''Nos decía cómo aliviar los dolores de la picana''

viernes, 31 de agosto de 2007
Lo declaró ayer en el juicio un sobreviviente de la última dictadura - fuente

Un sobreviviente de la última dictadura militar declaró ayer que el cura de la Policía Bonaerense Christian Von Wernich "nos decía cómo aliviar los dolores de la picana" y aseguró que el ex capellán también les aconsejaba "'quedate quieto, que en dos o tres días los dolores se te van a ir'".

El fuerte testimonio contra el cura fue pronunciado ante el Tribunal Oral Federal 1 por el ex detenido-desaparecido Osvaldo Lovazzano, quien pasó más de cuatro meses en 1977 en el campo clandestino de la Brigada de Investigaciones de La Plata.

También contó que una vez le dolían mucho los oídos y aprovechó la visita a la celda de Von Wernich para pedirle que le trajera gotas analgésicas, solicitud que el religioso más tarde satisfizo y, añadió, "me dijo que era por los golpes que me habían dado".

Agregó que "en mi celda había secuestrado un comisario de Tandil -que fue muy torturado por el Ejército en el Batallón 601 y le habían arrancado la piel-, al que tenían ahí porque andaban buscando a su yerno. Von Wernich vino y le dijo que 'su problema está solucionado y su mujer ya empezó a cobrar (el sueldo)', y que iba a salir pronto, con lo cual supuse que habían detenido al yerno".

Según Lovazzano, el cura "se paraba en la puerta de la celda de la Brigada, nos preguntaba cómo estábamos y se interesaba en el estado de salud de Lidia Fernández, aún desaparecida, que tenía las piernas lastimadas por la tortura".

"Otro compañero de cautiverio, Alberto Canciani, le pidió una estampita y el cura le dijo que eso no se usaba más; luego le comentó que sus dolores eran musculares 'porque te dieron picana', aconsejándole que se quedara quieto dos o tres días que se iban a pasar, por lo que tenía pleno conocimiento de lo que le había ocurrido", comentó.

Lovazzano, gremialista de los trabajadores del hipódromo, fue detenido el 30 de agosto de 1977 -hace exactamente 30 años- y torturado reiteradamente: "Cuando con miedo y frío llegué al lugar del tormento me dijeron que se me iba a pasar todo cuando me conectaran con Segba", la empresa de energía estatal, contó.

"Se me trabó la lengua y me dieron unas gotas para seguir torturándome pese a que les decía que les firmaba cualquier cosa, incluso que había matado a Gardel", añadió.

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Día del Detenido-Desaparecido

Integrantes de organizaciones de derechos humanos realizaron ayer una recorrida por el Parque de la Memoria, ubicado sobre la costanera Norte del Río de la Plata en la Capital Federal, en homenaje al Día Internacional del Detenido-Desaparecido.

"Vengo a tocar el nombre de mi hijo", dijo Mabel Tati Almeyda, de la línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo, al acercarse a la placa grabada con el nombre de su hijo desaparecido.

En el predio de 14 hectáreas fue construida una colina artificial donde se levantaron cuatro estelas cubiertas con 30.000 ladrillos de piedra pórfido patagónico, en las que se grabaron los nombres de más de 8.700 víctimas del terrorismo de Estado desde 1969 hasta 1983.
El proyecto, impulsado por organismos de derechos humanos, está a cargo de la Comisión Pro Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, integrada también por legisladores, profesionales y familiares de desaparecidos.

El Día Internacional del Detenido Desaparecido, que se conmemora el 30 de agosto en todo el continente, fue instituido por la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM).

En coincidencia con esa recordación familiares de los desaparecidos de la última dictadura realizaron la visita para encontrarse con los nombres de sus seres queridos. Al ubicarlos, el contacto con la placa grabada y el abrazo interminable se tornaban inevitables a cada paso.
"Acá está la pauta del horror que los genocidas causaron" dijo Almeyda al recorrer el sendero que finaliza en un "muelle de homenaje", frente al río donde muchas de las víctimas que estuvieron secuestradas en centros clandestinos fueron arrojadas vivas desde los aviones de las fuerzas armadas.

La cantidad de nombres grabados se incrementará a medida que se cumpla con la documentación que exige la Justicia y de las investigaciones realizadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense.

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