viernes, 4 de julio de 2008
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Retorno de los funcionarios de la dictadura al servicio de capitales extranjeros ? - 04/07/2008
Esta información fue publicada por el diario El País de Montevideo, Uruguay, donde continuamente y como parte de un evidente plan de manipulación de la información desde el mismo Estado, consigue en éstos diarios, un colaborador inestimable para sus arteros fines.
La mentirosa e inexacta noticia que leerá a continuación es de esta dirección.
"Expertos argentinos afirman que Botnia no contamina el río
La Haya. Uruguay presentará nuevo estudio.
A casi ocho meses de haberse puesto en marcha, la planta de Botnia está salvando uno de sus exámenes más difícil: el de los expertos argentinos que comienzan a reconocer que la producción de celulosa no está contaminando el río Uruguay.
Botnia fue autorizada a iniciar la producción en noviembre de 2007, en uno de los momentos de mayor tensión con Argentina desde que se desató el conflicto que tiene a los dos países enfrentados en un juicio en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El 15 de junio El País informó que de acuerdo a los estudios de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), que serán presentados a fines de este mes en La Haya, la planta de Botnia no está contaminando el río. Además Uruguay presentará ante la Corte un informe realizado por el programa de Naciones Unidas para el monitoreo y la capacitación en control de calidad de agua, Gems-Agua, a pedido del presidente Tabaré Vázquez, que quería evaluar la corrección de los monitoreos que efectúa la Dinama. El gobierno quiere mantener los datos en reserva hasta enviarlos al tribunal, pero fuentes oficiales dijeron a El País que las conclusiones fueron "absolutamente elogiosas".
Ayer, expertos argentinos se pronunciaron sobre Botnia, en línea con la posición que ha mantenido el gobierno uruguayo. "Yo recorrí la planta. Me mostraron los ensayos, las técnicas y los materiales que utilizan y aseguro que Botnia no contamina", dijo el ingeniero Manuel Solanet, profesor de la Universidad de Buenos Aires y con un posgrado en Economía (ver abajo), informó ayer el portal Infobae.com. Solanet explicó que "hubo una corriente de pánico y susto" desatado antes de que se instale Botnia, pero "sin ningún tipo de fundamentos".
Según Solanet, que ha sido consultor del Banco Mundial, los que sostienen que la planta de la empresa finlandesa contamina es porque creen que Botnia produce celulosa a la manera antigua. "Es una planta moderna", remarcó y aclaró que hoy en día ni siquiera existe aquel "olor a coliflor hervido" que denunciaban los vecinos de Gualeguaychú.
Por su parte, Eduardo Ferreira, director de la Fundación Argentina para la Ecología Científica, ya había sostenido que la "nueva tecnología" permite controlar de manera más efectiva los afluentes que la planta elimina hacia el exterior. "Tiene una presencia parcial de cloro para el manejo de las dioxinas. Esto fue aprobado por los países más exigentes. Y es norma obligada en la Comunidad Europea", aseguró.
En el mismo sentido, opinó María Cristina Area, directora del Instituto de Ciencia Ambiental y Desarrollo Sostenible. Según Area, es de dominio público que la planta de Botnia no contamina. "Yo fui una de las primeras personas que conoció el proyecto de Botnia y puedo dar fe que se cumple con todas las normas", expresó a Infobae.com. La directora agregó que ella misma se encargó de hacer monitoreos antes que la planta se ponga en funcionamiento. "Tengo entendido que la Secretaría de Medio Ambiente lleva meses haciendo estudios, pero los resultados no se publican. Debe ser que no dan lo que esperan", ironizó.
Pero acá tenemos la desmentida que tuvo que hacer María Cristina Area el día domingo 6 de Julio de 2008:
"Aclaraciones de especialista acerca de la contaminación de Botnia - domingo, 06 de julio de 2008 a las 11:13"
Ante la difusión de una información, por parte de un medio porteño acerca de la opinión de especialistas sobre la NO contaminación ambiental como consecuencia del funcionamiento de Botnia, en Uruguay, María Cristina Area, una de las personas citadas aclaró, a través de Linkinformativo algunos conceptos inexactos en la nota original.
Quiero aclarar que en ningún momento dije, señala Area: "La directora agregó que ella misma se encargó de hacer monitoreos antes que la planta se ponga en funcionamiento ."Esa afirmación es totalmente incorrecta. Nunca hice monitoreos dado que mi especialidad es la tecnología papelera, no los estudios ambientales. En realidad, el párrafo de referencia surge de una conversación telefónica de 2 minutos.
Le aclaré que no tenía datos de primera mano sobre el tema y que sabía solo lo que dicen los medios periodísticos sobre los estudios internacionales que indican que la planta no está contaminando los recursos. Le aclaré que expertos de la UBA y de la UNLP estaban realizando los controles (encargados por la AG y la SAYDS).
Me preguntó por que no se daban a conocer los resultados, a lo que respondí que podría ser porque no parecen haber obtenido nada trascendente. Eso fue todo.
Además, aclaro que actualmente no soy Directora del Instituto de Ciencia Ambiental y Desarrollo Sostenible (ICADES), las autoridades se renuevan cada 2 años, aunque sigo siendo miembros del Consejo de Dirección del Instituto (El periodista habría consultado una versión desactualizada de mi CV). En fin... si bien en rasgos generales el sentido de la nota es correcto, me parece importante aclarar sus imprecisiones. Y dado que dichas imprecisiones pueden molestar a mucha gente, me parece importante que esto se publique."
Marisa Arienza, experta en contaminación y titular de la ONG Green Cross, relató que ella fue parte del primer equipo de investigación independiente que se realizó en Botnia. "En ese momento no se pudo comprobar que la planta contamine", sostuvo al tiempo que informó que la semana que viene volverán a realizar investigaciones, aunque aclaró que serán más rigurosas que las pasadas. "Cuando iniciamos los informes en enero era lógico que iban a tomar todos los recaudos necesarios. Ahora, en cambio, si la planta contamina no lo podrán disimular", comentó.
Y en un espacio muy reducido respecto a la noticia que antecede, aparece la demanda que está impulsando el fiscal uruguayo Enrique Viana contra el Poder Ejecutivo y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medioambiente.
"El fiscal Viana en Argentina
El fiscal Enrique Viana, que está impulsando las demandas contra Botnia y Ence, disertará el domingo en Gualeguaychú. Viana se referirá al conflicto con Argentina durante el Primer Congreso Nacional hacia la Diversidad Productiva y Soberanía Alimentaria, que organiza la Fundación Ecológica de Gualeguaychú. Uno de los dirigentes de esta organización es Gustavo Rivollier, de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú que bloquea el puente San Martín".
Extracto de la demanda del fiscal uruguayo Enrique Viana:
"DEMANDA.
Señor JUEZ LETRADO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL DE SEGUNDO TURNO.
El Ministerio Público Fiscalía Letrada de la República Nacional, en lo Civil de Tercer Turno, en los autos caratulados "FISCALIA LETRADA EN LO CIVIL DE TERCER TURNO Contra PODER EJECUTIVO - MINISTERIO DE VIVIENDA ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIOAMBIENTE, ficha 2-1507/2005, DICE:
Deduce demanda de juicio contencioso ordinario, anticipatorio o preventivo de daños contra el medio ambiente, pretensión de protección del medioambiente, contra el ESTADO, PODER EJECUTIVO, MINISTERIO DE VIVIENDA ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIOAMBIENTE, con domicilio constituido en los obrados, para que se lo declare responsable por la omisión en el cumplimiento de su deber fundamental de protección del medioambiente, y para que, consecuentemente, se lo condene a su observancia en los términos que se expresarán; todo, en virtud de las siguientes consideraciones.
LOS ANTECEDENTES.
1. Estas actuaciones se iniciaron con sendas peticiones de diligencias preparatorias con las cuales se persiguió que el demandado Poder Ejecutivo, MINISTERIO DE VIVIENDA ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIOAMBIENTE, informará en relación a la instalación de la industria de celulosa denominada BOTNIA, y además con la agregación de los antecedentes administrativos que poseyera a su respecto.
Los consecuentes requerimientos judiciales fueron desobedecidos. La Administración requerida, y ahora, demandada se negó a hacerlo. Nada informó a la Justicia acerca del referido emprendimiento industrial, siquiera se animó a hacerlo someramente. Ni agregó los antecedentes reclamados; ni siquiera se dignó en aportar un simple testimonio a la Justicia.
Mientras la actual Directora Nacional de Medio Ambiente, Ingeniera Agrónoma ALICIA TORRES expresaba: "Esta gestión será más transparente y participativa porque habrá mayor comunicación hacia afuera de la Dinama, semanario BÚSQUEDA, de 28 de abril de 2005, días después, en comentario, para con el requerimiento de la Justicia, el Subsecretario del MINISTERIO DE VIVIENDA ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIOAMBIENTE, Arquitecto JAIME IGORRA, decía: cualquiera que quiera verlo, aunque tengo dudas que se pueda sacar, sea quien sea se lo puede llevar. Si Agapito Menecucho viene acá, y me pide para ver el expediente, lo hace, este fiscal, que es un personaje, ¿cómo no va a poder?, "Ultimas noticias", del 17 de mayo de 2005."
(fuente)
Pero recordemos quién es este individuo Manuel Solanet:
"EQUIPO DE INVESTIGACION: EL ULTIMO SECRETO DE LA GUERRA - DOCUMENTOS INEDITOS A 23 AÑOS DEL DESEMBARCO - El oro de Malvinas: cómo se esfumó la mayor colecta de la historia argentina.
Las donaciones no se usaron para reforzar el armamento ni para proteger a los soldados del hambre y del frío. Los fondos fueron transferidos a cuentas de las Fuerzas Armadas. El oro se fundió y se subastó, pero hubo personas que reclamaron su devolución. Las bufandas terminaron en la basura.
Un militar, el vicecomodoro Juan Carlos Rogani, lo afirma sin pudor: "Se decidió que los objetos sin valor comercial fueran a la basura. Las cartas, los cuadritos, las bufandas no eran vitales, tendrían Prioridad Número 100. Despachar un Hércules para llevar esas cositas no valía la pena, no justificaba el costo de la operación". Una de las abuelas más generosas que tuvo la colecta por Malvinas, Blanca Celia Ortiz de Cogorno, suelta su pena: "Me sentí burlada, los alimentos y el abrigo que mandamos a los pobres muchachos que se morían de hambre y frío nunca llegaron a las islas". Manuel Solanet, el hombre que manejó las finanzas de la guerra, le pone fin a un secreto de Estado: "La recaudación definitiva en donaciones fue de 54 millones de dólares, casi el doble de lo que demandó la movilización de tropas por la ocupación de las islas, que costó 29 millones de dólares. Sin embargo, ese total apenas hubiera alcanzado para comprar un avión Mirage".
Documentos inéditos permiten reconstruir la ruta del oro que se juntó gracias a la ayuda de la sociedad. Se hicieron lingotes para subasta, pero fue demasiado tarde: la orden escrita para la fundición del material —que Clarín publica hoy— está fechada el 14 de junio de 1982, el día de la rendición ante las tropas británicas.
Son voces de la historia que por la edad de los protagonistas, la destrucción de archivos que ejecutó la dictadura y el silencio que amuralló las explicaciones sobre la derrota en la guerra iban camino al olvido, pero que el Equipo de Investigación intenta recuperar ahora, a 23 años del desembarco argentino en las Malvinas, que permitió recuperar la soberanía de las islas durante 74 días.
El 2 de abril de 1982 no sólo flameó la Bandera argentina en el territorio austral ocupado por los ingleses desde 1833. Despertó además una impresionante demostración de solidaridad de la gente, que se sacó los anillos, tejió medias y pulóveres, escribió mensajes de aliento y puso sus ahorros a disposición de la guerra. Fue la mayor colecta de la historia argentina. Astor Piazzolla donó un bandoneón. Juan Manuel Fangio y Carlos Monzón compraron entradas para eventos benéficos. Guillermo Vilas no jugó en Wimbledon y puso 200 millones de pesos (2 mil dólares). Mirtha Legrand organizó un desfile con Moria Casán y Susana Giménez como estrellas principales. Fillol, Olguín, Galván, Passarella y Tarantini; Ardiles, Gallego y Maradona; Bertoni, Ramón Díaz y Kempes donaron la recaudación completa de un partido de la Selección. León Gieco, Charly García y Luis Alberto Spinetta juntaron 50 camiones de abrigos y alimentos en el Festival de la Solidaridad. Fueron tres meses de donaciones continuas. Hasta en las escuelas se colocaron urnas, vedadas por entonces a la participación electoral.
Pero el esfuerzo colectivo chocó contra lo incomprensible: los víveres no llegaron a tiempo a los soldados congelados en las trincheras. La confianza de la gente quedó herida para siempre.
No hubo sanciones, nunca se encontraron irregularidades burocráticas en la utilización de esos fondos y ningún funcionario fue imputado por delito alguno. Lo dijo la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas en 1988. Y fue la única averiguación que realizaron las instituciones de la democracia, con seis años de demora y en base a la denuncia de una fundación —Héroes de Malvinas— que ni siquiera tenía personería jurídica. Aflora la inquietud: ¿fue aquello una operación limpia o un saqueo a la buena fe? ¿Hubo una adecuada rendición de cuentas por parte de las Fuerzas Armadas? ¿Cómo fallaron los jueces que, luego de la guerra, recibieron pedidos de restitución de donaciones?
Manuel Solanet fue el secretario de Hacienda entre 1981 y 1982, número dos del ministro de Economía, Roberto Alemann, y responsable de las finanzas de la guerra. Se había jurado guardar silencio durante 25 años, un plazo que algunos países consideran razonable para revisar momentos especiales de su historia. Pasaron 23 años, Clarín igual lo fue a buscar, y Solanet habló: "No es difícil convocar a teorías conspirativas, pero, en este caso, hubo un registro y una cuidadosa contabilidad de todas las donaciones recibidas y un detalle de los destinos del dinero: los tres comandos militares y la gobernación de Malvinas. Ahora, cómo lo gastaron las Fuerzas Armadas es una contabilidad que yo no he visto, aunque lo deben tener registrado".
El Ejército, por toda explicación, difundió un comunicado en agosto de 1982, donde afirmaba que, de los 139 mil millones de pesos que recibió, el 53 por ciento fue destinado a medicamentos y equipamiento hospitalario, el 23 por ciento se usó para la compra de repuestos para equipos de combate y el 24 por ciento restante fue para la compra de combustible, calentadores y vestuario especial.
La conversación con Solanet se realizó en un edificio de Retiro, equidistante del Monumento a los caídos en la guerra de Malvinas y de la Torre de los Ingleses. Sobre la mesa, Solanet apoyó los documentos, en su mayoría inéditos, que permiten conocer nuevas precisiones sobre una etapa histórica relatada hasta hoy en forma incompleta (ver Las nuevas pruebas...).
Por teléfono aceptaron hablar el vicecomodoro Juan Carlos Rogani, gerente de Planeamiento y Control de Gestión de Argentina Televisora Color entre 1976 y 1983, y responsable de custodiar las donaciones de la gente al programa especial de televisión del 9 de mayo de 1982; y el general Gerardo Núñez, comandante de Intendencia del Ejército durante la guerra y pieza clave en la cadena de abastecimiento de las islas. Además, se recogieron testimonios de donantes que se sintieron defraudados y se tuvo acceso al expediente completo de la investigación que realizó la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas. El resultado del trabajo permite responder preguntas decisivas en esta historia:
¿Qué pasó con el oro que donó la gente?
Las piezas se fundieron en 73 lingotes en la Casa de Moneda. Pesaban 141 kilos. Con ellos, se hicieron subastas en el Banco Ciudad y el dinero resultante fue depositado en el Fondo Patriótico. Renato Vaschetti, un empresario vitivinícola de Rosario —ya fallecido—, fue el único que logró recuperar los tres kilos de oro que había donado. Su reclamo ante la Justicia se basaba en "los inciertos destinos" que tuvieron las donaciones. En mayo de 1984, le devolvieron las mismas barras que había entregado, con la inscripción de un banco suizo.
¿Qué pasó con los abrigos tejidos por voluntarias?
No llegaron a las islas. Según el vicecomodoro Rogani, los elementos "sin valor comercial" terminaron "en la basura", porque era muy caro y peligroso enviarlos a destino, sobre todo con la interrupción del puente aéreo con el continente por las acciones enemigas. Muchas prendas fueron desechadas porque su colorido "llamaría la atención del enemigo", explicó el general Núñez.
En un informe de circulación restringida, Solanet explica que "ese tipo de esfuerzos ciudadanos constituía todo un problema para las Fuerzas Armadas. No había forma de hacer llegar a las tropas la inmensa cantidad de bufandas, comestibles y otros productos que el impulso patriótico generó en todo el país. Era extremadamente delicado no responder a los donantes cumpliendo con su deseo".
¿Qué pasó con el dinero?
Según la documentación, no reforzó el equipamiento militar ni protegió a los soldados del hambre y del frío. Los fondos fueron transferidos a cuentas de las Fuerzas Armadas y a la gobernación militar de las Malvinas. La Secretaría de Hacienda "no recibió información sobre las adquisiciones o gastos de guerra efectuados con las partidas giradas".
Unos 5.000 millones de pesos llegaron a los comandos militares el 15 de junio de 1982, es decir, un día después de la rendición. El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea tuvieron que devolver esa plata al Fondo Patriótico. Tras la derrota, el dinero fue destinado a la asistencia de los excombatientes y al pago de indemnizaciones. Con el retorno democrático, el remanente fue transferido a Rentas Generales, es decir que terminó diluido en el Presupuesto Nacional del año 1984.
¿Qué pasó con los alimentos?
Se prepararon medio millón de raciones, pero no llegaron a las trincheras. Fueron llevados en containers cerrados y custodiados hasta Comodoro Rivadavia, pero quedaron varados al costado de la pista de aterrizaje. No cruzaron a las islas porque ni los barcos de la Armada ni los aviones de la Fuerza Aérea los transportaron. Se dilapidó el esfuerzo de 35 mil voluntarios que trabajaron durante 9 días, sin descanso, para embalar la mercadería.
El general Núñez aseguró que las raciones "tenían guisos en lata, de sabor italiano; chocolates, calentadorcitos hechos en Fabricaciones Militares, pastillas de cloro para purificar el agua, hasta una botellita de whisky para contrarrestar el frío. Se hicieron pruebas tirando cajas de 12 raciones desde un avión Fiat, conocido como ''El Herculito'', en baldíos de José León Suárez, caían mejor en tierra que en los arroyos. Todo se logró en tiempo récord, pero no se coordinaron los envíos. ¿Y yo qué podía hacer? ¿Llevar todo en un bote de goma? Alguien dijo que un submarino atómico inglés merodeaba la zona para impedir el paso de los víveres". La torpeza haría el resto."
Si este diario El País, menciona a "Expertos argentinos afirman que Botnia no contamina el río" y dejando entender que son de reconocida valía (técnica, ética y moral) y se refiere al individuo Solanet, es increíble !
Ya pudimos leer quién es y fue Solanet. Un colaborador de la infame y criminal de lesa humanidad, dictadura argentina. Recordemos que ya en el 82 todos sabíamos de los desaparecidos, torturas, secuestros y crímenes cometidos, e intuíamos la estafa que nos hicieron con la Guerra de Malvinas.
No solo Solanet prestó colaboración a estos delincuentes, sino que "La conversación con Solanet se realizó en un edificio de Retiro, equidistante del Monumento a los caídos en la guerra de Malvinas y de la Torre de los Ingleses. Sobre la mesa, Solanet apoyó los documentos, en su mayoría inéditos, que permiten conocer nuevas precisiones sobre una etapa histórica relatada hasta hoy en forma incompleta".
Es decir que este tal Solanet (según la información de Clarín), retuvo documentación estatal, amén de reconocer un pacto de silencio para la no difusión sino luego de 25 años!
La pregunta a hacerse es:
El País de Uruguay, Botnia, pasteras,Tabaré... nos toman por idiotas ?. Esas son las pruebas aportadas ? Esos son los argumentos técnicamente válidos que esgrimen para defender este fúnebre proyecto celulósico ? Este el el técnico (de la dictadura) que les sirve de "alcahuete gratis" para sus lúgubres fines ?
Si ayudó a un gobierno de facto criminal de lesa humanidad, este miserable, todavía tiene la fantasía que su palabra tenga algún valor ?
Pobrecitos los defensores de las pasteras (léase Proyecto Celulósico), solo con mentiras, manipulación y violación de la Constitución por mano del mismo Estado, pretenden lograr el éxito !
Esta información fue publicada por el diario El País de Montevideo, Uruguay, donde continuamente y como parte de un evidente plan de manipulación de la información desde el mismo Estado, consigue en éstos diarios, un colaborador inestimable para sus arteros fines.
La mentirosa e inexacta noticia que leerá a continuación es de esta dirección.
"Expertos argentinos afirman que Botnia no contamina el río
La Haya. Uruguay presentará nuevo estudio.
A casi ocho meses de haberse puesto en marcha, la planta de Botnia está salvando uno de sus exámenes más difícil: el de los expertos argentinos que comienzan a reconocer que la producción de celulosa no está contaminando el río Uruguay.
Botnia fue autorizada a iniciar la producción en noviembre de 2007, en uno de los momentos de mayor tensión con Argentina desde que se desató el conflicto que tiene a los dos países enfrentados en un juicio en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El 15 de junio El País informó que de acuerdo a los estudios de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), que serán presentados a fines de este mes en La Haya, la planta de Botnia no está contaminando el río. Además Uruguay presentará ante la Corte un informe realizado por el programa de Naciones Unidas para el monitoreo y la capacitación en control de calidad de agua, Gems-Agua, a pedido del presidente Tabaré Vázquez, que quería evaluar la corrección de los monitoreos que efectúa la Dinama. El gobierno quiere mantener los datos en reserva hasta enviarlos al tribunal, pero fuentes oficiales dijeron a El País que las conclusiones fueron "absolutamente elogiosas".
Ayer, expertos argentinos se pronunciaron sobre Botnia, en línea con la posición que ha mantenido el gobierno uruguayo. "Yo recorrí la planta. Me mostraron los ensayos, las técnicas y los materiales que utilizan y aseguro que Botnia no contamina", dijo el ingeniero Manuel Solanet, profesor de la Universidad de Buenos Aires y con un posgrado en Economía (ver abajo), informó ayer el portal Infobae.com. Solanet explicó que "hubo una corriente de pánico y susto" desatado antes de que se instale Botnia, pero "sin ningún tipo de fundamentos".
Según Solanet, que ha sido consultor del Banco Mundial, los que sostienen que la planta de la empresa finlandesa contamina es porque creen que Botnia produce celulosa a la manera antigua. "Es una planta moderna", remarcó y aclaró que hoy en día ni siquiera existe aquel "olor a coliflor hervido" que denunciaban los vecinos de Gualeguaychú.
Por su parte, Eduardo Ferreira, director de la Fundación Argentina para la Ecología Científica, ya había sostenido que la "nueva tecnología" permite controlar de manera más efectiva los afluentes que la planta elimina hacia el exterior. "Tiene una presencia parcial de cloro para el manejo de las dioxinas. Esto fue aprobado por los países más exigentes. Y es norma obligada en la Comunidad Europea", aseguró.
En el mismo sentido, opinó María Cristina Area, directora del Instituto de Ciencia Ambiental y Desarrollo Sostenible. Según Area, es de dominio público que la planta de Botnia no contamina. "Yo fui una de las primeras personas que conoció el proyecto de Botnia y puedo dar fe que se cumple con todas las normas", expresó a Infobae.com. La directora agregó que ella misma se encargó de hacer monitoreos antes que la planta se ponga en funcionamiento. "Tengo entendido que la Secretaría de Medio Ambiente lleva meses haciendo estudios, pero los resultados no se publican. Debe ser que no dan lo que esperan", ironizó.
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Pero acá tenemos la desmentida que tuvo que hacer María Cristina Area el día domingo 6 de Julio de 2008:
"Aclaraciones de especialista acerca de la contaminación de Botnia - domingo, 06 de julio de 2008 a las 11:13"
Ante la difusión de una información, por parte de un medio porteño acerca de la opinión de especialistas sobre la NO contaminación ambiental como consecuencia del funcionamiento de Botnia, en Uruguay, María Cristina Area, una de las personas citadas aclaró, a través de Linkinformativo algunos conceptos inexactos en la nota original.
Quiero aclarar que en ningún momento dije, señala Area: "La directora agregó que ella misma se encargó de hacer monitoreos antes que la planta se ponga en funcionamiento ."Esa afirmación es totalmente incorrecta. Nunca hice monitoreos dado que mi especialidad es la tecnología papelera, no los estudios ambientales. En realidad, el párrafo de referencia surge de una conversación telefónica de 2 minutos.
Le aclaré que no tenía datos de primera mano sobre el tema y que sabía solo lo que dicen los medios periodísticos sobre los estudios internacionales que indican que la planta no está contaminando los recursos. Le aclaré que expertos de la UBA y de la UNLP estaban realizando los controles (encargados por la AG y la SAYDS).
Me preguntó por que no se daban a conocer los resultados, a lo que respondí que podría ser porque no parecen haber obtenido nada trascendente. Eso fue todo.
Además, aclaro que actualmente no soy Directora del Instituto de Ciencia Ambiental y Desarrollo Sostenible (ICADES), las autoridades se renuevan cada 2 años, aunque sigo siendo miembros del Consejo de Dirección del Instituto (El periodista habría consultado una versión desactualizada de mi CV). En fin... si bien en rasgos generales el sentido de la nota es correcto, me parece importante aclarar sus imprecisiones. Y dado que dichas imprecisiones pueden molestar a mucha gente, me parece importante que esto se publique."
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Marisa Arienza, experta en contaminación y titular de la ONG Green Cross, relató que ella fue parte del primer equipo de investigación independiente que se realizó en Botnia. "En ese momento no se pudo comprobar que la planta contamine", sostuvo al tiempo que informó que la semana que viene volverán a realizar investigaciones, aunque aclaró que serán más rigurosas que las pasadas. "Cuando iniciamos los informes en enero era lógico que iban a tomar todos los recaudos necesarios. Ahora, en cambio, si la planta contamina no lo podrán disimular", comentó.
Y en un espacio muy reducido respecto a la noticia que antecede, aparece la demanda que está impulsando el fiscal uruguayo Enrique Viana contra el Poder Ejecutivo y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medioambiente.
"El fiscal Viana en Argentina
El fiscal Enrique Viana, que está impulsando las demandas contra Botnia y Ence, disertará el domingo en Gualeguaychú. Viana se referirá al conflicto con Argentina durante el Primer Congreso Nacional hacia la Diversidad Productiva y Soberanía Alimentaria, que organiza la Fundación Ecológica de Gualeguaychú. Uno de los dirigentes de esta organización es Gustavo Rivollier, de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú que bloquea el puente San Martín".
Extracto de la demanda del fiscal uruguayo Enrique Viana:
"DEMANDA.
Señor JUEZ LETRADO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL DE SEGUNDO TURNO.
El Ministerio Público Fiscalía Letrada de la República Nacional, en lo Civil de Tercer Turno, en los autos caratulados "FISCALIA LETRADA EN LO CIVIL DE TERCER TURNO Contra PODER EJECUTIVO - MINISTERIO DE VIVIENDA ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIOAMBIENTE, ficha 2-1507/2005, DICE:
Deduce demanda de juicio contencioso ordinario, anticipatorio o preventivo de daños contra el medio ambiente, pretensión de protección del medioambiente, contra el ESTADO, PODER EJECUTIVO, MINISTERIO DE VIVIENDA ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIOAMBIENTE, con domicilio constituido en los obrados, para que se lo declare responsable por la omisión en el cumplimiento de su deber fundamental de protección del medioambiente, y para que, consecuentemente, se lo condene a su observancia en los términos que se expresarán; todo, en virtud de las siguientes consideraciones.
LOS ANTECEDENTES.
1. Estas actuaciones se iniciaron con sendas peticiones de diligencias preparatorias con las cuales se persiguió que el demandado Poder Ejecutivo, MINISTERIO DE VIVIENDA ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIOAMBIENTE, informará en relación a la instalación de la industria de celulosa denominada BOTNIA, y además con la agregación de los antecedentes administrativos que poseyera a su respecto.
Los consecuentes requerimientos judiciales fueron desobedecidos. La Administración requerida, y ahora, demandada se negó a hacerlo. Nada informó a la Justicia acerca del referido emprendimiento industrial, siquiera se animó a hacerlo someramente. Ni agregó los antecedentes reclamados; ni siquiera se dignó en aportar un simple testimonio a la Justicia.
Mientras la actual Directora Nacional de Medio Ambiente, Ingeniera Agrónoma ALICIA TORRES expresaba: "Esta gestión será más transparente y participativa porque habrá mayor comunicación hacia afuera de la Dinama, semanario BÚSQUEDA, de 28 de abril de 2005, días después, en comentario, para con el requerimiento de la Justicia, el Subsecretario del MINISTERIO DE VIVIENDA ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIOAMBIENTE, Arquitecto JAIME IGORRA, decía: cualquiera que quiera verlo, aunque tengo dudas que se pueda sacar, sea quien sea se lo puede llevar. Si Agapito Menecucho viene acá, y me pide para ver el expediente, lo hace, este fiscal, que es un personaje, ¿cómo no va a poder?, "Ultimas noticias", del 17 de mayo de 2005."
Pero recordemos quién es este individuo Manuel Solanet:
"EQUIPO DE INVESTIGACION: EL ULTIMO SECRETO DE LA GUERRA - DOCUMENTOS INEDITOS A 23 AÑOS DEL DESEMBARCO - El oro de Malvinas: cómo se esfumó la mayor colecta de la historia argentina.
Las donaciones no se usaron para reforzar el armamento ni para proteger a los soldados del hambre y del frío. Los fondos fueron transferidos a cuentas de las Fuerzas Armadas. El oro se fundió y se subastó, pero hubo personas que reclamaron su devolución. Las bufandas terminaron en la basura.
Un militar, el vicecomodoro Juan Carlos Rogani, lo afirma sin pudor: "Se decidió que los objetos sin valor comercial fueran a la basura. Las cartas, los cuadritos, las bufandas no eran vitales, tendrían Prioridad Número 100. Despachar un Hércules para llevar esas cositas no valía la pena, no justificaba el costo de la operación". Una de las abuelas más generosas que tuvo la colecta por Malvinas, Blanca Celia Ortiz de Cogorno, suelta su pena: "Me sentí burlada, los alimentos y el abrigo que mandamos a los pobres muchachos que se morían de hambre y frío nunca llegaron a las islas". Manuel Solanet, el hombre que manejó las finanzas de la guerra, le pone fin a un secreto de Estado: "La recaudación definitiva en donaciones fue de 54 millones de dólares, casi el doble de lo que demandó la movilización de tropas por la ocupación de las islas, que costó 29 millones de dólares. Sin embargo, ese total apenas hubiera alcanzado para comprar un avión Mirage".
Documentos inéditos permiten reconstruir la ruta del oro que se juntó gracias a la ayuda de la sociedad. Se hicieron lingotes para subasta, pero fue demasiado tarde: la orden escrita para la fundición del material —que Clarín publica hoy— está fechada el 14 de junio de 1982, el día de la rendición ante las tropas británicas.
Son voces de la historia que por la edad de los protagonistas, la destrucción de archivos que ejecutó la dictadura y el silencio que amuralló las explicaciones sobre la derrota en la guerra iban camino al olvido, pero que el Equipo de Investigación intenta recuperar ahora, a 23 años del desembarco argentino en las Malvinas, que permitió recuperar la soberanía de las islas durante 74 días.
El 2 de abril de 1982 no sólo flameó la Bandera argentina en el territorio austral ocupado por los ingleses desde 1833. Despertó además una impresionante demostración de solidaridad de la gente, que se sacó los anillos, tejió medias y pulóveres, escribió mensajes de aliento y puso sus ahorros a disposición de la guerra. Fue la mayor colecta de la historia argentina. Astor Piazzolla donó un bandoneón. Juan Manuel Fangio y Carlos Monzón compraron entradas para eventos benéficos. Guillermo Vilas no jugó en Wimbledon y puso 200 millones de pesos (2 mil dólares). Mirtha Legrand organizó un desfile con Moria Casán y Susana Giménez como estrellas principales. Fillol, Olguín, Galván, Passarella y Tarantini; Ardiles, Gallego y Maradona; Bertoni, Ramón Díaz y Kempes donaron la recaudación completa de un partido de la Selección. León Gieco, Charly García y Luis Alberto Spinetta juntaron 50 camiones de abrigos y alimentos en el Festival de la Solidaridad. Fueron tres meses de donaciones continuas. Hasta en las escuelas se colocaron urnas, vedadas por entonces a la participación electoral.
Pero el esfuerzo colectivo chocó contra lo incomprensible: los víveres no llegaron a tiempo a los soldados congelados en las trincheras. La confianza de la gente quedó herida para siempre.
No hubo sanciones, nunca se encontraron irregularidades burocráticas en la utilización de esos fondos y ningún funcionario fue imputado por delito alguno. Lo dijo la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas en 1988. Y fue la única averiguación que realizaron las instituciones de la democracia, con seis años de demora y en base a la denuncia de una fundación —Héroes de Malvinas— que ni siquiera tenía personería jurídica. Aflora la inquietud: ¿fue aquello una operación limpia o un saqueo a la buena fe? ¿Hubo una adecuada rendición de cuentas por parte de las Fuerzas Armadas? ¿Cómo fallaron los jueces que, luego de la guerra, recibieron pedidos de restitución de donaciones?
Manuel Solanet fue el secretario de Hacienda entre 1981 y 1982, número dos del ministro de Economía, Roberto Alemann, y responsable de las finanzas de la guerra. Se había jurado guardar silencio durante 25 años, un plazo que algunos países consideran razonable para revisar momentos especiales de su historia. Pasaron 23 años, Clarín igual lo fue a buscar, y Solanet habló: "No es difícil convocar a teorías conspirativas, pero, en este caso, hubo un registro y una cuidadosa contabilidad de todas las donaciones recibidas y un detalle de los destinos del dinero: los tres comandos militares y la gobernación de Malvinas. Ahora, cómo lo gastaron las Fuerzas Armadas es una contabilidad que yo no he visto, aunque lo deben tener registrado".
El Ejército, por toda explicación, difundió un comunicado en agosto de 1982, donde afirmaba que, de los 139 mil millones de pesos que recibió, el 53 por ciento fue destinado a medicamentos y equipamiento hospitalario, el 23 por ciento se usó para la compra de repuestos para equipos de combate y el 24 por ciento restante fue para la compra de combustible, calentadores y vestuario especial.
La conversación con Solanet se realizó en un edificio de Retiro, equidistante del Monumento a los caídos en la guerra de Malvinas y de la Torre de los Ingleses. Sobre la mesa, Solanet apoyó los documentos, en su mayoría inéditos, que permiten conocer nuevas precisiones sobre una etapa histórica relatada hasta hoy en forma incompleta (ver Las nuevas pruebas...).
Por teléfono aceptaron hablar el vicecomodoro Juan Carlos Rogani, gerente de Planeamiento y Control de Gestión de Argentina Televisora Color entre 1976 y 1983, y responsable de custodiar las donaciones de la gente al programa especial de televisión del 9 de mayo de 1982; y el general Gerardo Núñez, comandante de Intendencia del Ejército durante la guerra y pieza clave en la cadena de abastecimiento de las islas. Además, se recogieron testimonios de donantes que se sintieron defraudados y se tuvo acceso al expediente completo de la investigación que realizó la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas. El resultado del trabajo permite responder preguntas decisivas en esta historia:
¿Qué pasó con el oro que donó la gente?
Las piezas se fundieron en 73 lingotes en la Casa de Moneda. Pesaban 141 kilos. Con ellos, se hicieron subastas en el Banco Ciudad y el dinero resultante fue depositado en el Fondo Patriótico. Renato Vaschetti, un empresario vitivinícola de Rosario —ya fallecido—, fue el único que logró recuperar los tres kilos de oro que había donado. Su reclamo ante la Justicia se basaba en "los inciertos destinos" que tuvieron las donaciones. En mayo de 1984, le devolvieron las mismas barras que había entregado, con la inscripción de un banco suizo.
¿Qué pasó con los abrigos tejidos por voluntarias?
No llegaron a las islas. Según el vicecomodoro Rogani, los elementos "sin valor comercial" terminaron "en la basura", porque era muy caro y peligroso enviarlos a destino, sobre todo con la interrupción del puente aéreo con el continente por las acciones enemigas. Muchas prendas fueron desechadas porque su colorido "llamaría la atención del enemigo", explicó el general Núñez.
En un informe de circulación restringida, Solanet explica que "ese tipo de esfuerzos ciudadanos constituía todo un problema para las Fuerzas Armadas. No había forma de hacer llegar a las tropas la inmensa cantidad de bufandas, comestibles y otros productos que el impulso patriótico generó en todo el país. Era extremadamente delicado no responder a los donantes cumpliendo con su deseo".
¿Qué pasó con el dinero?
Según la documentación, no reforzó el equipamiento militar ni protegió a los soldados del hambre y del frío. Los fondos fueron transferidos a cuentas de las Fuerzas Armadas y a la gobernación militar de las Malvinas. La Secretaría de Hacienda "no recibió información sobre las adquisiciones o gastos de guerra efectuados con las partidas giradas".
Unos 5.000 millones de pesos llegaron a los comandos militares el 15 de junio de 1982, es decir, un día después de la rendición. El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea tuvieron que devolver esa plata al Fondo Patriótico. Tras la derrota, el dinero fue destinado a la asistencia de los excombatientes y al pago de indemnizaciones. Con el retorno democrático, el remanente fue transferido a Rentas Generales, es decir que terminó diluido en el Presupuesto Nacional del año 1984.
¿Qué pasó con los alimentos?
Se prepararon medio millón de raciones, pero no llegaron a las trincheras. Fueron llevados en containers cerrados y custodiados hasta Comodoro Rivadavia, pero quedaron varados al costado de la pista de aterrizaje. No cruzaron a las islas porque ni los barcos de la Armada ni los aviones de la Fuerza Aérea los transportaron. Se dilapidó el esfuerzo de 35 mil voluntarios que trabajaron durante 9 días, sin descanso, para embalar la mercadería.
El general Núñez aseguró que las raciones "tenían guisos en lata, de sabor italiano; chocolates, calentadorcitos hechos en Fabricaciones Militares, pastillas de cloro para purificar el agua, hasta una botellita de whisky para contrarrestar el frío. Se hicieron pruebas tirando cajas de 12 raciones desde un avión Fiat, conocido como ''El Herculito'', en baldíos de José León Suárez, caían mejor en tierra que en los arroyos. Todo se logró en tiempo récord, pero no se coordinaron los envíos. ¿Y yo qué podía hacer? ¿Llevar todo en un bote de goma? Alguien dijo que un submarino atómico inglés merodeaba la zona para impedir el paso de los víveres". La torpeza haría el resto."
Si este diario El País, menciona a "Expertos argentinos afirman que Botnia no contamina el río" y dejando entender que son de reconocida valía (técnica, ética y moral) y se refiere al individuo Solanet, es increíble !
Ya pudimos leer quién es y fue Solanet. Un colaborador de la infame y criminal de lesa humanidad, dictadura argentina. Recordemos que ya en el 82 todos sabíamos de los desaparecidos, torturas, secuestros y crímenes cometidos, e intuíamos la estafa que nos hicieron con la Guerra de Malvinas.
No solo Solanet prestó colaboración a estos delincuentes, sino que "La conversación con Solanet se realizó en un edificio de Retiro, equidistante del Monumento a los caídos en la guerra de Malvinas y de la Torre de los Ingleses. Sobre la mesa, Solanet apoyó los documentos, en su mayoría inéditos, que permiten conocer nuevas precisiones sobre una etapa histórica relatada hasta hoy en forma incompleta".
Es decir que este tal Solanet (según la información de Clarín), retuvo documentación estatal, amén de reconocer un pacto de silencio para la no difusión sino luego de 25 años!
La pregunta a hacerse es:
El País de Uruguay, Botnia, pasteras,Tabaré... nos toman por idiotas ?. Esas son las pruebas aportadas ? Esos son los argumentos técnicamente válidos que esgrimen para defender este fúnebre proyecto celulósico ? Este el el técnico (de la dictadura) que les sirve de "alcahuete gratis" para sus lúgubres fines ?
Si ayudó a un gobierno de facto criminal de lesa humanidad, este miserable, todavía tiene la fantasía que su palabra tenga algún valor ?
Pobrecitos los defensores de las pasteras (léase Proyecto Celulósico), solo con mentiras, manipulación y violación de la Constitución por mano del mismo Estado, pretenden lograr el éxito !
NO A LAS PASTERAS ASESINAS ! - SÍ A LA VIDA !
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE !
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE !
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