río Cruces en el último año y que pudiera explicar tan drástico cambio al ecosistema, es la entrada en funcionamiento de la Planta Valdivia de Celulosa Arauco que descarga sus Residuos Líquidos Industriales (Riles) a este cuerpo de Agua, donde río abajo se encuentra el Santuario de la Naturaleza.

3. El Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter en el Río Cruces, es el Sitio que Chile incorporó como Humedal de Importancia Internacional al momento de adherirse a la Convención Ramsar. (Ley de la Republica desde el año 1981). El compromiso internacional chileno implica "asegurar el mantenimiento de las condiciones ecológicas de cada sitio de la Lista".

4. Desde el año 1996 distintas organizaciones ecologistas y ciudadanas nos opusimos a la instalación de la planta de celulosa. Advertimos fundadamente sobre los impactos globales de este proyecto, y en especial de las consecuencias por las descargas de los riles, tanto en su alternativa a Mehuín como al Río Cruces.

5. La muerte masiva de Cisnes y los impactos al ecosistema del Santuario de la Naturaleza eran evitables. Se debe investigar a fondo su origen, no solo con fines académicos, sino para establecer las causas y las responsabilidades de este desastre.

6. Demandamos se aborde este preocupante episodio a la luz de los compromisos internacionales que Chile a suscrito con la convención Ramsar. Exigimos una cabal fiscalización de las autoridades y el pleno cumplimiento de la Resolución de Calificación Ambiental que permitió el funcionamiento de la planta de Celulosa Arauco.

Esperamos que se actúe con el máximo de diligencia y celeridad. Si fuese necesario, aplicando el principio preventivo consagrado en la legislación ambiental, para evitar que se agrave la situación decretando la paralización de las descargas contaminantes que son sospechosas de estar causando la pérdida de este patrimonio ecológico en el Río Cruces.

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Cisnes de Valdivia
Para quienes dicen que las celulosas son más importantes por los trabajos que dan que por el impacto ambiental que provocan... aqui les van imágenes de lo que pasó en Chile... Cisnes de cuello negro que caían sobre casas... muertos, flácidos, sin fuerzas...


(fuente)



Los cisnes de cuello negro - por Marina Nill

Sinceramente, perdimos la cuenta del tiempo que hace que comenzó el conflicto de las pepeleras en Gualeguaychú, a pesar de que lo seguimos casi obsesivamente, apoyando a Entre Ríos por supuesto, no por un sentimiento de compatriota, sino por una conciencia ecológica elemental que deberíamos tener todos para evitar que nuestro planeta continúe resquebrajándose a esta velocidad…

¿Exagerados? Botnia asegura que el medio ambiente no corre ningún riesgo. En tal caso, ¿por qué no lo instalan en Finlandia mismo, o en cualquier otra ciudad europea? ¿Tan buena gente son, que vinieron justamente a Uruguay a crear fuentes de trabajo? (para las que van a traer mano de obra especializada de Europa, ¿sabían? Al menos, es lo que comentan las malas lenguas…)

El ánimo no es prejuzgar injustamente ni imponer nuestra opinión, sino compartir con el público lector una experiencia muy parecida que sufrió (sí: SUFRIO) la ciudad de Valdivia, en Chile.

En junio de 1981, decreto mediante, fue creado legalmente el Santuario de la Naturaleza. Este lugar privilegiado se había formado luego del terremoto de 1960, que provocó hundimiento de grandes extensiones de terreno: se crearon naturalmente nuevas formaciones acuáticas y un humedal, que se colonizó por plantas acuáticas y vegetación emergente, dando origen a diferentes tipos de hábitats.

Variadas especies de animales (en especial aves) lo adoptaron de hogar para vivir y reproducirse. Durante todo el año se organizaban excursiones fluviales que zarpaban desde Valdivia a distintos puntos del Santuario para realizar un viaje de observación de flora y fauna.

Era un sitio reconocido internacionalmente, que atraía a muchos turistas extranjeros. Recién formado, el Santuario de la Naturaleza del río Cruces estuvo protegido por la Convención Internacional Ramsar, de la cual Chile era parte contratante, con la finalidad de preservar los humedales más valiosos del planeta.

Tanta maravilla no estaba destinada a perpetuarse. Igual que Botnia, un día hizo su aparición “Celulosa Arauco y Constitución S.A.”, planta productora de celulosa Kraft, presentada al país como una empresa modelo.

Según sus flamantes ejecutivos, era la primera en ser sometida a un Sistema de evaluación de impacto ambiental (Seia), contemplado en la ley 19.300 sobre bases generales del medio ambiente, y una de las pocas en el mundo con un sistema de tratamiento terciario para la evacuación de fluidos.

A poco andar, fue evidente que algo estaba fallando. La resolución ambiental había asegurado que las emisiones de sulfuros totales reducidos (RTS) no serían detectados por el olfato humano. Sin embargo, se proyectaba un alcance de 500 metros, llegando a superar con creces los 50 kilómetros en poco tiempo.

Si todo se hubiera limitado al mal olor, quizás se habría hallado una solución que dejara a todos satisfechos. Pero aquello fue la antesala de algo peor: la irremediable contaminación de las aguas, que trajo como lógica consecuencia la destrucción de las plantas acuáticas, y con ella, un riesgo inminente para las especies que de ellas se alimentaban.

Veterinarios de la zona expresaban su preocupación por los tremendos cambios ocurridos en el Santuario. Miles de cisnes de cuello negro –por ejemplo- se dispersaron hacia otras áreas, o se veían por todas partes tratando de alimentarse. En algunos se observaban graves problemas neurológicos, producto de la contaminación. Otros tantos morían cada día en el humedal. Sin haber hecho un censo, se observaba una disminución dramática y los que quedaban se notaban muy flacos.

Lo mismo había sucedido con las taguas y otras aves también. En épocas en las que todos disfrutaban viendo las parejas con sus pollos en la espalda, ni siquiera se habían armado los nidos.

El cambio era brutal, y estaba relacionado con la muerte de miles de hectáreas de Luchecillo, un alga acuática que era su principal alimento.

Era demasiado evidente que esos eventos coincidían con el inicio del funcionamiento de la Planta de Celulosa y las primeras emanaciones pestilentes que debieron soportar los valdivianos.

Para peor, era muy difícil probar el origen de las emisiones, las sustancias que fueron vertidas al río y en qué cantidades. Es probable que los niveles de estas sustancias puedan estar dentro de lo permitido por las normas establecidas, pero aún así preocupan las consecuencias.

Los cisnes de cuello negro, antiguo símbolo de vida y prosperidad, pueden estar reflejando nuestro propio futuro: no en vano alguien dijo hace no mucho, que recién nos daremos cuenta de que el dinero no se puede comer, cuando hayamos destruido todo lo demás. Esperemos no llegar a ese punto..


(fuente)

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