La idiotización de los medios continúa

By JorgeLanz 🐧✌️🇦🇷 |

viernes, 18 de julio de 2008

No toda la basura está en la calle - 18/07/2008


Les reproduzco un tema publicado en Gacemail de TEA Imágen, donde siempre encontrarás comentarios interesantes para todos los gustos.

Esta vez trata sobre la banalización de la televisión aunque yo creo que es sobre la "idiotización de la civilización".

Recordemos aquello de: "Un pueblo educado es fácil de gobernar pero difícil de manejar".

La nota en Gacemail:


TELEVISIÓN. ´BAILANDO POR UN SUEÑO´: LA ARGENTINIDAD AL CAÑO
NO HACE FALTA YA DECIR “TINELLI”, “SHOWMATCH” (¿ALGUIEN RECUERDA QUE EL PROGRAMA SE LLAMA "SHOWMATCH"?) NI “BAILANDO POR UN SUEÑO”.

Eso sí, dicen extraoficialmente en Ideas... que si quedan ocho sentenciados por cuarteto (¿lo sabrán?), el caño tal vez espera hasta el jueves, aumentando la excitación de la teleplatea erotómana.

Hecha la aclaración, hablemos de lo que importa (cada vez más) en la Argentina. Desde que Canal 13 hizo el negoción de su historia cambiando en su plantel a Cuatro Cabezas por Ideas del Sur, las cuentas de la audiencia le dan mejor que nunca.

De todas maneras, y como la vorágine de la caja boba no deja títere con cabeza, la gerencia de programación del canal líder no para de elucubrar estrategias para seguir rompiéndola con los números. Dentro de tal plan napoleónico, el baile del caño se adelanta una semana.

Este martes el tan esperado show, el que patrocinan los gimnasios más modernos, el que supuestamente baila Doña Rosa para reavivar la llama de la pasión desde que vio a Nazarena lamiendo el tan mentado ornamalla, la Jelinek le dio masajes eróticos (cualquier parecido con tocar el caño es pura coincidencia) a su soñador, varios se chuparon la cara; y demás, se sabe, si no se sube la temperatura en cada performance el jurado baja sus pulgares.

La consigna “sexo” (o “escándalo”, tome el término que prefiera) arrasa con cualquier concepto de concurso-reality solidario para transformarse en una subida de apuesta constante donde lo que más importa es sorprender y ser el protagonista de la última transgresión visual con connotaciones eróticas.

Según Nazarena Vélez, la responsable de inaugurar el escándalo en 2007: “El caño pega increíble porque, desde que empezó, están esperando ese baile y, de alguna forma, me siento responsable por eso. Para esta cosa prostibular tenés que tener mucha fuerza en los brazos y en las piernas y yo pensé: ‘me estrolo o me hago la loca’.

En el Bailando..., cuando no sabés bailar y querés sacar ochos, te tenés que hacer la nenita y choreás como loca. Bailando milonga robé como una loca haciéndome la que fumaba. Apelando a la actriz, zafé. Meterme en el personaje de una mina que labura paramento tendrá (¿tendría?) su esperado lugar en la pantalla, una vez que el polémico jurado mande a la guillotina a la próxima pareja cuartetera.

Otro de los chismes de radiopasillo asegura que los productores han decidido que el show de Tinelli termine más temprano, para que las nominaciones y sentencias (picos de rating) entren antes de la medianoche, cuando Ibope cierra los promedios del día.

Pablo Prada, productor ejecutivo del programa, niega el rumor: “A nivel rating –dice– no especulamos con lo que pueda pasar. Puede ser que haya más expectativas, pero no lo ponemos para subir. Es un condimento más: trabajamos para que el programa sea más fuerte semana a semana, pero no nos basamos en el caño.

Con el videoclip estamos haciendo picos de 34,8 frente a Pergolini, que a esta altura del año es una barbaridad. El gancho, más que nada, pasa por el tema de la competencia y por cómo van bailando las parejas. Es como tener un debut teatral cada una de las semanas, y la gente entendió eso”.

¿Pero cuánto champán pasó bajo el puente desde que Nazarena mostró la delantera infringiendo así la cuestionada Ley de Radiodifusión (la 22.285, sancionada durante la última dictadura militar)? Bueno, mucho y poco, depende de qué lado del paisaje uno se pare a mirar.

La sensación que se tiene, después de cuatro meses de Bailando por un sueño, es que en esta edición 2008 la piña de caño no será tan fuerte; sobre todo porque la tónica del programa se puso más efervescente.

Ya se vieron topless, chicas a las que se les escapó su parte más íntima por afuera de la calentar tanto a tipos como a minas es algo que a mí me libera muchísimo”.

Cualquier sociólogo estaría de acuerdo en afirmar que el papel de los medios es clave en la edificación de la opinión pública, en la formación de los estereotipos y en la transmisión de valores. A partir de esto estaría bueno evaluar el interesante papel que tiene la mujer en el universo Tinelli.

A contramano de lo que opina cualquier feminista ortodoxa, para Karina Jelinek “el show del caño aporta a reforzar la pasión de las parejas en sus casas. En mi caso, no voy a ponerme en pelotas. Yo lo de Nazarena no lo haría, no es mi perfil, no me hace falta hacer topless. Yo creo que con la actitud es suficiente. No soy vedette, soy de la banda de las modelos populares, como Pampita. Ni fina ni grasa, estoy en el grupo de las huecas, me dijeron”.

Pero la estética mainstream juega un papel preponderante en este juego donde varias mujeres se preguntarán si para un hombre es lo mismo ver el cuerpo aceitado de Jésica Cirio que el de la esposa que lo espera en la casa.

Para algunas el caño podrá expresar el dominio del narcisismo fálico machista, mientras que para otras también puede tratarse de un estimulo visual que ayuda a mejorar la pasión en el hogar, incluso y muy a pesar de no responder a los patrones globales de la belleza que se impulsan desde la televisión.

Nazarena lo explica así: “Si antes el caño daba a morbo por lo cabaretero, Tinelli hizo que el ama de casa quisiera poner un caño al lado del marido. La parte oculta o prohibida, ahora Tinelli la hizo masiva. Todo el lío que hubo con el Comfer, que se me haya comparado con Madonna y lo que ella hizo en los ochenta; todo tuvo una magnitud que nunca me imaginé.

Hasta salí en el New York Times por frotarme el culo en el caño y tirarme champán. Ojo, más tarde salió el rebote ‘yo nunca lo haría como ella’ y después las mismas chicas me decían: ‘Después de lo que hiciste, qué mierda voy a hacer yo’”. Dentro de este panorama, la mirada de una veterana de estas lides –y jurado de Bailando...–, Moria Casán, es imprescindible.

- ¿Cuál es el papel del género femenino en Bailando…?
- La verdad, no lo pienso en esos términos ni discrimino al respecto: no pienso en cómo dejan parados ciertos bailes al género femenino. Primero, porque yo he sido vedette y entré al mundo del espectáculo bailando. Ésa es una elección de la mujer, es un problema de cada uno. El baile erótico está bueno. Es verdad que el caño es algo más caliente y requiere una preparación física y una fuerza que la mayoría de estas chicas no tienen. Por eso, se da que hay otros actings más explícitos donde las participantes pueden hacer topless o tirarse champán como hizo Nazarena el año pasado.”

Desde la Cicciolina, que prometió volver especialmente para participar en este segmento del certamen, hasta la inolvidable actuación de Nina Peloso del año pasado, todo pareciera revelar que, para la mayoría, la edad no es prohibitiva a la hora de participar en el baile más caliente.

¿Y qué tiene que ver todo esto con los sueños de los no famosos? El espectáculo semiporno y el melodrama conviven sin problemas. Detrás de cada pareja hay un suceso tremendo y los que participan llamando desde sus celulares tienen que elegir entre fundar un hospital o conseguir una prótesis para que alguien pueda volver a caminar.

¿Qué es lo decisivo? En definitiva, todo se resume a la simpatía que se le tenga al famoso en cuestión. Para felicidad de muchos, el diagnóstico indica que esta semana los argentinos estarán al caño: las amas de casa tendrán veleidades de cabareteras profesionales y cada dormitorio será nido de pasión. Se sabe: el sexo vende, pero lo que importa es la argentinidad, y todo gracias a Tinelli.

Por Cecilia Di Genaro
Fuente: diario "Crítica"
Más información: www.critica.com.ar




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