domingo, 6 de abril de 2008
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Carlotto, disconforme con las condenas en el caso de apropiación de Sampallo - 06/04/2008
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo criticó la sentencia para apropiadores de Eugenia Sampallo.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, calificó hoy de "delincuentes" al militar retirado Enrique Berthier y a la pareja que fueron condenados por apropiarse de una menor hija de desaparecidos durante la última dictadura y remarcó que "no" la conforma "en absoluto" la decisión judicial.
El Tribunal Federal 5 condenó a 10 años a Berthier por entregar a la niña Eugenia Sampallo Barragán al matrimonio conformado por Osvaldo Arturo Rivas y María Cristina Gómez Pinto, que recibieron la pena de 8 y 7 años de prisión, respectivamente (ver Leves condenas para los tres apropiadores de una menor, en Edición Impresa).
El juicio tuvo la particularidad de que la propia víctima fue la querellante, quien fue entregada a sus apropiadores cuando solo tenía 3 meses de vida.
Cuestionamientos. Carlotto relató que Eugenia (39) "tuvo una vida muy desgraciada, muy mortificada sobre todo psicológicamente" porque el matrimonio "le decía que no era hija de ellos y la daban cualquier maternidad abandónica", contó a radio Del Plata.
La pareja recibió en "varias oportunidades" a Carlotto, pero "nos negó siempre (ver)" a Eugenia, que "pensó que podía ser hija de desaparecidos" y se acercó a la CONADI para realizarse los "estudios inmunogenéticos".
Finalmente, la joven "encontró su identidad, empezó el encuentro con su familia y terminó sentada en la falda de su abuela, abrazándola", relató Carlotto sobre el caso, pese a que los apropiadores y Berthier le habían "negado su derecho a saber" acerca de su verdadera identidad.
"Ayer terminó un proceso con una condena que no nos conforma en absoluto, porque 10 años para Berthier nos parece mínimo. Y luego descontarle el 2x1", se quejó la referente social, que adelantó que los abogados "van a cuestionar el fallo". Asimismo, subrayó la "valentía" que mostró Sampallo Barragán para iniciar el proceso de búsqueda y ahora espera "vivir su vida con tranquilidad y en libertad".
Por otra parte, Carlotto detalló que hoy partirá rumbo a París, -en coincidencia con la presidenta Cristina Fernández-, donde se inaugurará una plaza con el nombre de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en homenaje a sus más de 30 años de labor por los derechos humanos.
UNA CONDENA HISTORICA - Maria Eugenia logró juzgar a sus expropiadores
El entregador y los apropiadores de María Eugenia Sampallo Barragán, querellados por ella misma como hija de una pareja de militantes sindicales desaparecidos en la última dictadura, recibieron ayer condenas de 10, 8 y 7 años de prisión.
La sentencia, dictada por el Tribunal Oral Nº 5, recayó sobre el capitán del Ejército retirado Enrique Berthier (10 años), Osvaldo Rivas (8 años) y María Cristina Gómez Pintos (7 años), por los delitos de sustracción, retención, ocultamiento, supresión de identidad y falsificación de documento público de la entonces menor, separada de sus padres biológicos.
En la primera parte de la audiencia final del juicio, tras darles la oportunidad de pronunciarse a los tres imputados, el tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta las 17 para deliberar, antes de dictar sentencia.
María Eugenia, que hoy tiene 30 años, es la primera hija de desaparecidos durante la dictadura militar, autodenominada "proceso de reorganización nacional", que querella a sus apropiadores. La pareja condenada ayer la anotó como hija propia en 1978. Según declaró, el capitán Berthier se la había entregado bajo la condición de "no decir nada".
Cuando el presidente del tribunal, Guillermo Gordo, invitó a los acusados a hablar por última vez antes del fallo, Rivas, uno de los apropiadores, dijo: "No tengo nada que decir, señor presidente". Su ex pareja, Gómez Pintos, dijo: "No, gracias". Berthier expresó: "Creo que se ha dicho todo lo que se tenía que decir".
En los alegatos del juicio, la Fiscalía y la querella pidieron la máxima condena contra los imputados, prevista en 25 años por el Código Penal.
Las defensas de los imputados rechazaron los cargos y pidieron la absolución total, apoyados en interpretaciones jurídicas que contemplan la prescripción del delito al tomar como cese del mismo la fecha en que Gómez Pintos decidió someterse a los análisis genéticos, en 1989.
El juicio oral y público de este resonante caso empezó el 19 de febrero de este año, por los delitos de sustracción, retención, apropiación de menor y falsificación de documento público en tres oportunidades.
La pareja de apropiadores de la entonces recién nacida continúa en libertad pese a la condena recibida ayer, hasta que el fallo sea ratificado en segunda instancia.
En cambio, el capitán retirado que entregó la beba a la pareja permanecerá detenido como hasta ahora.
María Eugenia Sampallo Barragán nació en cautiverio y recuperó su identidad en 2001, cuando los estudios genéticos demostraron que era hija de Mirta Barragán y Leonardo Sampallo, secuestrados por fuerzas represivas el 6 de diciembre de 1977, cuando la mujer estaba embarazada de seis meses. Al enterarse de la verdad, la joven querelló a sus apropiadores.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo criticó la sentencia para apropiadores de Eugenia Sampallo.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, calificó hoy de "delincuentes" al militar retirado Enrique Berthier y a la pareja que fueron condenados por apropiarse de una menor hija de desaparecidos durante la última dictadura y remarcó que "no" la conforma "en absoluto" la decisión judicial.
El Tribunal Federal 5 condenó a 10 años a Berthier por entregar a la niña Eugenia Sampallo Barragán al matrimonio conformado por Osvaldo Arturo Rivas y María Cristina Gómez Pinto, que recibieron la pena de 8 y 7 años de prisión, respectivamente (ver Leves condenas para los tres apropiadores de una menor, en Edición Impresa).
El juicio tuvo la particularidad de que la propia víctima fue la querellante, quien fue entregada a sus apropiadores cuando solo tenía 3 meses de vida.
Cuestionamientos. Carlotto relató que Eugenia (39) "tuvo una vida muy desgraciada, muy mortificada sobre todo psicológicamente" porque el matrimonio "le decía que no era hija de ellos y la daban cualquier maternidad abandónica", contó a radio Del Plata.
La pareja recibió en "varias oportunidades" a Carlotto, pero "nos negó siempre (ver)" a Eugenia, que "pensó que podía ser hija de desaparecidos" y se acercó a la CONADI para realizarse los "estudios inmunogenéticos".
Finalmente, la joven "encontró su identidad, empezó el encuentro con su familia y terminó sentada en la falda de su abuela, abrazándola", relató Carlotto sobre el caso, pese a que los apropiadores y Berthier le habían "negado su derecho a saber" acerca de su verdadera identidad.
"Ayer terminó un proceso con una condena que no nos conforma en absoluto, porque 10 años para Berthier nos parece mínimo. Y luego descontarle el 2x1", se quejó la referente social, que adelantó que los abogados "van a cuestionar el fallo". Asimismo, subrayó la "valentía" que mostró Sampallo Barragán para iniciar el proceso de búsqueda y ahora espera "vivir su vida con tranquilidad y en libertad".
Por otra parte, Carlotto detalló que hoy partirá rumbo a París, -en coincidencia con la presidenta Cristina Fernández-, donde se inaugurará una plaza con el nombre de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en homenaje a sus más de 30 años de labor por los derechos humanos.
UNA CONDENA HISTORICA - Maria Eugenia logró juzgar a sus expropiadores
El entregador y los apropiadores de María Eugenia Sampallo Barragán, querellados por ella misma como hija de una pareja de militantes sindicales desaparecidos en la última dictadura, recibieron ayer condenas de 10, 8 y 7 años de prisión.
La sentencia, dictada por el Tribunal Oral Nº 5, recayó sobre el capitán del Ejército retirado Enrique Berthier (10 años), Osvaldo Rivas (8 años) y María Cristina Gómez Pintos (7 años), por los delitos de sustracción, retención, ocultamiento, supresión de identidad y falsificación de documento público de la entonces menor, separada de sus padres biológicos.
En la primera parte de la audiencia final del juicio, tras darles la oportunidad de pronunciarse a los tres imputados, el tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta las 17 para deliberar, antes de dictar sentencia.
María Eugenia, que hoy tiene 30 años, es la primera hija de desaparecidos durante la dictadura militar, autodenominada "proceso de reorganización nacional", que querella a sus apropiadores. La pareja condenada ayer la anotó como hija propia en 1978. Según declaró, el capitán Berthier se la había entregado bajo la condición de "no decir nada".
Cuando el presidente del tribunal, Guillermo Gordo, invitó a los acusados a hablar por última vez antes del fallo, Rivas, uno de los apropiadores, dijo: "No tengo nada que decir, señor presidente". Su ex pareja, Gómez Pintos, dijo: "No, gracias". Berthier expresó: "Creo que se ha dicho todo lo que se tenía que decir".
En los alegatos del juicio, la Fiscalía y la querella pidieron la máxima condena contra los imputados, prevista en 25 años por el Código Penal.
Las defensas de los imputados rechazaron los cargos y pidieron la absolución total, apoyados en interpretaciones jurídicas que contemplan la prescripción del delito al tomar como cese del mismo la fecha en que Gómez Pintos decidió someterse a los análisis genéticos, en 1989.
El juicio oral y público de este resonante caso empezó el 19 de febrero de este año, por los delitos de sustracción, retención, apropiación de menor y falsificación de documento público en tres oportunidades.
La pareja de apropiadores de la entonces recién nacida continúa en libertad pese a la condena recibida ayer, hasta que el fallo sea ratificado en segunda instancia.
En cambio, el capitán retirado que entregó la beba a la pareja permanecerá detenido como hasta ahora.
María Eugenia Sampallo Barragán nació en cautiverio y recuperó su identidad en 2001, cuando los estudios genéticos demostraron que era hija de Mirta Barragán y Leonardo Sampallo, secuestrados por fuerzas represivas el 6 de diciembre de 1977, cuando la mujer estaba embarazada de seis meses. Al enterarse de la verdad, la joven querelló a sus apropiadores.
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